19/05/2019, 19:05
Y así, Urami y Datsue partieron.
No hacia Uzu, como ellas dos creían. Sino hacia Yamiria. El Uchiha bien sabía que Urami no se llevaba bien con sentirse encerrada, y si Hanabi le permitía su acceso, iba a tener difícil salir de la Villa. Los civiles, incluso los shinobis mismos, necesitaban un permiso cada vez que querían salir. Dudaba que Urami lo fuese a conseguir pronto, y por eso, mejor aprovechar antes de que fuese demasiado tarde para que conociese una ciudad de verdad.
Yamiria era todo lo que se podía pedir a una urbe. De estilo tradicional, con numerosos bares y locales de entretenimiento y con la suficiente guardia como para que no se produjesen demasiados altercados. Era curioso…
Allí era donde había conocido a Aiko. Junto a su Hermano. Cuando vieron a un muerto vivo.
Pero Urami se encargó, inconscientemente, de apartarle aquellos pensamientos de la cabeza. Oh, sí, se divirtieron. Se lo pasaron francamente bien. El Uchiha disfrutó como hacía tiempo no lo hacía. Y saboreó cada momento, cada segundo de felicidad.
Ahora sabía lo que costaba alcanzarla.
De vuelta a la Villa, Datsue se las arregló para que Urami fuese aceptada como una civil más. Era una gran herrera, por mucho que ella se empeñase en disimularlo. Quizá podía encontrar un trabajo en la herrería de la familia de Reiji. Al menos al principio, para justificar su entrada. Viviría con él los primeros días, y luego…
Bueno, ya se vería. Lo único que estaba claro era que el diario de Uchiha Datsue iba a estar plagado de nuevas entradas durante las próximas semanas. Y, por una vez, estas no serían de tinte dramático.
Oh, qué ingenuo que era. No tenía ni idea de lo que le estaba por venir...
No hacia Uzu, como ellas dos creían. Sino hacia Yamiria. El Uchiha bien sabía que Urami no se llevaba bien con sentirse encerrada, y si Hanabi le permitía su acceso, iba a tener difícil salir de la Villa. Los civiles, incluso los shinobis mismos, necesitaban un permiso cada vez que querían salir. Dudaba que Urami lo fuese a conseguir pronto, y por eso, mejor aprovechar antes de que fuese demasiado tarde para que conociese una ciudad de verdad.
Yamiria era todo lo que se podía pedir a una urbe. De estilo tradicional, con numerosos bares y locales de entretenimiento y con la suficiente guardia como para que no se produjesen demasiados altercados. Era curioso…
Allí era donde había conocido a Aiko. Junto a su Hermano. Cuando vieron a un muerto vivo.
Pero Urami se encargó, inconscientemente, de apartarle aquellos pensamientos de la cabeza. Oh, sí, se divirtieron. Se lo pasaron francamente bien. El Uchiha disfrutó como hacía tiempo no lo hacía. Y saboreó cada momento, cada segundo de felicidad.
Ahora sabía lo que costaba alcanzarla.
De vuelta a la Villa, Datsue se las arregló para que Urami fuese aceptada como una civil más. Era una gran herrera, por mucho que ella se empeñase en disimularlo. Quizá podía encontrar un trabajo en la herrería de la familia de Reiji. Al menos al principio, para justificar su entrada. Viviría con él los primeros días, y luego…
Bueno, ya se vería. Lo único que estaba claro era que el diario de Uchiha Datsue iba a estar plagado de nuevas entradas durante las próximas semanas. Y, por una vez, estas no serían de tinte dramático.
Oh, qué ingenuo que era. No tenía ni idea de lo que le estaba por venir...
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado