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—¡No!— Respondió con voz infantil pero enojada a la vez.
La pequeña entonces alzó su otra mano y al hacerlo el roble entero se sacudió con violencia, como lo habían hecho los árboles en el túnel. La niña entonces movió su mano y las ramas parecían ser dirigidas por ella, con un movimiento brusco se dirigieron hacia ambos shinobis con fiereza.
—¡Alto!— Le exigió en vano el Takanashi.
Tatsuya saltó como pudo para intentar esquivarlas pero una de ellas golpeó su brazo, la de la máscara de zorro seguia dirigiendo la escena como si se tratase del director de una orquesta, siendo la melodía el crujir de la madera junto al repicar de las campanillas. Entre salto y salto al espadachín se le estaba haciendo imposible intentar acercarse siquiera a la pequeña Yuka, era obvio que no iba a dejar que se la llevaran con facilidad.
—¡Mitsuki-chan!— Trató de llamar a su acompañante.
Otra rama lo golpeó a medio salto en el aire, mandándolo a chocar contra las paredes arbóreas. La niña de kimono rojo entonces apretó su puño y lo volvio a abrir, las ramas sujetaron a la chiquilla raptada, la cual despertó al instante y ante la escena comenzó a gritar y llorar.
—¡Mamá!— Gritó buscando auxilio.
El ataque cesó, pero luego de eso el suelo que había debajo de la cúpula se desarmó en varias ramificaciones, dejando a los dos shinobis a la deriva mientras las ramas sujetaban a la niña, a su vez que la de la máscara de zorro se sentaba con suavidad en esas mismas ramas, viendo cómo los dos ninjas se las arreglaban ahora que ya no habia suelo fijo.
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~Ausente los fines de semana~
Una clara y enojada respuesta fue lo que obtuvo a su pregunta.
La Hyuga apretó los puños con fuerza mientras se disponía replicar... pero no hubo espacio para ello. La extraña niña enmascarada alzó su mano apuntando hacia ellos y eso provocó que el árbol entero comenzase a sacudirse mientras algunas ramas se lanzaban de manera amenazante en dirección a los shinobis.
La exigencia de Tatsuya cayó en saco roto, aquella cosa no tenía ninguna intención de detenerse, incluso fue alcanzado por una de esas ramas que le propino un golpe en le brazo.
Sin embargo, Mitsuki no tenía tiempo para preocuparse por su compañero pues una de las ramas la pilló desprevenida lanzandola hacia atrás de un fuerte golpe en el vientre. La de Kusabi golpeo con su espalda en uno de los laterales de la cúpula, quedando prácticamente sentada por el impacto, apenas podía respirar y la boca se le había inundado de un extraño sabor metálico.
La llamada de Tatsuya hizo que la joven elevase la mirada con dificultad buscando a su compañero, pero justo cuando lo localizó este recibió otro duro impacto que lo catapulto contra otra de las paredes
—¡Tatsuya!— gritó la joven que pudo notar como un hilillo de algo liquido y espeso caía por la comisura de sus labios, se limpió con el puño para comprobar que era sangre. Ese impacto había sido bastante duro...
Un desgarrador grito seguido de llanto reclamó la atención de la Hyuga, que pudo observar como la niña que trataban de salvar había recuperado la consciencia y parecía muy alterada, lo cierto es que lo extraño sería lo contrario.
Trataba de ponerse en pie cuando la del kimono rojo hizo un gesto con su mano, algo le decía que no sería nada bueno pero la realidad supero a todas sus expectativas. El suelo se abrió bajo sus pies, avocandola a precipitarse al vacío apenas sin aliento. Sin embargo, esta vez, la suerte jugo a su favor pues tras apenas caer uno metros pudo reponerse y aprovechar para caer sobre sus pies sobre una de las ramas del roble. Aún así, el esfuerzo de retener la caída con sus piernas le paso factura en su zona abdominal. El dolor se intensifico mucho más aún si cabe, lo que la obligó a doblarse un poco y terminar apoyando la mano derecha sobre el tronco antes de recuperar poco a poco la verticalidad.
"No hay tiempo... ¿Dónde está Tatsuya" la de Kusabi oteo sus alrededores tratando de encontrar a su compañero, ojalá hubiese tenido la misma suerte que ella y estuviese bien
—¡¿Tatsuya, dónde estás? ¿Te encuentras bien?!— lanzó las preguntas con la esperanza de obtener una respuesta afirmativa
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1/06/2016, 20:23
(Última modificación: 1/06/2016, 20:25 por King Roga.)
