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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Y poco después que se selló la sala varios ruidos extraños comenzaron a manifestarse, estaba justo al lado de la puerta y podía escucharles en primera fila, no había duda primero crujidos, no sabía sí era un gran crujidos y múltiples crujidos, el hecho era que aquello me inquietaba un poco y me levanté lleno de curiosidad.

"¿Qué pasa aquí?" Me acerqué a la puerta y la vi desde afuera, aparentemente estaba bien, no lograba localizar algo que estuviese mal, no por el momento.

Pero los sonidos seguían, ahora parecía como sí la puerta se fuese a desprender, algo más fuerte que un hombre la halaba, en cualquier momento se abriría o se resquebrajaría, no estaba seguro. "¿Lo estaré imaginando?" Suspiré y me puse al lado de la puerta, apoyé mi oreja en la pared y esperé para ver sí lograba escuchar algo más y entender lo que sucedía.

"Recuerda, solo abrirás cuando él te lo diga"
Hablo - "Pienso" - Narro
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Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

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Keisuke estaba inquieto, aún así, seguía al pie de la letra la única orden que le había dado su superior. Apoyó la oreja en la pared, lo cual era bastante menos eficaz que apoyarlo en la puerta, por suerte para él, porque en ese momento empezaron unos gritos desgarradores.

¡¡AHHHHHGGGGG!!

Seguidos de unas toses frenéticas y violentas en las que se esputaba algo, que por la experiencia médica de Keisuke, sabía que solo podía ser sangre. Despues de esa escena, la puerta volvió a crujir y esta vez apareció una brecha que la atravesaba verticalmente, justo donde debería estar la formula de sellado por el lado contrario.

Aún así, parecía que aún resistía, y la rotura solo era una linea de astillas que no dejaba ver a través. En cuanto a los sonidos, cesaron por completo.
_____________________________________________________________

Mogura empezaba a parecer desesperado cuando le preguntó a una persona semi inconsciente, drogada y a la que le acababa de meter y sacar un montón de liquido y veneno respectivamente. Para sorpresa de todos, éste le contestó con una sonrisa y unas pocas palabras.

Aki... las uso todas... para...

La voz del hombre llegó apenas al volumen de un murmullo, haciendo el final de la oración inescuchable por el médico. Sin embargo, quien sí parecía estar escuchando era Kami-sama, porque respondió a sus deseos de un inconsciente entregándole a un Karamaru que parecía en peor estado que el enfermo, a pesar de que solo tenía unas abrasiones leves en los brazos.

Si Mogura prestaba atención, vería que la mancha de veneno empezaba a recuperar movilidad, lentamente, pero empezaba a ponerse en marcha. Si tenía que decidir algo, ese era el momento. Pues que no pudiesen volver a detener el veneno era una opción más que probable.
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¡¡AHHHHHGGGGG!!

Un grito fue lo que percibí justo después de apoyar mi oreja en la pared, un grito desgarrador que hizo que me retirara rápidamente del muro, ahora me sentía aún más inquietado por lo que ocurría ahí dentro, no obstante, la curiosidad podía más conmigo y volví a conectar, ahora se escuchaba un acceso de tos, un ataque que parecía que no iba a terminar, puse toda la atención que pude en mi oído, solo quería escuchar las palabras del rubio de abrir la puerta y poder saber y/o actuar de ser necesario, pero sus palabras aún no se manifestaban...

Poco después, después de agudizar mi sentido de la audición pude escuchar un pequeño detalle que me hizo dudar aún más, el ruido de la tos se acompañaba de otro que lo ahogaba, sí era lo que pensaba... "Sangre..." Suspiré, ¿estaría muerta?

No obstante, lejos de reinar el silencio, un crujido atroz como cuando la madera se rompe sonó justo a un costado mío, y eso solo significaba que la puerta estaba cediendo... Me detuve a observar como las fibras quedaban expuestas a la sala a donde yo me encontraba, varias astillas estaban por ahí tiradas en el piso, pero no lograba ver nada hacia el interior, no se había resquebrajado lo suficiente...

Apoyé nuevamente mi oreja en la pared y no es escuchaba nada, absolutamente nada, ahora sí reinaba el silencio y mi curiosidad seguía ahí...
Hablo - "Pienso" - Narro
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Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

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Aki... las uso todas... para...

