Se incorporó como buenamente pudo después del golpe que le propinó al pilar y volvió a centrarse en su oponente, ahí estaba, frente a ella, con los ojos puestos en los propios. Si seguían así lo único que conseguirían era terminar o bien sin chakra o bien sin objetos que usar, por ello Eri supuso que era el mejor momento para comenzar a bailar de verdad.

''Pues de perdidos al río...'' Justo cuando lo pensó, el Ishimura, acuclillándose y posando una de sus manos en el suelo, la miró con determinación para instantes después salir disparado hacia ella. La huérfana optó por una posición defensiva con el kunai en su mano izquierda. Sin embargo cuando el joven cambió de dirección, ella corrió hacia él, sin detenerse ni para guardar el kunai. Y cuando estuviese lo suficientemente cerca, le propinaría un puñetazo a Kazuma en el pecho.


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La kunoichi demostraba verdadera determinación durante el combate. No arremetía con todo pero tampoco le facilitaba la búsqueda de oportunidades, prueba de aquello fue cuando el shinobi decidió cambiar de dirección durante la carrera y ella decidió interceptarle antes de permitir que se ubicara donde fuese que quisiera ir.

«Se me hace demasiado difícil conseguirla con la guardia baja —se dirigía al encuentro con su oponente, que parecía tener intenciones de atacar—. Tendré que forzar una situación ventajosa para mí.»

Corrió hacia la peli azul, pues sabía que no tendría sentido seguir tratando de evadirla. En cuanto estuvo a unos cinco metros de ella, tomo sus únicos dos kunais y los arrojo. Los arrojo sin apuntar al cuerpo de su rival, pues tenían la intención de clavarse en el suelo frente a ella. A simple vista parecía que trataba de limitar su capacidad de movimiento horizontal, como le habían hecho a él a inicios del combate, pero se trataba de algo más sutil. Cuando arrojo las armas se aseguro de que volaran bajo y con una separación de unos cinco metros, con lo cual su plan entraría en marcha.

«Eso… No apartes tu vista de mi.»

Desde el inicio los kunai iban atados el uno al otro con un tramo de hilo shinobi. La intención era que crearan una suerte de obstáculo para su oponente. Si no lograba ver el fino hilo lo más probable es que tropezara con él, dejándole expuesta. Si lo llegaba a divisar el tratar de evitarlo podría tomarle unos instantes valiosos. A sus ojos parecía un plan simple pero efectivo, pero sabiendo que no podía confiarse se preparaba para hacerse con otra arma que le permitiera sacar provecho de la situación.

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Estado de Ishimura Kazuma

Puntos de Vitalidad: 140
Puntos de Chakra: 100

Acciones Ocultas: 2 y 1(Revelada)

Al parecer Kazuma cambió de opinión y se dirigió corriendo hacia la kunoichi sin pretender evitarla. Sin embargo su puñetazo nunca logró llegar a su oponente: a unos cinco metros de ella se paró, tomó sus kunais y los tiró al suelo que tenía a escasos metros de su posición. En un principio Eri pensó que había fallado o que no había puesto la suficiente fuerza en el lanzamiento, pero fuera de posibilidades, un destello de luz dejó ver el hilo que los unía, creando un obstáculo difícil de evitar por la velocidad que llevaba, además, sabía que si lo intentaba evitar saldría disparada hacia delante, ¿qué sería lo mejor?

Pero poco duró su pensamiento, porque iba a tropezar con el hilo y caería al suelo. Hizo un movimiento rápido y sacó su último shuriken de su portaobjetos y se lo lanzó a poca distancia a su contrincante: ella se llevaría una leche contra le suelo, pero su contrincante debería comerse el golpe del arma. Con suerte cambió su posición a espaldas del tropiezo y cayó de espaldas contra el suelo, con la mirada vio por unos instantes al cielo que tenía encima de ella.

''¿Le habrá dado el shuriken?''


