Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
19/01/2018, 15:01 (Última modificación: 1/02/2018, 22:32 por Uzumaki Eri.)
Demonios, Daigo. ¿Si ya sabías que no podías hacerlo para qué te metes?
El peliverde caminaba cabizbajo por las calles de la aldea, con la capucha de su sudadera puesta para tapar su cabeza y su hitai-ate brillando orgulloso atado a su brazo derecho.
No podrías haberlo hecho ni por cuatro mil ryō...
Habían pasado ya varios días desde que Daigo había vuelto de su corto viaje al País del Fuego, lugar en el que le ofrecieron una misión de búsqueda de información que tuvo que rechazar por miedo.
...No eres tan valiente.
Dio un par de pasos más antes de dejarse caer sobre un frío banco de madera.
—¿Si no tuviste la fuerza para hacerlo ni por tu familia, qué podrás hacer tú por la aldea? —se dijo mientras se arrancaba el hitai-ate del brazo.
Sostuvo la bandana entre sus manos mientras observaba con detenimiento el símbolo de Kusagakure que se encontraba incrustado en ella.
El metal de la banda reflejaba el sol y brillaba, brillaba tanto que lo deslumbraba y lo obligaba a entrecerrar los ojos. La luz le hizo recordar todo lo que había pasado para convertirse en shinobi de Kusagakure y lo que significaba su puesto.
De un bote, el joven genin se levantó y ató con decisión el hitai-ate a su frente recogiendo sus cabellos con la bandana y apartándolos para poder mostrar el símbolo de Kusagakure.
Es hora de hacer las cosas bien.
Se dirigió rápidamente al edificio del Morikage para pedir su primera misión como ninja de Kusagakure, pues ¿de qué servía tanto entrenamiento si nunca ejercía su oficio?
Antes de darse cuenta, Daigo ya se encontraba frente a la puerta del edificio.
Cerró los ojos e inhaló y exhaló para prepararse mentalmente antes de finalmente acceder al edificio y dirigirse al mostrador de la derecha.
—Buenos días, soy Tsukiyama Daigo —Se presentó con una ligera reverencia—. Querría solicitar una misión
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
¡Buenas! Según lo hablado por mp, me meto a esta petición ^^
Juro suspiró pesadamente, mientras caminaba por las calles de la aldea. Tras unos cuantos días, por fin había vuelto de su viaje por recorrer mundo. Se había encontrado con mucha gente, y había vivido múltiples experiencias. Desde conocer a ninjas de Uzushiogakure, hasta bailes de armaduras.
« Pero no estoy satisfecho... »
El amargo recuerdo de haber fracaso aún le acompañaba. Desde que había hecho aquella extraña misión de infiltración con Uchiha Akame, el ganador del torneo, y Keisuke, un amejin. Después de haberse enfrentando a una espia y haberse metido en una conspiración más grande de lo que hubiera pensado. Y haber fracasado.
« Esta vez, tiene que salir todo bien »
Así pues, Juro se dirigió al edificio del Kage. Esta vez, iba a hacer una misión por el bien de la aldea. Y esta vez, pensaba utilizar todo lo que había entrenado para ello.
Esta vez, sería diferente.
Luciendo su bandana, y con los dos pergaminos atados a la cintura, Juro se adentró en el edificio, y fue directo a la oficina que ya conocía. Después de todo, no era la primera vez que se dirigía a pedir una misión. Aun así, después de todo lo que había hecho, se resistía a hacer otra de rango D. Quería vivir más emociones que un simple encargo o una simple carrera.
Se sorprendería al ver a una cara conocida, a punto de pedir una misión, como él.
— ¡Daigo-san! — murmuró Juro. Aún le recordaba. Era el ninja boxeador del que le había hablado Yota en los dojos. Habían vuelto juntos, junto a la familia de Yota, a Kusagakure, una estación atrás. Le recordaba como un tipo agradable —. Qué alegría verte por aquí. ¿Cómo te encuentras?
Juro se puso a su lado y se dirigió también a la secretaria, consciente de que si no, estaría estorbando.
— Siento la interrupción. Buenos días. Soy Eikyu Juro, y también vengo a solicitar una misión — dijo, con una sonrisa de alegría, y después se dirigió a Daigo —. Podríamos trabajar juntos.
30/01/2018, 16:41 (Última modificación: 30/01/2018, 16:42 por Inuzuka Nabi.)
—Buenos días, soy Tsukiyama Daigo.Querría solicitar una misión
— Buenos días, Daigo-kun. ¿Tu primera misión? No te había visto por aquí.