Contestó el enfermo casi como si no quisiese ser escuchado.

«No deja de poner piedras en mi camino...»

Pensó, resignado a lo que estaba a punto de hacer. Justo en ese momento Karamaru ingresaría en la habitación con algunas quemaduras en su cuerpo, quemaduras que Mogura probablemente no habría llegado a contemplar en su totalidad.

—Habaki-san.

Llamó al calvo sin dejar de mirar la mancha que comenzaba a querer moverse nuevamente.

—Cuando termine de extraer el veneno voy a desmayarme por la falta de chakra.

Fue diciendo mientras se daba a la tarea de retirar la toxica restante del cuerpo de Ryu.

—Voy a precisar que me acerques esa silla de ahí.

Agregó, refiriéndose a la silla que habría estado usando Aki momentos atrás.

El médico realizaría el proceso como había estado haciendo antes, sintiendo la fatiga en su cuerpo a cada segundo que pasaba. Si su compañero habría llegado a hacer su parte, trataría de sentarse en la silla antes de caer inconsciente por completo.
Hablo - Pienso

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Al calvo le había costado el camino, pero finalmente podía entrar nuevamente a la habitación donde el paciente consumido por el veneno se encontraba junto a Mogura. Tambaleante por el dolor, Karmaru tardó en hablar y por ese mismo tiempo que tardó, su compatriota se adelantó.

—Voy a precisar que me acerques esa silla de ahí.

Ahora mismo.

Se movió lo más rápido que podía para tomar y luego arrastrar la silla por el suelo hasta las espaldas de Mogura. Él, por su parte, se hizo un espacio a los pies de la cama, junto al paciente, y se sentó a esperar la resolución de aquel tratamiento en el que no tenía nada que hacer.

«Yo sintiendo mi cuerpo latir y Mogura hablando del desmayo como si fuese algo natural, algo que esperaba que pase»

Se sintió intimidado por la determinación de su compañero y decepcionado por la falta de la él. Poco tiempo pasó para que Mogura cayera sobre la silla inconsciente y solamente quedasen Karamaru y un paciente del que no sabía si se encontraba en la vida o en la muerte.

¿E-estas bien?- preguntó al enfermo.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"  
-Maestro Yoda.


HabloPienso
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Keisuke dudaba, dudaba mucho. Quería y debía obedecer las ordenes de un superior, no podía desobedecerlas, le habían enseñado que eso le llevaría a la guillotina. Por otro lado, como médico, debía mirar siempre por el bienestar del paciente, y ahora mismo había alguien sufriendo...

Pasaron unos segundos eternos en silencio. Hasta que una voz lo rompiese.

¡Ahora, Keisuke!

Cuando el nombrado abriese la puerta, encontraría una habitación remodelada involuntariamente. Todo rastro de tinta había desaparecido, ahora solo quedaban unas profundas fisuras en la roca que se acababan donde reposaba la victima de aquel extraño y poderoso Fuinjutsu. Un charco de sangre bañaba el centro de la estancia y se colaba entre las fisuras.

Al principio, podría parecer que era sangre de la mujer, pero si se fijaba, en la mano diestra de Saigo se echaban de menos un par de dedos. Para ser más concretos, todo el dedo meñique y parte del anular, ambos parecían haber sidos arrancados de cuajo de su origen. Se veía todo, lo cual incluso removió el estomago de Keisuke, que era medico, por suerte, no tenía nada que devolver.

Rápido, ponle... ponle... dale chakra... Todo el que puedas tan rápido como puedas.

El hombre se levantó de golpe, separandose del cuerpo inerte de Aki para dejarle espacio al médico. Efectivamente, la sangre se acumulaba en el vientre de la pelirroja, sin herida visible, aunque tenía hilillos rojos cayéndole por los labios de los esputos.
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Las ordenes de Mogura fueron claras y concisas, tras darlas se dispuso a seguir a lo suyo sin darle un respiro a Karamaru, que estaba francamente maltrecho de sus propias lesiones. El Iryo-nin apenas consiguió extraer aquel último fragmento de veneno antes de perder el conocimiento de puro cansancio.

