12/07/2016, 12:22
En esos momentos, entre la presión de aquel hombre y la aparición de su hermana, solo quiso ser tragado por la tierra. Pero estaba ahí, y nadie le iba a ayudar.
— Bueno, las cosas se ha complicado y…
—¡Mas te vale tener una buena excusa para esto!
Suspiró. Ahora tendría que explicarselo otra vez a su hermana y rezar para que le creyese. A ella no tendría que mentirle con lo de que se habian colado, probablemente. Sin embargo, ese hombre le daba escalofríos...
—Es suficiente. Volvamos — y antes de que pudiesen decir nada, el hombre se despidió secamente y se fue.
Juro supuso que su hermana por fin se había fijado en su compañía. Acompañó la inclinación, probablemente por cortesía, hasta hacer lo propio y arrastrar su hermano también en dirección al hotel.
—¡Hasta luego, Juro-san! ¡Nos veremos en el torneo!
— ¡Hasta la próxima! — exclamó, tratando de hacerse oír mientras le arrastraba.
Por el caminar de su hermana, pudo ver que estaba hecha una furia. No supo cuanto había pasado, pero según aquel hombre, llevaban cerca de una hora con su estupidez. Ahora lo veía tonto. Se habían jugado prácticamente la vida por un osito de peluche.
Caminó lo mejor que pudo, viendo la poca gente. Realmente se sintió mucho mejor ahora que ya no había tanta gente comprimida. La mayoría habían abandonado el lugar, en dirección hacia sus casas. Hasta el siguiente día de torneo, en una semana...
— Sobre lo que ha pasado...
— La verdad es que no quiero saber que hacías con esa chica y con un oso de peluche.
— No es...
— Déjalo estar Juro.
Se cruzó de brazos, mientras caminaban, de vuelta al hotel. Realmente era una idiota. ¿Quién en su sano juicio pensaría algo así?
Pronto, se encaminaron al hotel. Pronto llegarían y descansarían. Aunque él no hubiese peleado. Su hermana no le había comentado nada del tema. En fin, ya lo harían. Tenían toda una semana hasta los siguientes combates...
— Bueno, las cosas se ha complicado y…
—¡Mas te vale tener una buena excusa para esto!
Suspiró. Ahora tendría que explicarselo otra vez a su hermana y rezar para que le creyese. A ella no tendría que mentirle con lo de que se habian colado, probablemente. Sin embargo, ese hombre le daba escalofríos...
—Es suficiente. Volvamos — y antes de que pudiesen decir nada, el hombre se despidió secamente y se fue.
Juro supuso que su hermana por fin se había fijado en su compañía. Acompañó la inclinación, probablemente por cortesía, hasta hacer lo propio y arrastrar su hermano también en dirección al hotel.
—¡Hasta luego, Juro-san! ¡Nos veremos en el torneo!
— ¡Hasta la próxima! — exclamó, tratando de hacerse oír mientras le arrastraba.
Por el caminar de su hermana, pudo ver que estaba hecha una furia. No supo cuanto había pasado, pero según aquel hombre, llevaban cerca de una hora con su estupidez. Ahora lo veía tonto. Se habían jugado prácticamente la vida por un osito de peluche.
Caminó lo mejor que pudo, viendo la poca gente. Realmente se sintió mucho mejor ahora que ya no había tanta gente comprimida. La mayoría habían abandonado el lugar, en dirección hacia sus casas. Hasta el siguiente día de torneo, en una semana...
— Sobre lo que ha pasado...
— La verdad es que no quiero saber que hacías con esa chica y con un oso de peluche.
— No es...
— Déjalo estar Juro.
Se cruzó de brazos, mientras caminaban, de vuelta al hotel. Realmente era una idiota. ¿Quién en su sano juicio pensaría algo así?
Pronto, se encaminaron al hotel. Pronto llegarían y descansarían. Aunque él no hubiese peleado. Su hermana no le había comentado nada del tema. En fin, ya lo harían. Tenían toda una semana hasta los siguientes combates...
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60