Antes de que Daigo pudiese contestar, el anciano que se encontraba detrás del mostrador se levantó, dejando ver su altura, que era bastante más que la del genin, además de su musculatura, que también era bastante más que la del genin. De hecho, la barba blanca del anciano sí que medía algo parecido a la altura de Daigo.
Bajo su chaleco de Jounin no llevaba más que músculos y cicatrices, con unos pantalones holgados de color verde hierba. El hombre ya casi había decidido la misión de su subordinado cuando apareció un conocido de ambos.
— Siento la interrupción. Buenos días. Soy Eikyu Juro, y también vengo a solicitar una misión Podríamos trabajar juntos.
Para entonces el encargado de aquella sección del edificio del Morikage ya estaba a su lado y procedió a darle un golpecito a Juro. Un golpecito de los suyos podía ser un puñetazo con toda la fuerza de Daigo. Sin embargo, esta vez no se quedó para ver como el shinobi aguantaba el golpe, sino que volvió a sentarse en su silla tras el mostrador. Él ya sabía su estado físico solo golpeándole. La sabiduría de la edad.
— Bien, Daigo-kun, creo que podrías hacer una misión de rango C con Juro-kun. Pero él será el capitán, tu forma física es bastante mediocre, así que la próxima vez que me pidas una misión trabajaremos sobre ese aspecto. Los jóvenes de hoy en día os pensáis que todo es Ninjutsu y Genjutsu, y no.
31/01/2018, 15:33 (Última modificación: 31/01/2018, 15:48 por Tsukiyama Daigo.)
—Buenos días, Daigo-kun. ¿Tu primera misión? No te había visto por aquí.
El anciano se levantó tras el mostrador, dejando ver su gran altura y una musculatura que definitivamente superaba con creces la de Daigo.
Demonios, ¡este podría ser el hombre más fuerte que he visto!
El chico miraba asombrado a aquel hombre mientras este escogía su misión, pero en ese momento un conocido apareció.
—Qué alegría verte por aquí. ¿Cómo te encuentras?
—Buenos días, Juro-san. ¿También has venido a pedir una misión?
En ese momento, Juro se acercó a Daigo para dirigirse al anciano.
—Siento la interrupción. Buenos días. Soy Eikyu Juro, y también vengo a solicitar una misión. Podríamos trabajar juntos.
Dijo Juro antes de recibir un "pequeño" golpe por parte del anciano, aunque por supuesto eso de "pequeño" era relativo, porque Daigo estaba seguro de que no podría golpear igual de fuerte ni aunque lo intentase.
—Bien, Daigo-kun, creo que podrías hacer una misión de rango C con Juro-kun. Pero él será el capitán, tu forma física es bastante mediocre, así que la próxima vez que me pidas una misión trabajaremos sobre ese aspecto. Los jóvenes de hoy en día os pensáis que todo es Ninjutsu y Genjutsu, y no.
El hombre se cruzó de brazos y suspiró.
—¿Y bien?
Daigo no se lo pensó dos veces antes de responder con una pronunciada reverencia.
—¡Sí!, sí me gustaría formar equipo con Juro-kun.
En su interior Daigo no podía evitar sentirse aliviado y agradecido, pues esta sería su primera misión oficial como shinobi de Kusagakure y se le había permitido realizar una misión de rango C, además de que esta sería realizada con una persona que ya conocía aunque fuera muy poco, cosa que le ayudaba a calmar sus nervios.
Pero... ¿de verdad es tan terrible mi forma física?
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Antes de que Juro pudiese hacer nada, aquel maldito anciano lleno de músculos y de vitalidad se levantó y le propinó otro de sus "choques amistosos". Esta vez, Juro no se cayó, pero tuvo que apoyarse en el mostrador, y apretar los dientes. Apretarlos mucho.
Solo esperaba que esta vez no le quedase un moratón. Había tardado semanas en recuperarse del otro.
—Bien, Daigo-kun, creo que podrías hacer una misión de rango C con Juro-kun. Pero él será el capitán, tu forma física es bastante mediocre, así que la próxima vez que me pidas una misión trabajaremos sobre ese aspecto. Los jóvenes de hoy en día os pensáis que todo es Ninjutsu y Genjutsu, y no.
« ¿Capitán? » — pensó, extrañado.
Juro no sonrió, pero sintió ganas. Ya se sabía esa charla. Después de todo, era el mismo hombre que le había mandado dar cien vueltas entorno a la villa porque su estado físico era pésimo. Puede que siguiese sin acercarse si quiera a la vitalidad de ese hombro, pero tenía que admitir que gracias a él estaba algo mejor.