Pero, nuestro calvo favorito, apenas había empezado a mover la silla cuando eso pasó, por lo que el inconsciente Mogura cayó irremediablemente de mala manera. Medio culo aterrizó en la silla, provocando que se volteara hacia el lado contrario, cayendo de cara contra el suelo con un sonoro "plof". Karamaru podría comprobar que tanto el médico como el enfermo estaban fuera de sí, inconscientes y totalmente ajenos a lo que acababa de pasar.

Si levantaba a Mogura, vería que sangraba de la nariz, que era lo que solía pasar cuando uno agotaba su chakra... ¿no?

Por suerte, todos tenían pulso y respiraban normalmente. Al menos no se había abierto la cabeza con el canto de la silla.


Despues de este turno haremos un salto temporal hasta la noche.
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El silencio se mantuve por unos cuantos segundos que se me hicieron eternos...

"¿Debería abrir?" Me preguntaba, aún no daban la orden pero ya ni siquiera se escuchaba nada.

¡Ahora, Keisuke! Emitió el superior

No dudé ni tardé en abrir la puerta, rápidamente entré y noté que la habitación no era igual que antes, las marchas que se encontraban plasmadas por las paredes ya no estaban y se podían ver varias grietas que adornaban la pared, pero la atención que requería mi presencia era la persona que se encontraba entre las fisuras, entre la sangre escarlata...

Me acerqué incrédulo, la pelirroja estaba cubierta de todo aquel líquido, manchada y mientras más cerca estaba podía obtener más detalles, ahora podía ver que a Saigo le faltaban unos cuántos dedos, bueno específicamente el meñique y parte del anular, su mano también tenía las huellas de aquel rojo intenso y la imagen que reflejaba mis pupilas me hizo incomodar un poco...

Rápido, ponle... ponle... dale chakra... Todo el que puedas tan rápido como puedas. Ordenó apurandome.

—Enseguida!— Respondí casi a la par de su emisión y recorté el poco espacio que nos separaba, entonces pude detallar la sangre acumulada en el vientre de Aki, pero, aparentemente, no había ninguna herida, sin embargo, pude notar algunos rastros en sangre entre sus labios.

Sin perder más tiempo que perder, apoyé mis palmas en su tórax y estas comenzaron a brillar de un color azul, la transferencia había iniciado.

—¿Se encuentra bien? ¿Qué pasó? Debería revisar su mano también...— Comenté mientras seguía enviando energía a la kunoichi.
Hablo - "Pienso" - Narro
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Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

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Mat... digo Mogura no va a postear este turno.

El improvisado intentó del calvo por ayudar a su compañero parecía ir con eficacia, pero sus movimientos fueron más lentos de lo que deberían ser. El morocho golpeó la silla pero, en vez de quedarse sobre ella, rebotó por no tener firmeza y se dirigió directo al suelo con la cara de frente.

«La puta madre....»

El monje se apresuró a levantarlo y subirlo al lugar al que correspondía y recostarlo en el respaldo de la silla. Colocó ambas manos sobre el pecho de su compatriota y pudo sentir como sus pulmones se inflaban y desinflaban a medida que iba respirando. El paciente estaba en la misma situación, aunque no sabía si era de manera definitiva parecía respirar con normalidad.

Aaaayy, que está sagrando....

«Seguro que fue por caerse de cara al piso»

El calvo hizo lo más rápido que pudo ante una situación así, le apretó la nariz con dos dedos y le levantó la cabeza para que quedara mirando el techo. Por lo que él sabía, era la mejor manera de detener un sangrado por la nariz.
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-Maestro Yoda.


HabloPienso
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Voy a manipular levemente vuestros pjs para avanzar en la trama, si teneis algún problema, escuchad nuestro lema y mandadme un MP.

Saigo le explicó a Keisuke que con darle algo de su energia ya sería suficiente para que se recuperase, tras lo cual, el médico trató la mano más que herida del shinobi. Finalmente, movieron a Aki a una de las camas de la "enfermería", que tristemente era la sala más grande del escondite. Comprobaron que todo estaba en orden con Karamaru y Mogura y que Ryu seguía vivo y, además, sano.

