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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#91
El rocío acariciaba con delicadeza su rostro, mientras la oscuridad de la madrugada mermaba con lentitud. A lo lejos, el Takanashi pudo ver la neblina y el lago, acelerando su carrera con tal de salvar a la pequeña. Al llegar se topó con que la pequeña Yuka se encontraba atada de los pies, dentro de una especie de canoa en la orilla. A su lado, una niña de kimono rojo con máscara de zorro y un remo en su mano. Sus intenciones estaban más que claras, darle la misma muerte que sufrió aquella niña conocida cómo Aki.

"Infeliz, no puedo permitirlo"

Salió de entre la maleza mientras desenfundaba la espada y la cargaba de electricidad con la misma técnica que su padre, más el Takanashi hijo prescindió del sigilo para atacar, aunque quizás su rival ya lo había detectado mucho antes de que el tomase la iniciativa de atacar. Ni siquiera volteó a verlo, el clon siplemente se montó sobre la embarcación mientras algo parecido a un pilar de enredaderas con espinas brotaba del suelo para cortarle el vuelo al espadachín.

"SOY PENDEJO"

Se reprendió mentalmente mientras se estampaba en la barrera punzante, dejándole clavadas varias espinas antes de caer al suelo. El clon ya había zarpado y la niña abrió los ojos con horror al ver cómo estaba siendo llevada por aquella extraña figura. Pero el pelinegro no pleneaba rendirse, aún existía una oportunidad. Echó mano al portaobjetos y sacó cuatro shurikens de siete puntas, lanzando dos con cada mano con el fin de impactar al clon. Pero este último, a pesar de la velocidad de las armas logró dar un salto para esquivarlas y mientras permanecía en el aire realizó una cadena de sellos, tras lo cual algo parecido a extrañas hojas con forma curva fueron lanzadas contra el de ojos dispares.

—¡Ahrrrr!

Si la sacerdotisa de rayas de tigre se apresuraba, llegaría justo para ver cómo su compañero recibía el ataque, causándole cortes por todas partes. Además, un bote que estaba siendo arrastrado por la corriente. Debía decidir, se encontraban en un punto crítico, si no la salvaban ahora, sería el fin.
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#92
Mitsuki continuaba corriendo todo lo rápido que sus piernas le permitían, su compañero se había adelantado bastante respecto a ella y hacia rato que le había perdido de vista. Lo que comenzaba a preocuparla basante, aunque fuese un clon era bastante más fuerte que la suma de ellos dos.

"Tatsuya, ten cuidado por favor"[/color]

Tras unos minutos, comenzó a escuchar sonidos lejanos de lo que parecía ser un combate aunque tan sólo fue un instante

—¡Ahrrrr!—

Aquel gritó de dolor era sin duda del pelinegro

"¡No por favor!" la peliblanca avanzó todo lo rápido que pudo hasta que logró salir del bosque, encontrándose de frente con su compañero que acababa de ser alcanzado por un nuevo jutsu del clon del barbudo.

—¡Tatsuya!— no pudo reprimir un gritó de preocupación al ver al joven tendido en el suelo y cubierto de heridas, corrió hasta su compañero y se arrodilló junto a él, aunque no se atrevió a tocarlo pues había heridas por todas partes —¡¿Te encuentras bien?!— no podía ocultar que se encontraba asustada como nunca antes lo había estado, esta vez no era ella quién se había llevado la peor parte

Levantó la mirada y pudo ver como el clon se alejaba sobre una barca en la que llevaba la chica atada

"¿Qué debo hacer?" no podía dejar allí a Tatsuya, pero tampoco podía permitir que ese bastardo se saliese con la suya "Hemos hecho todo esto para salvar la niña... pero él... mierda" la joven apretó los puños con tanta fuerza que hundió la uñas en su propia carne de la rabia

—¡Esperame aquí! ¡Tengo que intentarlo!— se levantó como un resorte y se lanzó a la carrera en dirección a la orilla, no sabía muy bien que haría pero debía de intentar algo