Cuando las ramas que sostenían el piso se abrieron el espadachín no pudo hscer mayor maniobra para evitsr caer, aunque si pudo ver a la de kimono rojo mientras caía, casi se podía imaginar una calavera sonriente bajo la máscara de zorro burlándose de ellos. Terminó cayendo de espaldas, impactando primero con una rama delgada que no soportó su peso y se partió en dos, provovando así que siguiera ssi trayecto para golpearse con la rama que estaba más abajo. Para su suerte esta última era más resistente y logró frenar su caída.
—¡Acá estoy!— Respondió adolorido cuando escuchó la voz de la Hyuga. —¡Sólo me golpeé un poco—
Había caído unos 5 metros más abajo de donde se encontraba la peliblanca, se encontraba algo lastimado, la madera no es muy buena para amortiguar una caída, pero peor hubiese sido irse directo al fondo. Trató de levantarse poco a poco, aunque el malestar en la espalda hacía que fuese una labor difícil. Esperaba que la kunoichi estuviera en mejor estado que él.
"Esa cosa maneja el árbol a su antojo y nosotros estamos parados justo en sus ramas"
Pelear contra ella era una locura, pero debían encontrar una manera de rescatar a la pequeña Yuka, la cual seguía llorando agónicamente mientras intentaba liberarse en vano. El supuesto espectro colgó las campanillas en una pequeña ramita, tras lo cual se dedicó a acariciar el rostro de la niña a la que había raptado. Sin embargo, lejos de consolarse la chiquilla empezó a gritar aún más fuerte.
—¡AYÚDENME!— Rogaba.
La del kimono rojo entonces volteó su vista hacía abajo, extendiendo su mano como si estuviera invitando a los dos shinobis a subir con ella. Claro está, aquel gesto lejos de ser amable parecía una burla luego de lo que les acababa de hacer.
—Venid a jugar— Dijo con tono inocente.
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La Hyuga respiro aliviada al escuchar la voz de su compañero, al parecer el también había acabado bien dentro de lo que cabe. Le busco con la mirada y lo localizó unos metros más abajo.
—Menos mal— dijo para sí misma mientras devolvía la mirada hacia arriba, buscando a la extraña niña del kimono, había dejado las campanillas sobre una rama y ahora se dedicaba a amedrentar a la chiquilla mientras les retaba a acercarse a "jugar".
Aquella criatura, fuese humana o no, estaba muy confiada y no era para menos. Ella parecía controlar el árbol sobre el que se encontraban, eso le daba sin lugar a dudas una ventaja difícilmente salvable.
—¡¿Por qué haces esto?!— Mitsuki optó por tratar de razonar con el supuesto espíritu —¡Esa niña no tiene la culpa de lo que sus padres hicieron en el pasado! ¡Es tan inocente como lo fue la chica a la que ahogaron los aldeanos! ¡No sigas cometiendo sus mismos errores, eso no es justicia!—
La de Kusabi tenía la esperanza de poder hacer entrar en razón a aquella cosa, fuera humana o fantasmal... si no lo conseguía se verían obligados a luchar en una clara desventaja.
"Si las palabras no funcionan... tendremos que luchar con ella sobre este árbol controlado por ella, y eso es una clara desventaja" la peliblanca pensaba todo lo rápido que su mente le permitía "Aunque tengo la sensación de que no lo controla en toda su extensión, podía haber retirado las ramas inferiores y habernos eliminado sin ningún esfuerzo..." la chica se mordió el labio "O estoy en lo cierto y no controla las partes más alejadas a la cúpula... o bien está jugando con nosotros... y si fuese poco... encima no estoy segura ni siquiera de lo que es..." Paseo la mirada por los alrededores "pero si es humana... debe de tener algún truco para mover todo esto..."
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La del kimono rojo se llevó el dedo indice al mentón después de escuchar las palabras de la Hyuga, además ladeó la cabeza como si no entendiese la pregunta.
—¿Porqué?— Respondió con extrañeza —¿Justicia?— Ladeó entonces su cabeza al lado contrario.
La niña entonces apoyó sus manos en la rama, reclinándose un poco hacia atrás y empezó a mover sus piernas mientras cantaba de nuevo, esta vez mirando al techo de la cúpula, ignorando aparentemente a los dos shinbis y a la pequeña Yuka que lloraba y pedía ayuda a gritos. Parecía reflexionar, buscando con la mirada un cielo que era imposible de divisar.
—Maru take ebisu ni oshi oike, ane san rokkaku tako nishiki, shi aya bu taka...—
—¡Presta atención!— Le exigió el Takanashi a la portadora de la máscara de zorro. —¡Responde la pregunta!— Dijo alzando la voz.
—...Matsu man goujo, setta chara-chara uonotana...— Siguió cantando haciendo caso omiso a lo que le decían.