Todos se extrañaron de la sangre, ya coagulada, que cubría los orificios nasales del médico inconsciente, pero Saigo les dijo que se ahorrasen las explicaciones y pasaran directamente a la cocina y después al dormitorio, a descansar hasta que Mogura despertase.

Fueron a la cocina donde Aki les había dejado preparadas unas ricas bolas de arroz. Había un par para cada uno, un total de seis, pero teniendo en cuenta que Mogura estaba indispuesto, buenamente podrían usurparselas si les venía de gusto. La cocina era poco más que unos fogones, una nevera y un par de mesas con bancos a ambos lados.

Echaos un rato, cuando os recuperéis ya podremos hablar con más calma.

Con eso, les enseñó una pequeña estancia donde tenían camas de verdad, en una de ellas depositaron a Mogura, despues de que Keisuke le diese un poco de chakra con la poca energia que le quedaba y le limpiasen un poco la cara, y en otras dos se tumbaron Karamaru y Keisuke. Ambos se quedaron fritos casi instantáneamente.

El trio empezó a despertar casi al mismo tiempo, tal vez por la luz que entraba por los bordes de la puerta o por las voces que empezaban a colarse en forma de susurros. Es lo que tenía estar justo detrás de la cocina. Al parecer, tanto Aki como Ryu estaban conscientes. La puerta se abrió antes de que ellos acabasen de desperezarse o siquiera de volver a la consciencia.

Mogura, Keisuke, necesitamos vuestra ayuda.

El tal Mogura sentía un extraño dolor nasal, si se llevaba la mano aún vería algo de sangre seca. Keisuke sentía que si volvía a usar la técnica de transferencia de chakra iba a vomitar, a pesar de sentirse descansado. Pero Karamaru estaba al cien por cien de nuevo.

Sus superiores los esperarían sentados en uno de los bancos que tenían las mesas de la cocina, esperando a que los genins se sentasen en el opuesto. Ryu estaba como nuevo, a diferencia de Aki, que parecía volver del mismísimo infierno. Tenía ojeras e iba ataviada con una de las capas más gruesas que habían visto en su vida. Por primera vez, su presencia no les acaloró lo más mínimo. En sus manos enguantadas sujetaba una taza humeante de té verde.

Servios lo que querais y sentaos, tenemos que hablar.
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Sus ojos volvieron a abrirse despues de quien sabe cuanto. Algo le molestaba en el rostro, en su nariz puntualmente, llevó una de sus manos y sintió los restos del liquido.

«Sangre.»

Determinó rápidamente, y al instante regresó a su mente el recuerdo de la operación, el paciente y el desmayo. Miró a ambos lados y observó a sus compañeros de misión, parecía que hasta el momento el equipo completo seguía con vida.

Una luz que se infiltraba en el interior de la habitación llamó su atención por los bordes de una puerta, detrás de esta se podían escuchar algunas voces. El rostro del médico se arrugaría cuando esta se abriese.

Mogura, Keisuke, necesitamos vuestra ayuda.

Manase Mogura se puso sobre sus pies teniendo cierto cuidado, no tenía ganas de volver a perder el conocimiento por un esfuerzo excesivo. Llevó una mano hasta su cabeza y se acomodó el peinado, realmente era necesario esa vez.

Al cruzar el portal vería a sus superiores reunidos en una mesa, estos estarían a la espera de que los llamados tomasen asiento en un banco frente a ellos. Ver a Ryu sentado ahí hizo que su ánimo aumentara, saber que su paciente había salido adelante era una buena noticia.

Servios lo que querais y sentaos, tenemos que hablar.

—Con su permiso.

Respondió Manase Mogura y tomó asiento en uno de los bancos. Acto seguido buscaría servirse una taza de té verde y cualquier cosa que pudiese ser comida en aquel momento, no tenía sus cosas a mano como para ponerse a elegir comida de su agrado y no estaba seguro de querer gastar chakra liberando el sello de algún pergamino.
Hablo - Pienso

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El calvo esperó en silencio varios minutos que se le hicieron eternos en la sala hasta que hubiera algo de movimiento ajeno a él, el paciente, y el inconsciente Mogura. Para cuando el pelirrojo volviera con su superior y la fémina paciente, el traslado de todos comenzó. Se dirigieron a la cocina para alimentarse, cosa que Karamaru evitó por lo revuelto que tenía el estómago y los tres gennin fueron finalmente a hundir la cabeza en la almohada y cerrar los ojos por un rato.