"Alcanzar el bote no es una opción, no puedo en estás condiciones si además tengo que esquivar los ataques del clon..." la joven bajo la mirada y se fijó en su portaobjetos "No creo que funcione" en su mente apareció la imagen del shinobi esquivando los shurikens anteriormente con facilidad "pero... quizás... si" la joven deslizó sus manos por su pierna y saco desde el interior de su portaobjetos cinco senbons "Hemos probado su fuerza, sus reflejos, su agilidad... pero no sus ojos" la joven cargó el brazo y lanzó con todas sus fuerzas las senbons ayudandose del Byakugan que activo en aquel preciso instante "Aquí va lo que me queda de chakra" la senbons salieron volando en dirección a su oponente aunque parecía que un poco altas, lo suficiente como para pasar por encima de su cabeza.

La Hyuga cayó de rodillas por el esfuerzo de activar el Byakugan de nuevo y de la última técnica oculta que acaba de realizar, aunque aguantó sus ojos para poder ver el desenlace final

"¡VAMOS"


Lo que ha lanzado es un Kage Shuriken no Jutsu con senbons en toda regla, si eso no funciona palma la cría XD
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#93


Chispas y astillas por doquier, un árbol que se revolvía ante los dos danzantes mortales que buscaban cada uno finiquitar el espectáculo del otro. Uno, majestuoso maestro de la vida arbórea que le rodeaba mientras el otro, escurridizo cómo felino esquivaba y aguardaba a que su enemigo cometiera un error.

—¿Sabes? Ya me aburrí de que huyas cómo cobarde, terminaré contigo en estos momentos... Mira que hacerme sacar esto, puff. Tendrás el lujo de moriri víctima dl poder definitivo, ¡Mokuton Hijutsu: Jukai Kōtan!— Anunció por todo lo alto.

—Cómo si me fuera a dejar ganar así de fácil, yo también tengo mis trucos... ¡Ranton: Reizā Sākasu!— Contraatacó.

Docenas de árboles surgieron pero el cegador halo de luz de la técnica de su rival no le permitió apuntar cómo hubiese querido, mientras los láseres flanqueaban las ramas a velocidad impresionante. Todos al unísono impactaron al shinobi renegado, o al menos eso creyó el jounin de Taki hasta que se dió cuenta que lo único que había logrado era destrozar una muñeca de kimono rojo con cráneo humano. Intentó localizarlo, pero no hizo falta, de uno de los árboles crreados por la técnica surgió el barbudo empuñando la propia hoz que el de la capa negra había dejado atrás.

—Te lo dije, no eres un guerrero...

En la orilla del lago

—Sé que puedes— Trató de animarla el Takanashi.

Las cortadas en su cuerpo sumadas a las espinas volvían una labor imposible el intentar moverse, le dolía admitir que ahora dependía de Mitsuki, pero depositaba toda su fé en ella. Talvez, el dios de la Hyuga se apiadase de ellos y les concediera un milagro.

Las senbos volaron silenciosas y el Moku Bunshin volteó la cabeza de manera antinatural. Al ver las dirección torcida de las senbons se echóa reir ante aquel desesperado ataque, para luego recibir los proyectiles ocultos justo en la cara, clavándose en su máscara. El clon se sacudió y al quitarse la cubierta no había nada más que una cabeza sin rostro. El clon se volteó y pareció volar por sobre el agua a tal velocidad que en menos de tres segundos ya se encontraba enfrente de la peliblanca, alzando su brazo que de pronto se deformó en una cuchilla similar a la de un okunai...

Ambos filos asesinos estaban por tomar las vidas de sus víctimas, cuando un llanto llenó todo el bosque, no era el genjutsu del barbudo, no era Yuka pidiendo auxilio, ¿quién era entonces?

En lo profundo del bosque

La guadaña apuntó directo al cuello del jounin de Takigakure, pero el tiempo se congeló un milisegundo cuando el lamento llegó a sus oídos. Valiosos instantes. El de la capa negra tomó su uchigatana y sin necesidad de voltear a ver realizó un corte en arco para interrumpir la ofensiva del hombre que le atacó a traición.

—Kumo-Ryuu: Uragiri

—¡HIJO DE LA GRAN PUTA!— Bramó cuando sus dos antebrazos fueron seccionados a la mitad.