Respecto a lo del capitán... tendría que verlo. Desde luego, prefería que los dos formaran un equipo normal y corriente. Pero las ordenes eran las ordenes, supuso.
—¡Sí!, sí me gustaría formar equipo con Juro-kun.
La contestación de Daigo fue tan rápida como satisfactoria. Juro no pudo evitar contagiarse.
— ¡Bien! Yo también voy entonces — murmuró, feliz y nervioso a partes iguales. ¡Era su primera misión de rango C!
1/02/2018, 22:26 (Última modificación: 1/02/2018, 22:33 por Inuzuka Nabi.)
—¡Sí!, sí me gustaría formar equipo con Juro-kun.
— ¡Bien! Yo también voy entonces
— ¡Los jóvenes de hoy en día tenéis mucho valor y muy poco músculo! Pero admiro vuestro valor. Aquí tenéis, una misión de rango C. Y recordad, que la misión más importante de todo shinobi es volver sano y salvo a su villa.
Abrió un cajón de detrás del mostrador y sacó un pergamino con una C escrita en su dorso. Lo dejó encima de la superficie horizontal de madera que los separaba, entre él y Juro, que era el que debía llevar las riendas del asunto.
— Suerte, chicos.
Misión rango C. ¡Vaya panda!
Solicitante: Rushi Yaji Lugar: Paraje del Bambú Desde hace meses los asentamientos del bosque han informado de avistamientos de un enorme oso panda. Hace unos días atacó un poblado, dejando varios heridos leves y algunos graves. Un cazador local solicita apoyo shinobi para dar caza a la bestia salvaje.
Se adjunta un mapa del bosque en cuestión con una cruz marcando un lugar, pero no se especifica qué es.
—¡Los jóvenes de hoy en día tenéis mucho valor y muy poco músculo! Pero admiro vuestro valor. Aquí tenéis, una misión de rango C. Y recordad, que la misión más importante de todo shinobi es volver sano y salvo a su villa.
En cuanto ambos Genin dieron su respuesta, el anciano sacó un pergamino con una C escrita en su dorso que dejó frente a Juro.
Daigo se limitó a mirar con curiosidad el pergamino mientras esperaba a que Juro lo tomase.
—Suerte, chicos.
—Daremos nuestro mejor esfuerzo.
Se atrevió a hablar por los dos antes de mirar a Juro con emoción y algo de impaciencia. Simplemente no podía esperar a saber de qué trataría su primera misión.
—¿Vamos?
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Juro sonrió un poco al escuchar al viejo secretario. Era un hombre gracioso, la verdad. Si olvidábamos los golpes, y su obsesión por la musculatura, era entrañable. En el fondo, sabía que lo hacía todo por su bien.
— ¡Si! — exclamó ante la afirmación de Daigo.
El secretario le dio el pergamino y Juro lo tomó. Después de todo, él era el supuesto capitán. Juro lo abrió, notando la mirada de Daigo, quien atendía con curiosidad. Al parecer, la misión iba sobre cazar a una bestia salvaje que asolaba el Paraje de Bambu. Juro sintió un escalofrió. Era una misión después de todo. De rango C.
— Si, vamos Daigo — Y tras hacer una reverencia y despedirse del secretario, Juro se marchó.
Nada más hubieran salido del edificio del Kage, Juro comenzó a hablar.
— Bueno, la verdad es que me gustaría hablar sin formalidades contigo — dijo Juro, con su misma sonrisa de siempre —... pero antes, tendremos que aclarar unas cuantas cosas, siendo esto una misión oficial y siendo un equipo.
Juro no sabía en ese mismo momento como llegar al Paraje de Bambú. No sabía leer el mapa — lo sabía leer, claro, pero de ahí a interpretarlo bien — y tenía mucho por decir.
— En primer lugar, aunque sea el supuesto capitán, vamos a tratar de apoyarnos mutuamente como equipo y centrarnos en eso — dijo. Realmente no sabía que esperaba de él en esa misión. Él no era un lider a quien seguir o un ninja poderoso que pudiera protegerlo —. Por otro lado, nunca hemos formado equipo antes, y lo poco que sé de ti es que eres una especie de boxeador ninja. Como compañeros, deberíamos poner en común nuestras habilidades y puntos débiles, si te parece bien.
—Sí, vamos Daigo —dijo Juro y se despidió del secretario luego de hacer una reverencia, que Daigo imitó antes de marcharse.
Apenas ambos habían salido del edificio, Juro empezó a hablar.
—Bueno, la verdad es que me gustaría hablar sin formalidades contigo... pero antes, tendremos que aclarar unas cuantas cosas, siendo esto una misión oficial y siendo un equipo.