Mogura, Keisuke, necesitamos vuestra ayuda.

Ya sin dolor en el pecho el monje se levantó rápidamente reaccionando a la voz que había irrumpido su sueño. Parado sobre la cama en posición de combate admiró el paisaje; estaba él solo en la habitación, las otras dos camas vacías, y la puerta abierta con un par de voces que se escuchaban afuera.

Karamaru salió con la mirada clara de esos que están explorando un lugar nuevo y se sienten perdidos recorriendo con la mirada cada centímetro de cada sala.

—Con su permiso.

Pudo ver a su compatriota servirse comida y bebida en una reunión que cubría a todas las personas que el calvo conocía en aquel lugar. Esperó en silencio parado a unos metros esperando que le explicarán qué tanto tiempo se había perdido, de qué habían hablado, y cuáles serían sus futuras acciones.
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HabloPienso
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Unas cuantas palabras por parte de Saigo lograron calmar un poco mis dudas y entonces pude concentrarme con más dedicación a mi deber, tanto para la kunoichi como para el shinobi a mi lado. Después de unos cuántos minutos en los cuales todo volvió al orden natural, acompañe al rubio hasta la enfermería con el cuerpo de una cansada Aki, allá pude descubrir que Mogura y Karamaru estaba bien, incluso Ryu estaba a salvo.

Bueno sinceramente pude percibir unos coágulos de sangre en la nariz de Manase que me resultaron un tanto extraños "¿Lo golpearon?" Me pregunté, pero de ello no moriría y yo estaba totalmente muerto de cansancio, así que podría esperar su limpieza...

Y después de un gran gasto de energía, venía una merecida comida y descanso. —Muero de hambre.— Admití mientras comía rápidamente la primera bola de arroz. —Esta buenisima.— Comenté tras engullir el primer bocado.

Terminé de llenar mi estómago y entonces tuvimos la oportunidad de ir a descansar a donde ahora estaba Mogura, no lo dudé dos veces y me fui hasta aquella habitación y me tiré sobre le colchón. "Estúpido Mogura tuvo que quedarse sin energia... A la final no habrá nadie que me dé un poco de chakra a mi..." Y entonces me dormí en un santiamén.

No sabía cuánto tiempo habría pasado, lo que sí sabía era que la luz que se filtraba al cuarto y el susurro de algunas palabras empezaban a incomodarme, me movía de un lado a otro tratando de recuperar el sueño y seguir descansando, me rehusaba a despertar totalmente, no obstante, la puerta se abrió inevitablemente y me fui a un viaje sin retorno al mundo real.

"Siento que dormí como un bebé..." Di un gran bostezo y me estiré.

—De acuerdo, ya voy.— Dije tras frotar mis ojos y estirar más mi cuerpo, era la forma de decirle que se despertase. "Espero no tener que darle chakra a nadie más..." Me puse de pie lentamente y caminé hasta la cocina en donde vi a Aki y Ryu nuevamente.

—Es bueno ver que están mejor.— Comenté con una sonrisa. —¿Cómo se sienten?— Pregunté mientras tomaba una silla y me ponía cómodo.

—Gracias.— Le dije al rubio y entonces tomé un poco de té verde y le dí un sorbo.
Hablo - "Pienso" - Narro
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Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

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El mayor de los tres, es decir, Saigo, tomó las riendas de la situación, y con una sonrisa empezó a hablar en cuanto se sentaron los tres.

Antes de nada, os agradecemos enormemente vuestra labor. Habeis salvado a mis dos compañeros de equipo y no creo que tenga que explicaros lo importante que es eso para mi. — Ryu se le acercó y le dijo algo al oido con media sonrisa. Despues retomó el discurso. — Me han dicho por el comunicador que ya no se estila coger a tres genins y hacer un equipo oficial, sino que sois más de ir por libre.