El espadachín apretó los dientes y los puños, le irritaba en gran medida que sus palabras cayeran en oídos sordos, bueno, nunca nadie lo escuchaba, pero era una situación crítica y por eso se enfurecía. Estaba claro que la cosa esa no iba a hablar, pero pelear no era prudente, aún así, en un momento de desesperación el Takanashi echó mano al portaobjetos y sacó tres shurikens, lanzándolas contra la figura que parecía estar distraída, teniendo cuidado claro de no darle a Yuka. Sin embargo la del kimono rojo simplemente saltó con una agilidad tan grande que ninguno de los dos shinobis la vería moverse.
—¿Dónde...?— No terminó de formular la pregunta cuando la vió posada en otra rama que estaba más atras.
El supuesto youkai extendió sus brazos y movió ambas manos con movimiento circular, tras lo cual las ramas en las que se encontraban parados la de Uzu y el de Taki se retorcieran en una espiral ascendente buscando enrrollarse sobre ellos, probablemente con la intención de atraparlos. El Takanashi saltó de ahí pero de poco le sirvió puesto que el resto de las ramas donde pretendía caer también se enroscaban buscando apresarlos.
"Maldición no hay a donde ir"
Intentó sacar su espada para cortar la rama, pero esta se atascó en la madera. Al final la rama terminó rodeando el tobillo del genin de la cascada, sacándolo de balance y provocando que cayera en el acto. Aunque fue la misma enredadera la que evitó que cayera al vacio, dejándolo colgado de cabeza. En medio de esa situación al sentirse desprotegido sin su arma trató de alcanzar el sitio donde se había atorado, infructuosamente.
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Aquella niña o cosa no parecía terminar de comprender la pregunta, o mejor dicho no quería entederlo pues sin más se dedico a cantarruer mientras se columpiaba sobre la rama en la que se encontraba. Como si Tatsuya y Mitsuki no representasen amenaza alguna para ella. Aquello llevó al joven hasta el límite de su paciencia, enfurecido reclamó la atención de la enmascarada pero al no recibir respuesta, se llevó la mano hasta su portaobjetos para después lanzar unas shurikens en dirección a la niña.
—¡Detente!— trató de impedir que su compañero conviertiese aquello en una batalla, pero fue totalmente en vano. La del kimono rojo esquivó con una agilidad sorprendente el ataque y no solo eso, si no que tras reaparecer un poco más atrás de la primera posición ahora se disponía al contra ataque.
Con un movimiento de sus manos, las ramas comenzaron a moverse de nuevo, esta vez tratando de atrapar a los shinobis
"Así que aquí también llega su habilidad... solo estaba jugando con nosotros..."
La de Kusabi trato de escapar pero una rama la agarro por el hombro izquierdo y otra en el tobillo derecho, Mitsuki no se resistió ante aquello al contrario que su compañero al que ahora no podía ver.
—¡Tatsuya, ¿sigues ahí?!— pregunto la joven lo suficientemente algo para que la oyesen
"Ahora si que estamos en problemas... espero que al menos Tatsuya siga bien..."
Alzó la mirada para volver a centrarse en la escena, la niña seguía llorando a pleno pulmón mientras la otra dedicaba su atención a los shinobis que acababa de atrapar.
"Parece que la diplomacia a fallado..." dejó escapar un suspiro "y la alternativa me parece aún más complicada, al menos mientras estemos sobre este árbol" miró a su alrededor tratando de encontrar una forma de ascender, aunque primero debería safarse de aquellas ramas que la aprisionaban "En momentos como estos es cuando me doy cuenta que debería entrenar más... soy una inútil en combate a distancia y bastante deficiente cuerpo a cuerpo... ergo no sirvo para nada... para colmo he metido a Tatsuya en esto" la joven no podía evitar lamentarse "¿qué podemos hacer?"
La empresa se le antojaba imposible, aquella criatura enmascarada tenía todas las de ganar. Casi se podía decir que habían fracasado estrepitosamente en su empresa
"No, no, no" movió la cabeza tratando de centrarse "No puedo darme por vencida, no ahora, no después de todo lo que hemos pasado para llegar hasta aquí... no sabiendo lo que le ocurrirá esa pobre chiquilla si no la rescatamos" la Hyuga se llevó su mano derecha hasta el hombro izquierdo y de un fuerte tirón consiguió safarse de la rama, sin embargo otra trató de remplazar a la anterior casi en el acto.
Más, esta vez, la rama se quebro en mil pedazos al entrar en contacto con la mano de la de Kusabi.