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· CK: – –


Realizada una AO

El plan había funcionado tal como quería. La joven kunoichi no pudo evitar la trampa del hilo, por lo que no podrá evitar caerse contra el suelo. Muy probablemente la caída no le haría daño, pero le quitaría tiempo de reacción valioso. Sin embargo la jovencita resultaba ser toda una flor espinosa, pues no se dejaba cortar sin que hacer uso de sus armas. Mientras caía tomó un shuriken y lo arrojó contra su oponente.

«Es muy tarde para detenerme —pensó mientras observa como su oponente caía y como la estrella de acero volaba hacia el—. Solo puedo continuar con mi ataque.»

El joven ,aparentemente, sólo tenía dos opciones, la de atacar o defenderse pero no ambas, así que decidió atacar. En cuanto su oponente comenzó a caer, haciendo uso de toda su destreza, tomó el fūma shuriken de su pierna y lo desplegó en menos de un segundo. Sin pensarlo lo arrojó hacia su oponente que estaba a punto de dar contra el suelo. El arma pasaría volando, fuerte y feroz, al lado de la estrella de acero que se dirigía hacia él.

En su mente parecía un intercambio ganador; la molestia de lidiar con un pequeño shuriken a cambio del golpe de un arma mucho más grande. Solo esperaba no herir demasiado a su oponente, pero el combate ya no estaba como para andar con consideraciones y su oponente tampoco parecía en condiciones de esquivar el ataque. Vio como el arma se acercaba para morder su costado izquierdo y se preparó para el impacto.

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Estado de Ishimura Kazuma

Puntos de Vitalidad: 140 - 12 = 128
Puntos de Chakra: 100

Acciones Ocultas: 3

''Mierda...'' Su mente reaccionó ante el dolor del corte que se llevó en el comienzo del hombro derecho ocasionado por el fūma shuriken que le acababa de lanzar el Ishimura. -¡JODEEEEEEEEEEER, CÓMO DUELE! - chilló, aun sabiendo que no era de las personas que insultaban o decían palabrotas a las otras personas, sin embargo no podía evitarlo, ¡le acababa de hacer un corte, joder!

Se incorporó lo más rápido que pudo, por suerte estaba en medio de una pelea, contaba con la adrenalina y el calor del movimiento para no acordarse del dolor hasta que se quedase frío, por ello no podía dejar de moverse en ningún momento. Sobre sus dos piernas sanas ya y sujetándose el hombro con la mano izquierda, de la cual notó que comenzaba a mancharse de sangre; ''Jopetas...'', sabía que tenía que hacer algo con la herida.

Pero ella no se había quedado atrás, no, el shuriken que ella misma había impregnado con su veneno común mejorado había dado de lleno a Kazuma. Formó una sonrisa mezclada con las lágrimas que le acababan de salir de sus ojos, por la rabia, la rabia. ¡NO ERA PORQUE LE DOLÍA EL JODIDO CORTE, ¿VALE?! Y sin esperar que él mismo se diese cuenta de lo que acababa de pasar, se alejó rápidamente para poder vendarse el hombro y así impedir la pérdida de sangre innecesaria.

Click algo se accionó en su cabeza, realizó una serie de sellos y sin dejar de alejarse de su posición con dificultad, se confundió con el humo y el clon que acababa de crear. Sabía que el poseedor de aquellos preciosos ojos grises se daría cuenta de que había utilizado el bunshin, pero, ¿Sabría cuál es el verdadero? Una de las dos tiró a esconderse hacia el pilar que estaba completo todavía, mientras que la otra correría al ya destruido cilindro.


· PV: – –

· CK: – –


AO revelada
Realizada una AO

El ataque había alcanzado al objetivo. Si bien no había sido un impacto directo, pero al ver como la sangre brotaba de la herida supo que había conseguido un buen corte. El arma giró para terminará aterrizando unos dos metros por detrás de Eri, mientras está lanzaba un grito de dolor. Por un momento, Kazuma, se sintió un poco culpable.