Era para no interrumpirte que sino te vas por las ramas. Resumiendo, yo soy Ryu, encantado. — estrechó las manos energicamente y sonriente a cada uno de los genins, cogiendoles cualquier mano que tuviesen libre y con un impetu tal que ni les dio tiempo a corresponderle antes de que hubiese pasado al siguiente. — La pelirroja gruñona es Aki y el que tiene cara de profesor es Saigo. Y vosotros sois...

Aki suspiró y se reclinó en la silla mirando en silencio a los presentes, Saigo suspiró y se masajeo los ojos ante las maneras adolescentes de su compañero. Esperaron a que cada uno se hubiese presentado, y entonces Saigo empezó a dar una explicación general de la situación.

Bien, ahora que nos conocemos formalmente, voy a intentar resumir muy brevemente la situación actual y los precedentes. Ahora mismo, somos tres equipos de chunins y vosotros tres, es decir, doce en total. Al principio, cada uno de esos equipos fue destinado a una parte del país, investigando la posible localización del centro de operaciones de unos bandidos extremadamente cautos y organizados.

Como podréis imaginar, para que mandasen equipos de chunins, sabíamos a ciencia cierta que eran shinobis, o por lo menos, tenían gente entre sus filas capaces de usar Ninjutsu. Nuestra misión era encontrar la base, avisar a los otros equipos y determinar si eramos capaces de acabar con ellos nosotros mismos. Pero...


Hizo una pausa tensa, bajando la mirada a la mesa.

La cosa se complicó. Los tres equipos encontramos una base en nuestra zona. Pensábamos que era un pequeño grupo de bandidos especializados y nos encontramos tres montones de bandidos normales y corrientes que no eran más que unos alborotadores de poca monta un poco más cuidadosos que un asaltador de caminos.

Resumiendo, acordamos atacar a las tres bases al mismo tiempo para evitar posibles refuerzos o contactos de cualquier tipo. Hasta ahí todo bien, atacamos una noche y todo parecía normal. Normal dentro de los exterminios de decenas de maleantes. Buscamos indicios de quien manejaba los hilos y encontramos algo. No lejos de allí estaba el centro de mando, por llamarlo de alguna forma.

Fuimos a echar un vistazo sin esperar al resto de equipos, asumiendo que el resto de bases eran tan débiles como la nuestra. De camino, nos emboscaron unos renegados, no llevaban bandana, no parecían de ningún clan ni especialidad que conozcamos y usaban ese extraño veneno. Aki dejó a uno frito y los otros dos huyeron antes de que pudiésemos hacer nada. Llegamos aquí, y nos dijeron que tres extraños renegados habían atacado los otros equipos.


Se quedó un momento en silencio, buscando palabras con las que seguir su explicación y no estaba encontrandolas.

Y os preguntareis porqué os estamos aburriendo con este sermón. Primero, si volvéis antes que nosotros, tendréis que informar. Segundo, hemos decidido que decidáis vosotros qué hacer. Está claro que ya habéis hecho más que suficiente, podéis volver ya a la villa con la cabeza bien alta.

Si os quedáis... bueno, es arriesgado. Saigo ha estado vigilando mientras yo estaba "indispuesto". Nos están buscando, de momento solo son esos tres que sepamos. Lo que sabemos de ellos es más bien poco, si encuentran esto, no me extrañaría que pudieran colarse de alguna forma. Así que cada segundo que paséis aquí es un riesgo más.

Además, Aki debería volver a la villa también, no está en condiciones de seguir aquí, ya ha hecho más que suficiente.


La nombrada se levantó, mirando a Ryu con la misma mirada que les había echado a los genins cuando habían llegado tarde. Dejó la taza con té en la mesa lentamente, sopesando si tirársela a la cabeza a su compañero, pero finalmente se marchó sin decir nada, dando un sonoro portazo al salir.

Dios, parezco Saigo ya con los sermones. Os quedáis u os vais. Contemplad todo lo que significa una cosa y la otra, solo sois genins, aunque seáis médicos, de hecho, siendo médicos sois más valiosos para la villa que muchos de nosotros. Pero eso es algo que tenéis que decidir vosotros.

También podéis elegir no elegir, entonces nosotros como superiores vuestros decidiremos. En cualquier caso, si tenéis alguna duda preguntad lo que queráis. A mi, a Saigo o a Aki, aunque tendría cuidado con ella, no está pasando una buena racha. Yo me voy a estar con los demás, que estaban convencidos que iba a perder un brazo o algo. A Saigo le toca hacer la cena, y seguro que sois capaces de encontrar a Aki.


Antes de que pudiesen decir nada, el hombre desapareció por la puerta en dirección al cuarto de heridos. Saigo se levantó lentamente y se preparó para empezar a cocinar.

Mogura-san, deberías comer algo, hay bolas de arroz todavía. Y tú también, Karamaru-san. Tomaos vuestro tiempo para decidir y preguntad lo que queráis.

Su expresión parecía más sombría de lo normal, ese repaso mental que había hecho de la operación donde casi pierde a sus dos compañeros de equipo estando él al mando le había dejado tocado. Sacó un pergamino que llevaba él encima, comprado, legalmente, existente, tangible, y de él desselló varios ingredientes antes de empezar a cortarlos.


¡Es vuestro momento! Podéis preguntar a cualquiera de los tres, o a los heridos, si preferís debatir entre vosotros vuestras posibilidades está bien también, si no hacéis preguntas a los NPCs yo os dejo hablar entre vosotros. Técnicamente no hay tiempo limite.
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No recibió respuesta vocal, pero Karamaru entendió que debía seguir los pasos de sus compañeros y sentarse frente al grupo de tres con los que interactuaron durante su estancia en el escondite. Sin embargo, antes siquiera de empezar a caminar, el estómago del calvo rugió ante la necesidad de comida y llegó a la mesa con dos bolas de arroz en cada mano que terminó por apoyarlas sobre la misma y comerlas una a una.

Y vosotros sois...- Karamaru escuchó en silencio y con atención, mientras comía, cada palabra que que se decía tanto antes como después de su intervención.

K-ka-Karamaru, d-del c-cla-clan Ha-bak-Habaki.- le costaba sacar palabras claras con tanto arroz dentro de la boca.

Los dos hombres y la mujer se fueron dejando a los shinobi solos en la mesa con el mero objetivo de tomar una decisión, una que el cenobita tenía clara. Terminado sus cuatro bolas arrastró al antebrazo sobre la mesa para limpiar cualquier resto y se sentó sobre ella apoyando sus pies en el asiento. Así, estaría casi frente a sus compañeros y más alto que ellos.

Esto será una votación, ¿Verdad?- comenzó a hablar primero. Antes siquiera de averiguar con los demás, los tres compatriotas tenían que tener las cosas claras.

Pues yo voto que hasta aquí llegamos. Cumplimos con la misión, porque si ellos no pudieron con esos hombres, que son chuunin, nosotros solo podremos sacarnos los mocos frente a ellos.

Podrían pensar que hablaba con miedo, inseguro de sus capacidades, pero su voz era firme y trataba de ser realista. Muchas veces lo había dominado la emoción y se dejaba llevar, pero en una misión de tales características hacía su mayor esfuerzo para mantener una especie de cordura.

Si informamos lo antes posible se podrán enviar refuerzos de alto grado y terminar esto en un abrir y cerrar de ojos.- terminó antes de hacer una pausa, tratando de convencer a sus compañeros de su postura.
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HabloPienso
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Pues yo voto que hasta aquí llegamos. Cumplimos con la misión, porque si ellos no pudieron con esos hombres, que son chuunin, nosotros solo podremos sacarnos los mocos frente a ellos.

Al contrario de lo que Karamaru pensase, no estaban solos, porque en esa misma estancia estaba Saigo preparando la comida, que podía escuchar perfectamente lo que ellos dijeran.

No os vamos a pedir que combatáis, por supuesto. Con quedaros me refería a esperar en la base a que vuelvan los heridos, o por lo menos, ese sería el plan. Contando claro, que habrá más gente que se tendrá que quedar aparte de Aki.

Si querían intimidad tendrían que volver al cuarto donde habían estado durmiendo, sino el alto rango del lugar les oiría cada palabra que dijeran y tal vez acabaría influenciando en su decisión final.


Esto es una breve interrupción por mi parte, no una ronda nueva. Así que ahora les toca a Keisuke y Mogura.
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