"No me rendiré mientras siga en pie" se dijo así misma
Ahora desde su posición podía ver a Tatsuya que estaba tratando de escalar hasta la rama de la que colgaba, estaba atrapado por el tobillo pero parecía estar bien. Tras serciorarse que su compañero seguía vivo, centró la mirada de su Byakugan en la niña de rojo, era hora de saber si de verdad era un fantasma y que clase de truco controlaba aquel árbol.
"Veamos si eres o no de este mundo"
Las blancas pupilas, rodeadas por venas hinchadas, daban un aspecto más duro al rostro de Mitsuki.
—¡Entréganos a la niña!— reclamó con ánimos renovados
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—¡Estoy acá!— Le indicó a la kunoichi.
Estando de cabeza todo se le estaba complicando más de lo que ya era, no podía ver que era lo que estaba ocurriendo exactamente, así que se limitó a intentar safarse a toda costa. Además que se esstaba poniendo muy nervioso al no disponer de su arma, se sentía extremadamente desprotegido y toda su atención se centraría en recuperarla, ignorando mientras tanto lo que ocurría a su alrdedor.
"Todo está empeorando"
La chiquilla del kimono por primera vez en todo este tiempo pareció sorprenderse al ver como una de las ramas era destruida por la mano de la kunoichi, su impresión sería mayor al ver los ojos blancos de la Hyuga. Mitsuki podría ver la red de chakra de la niña con máscara de zorro, y si tenía red de chakra era porque se trataba de un humano y no de un espectro. Sin embargo ocultaba algo más, bajo ese disfraz no había rostro, quizás el ejecutante no consideró necesario poner una cara bajo la máscara. En tal caso estaban ante un caso de Henge no Jutsu y la chiquilla parecía haberse dado cuenta que la habían descubierto.
—No, vosotros vendreis conmigo— Amenazó.
El color del chakra de él o la farsante tenía tono rojizo, igual de rojo que el kimono que portaba. Movió su mano con rapidez y las ramas que parecían haber formado la cúpula se deshicieron, las antorchas seguían sujetas pero su lumbre ya no era necesaria pues la suave luz de la luna entre las nubes de lluvia alumbraba ahora el lugar. Se encargó también de envolver con su enredadera a la niña, tapándole la boca mientras sus gritos eran ahogados.
—Esta es, la venganza de Aki— Dijo solemne.
Hizo el sello de carnero con una mano y los presentes verían como la figura del kimono rojo se fundía con la rama. Para cualquiera parecería que había desaparecido, pero la Hyuga podría observar cómo se había mezclado con el árbol mismo, moviendose dentro de la estructura del tronco a una gran velocidad. Aunque no fuese un youkai cómo les había hecho creer, sí que se trataba de alguien con poderes mucho mayores a los de ellos.
El Takanashi al final decidió buscar otra manera de liberarse, logró flexionarse y alcanzar su protaobjetos, con cuidado sacó una shuriken y un trozo de hilo. Se las arregló para atarlos y como pudo la lanzó hacia donde estaba su katana atascada, tratando de enredar el hilo a su espada. Al hacerlo logró atraer la ninjato a sus manos, sintiéndose aliviado al recuperarla. Esta vez no planeaba fallar a la hora de cortar la rama, dejó fluir el chakra hacia el arma y con un relampagueante tajo cortó la rama que lo tenía atrapado. Logró caer de pie un poco más abajo, pero rápidamente empezó a saltar hacia arriba para llegar al sitio donde estaba la kunoichi.
—¿Adónde se fue?— Preguntó al no ver a su rival. —¿Y que le ocurren a tus ojos?— Preguntó extrañado.
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"Al fin sé lo que eres..."
Las sospechas de Mitsuki se habían confirmado, estaba ante un ser humano. Solo alguien que estuviese vivo y necesitase ocultarse se habría tomado tantas molestias en crear todo aquel recorrido para poder parapetarse de cualquier intento de asalto. Sin embargo, eso no cambiaba ni siquiera un poco la complejidad de la situación.
"Ahora la cuestioes son... ¿quién es y por qué hace esto?"
—No, vosotros vendreis conmigo—
La voz infantil lanzó una clara amenaza a los dos jóvenes mientras realizaba un rápido gesto con sus manos, lo cual hizo que la cúpula se deshiciera de repente dejando a la luz de la Luna iluminar la escena
—Esta es, la venganza de Aki—
"Venganza... eso significa que es alguien que conocía a la niña que murió..." la peliblanca trataba de pensar a toda velocidad, pero el siguiente movimiento de su adversario la dejó totalmente descolocada. Tras un sello, la niña enmascarada se fundió con la rama más próxima a ella... y no sólo eso, si no que ahora se movía por el interior del árbol a una velocidad endiablada "¿Qué tipo de ninjtsu es ese?" Tatsuya y Mitsuki se encontraban ante alguien con un nivel en ninjutsu superior al de ambos, posiblemente incluso combinados, de eso no le cabía ninguna duda a la Hyuga.