«¡Ya tranquilo, es solo parte del combate! —Se espeto a sí mismo—. Bueno… Por lo menos no le corte un brazo y tampoco le di en la cabeza.»

Pero tendría que dejar las preocupaciones para luego, puesto que el arma de su rival también le había golpeado. La verdad era que le dolía, pero era solo un pequeño corte. Se quitó el arma del abdomen, tratando de no tocar la herida que le comenzaba a escocer, probablemente a causa del sudor y el polvo según él.

Mientras recuperaba el aliento su oponente se levantó como pudo y se puso en marcha. De repente la de ojos verdes realizo unos cuantos sellos, provocando que de la nada saliera un clon idéntico a ella. Ahora había dos Eris, una corrió a esconderse detrás del pilar destruido, mientras que la otra se dirigió hacia el que estaba intacto.

«Aun no me recupero de las carreras… Tendré que andar con cuidado.»

Había perdido de vista a su oponente y aquello era malo. Eri era una ninja médico, así que no le convenía jugar al desgaste con ella. Tratando de ser sistemático decidió apostar por el primer pilar, el roto. Lo rodearía y en cuanto viera a su oponente se arrojaría contra ella. Seguramente no estaría en condiciones de responder. Claro quedaba el segundo pilar, pero ya pensaría en algo cuando llegara el momento, de todas formas no creía a nadie capaz de curarse y mantener la guardia al mismo tiempo. Esta vez se puso en marcha trotando, en busca de su oponente.

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Estado de Ishimura Kazuma

Puntos de Vitalidad: 128 - 6 = 122
Puntos de Chakra: 100

Acciones Ocultas: 6

Llegó al pilar, nada más estar detrás de él y esconderse como buenamente pudo sacó sus vendas, se rasgó su ropa dejando el hombro al descubierto y se vendó rápidamente. Sabía que no podría usar su jutsu médico, pero al menos el vendaje le facilitaría el movimiento de su brazo derecho. Era una chapuza tal y como lo estaba haciendo, pero tendría que dar resultado si no quería quedarse muy inútil a la hora de seguir luchando contra Kazuma. Se dio el gusto de suspirar tranquila cuando notó que se sentía un poco mejor al notar las vendas sobre su herida. Pero eso fue su único momento de tranquilidad.

''Viene...'' Le hizo gracia, pensando que quizá se habría ido a por el bunshin como ella misma pensó que haría al hacer que su clon se fuese al pilar de verdad. Pero no, él iría a por la muchacha de cabellos azules que se escondía en el pilar roto.

Le sentía llegar, así que nada más ver a su oponente se enzarzaría contra él, sin alargar más aquel combate que parecía no tener fin. Pero... ¿Qué pasó con el veneno?


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· CK: – –


AO revelada

El cansancio empezaba a hacer mella en el cuerpo del Ishimura. Pero el público no dejaba de bramar en ánimos, con una energía increíble. Parecía que aquel era el mejor combate que habían visto en todo el día, y sería lo justo pues sería el último de todos. Pero aunque pareciera extraño, Kazuma, casi no oía al público. Se encontraba demasiado concentrado en el difícil combate y sus circunstancias.

«¿Pero qué es esto? —Se preguntó cuando al tocar su costado sintió un bulto hinchado y un fuerte dolor muscular—. La herida… Demonios, fui demasiado descuidado.» —Fue lo que pensó al darse cuenta que le habían envenenado.

Decidió moverse y atacar antes de empezar a sentir toda la fuerza de la toxina que le corría por la venas. Para su fortuna, no era el único que había cometido un error. En la parte oculta ,y a la sombra, del pilar donde se encontraba Eri, se pudo ver como dos shinobis de cabellos blancos se dirigían hacia ella con la intención atraparla en una especie tenaza.

