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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
[Dojos 220, 2º div, Final] Reiji vs Ranko
TERMINADO. GANADOR: Reiji
#16
Lo que tenia un combate cuerpo a cuerpo es que era un dar y recibir. Básicamente, a tan corta distancia, evitar un ataque mientras estas atacando era, prácticamente imposible. Por eso, siempre, golpea mas fuerte que tu enemigo.

Era demasiado tarde para frenarlo todo y huir cuando Ranko agarró también mi muñeca. Daba igual, mi espada ya se dirigía a su Abdomen. Pero como la kusajin que era, su resistencia y fuerza, superaban las mias con creces. Por eso, no podría evitar su contraataque.

Su pierna voló hacia mi rostro a gran velocidad. Cerré los ojos para evitar quedarme ciego si golpeaba donde no debía. Aunque no fue mas que un segundo, sentí cada patada como si fuera mucho mas larga que eso. Aquello si dolió tanto o quizás más que el rasengan de Hana.

Cuando todo terminó, abrí los ojos. No podía verme a mi mismo, pero me dolía toda la cara. La nariz estaba rota, seguro, y probablemente mas de un diente. La sangre salia por la comisura de los labios. y probablemente tendria algun ojo hinchado, aunque mi vista parecia intacta. Una cosa era segura. Mejor no verme en un espejo en ese momento.

Estaba al borde de desmayarme después de ese golpe. Pero aguantaba. Tenía que hacerlo. Por todos los que creían en mi. Tenia que seguir luchando hasta que fuese mi propio cuerpo el que dijera basta.

No podía responder a las palabras de mi rival. No por que no quisiese, si no por que el dolor que sentía en la cara y sobretodo en la mandíbula, me lo impedían. Así que lo único que hice fue sonreirle mientras yo también me ponía en guardia. Esperaba que entendiera que, yo también pensaba lo mismo que ella.

Ahora bien. ¿Como podía golpearla sin hacerle algo mas severo? Yo estaba mal, pero a ella le salía bastante sangre de la herida que tenia en el abdomen, que sumado a la herida del Rasengan...

No es que yo estuviera mucho mejor que ella, pero si volvía a cortarle, probablemente acabaría desangrándose. Sin embargo, si ella quería luchar hasta el final, no sería yo el que bajase la espada en ese momento.



- PV:

45/190

-100

- CK:

29/190

+20
-0


- Daño Recibido: 100 PV
- Posible Daño provocado:
- Acciones ocultas: -
- Aclaraciones: -
- Bonus de Tsubame : +0PV a daños por corte
-2
(El bonus se pierde tras el uso de la técnica)
- Bonus de Aichō: +10 PV a daños por corte.

Contusion:

5/5




- Fuerza: 40
- Resistencia: 30
- Aguante: 30
- Agilidad: 40
-10
= 30.
- Destreza: 60
-10
= 50.
- Poder: 40
- Inteligencia: 50
- Carisma: 30
- Voluntad: 30
- Percepción: 30


Equipo shinobi:
  • Hitai-ate [Brazo izquierdo]

Armas de filo:
  • Tsubame (Uchigatana) [Atada al obi, lado izquierdo]
  • Aichō (Uchigatana) [Atada al obi, lado izquierdo]


Camino del Herrero: Afilado perfecto (Tercera Evolutiva, link)
[Imagen: ksQJqx9.png]
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#17
PV

10/230

-10


"No caigas. No te atrevas a caer."

Ranko no pudo ver a la mujer pelirroja que se ponía de pie en las gradas, preocupada por su hija. No pudo ver ni a la chica que apretaba las manos a manera de oración al lado de dicha mujer. Tampoco a Aburame Kintsugi. Sólo vio el rostro sangrante del espadachín a unos metros de ella. Había acertado. Lo había hecho. Ahora solo quedaba hacerlo de nuevo. Las veces que hiciera falta.

"No caigas. Ranko, no cedas. No caigas."

No sabía si sentía un infierno en el vientre, o si el dolor en sí le había entumecido los nervios. Sus temblorosos brazos se alzaron en guardia a la altura de su barbilla, listos para repeler cualquier ataque. Intentó saltar con su Hitoshin y darle una fuerte patada en el estómago.

"No, vamos, niña. No caigas. NO. CAIGAS."

Pero su cuerpo no se movió. Sus piernas estaban firmemente plantadas en la arena de combate, pero no respondían. Sus brazos estaban alzados para defenderse, pero tampoco hicieron nada. No sentía la sangre fluir por su vientre y piernas, pero sí sentía la energía abandonándola.

"No puedes caer. TE LO PROHIBO. No caigas."

Reiji seguía dispuesto a continuar, aunque se notaba malherido del rostro. Sólo necesitaba golpearle más. Sólo una, dos o tres patadas más y ganaría. Ya había perdido mucho. Contra Kuumi, contra Rōga, contra Etsu, contra Yota, contra Mei. Tenía que ganar. Por su familia, por su Aldea, por Yondaime Morikage. Por ella misma, por Hakuto. Tenía que darlo todo.

"No caigas. Por favor. Te lo suplico, Ranko, no caigas."

Le dolía tanto que ni siquiera podía llorar. Sintió que había pasado una eternidad allí, enfocando su borrosa visión en aquel espadachín. Si tan sólo fuese más fuerte. Si tan sólo fuese más rápida. Si tan sólo pudiese abrir las Ocho Puertas. Si tan sólo no fuese un fracaso de guerrera. Un fracaso de ninja. Un fracaso de heroína. Por un momento, su mirada fue a su brazo derecho, ahora protegido por su placa de Kusagakure. Una placa dañada y raspada. Y recordó su brazo roto, hacía ya varios años.

La voz de su madre reverberó en su cabeza.

”Eres fuerte, cariño, pero te falta mucho.

”Lo siento.”

”No lo sientas. Yo lo veo más como… una oportunidad de mejorar…”

"No caigas."

No había nada enfrente de Ranko, sólo el rostro ensangrentado de Reiji. La audiencia había desaparecido. Sus brazos se habían relajado, y ahora descansaban abajo, colgando de sus hombros.

"No caigas."

Todo se tornó negro. Ya no pudo ver ni a su contrincante, ni pudo escuchar el clamor de los Uzujin al ver vencedor a su campeón, ni la lástima de los Kusajin al ver a su finalista perder. No escucharía los gritos preocupados de su madre, ni podría ver la reacción de su Morikage. Oscuridad absoluta.

"No caigas."

Las piernas y la espalda de Ranko seguirían tensas, manteniendo su postura semierecta. Aunque sus ojos se apagarían y sus brazos no reaccionarían. Su vientre seguía sangrando, y no tardaría en hacer un charco carmesí a sus pies. Su espíritu de pelea le mantendría sin caer, pero su cuerpo ya no respondería. Su voluntad le hacía querer seguir, pero su cuerpo no daría más, petrificado por el daño que había sufrido. Era como si, inconscientemente, su cuerpo gastase lo poco de vida que le quedaba para mantenerla firme, de pie cual estatua.

"No..."

Y así, Kusagakure no Hakuto perdería.
Pensamientos (Plum) Diálogos (PaleVioletRed)

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#18
Y allí estábamos ambos, uno frente a otro, heridos de gravedad. Lo que antes había sido un frenético intercambio de golpes, ahora era parecía una eterna y larga pausa para relajarse. En realidad no había pasado tanto tiempo, pero entre el dolor, la velocidad a la que me latía el corazón y la emoción de la batalla, parecía una eternidad.

Mi rival no estaba moviéndose. Solo se estaba protegiendo, en guardia, con los brazos en alto, preparada para mi siguiente golpe. ¿Era eso? ¿Estaba esperando que yo fuese a por ella? En ese caso quizás debía lanzarme al ataque, pero con cabeza, quizás quería que la atacase por que tenia algo preparado. Tenia que hacerlo con cuidado, una patada como las de hacia un momento, y estaría fuera de combate.

Sin embargo, cuando fui a dar un paso hacia delante, sus brazos cayeron a los lados. ¿Que estaba haciendo? ¿Iba a correr hacia mi? ¿Volvería a saltar con ese movimiento tan impresionante que había dejado el suelo del estadio echo pedazos? Me quedé quieto y puse la espada por delante por lo que pudiera venir, mientras me prepara por si tenia que utilizar alguna técnica. No me quedaba mucho chakra, pero si tenia que agotarlo, lo haría.

Sin embargo, no sucedió nada. Absolutamente nada. Quería decir algo. Para ver si me respondia, pero con aquel dolor, mi boca se negaba a moverse. ¿Que tenia que hacer? ¿Me abalanzaba o esperaba a que reaccionara? La madera bajo sus pies estaba cada vez mas roja por la sangre, pero ella no parecía hacer nada.¿Acaso era una ilusión? ¿Me estaba enfrentando a eso?

No fue hasta que aparecieron los sanitarios para llevarse a la muchacha hasta que me di cuenta de que se había desmayado por la perdida sangre. De pie. Se había quedado inconsciente de pie. El espíritu de lucha de los Kusajin era admirable.

Parecía que habían pasado minutos desde el intercambió de golpes, pero en realidad, había pasado todo mucho mas rápido. ¿Había ganado? Si, la respuesta tenía que ser si. Los sanitarios se estaban llevando a mi rival y las gradas de Uzuahiogakure lo estaban celebrando.

No era una ilusión ¿Verdad? Mi rival no había usado genjutsu en todo el combate, aunque quizás lo estaba guardando para ese momento. Tuve que pasar el pulgar por el filo de la espada y hacerme un pequeño pero doloroso corte en el deso para saber que era real.

Alguien como yo. Victorioso en un torneo para shinobis. Alguien que se creía que estaría siempre al fondo, siempre por detrás de cualquier genin, incluso si era recién graduado. Alguien así había llegado a la cima y la había conquistado.

Fue en ese momento cuando lo supe, cuando pude responderme a mi mismo a la pregunta que me había formulado mientras observaba las aguas del lago del valle.

Sí. Había mejorado lo suficiente. Si que había cambiado para ser una mejor versión de mi mismo. Pero el camino aún era largo, y quedaba mucho por recorrer. Pero por ahora, tocaba hacer una pausa en ese camino para celebrar aquella victoria.

Me hubiera gustado dedicar algunas palabras, o decir algo. Pero mi boca seguía negándose a actuar por el dolor. Envainé a Tsubame y me limite a desabrochar mi bandana y alzarla en aire como símbolo de triunfo y orgullo, mientras caminaba hacia la salida.

Esta vez, si que iba a necesitar que un medico me revisase las heridas de la cara.
[Imagen: ksQJqx9.png]
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