La peliblanca trataba de no perder de vista al oponente, mientras trataba de encontrar una manera de rescatar a la niña evitando el combate.
—¿Adónde se fue?— el Takanashi, tras haberse safado de la rama que le aprisonaba reapareció junto a la peliblanca
—Está en el árbol— informó la peliblanca
—¿Y que le ocurren a tus ojos?—
—No te preocupes por eso, es mi Byakugan— respondió tratando de ser lo menos extendida posible pues la situación no permitía ni la más mínima relajación —Con él puedo ver muchas cosas, entre ellas los canales de circulación del chakra— aquel dato era altamente necesario para que su compañero entendiese lo que venía detrás —Así que puedo decirte con total seguridad de que la niña de la máscara es una persona de carne y hueso, y también que se trata de un Henge no Jutsu. Ahora mismo se mueve por el interior del árbol, no sé que tipo de técnica es la que esta utilizando pero estoy segura de que es alguna clase de ninjutsu— giró la cara hacia su compañero, no por que le hiciese falta si no para que la atención de él se centrase —No creo que tengamos ni una sola posibilidad de derrotarle si nos enfrentamos a él, su nivel es muy superior al nuestro.... la única posibilidad que veo es tratar de recuperar a la niña evitando luchar—
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—¿Estas diciendo que de verdad puede moverse dentro del árbol? ¿Y que tú eres capaz de verlo?— No sabía cual de las dos cosas le sorprendía más.
En parte se sentía aliviado de saber que no se trataba de un youkai después de todo, pero aún así por lo que decía Mitsuki eso no hacía mucha diferencia, de hecho si se trataba de una persona real entonces estaban ante un ninja de mayor calibre. La pregunta era porqué no los había eliminado desde un principio, había estado jugando con ellos todo este tiempo, pero bien pudo haberlos eliminado.
—Hay algo que no me cuadra, sí es tan fuerte ¿porqué nos tendió esta trampa?— Era algo que no podía entender —Desde un inicio, lo único que ha hecho es intentar asustarnos—
Sin embargo no debía confiarse, si su enemigo era capaz de hacerle atrocidades a los niños del pueblo también podría acabar con ellos, quizás la piedad que les estaba mostrando se trataba de otro engaño, pero desenmascarar al impostor no sería tarea fácil, su prioridad era la niña.
—Mitsuki-chan, tenemos que idear un plan, alguien tiene que distraerla mientras que el otro va por la niña— La miró fijamente. —No estoy muy seguro de si seremos capaces de evitar confrontarla directamente—
Pero antes de que pudiera pensar el árbol se sacudió una vez más, Tatsuya usó chakra para mantenerse adherido a la rama y evitar caer. La niña del kimono rojo aprovecharía para moverse dentro del árbol hasta emerger en la misma rama donde se encontraban parados el par de genins, justo en medio de ellos. Aparentemente era capaz de espiar a sus alrededores estando oculta.
—Ella es mía y vosotros no podeís hacer nada— Espetó para luego dar un salto hacia arriba a la vez que la rama se enrolló sobre sí misma para nuevamente dejar a ambos sin lugar donde poner los pies.
La farsante no sólo era rápida dentro del árbol, sus saltos eran silenciosos y su velocidad era tal que ambos apenas podrían percibir una sombra. La chiquilla realizó entonces tres sellos en el aire y de su cuerpo se desprendieron tres figuras de madera que luego tomarían la forma de ella, al caer tanto ella como sus clones se mezclarían con los árboles; pero la verdadera se quedaría cerca de la rama donde estaba Yuka atrapada.
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—¿Estas diciendo que de verdad puede moverse dentro del árbol? ¿Y que tú eres capaz de verlo?—
La Hyuga asintió firmemente a ambas preguntas de su compañero
—Sé qué es difícil de creer...— respondió la peliblanca que trataba de no perder de vista al adversario —pero sí—
Mitsuki comprendía perfectamente como debía de sentirse Tatsuya, no sólo debía de sorprenderse por qué su rival pudiese utilizar el árbol para moverse, si no que además tenía que aceptar que su compañera tenía la capacidad para seguir a su oponente en esas circunstancias.
—Hay algo que no me cuadra, sí es tan fuerte ¿porqué nos tendió esta trampa? Desde un inicio, lo único que ha hecho es intentar asustarnos—
—Esa es una buena pregunta...— la peliblanca reflexionó durante un instante, pero la situación no lo permitía.