«Entonces ¿de cuál te defenderás? —le preguntó como si pudiera escucharle—. El prestarle atención a uno significa quitarle la vista al otro… Entonces ¿Izquierda o derecha.»

El joven sabía que la decisión que tomara no haría diferencia, pues su plan era otro. Ambos Kazumas eran solo clones de sombra para crear una distracción. El verdadero se había subido al pilar para, sigilosamente, posicionarse por encima de su oponente. Su intención era utilizar la oportunidad que le darían sus duplicados para atacar desde arriba, un punto ciego, con una patada descendente.

¿Pero cómo había conseguido el de piel morena la confianza para aquel plan a la vez que evitaba ser engañado?

La verdad era que el chico había estado tratando de salir del campo visual de su enemigo desde el inicio del combate, y este le dio la oportunidad al retirarse detrás de los pilares, además de conferir tiempo para que se moviera con sigilo. Lo otro fue su técnica de clones. Su ejecución fue perfecta, tanto así que la copia incluso caminaba ladeandose y haciendo gestos de dolor. Pero al final era solo un clon de sombras y era incapaz de emular el rastro de charquitos de sangre que dejaba, el corte en el hombro de, la original.

«Delatada por tu propia sangre.» —Fue lo que pensó, mientras caía hacia una peliazul a la cual estaba a punto de interceptar dos clones suyos en aquel reducido espacio.

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Estado de Ishimura Kazuma

Puntos de Vitalidad: 122 - 6 = 116
Puntos de Chakra: 100 - 6 = 94

Acciones Ocultas: 4 y 2 reveladas

Compuso una mueca que podía pasar por una sonrisa sarcástica. Las telas de su ropa rasgada ondeaban con el escaso viento que se formaba ante el movimiento que comenzaba a crecer por medio de los segundos. El griterío del público se acentuaba, ¿sería su final?

No.

Observó a los dos Ishimura que se acercaban por cada uno de sus lados tambaleándose e imitando a la perfección el dolor que el real debería estar sufriendo, pero ella no era tonta, y si había jugado a un juego que el de cabellos blanquecinos había repetido sin caer en el suyo propio, ella misma no caería. Además, eran las doce y cuarenta y un minutos. Aquel juego de sombras llegaba a su fin. Sin embargo, estaba furiosa, ¿con ella misma? ¿Con Kazuma? Bah, eso no importaba lo más mínimo, lo que importaba era el sentimiento. Recordó las palabras que le enseñaron cuando comenzó a formarse como una shinobi... Un verdadero ninja no revela nunca sus sentimientos. Pero... Ella tenía derecho a hacerlo, quizás... Solo quizás, le saldría bien jugar sus cartas así.

Dio un paso y se dio la vuelta, recibiendo la patada del Ishimura en su totalidad sobre sí misma, acabando sobre el magullado suelo debido a sus tan conocidos golpes, le dolía la zona golpeada y notó un sabor salado en su boca, sin embargo no dudó en ningún momento concentrar todo el chakra que pudo en su pierna izquierda, y, mientras cogía impulso con ambos brazos - más con el izquierdo que con el derecho -, le asestaría una patada impregnada en chakra a Kazuma.


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· CK: ––

Ya no había tiempo para retroceder o cambiar de opinión. El Ishimura se encontraba cayendo sobre la Mizumi, como un halcón al caer sobre su presa. Pero sucedía que esta no era una presa indefensa. Recibió toda la fuerza de la caída y la patada en el hombro que aun mantenía sano, donde el daño sería poco pero bastaría para sacarla de equilibrio.

«Voy por ti.» —Fue lo que pensó mientras el público exclama de emoción.

Pero algo fallo. El de ojos grises cayó de cuclillas, luego de la patada, y pretendía levantarse y arremeter contra su oponente caído, pero algo le detuvo. Sintió unas nauseas fuertes a la vez que una punzada de dolor en su costado herido le hizo hincarse en el suelo. El veneno estaba en su apogeo, y como si estuviera del lado de su dueña, decidió castigar el cuerpo de su huésped.

Su visión se había tornado un poco borrosa, pero alcanzo a ver como su oponente arrojaba una patada hacia él. Si hubiese estado en buenas condiciones se hubiera atrevido a esquivarla o incluso a contraatacar, pero en aquella situación el sería imposible. Decidió tratar de frenar el ataque.

«Bloquear una patada no será problema —en su mente aun estaba el vivido recuerdo de aquel golpe que destrozó un árbol caído—. Mientras esquive sus puños estaré a salvo.»

El joven había pecado de suponer que entendía la habilidad de su oponente. La técnica que las de ojos verdes usaba no era un simple golpe o taijutsu. Era una concentración de chakra que multiplicaba la fuerza natural de cualquier ataque ¿Qué significaba eso? Pues que era una habilidad que podía usarse con cualquier parte del cuerpo con la que se pudiera golpear.

Sintió como si un árbol acabara de golpearle, sacudiendo su cuerpo con violencia mientras podía sentir como si algo se le rompiera. Con su mano derecha sujeto la pantorrilla de su oponente, tratando quizás de desacelerar aquel gran impacto. Pero todo fue inútil, pues sintió como su cuerpo se levantaba del suelo para elevarse por los aires hasta chocar con el borde del pilar al cual le habían quitado un pedazo.

Le costó un gran esfuerzo, pero reunió un poco de chakra en la mano derecha para sujetarse a la superficie del pilar. Luego dio un tirón lo suficientemente fuerte como para subirse al mismo y evitar la caída al suelo. El publico estallo en un rugido de euforia mientras el peliblanco se arrastraba, respirando con dificultad por el dolor, sobre la superficie del pilar.

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Estado de Ishimura Kazuma

Puntos de Vitalidad: 116 - 80(74+6) = 36
Puntos de Chakra: 100

Acciones Ocultas: 4

Pasó la lengua por sus blancos dientes para apartar aquel líquido carmesí que le brotaba de algún lugar que no quería identificar todavía mientras caminaba hacia el peliblanco que se encontraba en el pilar con la respiración agitada. Quería acabar con aquello, quería poner fin al combate, ¿debería intentar dar el siguiente paso? Se colocó frente al Ishimura sin pensar en lo que haría a continuación. El público, expectante, solo pudo enmudecer por lo que pasaría a continuación.

''Kazuma...'' Se permitió mirarle sin pronunciar su tan conocido san en sus pensamientos, y sin esperar más, lo cogió de la camiseta para incorporarlo suavemente. Sonrió melancólicamente y concentró chakra en su interior, transmitiéndoselo a su puño izquierdo.

El golpe lo recibiría Kazuma en su estómago.

¿Sería el fin? ¿Lograría asestarle el último golpe? ¿Sería todo un genjutsu del moreno y estaría ganando él? No lo sabía, solo esperaba que su puñetazo marcase el último compás del baile que ambos estaban disfrutando en compañía.


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Sentía como si el mundo diera vueltas, no solo por la patada que le mandó volando sino que también por el veneno que aún le estaba haciendo efecto. La sensación se le hacía extraña, pues apenas había gastado chakra y no se encontraba tan cansado. Pero el dolor era sobrecogedor y agonizante, aunque al público parecía encantarle.

«¡Vamos cálmate y respira! —Pensó mientras el sol le calentaba el cuerpo en aquella superficie tibia—. Mis extremidades aún están bien, pero con mi torso en este estado me será imposible correr o saltar —se diagnosticó a sí mismo mientras trataba de calmarse y mantener una respiración estable para no entrar en estado de choque o inconsciencia—. Bueno… Algo se me ocurrirá.

La kunoichi había llegado a la cima del pilar más rápido de lo que pensaba, aunque tampoco creyó que le permitiría tomar un descanso tan fácilmente. Se encontraría a Kazuma tirado boca arriba y con las manos en los bolsillos, como al inicio del combate. Le miró como si ya diera todo por acabado, pero si creía que no era capaz de levantarse y dar un salto hacia ella, pues tenía razón.