—No soy un guerrero...— Una vez más se escuchó el cantar de los pájaros y con una mirada fría, sin ningún tipo de remordiento observó a aquel miserable renegado —... Soy un asesino.

—¡QUE TE JO!-O--ooo-o...— Su última maldición se vió ahogada por la sangre, su corazón ya no se escuchaba, el sonido de sus latidos fue reemplazado por el del chidori a través de su caja torácica...

De vuelta al lago

Ahí, de pie ante la kunoichi arrodillada, estaba el clon a punto de decapitar a la jovencita. La cuchilla cortó el aire, cortó una hoja rojiza que tuvo la fortuna de cruzarse en la trayectoria de aquel antinatural filo, pero no pudo cortar el cuello de la marcada por byakko. El clon perdió el color y se transformó en una simple estatua de madera que perdió el equilibrió y cayó a la par de la Hyuga...

El Takanashi trató de levantarse y de quitarse las espinas para neutralizar aquel efecto similar a los Makibishi. En el horizonte, el negro se volvió azul, y lentamente los rayos del sol bañaron a los ahí presentes con su calor, ofreciéndoles pequeños arcoiris a través de las gotas de la llovizna.
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#94
La peliblanca pudo ver como su golpe impactaba, lo había logrado... pero para su sorpresa aquel clon no se esfumó como lo haría un clon normal al recibir un golpe si no que se quitó la máscara

"¿Qué significa esto?" la joven cayó sobre sus rodillas agotada, su byakugan se desactivo por el cansancio "¿Todo esto ha sido para nada? ¿Por qué no se ha esfumado?" no podía dar crédito a todo lo que estaba sucediendo "Hemos... fracasado..." aún no había asumido la situación cuando el clon se plantó frente a ella, no había pasado ni siquiera unos segundos y su oponente ya estaba allí de pie alzando su brazo convertido en cuchilla.

La peliblanca alzó la mirada clavando sus ojos en aquel tocón de madera sin rostro que estaba apunto de segarle la vida de un solo tajo

"Hasta aquí he llegado... ya no hay forma de que pueda escapar... es más rápido que yo, más fuerte... lo siento Hisami-sama, no fui capaz de regresar a Kusabi como manda la tradición" se lamentaba la joven mientras la cuchilla bajaba, ni siquiera iba a tener tiempo de despedirse del mundo como era debido.

Cuando casi podía sentir el filo sobre su cuello, se escuchó un fuerte: PLUF!

Una nube de humo la cegó por un instante y sintió como algo caía inerte junto a ella. Bajo la mirada y vio un tocón de madera que chocó junto a sus rodillas. Era uno de esos muñecos que usaba para realizar sus técnicas de clonación

"No puede ser..." la joven dejó escapar un suspiro de alivio, una vez más escapaba de la muerte a todo pronóstico "No puede ser..." cayó hacia delante, apoyando ambas manos sobre la tierra mojada de la orilla "Sigo viva..." la peliblanca no podía creérselo, sin embargo el grito de Yuka la sacó de su ensimismamiento

—¡La niña!— se levantó como un resorte —¡Tatsuya!— se dio la vuelta para buscarlo con la mirada —¡Aguanta un poco, volveré!— la peliblanca salió corriendo torpemente hasta meterse en el agua y empezó a nadar con toda la fuerza que su cuerpo le permitía, ni siquiera sentía el frío del lago. Mientras avanzaba el cielo se fue despejando y poco a poco comenzó a iluminarse con la ayuda del Sol de la mañana, que gracias al contraste con la lluvia creó un hermoso arcoiris que cambió el lugar totalmente.

Por suerte, era un lago y no un río, así que la barca apenas avanzaba y tras unos minutos Mitsuki pudo llegar hasta ella. Sin arriesgarse a subirse para evitar que la barca volcase, se asomo por la borda

—¡¿Estás bien pequeña?!— pregunto la peliblanca que obtuvo tan solo un movimiento de cabeza afirmativo, la chiquilla parecía estar muy asustada aún —Tranquila, ya pasó todo, acercaré la barca a la orilla y te desataremos allí— la de Kusabi comenzó a empujar la barca con ayuda del impulso de sus piernas. Como era pequeña y el único peso a arrastrar era el de la niña no le resultaba excesivamente costoso el esfuerzo aunque algo le decía que después de aquello estaría un par de días sin poder moverse en la cama
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#95
Murmullos, el llanto de la niña acongojada no era más que un murmullo. Mientras la Hyuga la acercaba a la orilla la niña la miraba con confusión, sacando fuerzas de la nada, la niña pudo mover los labios.