—Mitsuki-chan, tenemos que idear un plan, alguien tiene que distraerla mientras que el otro va por la niña. No estoy muy seguro de si seremos capaces de evitar confrontarla directamente—
El de ojos dispares tenía razón, necesitaban tener un plan y la opción de distraerla era bastante buena, quizás incluso su única oportunidad.
Sin embargo la niña no estaba dispuesta a dejarles trazar una estrategia, Mitsuki pudo ver como llegaba hasta la rama donde se encontraban pero la velocidad de fue demasiada como para reaccionar a tiempo. La enmascarada apareció justo en medio de los shinobis
—Ella es mía y vosotros no podeís hacer nada—
Tras decir aquello, la niña saltó hacia arriba a la vez que la rama se doblaba dejando a los dos chicos en mitad del aire, volviendo a caer al vacío.
Por suerte para ellos, el árbol era bastante frondoso y una nueva rama ocupo el lugar de la anterior pero de nuevo habían bajado varios metros más alejándose de su objetivo. Mitsuki amortiguó la caída de nuevo, con ayuda de las piernas y el abdomen, lo que volvió a intensificar el dolor
—Arghh— gimió la Hyuga antes de incorporarse con bastante trabajo, mientras tanto no perdía detalle del siguiente movimiento de su oponente. Ahora se había replicado, ya no era solo una, si no cuatro
"Tenemos que acabar con esto rápido o no creo que pueda aguantar mucho más el Byakugan"
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Una vez más estaban al borde del abismo, en esta ocasión Tatsuya no tenía planes de estrellarse, tomó su katana y la clavó en una rama que estaba más abajo para frenar su caída, acto seguido dió un giro y logró apoyarse en la rama. Estaba más cerca de la Hyuga esta vez, pero no habían logrado coordinarse para pensar en un contraataque.
—¡Cui...!— No pudo terminar de hablar.
Las ramas se doblaron una vez más para dejarlos caer, pero esta vez el espadachín corrió para tomar impulso y saltó tratando de llegar al centro, aferrándose al tronco del roble. Pensaba que así se habría librado de la treta de la niña, pero sólo había salido de una trampa para cer en otra.
Los clones emergerían en los lugares donde estuvieran el par de shinobis, a una distancia de no menos de 6 metros cada uno. Ambos realizarían al unísono una cadena de sellos y tanto la de Uzu como el de Taki verían cómo varias estacas surgirían de la superficie de madera a gran velocidad con toda la intención de empalarlos.
—Mokuton: Mori no Batsu— Se les escuchó decir al unísono a las clones.
En cuanto vió las estacas venir hacia él en línea recta decidió moverse hacia la izquierda sólo para darse cuenta que ahora empezaban a surgir con un movimiento en zigzag hacia donde él se movía. Por más que intentaba huir el ataque de la niña enmascarada seguía persiguiéndolo por todo el tronco. Finalmentese hartó de huir y sacó su ninjatou mientras dejaba fluir su Raiton a través de ella, se dió la vuelta y esperó hasta el último segundo para esquivar y cortar las estacas que le amenazaban, siguió dando tajos para cortar el resto y utilizar las que ya había partido para apoyarse, sin embargo se frenó al ver que el clon se volvió a esconder dentro del árbol.
—Tsk— Se molestó.
El tercer clon se fue rumbo al ejecutante real, la de máscara de zorro movió su mano y acercó las campanillas que al sonar provocaron que la indefensa Yuka se durmiese al instante. El clon se mezclo con la rama que la sujetaba y esta se desprendió del árbol, ahora el clon parecía formar una enredadera en su espalda, alrededor de la niña y se dispuso a llevársela lejos de ahí.
—Ha llegado la hora— Miró hacia abajo, buscando a los dos shinobis y al localizarlos realizó una cadena de casi quince sellos —¡Mokuton: Kodai no Fukkatsu!—
Pronto el roble tembló, pero de una manera distinta a cómo lo había hecho, el árbol entero empezó a desarraigarse y sus ramas tomaron formas de brazos mientras sus raíces le servían a modo de patitas, el ser vegetal ahora se movía lentamente controlado por la niña de la máscara de zorro, que lo manejabaa como ella quisiera.
—Nunca debieron haber venido a este sitio— Advirtió
Unos extraños ojos amarillentos y brillantes aparecieron en el tronco del roble mientras la del kimono rojo hizo aparecer en sus manos una naginata un tanto más grande de lo normal, a pesar de su tamaño podía cargarla con ambas manos sin problema alguno. Los clones se desvanecerían conviertiéndose simplemente en figuras de madera, ahora sólo quedaba la verdadera blandiendo el arma sobre lo alto del ahora imponente árbol andante.