Daigo asintió mientras escuchaba atentamente a su compañero. Si Juro iba a ser el capitán, el peliverde tendría que prestar mucha atención a todo lo que pudiera decirle.
—En primer lugar, aunque sea el supuesto capitán, vamos a tratar de apoyarnos mutuamente como equipo y centranos en eso. Por otro lado, nunca hemos formado equipo antes, y lo poco que sé de ti es que eres una especie de boxeador ninja. Como compañeros, deberíamos poner en común nuestras habilidades y púntos débiles, si te parece bien.
—De acuerdo, empezaré yo, aunque supongo que ya lo has dicho más o menos todo. "Boxeador ninja" ya me define bastante bien —rió.
—Por lo general me suelo encontrar más cómodo en las distancias cortas, pero aún así domino medianamente el Fuuton, aunque solo sea lo suficiente para defenderme a media distancia y...
Se llevó un mano a la barbilla intentando buscar alguna otra característica suya que pudiera decir, pero estaba convencido de que eso era todo.
—...diría que ya está. ¿Qué hay de ti, Juro-san?
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6/02/2018, 15:05 (Última modificación: 6/02/2018, 15:05 por Eikyuu Juro.)
Daigo pareció aceptar de buen grado sus palabras y empezó el mismo a presentarse, contando sobre sus habilidades. En una misión como aquella, donde tendrían que complementarse para pelear, sería muy apropiado saber de antemano eso.
—De acuerdo, empezaré yo, aunque supongo que ya lo has dicho más o menos todo. "Boxeador ninja" ya me define bastante bien. Por lo general me suelo encontrar más cómodo en las distancias cortas, pero aún así domino medianamente el Fuuton, aunque solo sea lo suficiente para defenderme a media distancia.
Juro asintió. Por lo que sabía, la especialidad de Daigo era el taijutsu. Eso era algo bueno, puesto que Juro no tenía mucha habilidad en esa rama y podrían complementarse.
« Así que Futon, eh... »
Compartían el mismo ninjutsu elemental. En parte, era malo, puesto que solo podían atacar de una manera en ese sentido. Pero supuso que contra un panda, tampoco haría falta tanta especialidad.
— Bien — comentó Juro, mientras desenrollaba, metodicamente, el pergamino que tenía en el costado izquierdo, revelando un kanji: "Gen". —. Mejor te lo enseño, es algo complicado de explicar.
Juro hizo una secuencia de sellos, y entonces, el sello se rompió, liberando una pequeña cortina de humo. Si Daigo hacía memoria, recordaría a Gen, la marioneta de Juro. Era un títere más pequeño que su propio usuario, que vestía una túnica morada y tenía el pelo revuelto, en punta, de color carbón, sin más ornamentos. Este la cogió.
— Creo que ya me viste en el torneo, así que es mucho más fácil. Pertenezco a una familia de marionetistas. Controlamos estas cosas tan simpáticas llamadas marionetas — dijo Juro, y para demostrarselo, soltó a Gen. Había pegado sus hilos al entrar en contacto con ella. La marioneta se quedó en el aire, flotando, y luego hizo una reverencia —. Parece débil, pero esta llena de armas, así que ten cuidado. Tengo otra marioneta más, pero esa solo la usaré si veo que es necesario, es mucho más peligrosa que esta.
Juro volvió a recoger a Gen. No es que fuese un exhibicionista, así que procedió a meterla otra vez en el pergamino.
— Como ves, también se un poco sobre Fūinjutsu, lo justo para saber formulas de sellado sencillo — le explicó —. También sé algo de Fūton, como tú, con el que puedo defenderme si algo malo le pasa a mis marionetas. Y, bueno... también fabrico venenos personales a partir de hierbas, aunque no tengo ningún antídoto para ellos, así que hay que tener cuidado. Creo que eso es todo.
Juro volvió a ejecutar la cadena de sellos y la marioneta se metió dentro del pergamino otra vez, con el mismo signo. Cogió el pergamino y lo volvió a colocar en su sitio.
Luego de que Daigo acabase de hablar, Juro empezó a desenrollar el pergamino que llevaba guardado en su costado izquierdo.
—Bien. Mejor te lo enseño, es algo complicado de explicar.
Hizo una secuencia de sellos que acabó por romper el sello del pergamino y liberar una ligera cortina de humo, provocando un ligero sobresalto en Daigo. Entonces, del humo salió un pequeño muñeco con una túnica morada, el pelo puntiagudo y pocos detalles. Juro la tomó.