—Gracias— Dijo con timidez mientras jugaba con su deditos.

Entre tanto el Takanashi se levantó cómo pudo, no logró quitarse todas las espinas pero al menos ya podía moverse con cierta libertad, caminó emitiendo algún que otro quejido, pero mayor era su urgencia por ayudar a la Hyuga aunque fuese en el último tramo de trayecto hasta la orilla.

—Ven.

La arrastraron hasta sacarla del agua y el fue entonces cuando el espadachín empezó a desamarrar el nudo que ataba los pies de la niña. El Takanashi sonrió para luego dejarse caer con los brazos extendidos, estaba agotado, feliz y agotado.


Mientras tanto, una silueta de capa negra salía de entre la maleza, con sangre cubriendo su brazo derecho y parte de su torso y cara. Tenma le había soltado todo su ultra combo al nukenin en el último minuto y semejante gasto de chakra lo había dejado exhausto, claro, estaba consciente que de acabaría así, lo uso al estar seguro de que podría aniquilarlo de una sóla vez. Aunque ahora apenas si podía caminar y debía usar la ogama para mantener el equilibrio.

—Ustedes dos, ¿me pueden explicar cómo terminaron peleando con ese criminal?— Por la niña en el bote podía darse una idea del motivo, pero quería escucharlo de boca de los genins.
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#96
Mientras el muchacho desataba a la pobre chiquilla, Mistuki se dejó caer de rodillas junto a él totalmente agotada. Ese último esfuerzo había acabado con todas las fuerzas que le quedaban, le costaba incluso controlar la respiración por lo que jadeaba continuamente.

"Nos ha faltado muy poco..." ahora que ya estaba un poco más tranquila veía las cosas con un tanto más de perspectiva, pero lo cierto es que tan sólo la suerte les había salvado de un destino mucho menos agradable "Por mi culpa podríamos estar ahora mismo muertos..." dedicó una fugaz mirada a su compañero que descansaba ahora sobre el suelo alegre y despreocupado "Soy demasiado débil como para protegerme a mí misma... ¿como puedo pretender proteger a los demás?"

Desde el lindero del bosque, una figura oscura llamó su atención provocando que levantase la mirada. Era el hombre que les había salvado, nada más y nada menos que el padre de Tatsuya que al contrario que su hijo tenía un aspecto bastante intimidante.

Se acercaba a ellos a paso lento pero constante, apoyándose en su su espada. Incluso para él, el barbudo, había sido un oponente duro. Mucho más de lo que ninguno de los dos podía haberse imaginado en el momento en que decidieron abandonar el pueblo para salvar a la chica.

—Ustedes dos, ¿me pueden explicar cómo terminaron peleando con ese criminal?— soltó nada más detenerse frente al extraño trío que aún se reponía del susto.

—Lo lamento mucho, fue todo culpa mía— se disculpo la joven al estilo tradiconal, manos apoyadas en el suelo y cabeza apunto de tocar el suelo —Tatsuya solo me siguió para tratar de protegerme, le ruego que le disculpe— acentuó un poco más la reverencia

La peliblanca esperaba así librar al joven de la reprimenda que se intuía venir.
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#97
—No tienes que excusarte por él, kunoichi de Uzushiogakure— Le respondió con una voz firme —Yo lamento que mi hijo te pudiese haber causado algún problema— Con gran solemnidad y a pesar del dolor el jounin reverenció.

A pesar de que Tenma suele actuar serio y orgulloso, sabe valorar la actitud de las personas. Aprecia la disciplina y la cortesía, por lo que se sintió un tanto complacido con el actuar de la Hyuga y se mostraba más condescendiente con ella. El jounin echó rodilla al suelo y se agachó para poder hablarle de cerca a la peliblanca.