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La de Kusabi apenas se acaba de reponer de la caída cuando tras ella apareció uno de los clones de la niña del kimono rojo, trató de darse la vuelta lo más rápido que pudo pero su adversario fue mucho más rápido realizando la sucesión de sellos además de que la distancia entre ambos era considerable. Tras finalizar el jutsu, desde la rama sobre la que había aterrizado, comenzaron a surgir estacar de madera muy afiladas que parecían tenerla a ella como objetivo.
Mitsuki rápidamente se colocó en guardia, apoyando su peso sobre su pierna derecha y adelantando sus extremidades superiores. La primera de las serpientes de madera, trató de alcanzarla a la altura de su cuello pero con ayuda del dorso de su mano logró esquivarlo antes de romperla con una palmada de la pierna izquierda. La siguiente buscó su pierna izquierda, la cual levantó casi por reflejo para finalmente apoyarla sobre la rama y usarla como rampa de salto. Gracias a ese movimiento pudo alcanzar la rama superior y salir del rango de ataque de su adversario momentáneamente pues las estacas viraron y se lanzaron hacia arriba, atravesando la rama de parte a parte. La Hyuga lo único que pudo hacer fue correr en dirección al tronco principal hasta por fin salir del rango de ataque del clon que finalmente desapareció dejando tan sólo un pequeño muñeco de madera como rastro.
—Arghh— tanto movimiento había hecho que la peliblanca casi perdiese el aliento, ahora traba de recuperarse apoyando su espalda contra el tronco mientras con la mirada buscaba a su compañero. No tardó demasiado en encontrarlo, parecía encontrarse bien.
La enmascarada verdadera, durmió a la niña secuestrada usando las campanillas antes de indicar que le momento había llegado. Mitsuki no entendía muy bien a que se debía referir, aunque podía suponer que se disponía a ejecutar a la niña incluso con ellos como testigos. Su adversario, realizó una cadena de sellos y el árbol cobró vida, incluso surgieron unos ojos fantasmales en señal de ello, a eso había que sumarle que el roble comenzaba a moverse por sí solo usando sus raíces como si de patas de calamar se tratará.
Tras aquello, la niña del kimono rojo les lanzó una advertencia que sonaba a amenaza. Tras esto, hizo aparecer una impresionante naginata en sus manos, como si tratase de intimidarlos aún más
"No hay esperanza..." se lamentaba la Hyuga mientras intentaba recuperar el aliento
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7/06/2016, 00:14
(Última modificación: 7/06/2016, 00:15 por King Roga.)
—¡DETENTE! ¡Escúchame por favor!— Rogó
Pero la del kimono rojo hizo oídos sordos a sus palabras, el clon de madera saltó del árbol y se fue en la dirección que conducía al lago, llevándose en su espalda a la indefensa Yuka. Mientras el gran roble ceñía lentamente sus ramas hacia su tronco cómo si intentase abrazar a los shinobis que estaban encima de él, además la de la máscara de zorro se fundió con todo y arma dentro del árbol.
"No, no, no, no"
Tatsuya saltó para evitar ser aplastado por el abrazo del roble y trató de seguir al clon de madera, pero la niña surgió inmediatamente de entre las hojas y con un salto de espectacular altura se cruzó justo enfrente del Takanashi que se quedó inmóvil al verla. La niña le propinó un corte el pecho con la punta Ōnaginata para luego girarla y golpearlo con el extremo del mango en el estómago, mandándolo a extrellarse en un lecho de hojas que se había formado por el movimiento del árbol.
—Tú no irás a ningún lado— Dijo mientras aterrizaba silenciosamente sobre la rama.
Caminaba con paso lento y suave hacia el, dispuesta a acabar con su vida de una vez por todas, sin contar que el clon se dirigía a la orilla para ahogar a la niña, el viento sopló y las campanillas en lo alto sonaron anunciando que se acercaba el final de todo.
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La peliblanca había perdido toda esperanza, su rival tenía un nivel completamente diferente al de ellos. Todo lo que habían podido hacer era ir de un lugar a otro, siguiendo el juego, adentrándose cada vez más en las fauces del lobo para finalmente dedicarse a rehuir del combate.
"No hay nada que podamos hacer... es demasiado fuerte..." apoyada contra el tronco del árbol andante, trataba de recuperar el aliento "y yo... soy demasiado débil..."
—¡DETENTE! ¡Escúchame por favor!—
La voz de Tatsuya se alzó por encima del sonido que hacía el roble al caminar, el joven de Taki parecía seguir intentándolo a pesar de todo.