—Creo que ya me viste en el torneo, así que es mucho más fácil. Pertenezco a una familia de marionetistas. Controlamos estas cosas tan simpáticas llamadas marionetas. Parece débil, pero está llena de armas, así que ten cuidado. Tengo otra marioneta más, pero esa solo la usaré si veo que es necesario, es mucho más peligrosa que esta.
Juro hacía flotar su marioneta en el aire mientras hablaba. ¡Era tan interesante! ¿Cómo podía un ninja pelear utilizando un muñeco? Daigo no podía entenderlo, pero sentía mucha curiosidad por ello.
—Como ves, también se un poco sobre Füinjutsu, lo justo para saber fórmulas de sellado sencillo. También sé algo de Fūton, como tú, con el que puedo defenderme si algo malo le pasa a mis marionetas. Y, bueno... también fabrico venenos personales a partir de hierbas, aunque no tengo ningún antídoto para ellos, así que hay que tener cuidado. Creo que eso es todo.
Daigo asintió varias veces luego de escuchar todo lo que Juro tenía que decir y según lo que le había contado ambos podrían complementarse bastante bien, poniendo al peliverde en primera línea mientras Juro acababa el trabajo desde la distancia.
Aunque no estoy seguro de poder hacer mucho cuerpo a cuerpo contra un oso enorme... tiene que haber otra manera.
Daigo se mantuvo pensativo durante unos segundos antes de dirigirse a Juro, había tenido una idea.
—Juro-san, ¿crees que entre tus venenos haya algo que podamos usar contra el oso? —dijo—. —Ya sabes, algo no muy peligroso ni... mortal, lo suficiente para mantenerlo controlado.
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Daigo permaneció en silencio, observando el despliegue de habilidades de Juro y lo que le decía. Tras terminar, ambos quedaron mucho más satisfechos. Después de todo, ya sabían más de su otro compañero.
—Juro-san, ¿crees que entre tus venenos haya algo que podamos usar contra el oso?Ya sabes, algo no muy peligroso ni... mortal, lo suficiente para mantenerlo controlado.
Juro reflexionó.
— Tengo uno que causa picores incontrolables. En humanos no es muy agradable, te lo aseguro, pero en animales... — No siguió. Realmente no lo sabía —. Otro es una neurotoxina. Paraliza las zonas afectadas. Pero esta hecho para humanos. No tengo ni idea del grado en el que podría afectar a una bestia enorme.
La verdad es que no lo sabía. Nunca se había preparado contra un animal salvaje enorme. ¿Le afectaría del mismo modo? Supuso que era probable que no. Igual que un sedante, las cantidades podrían ser distintas.
— Podemos intentarlo, pero no corramos riesgos— murmuró —. Nuestra función es dar apoyo, ya lo sabes. Para matar a esa criatura.
Tendrían que empezar a caminar. Y Juro aun no le había dicho lo importante. Era su momento.
— Hay una cosa más... — comentó Juro, mirando al suelo, con aparente vergüenza —. No se orientarme... para nada. Creo que será más rápido si tu llevas el mapa y nos llevas hasta ahí. Probablemente nos perdería.
—Tengo uno que causa picores incontrolables. En humanos no es muy agradable, te lo aseguro, pero en animales... Otro es una neurotoxina. Paraliza las zonas afectadas. Pero esta hecho para humanos. No tengo ni idea del grado en el que podría afectar a una bestia enorme.
En verdad Daigo no tenía la más mínima idea sobre el funcionamiento de los venenos, en su cabeza eran cosas que se aplicaban y ya está, aunque ahora que lo pensaba quizá haya que utilizar una dosis muy grande para un oso y puede que acabe siendo más cruel.
—Podemos intentarlo, pero no corramos riesgos. Nuestra función es dar apoyo, ya lo sabes. Para matar a esa criatura.
Daigo suspiró sin saber bien qué decir, solo esperaba poder hacerlo rápido para el panda.
Vamos, Daigo, solo tienes que hacerlo como en los veranos con papá.
Intentó convencerse mentalmente de que aquello sería fácil, pero lo cierto era que jamás se le habría ocurrido intentar cazar un oso, ni siquiera en las cazas de verano.
—Hay una cosa más... no se orientarme... para nada. Creo que será más rápido si tu llevas el mapa y nos llevas hasta ahí. Probablemente nos perdería.
—Uhhh...
Se lo pensó un par de segundos, pues aunque podía leer bien el mapa no confiaba en poder hacerlo correctamente. ¿Y si acababan perdidos por su culpa?
Pero Juro confiaba en él.
—De acuerdo, puedo hacerlo.
Dicho esto, Daigo estiró la mano sonrisa para que Juro le tendiese el mapa.
—¿Vamos?
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!