—Estuve observando la pelea un rato, esperando a que bajara la guardia para poder intervenir. Fue gracias a tí, que lograste distraerlo, eso me ayudó mucho— Le elogió.

Tatsuya recién se estaba levantando y observaba atónito la escena, pero un escalofrío pasó por su toda su espalda cuando la mirada fulminante de Tenma se posó sobre él.

—En cuanto a tí...— Sonaba molesto —Me decepcionas. Te quedaste parado como un imbécil cuando podías haber reaccionado, cuando el hombre tiró la lanza pudiste haberla desviado, pero en vez de eso tuve que intervenir— Le soltó cómo un cubetazo de agua fría.

Tatsuya no respondió, bajó la cabeza y aceptó el regaño sin más. Sabía que la kunoichi había hecho la mayor parte, por lo que no se quejó al respecto.

— Lo siento otōsama— Se disculpó —Por cierto, ¿porqué me dijiste que fuera a ese pueblo? ¿dónde estabas?— Cambió de tema.

—Originalmente mi plan era dejarte sólo para ver cómo te las ingeniabas sin mí, pero no pensé que ocurriría algo como esto. Cuando me estaba llendo sentí una presencia fuerte, por lo que regresé a investigar y de pura casualidad me topé con ustedes porque sus chakritas son tan débiles que ni siquiera me di cuenta de que estaban ahí.

—Ese tipo nos tendió una tramp... Alto... ¿¡Planeabas abandonarme a mi suerte!?— Tenía sentimientos encontrados.

Toda esta situación, el viaje, el conocer a Mitsuki, el pueblo, lo del yokai, todo porque su padre quería darle una lección. El de ojos dispares se frustró ante ello y se quedó cabizbajo mirando al suelo mientras los rayos del sol poco a poco iban alumbrando el lugar transformando el lago otra vez en un hermoso paisaje.
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#98
La joven o daba crédito a las palabras del shinobi, estaba hablando en serio... si no hubiese sido por Tatsuya no habría conseguido sobrevivir ni la mitad de tiempo. Estaba apunto de replicar, cuando se encontró al hombre frente a ella.

—Estuve observando la pelea un rato, esperando a que bajara la guardia para poder intervenir. Fue gracias a ti, que lograste distraerlo, eso me ayudó mucho—

Aquello la descolocó un poco, ¿había hecho algo que pudiese considerarse útil? Ella no lo veía así, habían estado apunto de morir por su incapacidad de luchar.

Sin embargo, el padre de Tatsuya no admitiría réplica alguna pues rápidamente pasó a la ofensiva contra su hijo, de hecho le dedicó un rapapolvo bastante severo. Habría observado la situación, pero era incapaz de valorar lo que su retoño había hecho... o seguramente, sus expectativas fueran excesivamente altas.

Tatsuya se limitó a disculparse, aunque no dudó en lanzarle una pregunta a su progenitor a pesar de todo.

La peliblanca por su parte se incorporó como pudo y se ocupó de comprobar de que la pequeña se encontraba bien, mientras permanecía atenta a todo lo que decía el padre de Tatsuya

—¿Te encuentras bien?— preguntó con una cálida sonrisa mientras la cogía de las manos —No te preocupes, dentro de nada estarás de nuevo en casa— se las frotó un poco para trasmitirle tranquilidad.

—Originalmente mi plan era dejarte sólo para ver cómo te las ingeniabas sin mí, pero no pensé que ocurriría algo como esto. Cuando me estaba llendo sentí una presencia fuerte, por lo que regresé a investigar y de pura casualidad me topé con ustedes porque sus chakritas son tan débiles que ni siquiera me di cuenta de que estaban ahí.

Cada palabra que salía de la boca del padre, le dejaba bastante patente que eran como la noche y el día. En el padre había cortesía sí, pero ni rastro de la amabilidad y corazón de su hijo. Quizás fuese la edad y el oficio, pero eran tan diferentes que se le hacía imposible creer que había criado al de ojos dispares.

—Ese tipo nos tendió una tramp... Alto... ¿¡Planeabas abandonarme a mi suerte!?—

Estaba claro que aquel hombre no tenía ni el más mínimo tacto, pues no dudó en admitir que su idea desde un principio había sido dejar a su hijo allí abandonado para comprobar si era capaz de regresar a casa vivo.

Aquello no gusto nada a la peliblanca, pero teniendo en cuenta que aquel hombre acababa de salvarlos a todos, que era el padre de Tatsuya y que ella no estaba en posición de juzgar los métodos de una padre. Decidió que lo mejor era callar, al menos por el momento. Nadie le había dado vela en ese entierro
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#99
"A veces pienso que no me quiere"

Su padre era extremadamente estricto y eso que con Tatsuya suele ser más indulgente que con su hermanastro. El de ojos dispares se quedó con la mirada gacha, con el fleco cubriendo sus ojos, sentado y con las manos sobre los muslos esperando el resto del sermón, pero eso no ocurrió.

—Quiero, quiero ir a casa— Habló la chiquilla, interrumpiendo la conversación.

El jounin observó entonces a la Hyuga y la niña con una mirada seria, pero tras varios segundos se permitió cerrar los ojos y suspirar.

—No debieron meterse en algo tan peligroso, esta vez salió bien, pero la próxima vez podría no ser así— Se levantó y al parecer ya se había recuperado del gran gasto de chakra —Me adelantaré e iré al pueblo, hay algo que quiero confirmar, los esperaré allí— Realizó el sello de carnero con una mano y se desvaneció enfrente de ellos.

Tatsuya alzó la vista pero su padre ya no estaba, se quedaron solos junto con la niña. Al parecer les tocaría usar el bote para llegar ellos a la otra orilla. Aún no estaba seguro de como sentirse, sólo esperaba que esta vez si cumpliera su palabra y estuviese en el pueblo.

—Mitsuki-chan, perdona a mi padre si te dijo algo ofensivo, suele ser... severo— Inclinó la cabeza para disculparse —Pero, la pequeña esta bien y es lo que importa— Sonrió, aunque con pesar.
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—Quiero, quiero ir a casa—

—No te preocupes, ya vamos— Mitsuki revolvió los cabellos de la pequeña con su mano derecha

La intervención de la pequeña pareció hacer que el shinobi se mordiese la lengua o al menos en parte, pues antes de marcharse les mandó un mensaje bastante claro a los dos... lo peor es que en el fondo tenía razón, no debían de meterse en asuntos de ese tipo si no eran capaces de solucionarlos por sí mismos.

Tras decirle aquello, el shinobi desapareció frente a los chicos

—Mitsuki-chan, perdona a mi padre si te dijo algo ofensivo, suele ser... severo... pero, la pequeña esta bien y es lo que importa—

—No tienes por qué disculparte— respondió la peliblanca mientras recuperaba la verticalidad —tan sólo ha dicho la verdad al fin y al cabo— la pequeña se agarró a la mano de la de Kusabi —Llevemos a esta pequeña con su madre—
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El Takanashi negó con la cabeza, no le agradaba que su padre se comportase prepotente con ella. Bueno, en general no le agrada su forma de proceder, para los que le conocen es bastante normal, pero eso no significa que te acostumbres al regaño. Tatsuya sabía eso a la perfección. A su parecer, la Hyuga había ayudado mucho más que él.

—No te reprendas a tí misma, fuiste tú quién descubrió el engaño, fuieste tú quién me salvó cuaaaando estaba a punto de rematarme. Pero bueno, tienes razón, regresemos al pueblo— El Takanashi se levantó y tomó el remo. —Suban, sólo es de cruzar la otra orilla— Les ofreció sonriente.

Sí todo marchaba bien, sería un paseo casi placentero por el lago. Los destellos del sol matinal se reflejaban en las cristalinas aguas, la brisa susurraría y el rocío los acariciaría, como por arte de magia aquel tétrico lugar volvió a ser un bello paisaje. Era extraño como el día y la noche cambiaban aquel sitio. El Takanashi pensó que más allá de los genjutsus quizás si había algo más en ese lugar, recuerda haber escuchado un llanto en un punto álgido, un llanto irreconocible.

"¿Realmente existirán los fantasmas?"

Ya estaban llegando a la otra orilla, una libélula voló cerca de ellos y la niña, temerosa pero curiosa observó el raro danzar del insecto hasta que se marchó. A lo lejos podrían ver un árbol seco y solitario, el lugar donde se conocieron. Tatsuya no le prestó mayor atención a ello, pues sólo quería regresar y poder descansar un poco.

—Ya casi llegamos— Volteó a ver a la pequeña —Tú mamá estará feliz de verte— Quizo animarla.
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—No te reprendas a tí misma, fuiste tú quién descubrió el engaño, fuieste tú quién me salvó cuaaaando estaba a punto de rematarme. Pero bueno, tienes razón, regresemos al pueblo—

"¿No reprenderme?" la joven no pudo evitar dejar escapar un suspiro mientras se escurría la camiseta, ahora que estaba más tranquila se sentía bastante incómoda con la ropa totalmente mojada "Casi consigo que nos maten..."

—Suban, sólo es de cruzar la otra orilla—

La pequeña Yuka salió corriendo hasta la barca, para subirse de un salto que hizo tambalear peligrosamente la barca.

"Debería regañarle por hacer eso... pero creo que ya ha pasado por suficiente" Mitsuki se aproximo caminando pesadamente hasta la barca

—Bueno... ahora si que se ha acabado— dijo la joven mientras se ajustaba el cabello antes de tomar su sitio en la barca.

Ahora que navegaban tranquilamente a plena luz del día, todo parecía tan pacífico y bello que no podía evitar pensar que habían tenido que llegar hasta otro lugar totalmente distinto. El Sol descubría árboles llenos de vida, aves pescadoras, algún que otro ciervo que se acercaba al lago a beber agua.

—¿De verdad estamos en el mismo lago?— reflexionó la joven para sí misma, aunque no pudo evitar realizar la pregunta con voz clara.

—Ya casi llegamos, tú mamá estará feliz de verte—

La voz te Tatsuya la sacó de sus pensamientos, dirigiendo la mirada hacia el lugar donde indicaba. Allí, justo frente a ellos estaba el pequeño y destartalado muelle, con el pueblo justo detrás
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—Mitsuki-chan ¿te encuentras bien?— El pelinegro se preocupó al notar a la kunoichi distraída y distante —Ven, ya estamos cerca— La aupó.

En efecto, tras llegar a la orilla serían unos cuantos minutos de caminata nomás, una vez más las piedras con tallados extraños les anunciaban que estaban de regreso en Nakisakebi, pero contrario al silencio que los había recibido la primera vez ahora se eschaba bullicio en la lejanía. Eran muchas voces que abucheaban e insultaban.

—¿¡Qué está pasando!?— Aquello no era una bienvenida para ellos, entoces ¿porqué el escándalo? —Démonos prisa— Le instó a la peliblanca.

Para cuando entraran al pueblo verían a mucha gente en círculo, lanzando piedras e insultos por igual a alguien que se encontraba en medio de la muchedumbre. El espadachín notó a su padre cerca de la escena, de brazos cruzados y apoyado en la viga de la entrada de una vieja casa, observando sin mover un sólo dedo. Tatsuya no dudó y se acercó a la multitud para evitar que siguieran apedreando a la persona que estaba en el centro. Apartó a parte de la turba enfurecida a punta de empujones y grande fue su sorpresa al ver de quién se trataba.

—¿¡Qué significa esto!?— Preguntó estupefacto al darse cuenta de que a quién estaban lapidando era a la sacerdotisa anciana.

—¡TODO ES SU CULPA!— Vociferó la abuela al verlo

Aquello no tenía nada de sentido, pero sospechaba que su padre sabía que estaba pasando y trató de buscarlo con la mirada para exigirle respuestas, pero este sólo le devolvió una negativa con la cabeza.

—¿Se encuen...