"Tatsuya..."
De repente, el clon de madera que seguía vivo, se derigió hacia el ugar donde se encontraba la niña secuestrada mientras el árbol lanzaba sus ramas contra el tronco tratando de darles un abrazo letal a sus incómodos inquilinos. Para evitar se aplastada, Mitsuki se vio forzada a realizar un nuevo esfuerzo, esta vez en forma de salto hacia arriba.
La de Kusabi se posicionó en una rama superior, aunque no sin dificultad, pues al poner los pies sobre la rama la chica estuvo apunto de perder el equilibrio. Así que se tuvo que dejar caer hacia delante sobre sus rodillas, evitando así caer al vacío. Apoyo ambas manos sobre la rama, dejándose caer sobre sus brazos, sentía como si fuese a morir en aquellos instantes. Su chakra se estaba agotando, su Byakugan no aguantaría mucho tiempo más activo y seguramente, su cuerpo dejaría de responder.
El clon de la enmascarada, recogió a la niña secuestrada y se dispuso a llevarla en dirección al lago. Tatsuya, trató de seguirla pero se interpuso la original en su camino, propinándole un corte con su naginata antes de estamparlo contra el tronco del árbol con el pomo de su arma.
—¡Tatsuya!— gritó Mitsuki con todas sus fuerzas al ver que el chico estaba en problemas. La del kimono rojo se aproximaba hasta él, lentamente
"¡¿Va a matarlo?!" la peliblanca se incorporó todo lo rápido que su cuerpo le permitía "Estamos perdidos..."
Una fuerte ráfaga de viento hizo su cabello ondear violentamente. La joven se quedó un congelada un instante, con los ojos abiertos de par en par
"No... no puedo rendirme así, no mientras me queden fuerzas..." la joven cerró un instante los ojos "Nací para proteger..."
La Hyuga abrió de nuevo los ojos, había tomado una resolución, quizás la última de su vida pero sin lugar a dudas para ella era la adecuada. Aprovechando que se encontraba unas ramas por encima, la peliblanca saltó hacia abajo. Intentando caer sobre justo encima de su rival con la palma de su mano derecha cargada, justo por delante
—¡No lo vas a tocar!— gritó con fiereza mientras caía, con la esperanza de que aquel golpe sirviese para algo
"Gracias por todo... Fuujin-sama"
Nivel: 20
Exp: 35 puntos
Dinero: 50 ryōs
· Fue
· Pod
· Res
· Int
· Agu
· Car
· Agi
· Vol
· Des
· Per
La niña ya no pensaba seguir con la obra de teatro, era hora de bajar el telón. Volteó la cabeza al escuchar cómo la Hyuga anunciaba su ataque tratando de impedir que rematase a su compañero. Sin embargo los reflejos de la enmascarada entraron en acción y dió un salto mortal hacia atrás, viéndose cara a cara durante unos segundos con la de Uzu mientras realizaba la pirueta, cuando estuvo detrás de ella le propinó también un corte con la gran naginata en la espalda para luego golpearla en la nuca con el mango del arma, mandándola a volar en el acto.
—Aki tendrá tres nuevos amigos—
La peliblanca caería cerca de Tatsuya, a no más de dos metros de él. El espadachín abrió los ojos y trató de arrastrarse hacia la Hyuga, estirando su brazo para alcanzarla sólo para que la del kimono rojo se acercase y le pisotease la mano en el intento.
—¡AHHHHHHHH!— Chilló el muchacho.
La que blandía la alabarda le dió un pisotón en el pecho y luego caminó hacia la kunoichi para darle una patada en la cabeza, aunque por unos instantes se quedó viendo el rostro de la joven por alguna razón.
—Es triste que esta cadena de odio los haya arrastrado hasta aquí— De pronto el Henge se deshizo y una nube de humo cubrió al ejecutante. —Pero Aki no perdonará a nadie, y yo tampoco— Ahora su voz era muchísimo más ronca.
Tatsuya alzó la vista y su quijada se fue hasta el suelo al ver que se trataba del hombre barbudo que había acompañado a la sacerdotisa en la posada, sólo que en esta ocasión había algo distinto en su atuendo, era un pequeño detalle pero que resultaba muy importante: Una bandana de Uzushiogakure color carmesí atada a su brazo derecho, pero con un tachón sobre el símbolo de la espiral.
—He de admitir que no esperaba que tuvieran los cojones de enfrentarse al youkai— Rió —Pero eso sólo me obliga a matarlos en este lugar— Remató con cierto pesar en su hablar.
Hablo || Pienso || Narro
~Ausente los fines de semana~
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