—¡NUNCA DEBIERON VENIR!— La anciana lloraba pero se rehúsaba a aceptar ayuda alguna.
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—Mitsuki-chan ¿te encuentras bien?—

La joven clavó sus blanquecinos ojos en los del muchacho —No te preocupes, solo pensaba en lo diferente que se ve todo a la luz del día— Tatsuya la ayudó a abandonar la barca, tras hacerlo previamente con la niña que salió corriendo en busca de su madre —Gracias— dijo una vez ya estuvo sobre el muelle —Supongo que ya no tenemos que preocuparnos por ella—

Sin embargo, la sensación de paz se vio trastocada cuando un violento bullicio les llegó desde la lejanía.

—¿¡Qué está pasando!?—

—No lo sé— negó la joven con la cabeza, que no dudó en seguir a su compañero cuando este le indicó que se diesen prisa.

Apenas tardaron un minuto en llegar a la plaza del pueblo, donde una gran muchedumbre enfurecida parecía estar linchando a alguien. El de Takigakure se abrió paso a empujones hasta llegar al medio, Mitsuki por su parte se quedó detrás de la turba... ella había reconocido la voz que gritaba en mitad de aquellas gentes.

"Así... que ella también... debí haberlo supuesto" la joven recorrió la escena con la mirada, encontrando al padre de Tatsuya apoyado en una viga de una casa cercana "¿Cómo ha podido hacer algo así? Esa mujer era una sacerdotisa después de todo... ¿No era su función guiar al resto? Incluso con el gran crimen que cometieron..." aquella situación le producía sentimientos encontrados, por una parte esa mujer y su complice habían estado apunto de acabar con la vida de una niña e incluso la de Tatsuya y ella... pero por otra comprendían el dolor que habían tenido que soportar "No sé que hacer... por una parte no se merece nada mejor... pero por otra..."
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—Usted, usted es...— Intentó acercarse a ella.

—Primero fue mi cuñado, luego mi hermana, la pequeña Aki también... Y ahora, Akai, Akai... ¡Ese maldito mató a Akai!— Alejó a Tatsuya con violencia y señaló con su mano a Tenma —¿¡Porqué toda mi familia me fue arrebatada!? ¿¡Porqué me niegan la venganza!? ¿¡PORQUE!?— La mujer se llevó las manos al rostro y se arrodilló mientras lloraba.

—Yo no, no lo sé— Sabía que era una pregunta retórica, pero aún así se vió en la necesidad de responder.

La turba quería seguir con su linchamiento, pero Tatsuya no sabía ya de que lado ponerse.

"Todo está mal, esto no debería estar pasando"

Pronto sintió un empujón, empezaban a amotinarse mientras traían recipientes con aceite inflamable, el espadachín intentó detenerlos pero pronto ya no había orden en ese pueblo sin ley, todo pintanba para que se convirtiese en una masacre hasta que...

¡TRANQUILÍZENSE DE UNA VEZ O LES VUELO LA CABEZA A CADA UNO DE USTEDES!

El jounin con imperiosa prescencia les ordenó a todos los presentes que se calmaran, los asustadizos habitantes soltaron los palos y piedras del susto. Ahora todos volteaban a ver a aquel hombre de de ropajes negros y guadaña negra.

—Parecen animales... No, ni eso, los animales no matan por estupideces— Les dedicó una mirada reprobatoria a los aldeanos —Si quisieran arreglar las cosas podrían pedir ayuda a alguna autoridad del País del Fuego, si no pues síganse pudriendo en la miseria de este intento fallido de asentamiento humano— Se alejó de la viga y empezó a caminar a la entrada del pueblo. —Tatsuya, nos vamos— Mientras avanzaba se paró a la par de donde estaba la peliblanca —Imagino que tú también tienes cosas que hacer ¿no? Si vas al noroeste llegarás a Minori en el País de la Espiral, es el pueblo mas cercano a la frontera...

No iba a dejarlos descansar siquiera, el jounin no tenía interés de mezclarse en los asuntos de la gente y por lo tanto se marcharía cuanto antes.

Tatsuya se levantó y trató de alcanzarle, miró a la kunoichi, buscando algo que decirle.

—Yo, yo...— Estaba nervioso, quería despedirse al menos, pero no sabía cómo.
[Imagen: 7FT8VMk.gif]

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~Ausente los fines de semana~
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