«Me siento como una tortuga patas arriba —pensó mientras veía llegar a su oponente—. Debo admitir que fue un golpe magnífico, lo suficiente como para felicitarle, pero no creo poder hablar sin dejar escapar un aullido de dolor.»

Por alguna razón se sintió un poco más tranquilo cuando llegó su oponente. Su expresión reflejaba bastante dolor, pero aun así sus ojos grises mostraban una calma que rayaba en lo molesto. La joven se acercó con aparentes intenciones de dar el golpe final. De cierto modo el Ishimura no pudo evitar sentirse intrigado sobre su actitud tan segura.

«¿Es que no te han enseñado que aunque le corten la cabeza a una serpiente está aún podría morderte?»

Un poco más allá de su cabeza se encontraba el borde del pilar, una altura aparentemente inofensiva, pero en su estado, el tratar de saltarla, resultaría casi imposible. La situación pintaba bastante fea, pero ya había estado en dificultades antes y había logrado salir vivo, por poco pero vivo.

En cuanto la joven estuvo dentro del alcance de su cuerpo medio inerte, sacó las manos de sus bolsillos. En una portaba un kunai con el cual reflejó la luz del sol para crear un destello cegador, mientras que en la otra tenía un shuriken que arrojó a toda velocidad hacia el centro del dorso de su oponente.

«Fue buena idea quedarme con el shuriken que me arrojo —reflexiono en aquel instante—. Aunque no estoy seguro de cómo funcionará su veneno... Bueno, de todo modos se necesitará más que esto para acabar con ella.»

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Estado de Ishimura Kazuma

Puntos de Vitalidad: 36 - 6 = 30
Puntos de Chakra: 100 - 5 = 95

Acciones Ocultas: 2 y 2 reveladas

¡Kazuma tenía varios ases bajo la manga! Tan rápido como la agilidad del Ishimura le permitió, sacó un kunai y un shuriken de ambos bolsillos para seguramente un fin no muy agradable. Una cegadora luz llegó a los ojos de la Mizumi, que alcanzó a moverse hacia un lado con facilidad mientras parpadeaba para acostumbrarse de nuevo a la luz y así el shuriken que le pertenecía saliese volando sin que la rozase si quiera. Y es que Kazuma debería estar lo suficientemente cansado después del golpe que se había llevado como para tirar con tanta fuerza un arma arrojadiza.

Con el chakra aún en la mano y nada más acostumbrarse a la luz, vio tirado sobre el pilar el cuerpo medio inerte del moreno, con el kunai en una mano. ''No lo comprendo, cómo alguien después de un golpe de tal calibre sigue siendo tan persistente...'' Compuso una mueca que podía pasar por una sonrisa torcida al recordar cómo dejó a Nabi después de recibir uno de esos. Se encogió de hombros y sin más dilación, decidió emplear el golpe que había estado cargando sobre el cuerpo boca arriba del Ishimura.


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· CK: ––

Al final su cuerpo se encontraba demasiado débil y sus manos muy temblorosas. Al final su destello apenas si hizo efecto y su torpe lanzamiento no encontró el camino a su objetivo. Estaba acabado y el grito eufórico de la multitud daba fe de ello.

«Bueno, ahí va el plan “B”… Quizás debí pensar en “C” También.»

Ya poco importaban los planes o estratagemas, su oponente había tomado la victoria y el aceptado la derrota. Vio como la peli azul se acercaba para rematarle. Durante un instante sintió la necesidad de decirle algo, o dejar algunas palabras finales como lo hacían los héroes caídos en la viejas historias, pero sabía que si trataba de comunicarse solo conseguiría toser un montón de sangre. No quería dar aquel espectáculo, al menos no donde se encontraba tirado.

«Es una lástima… También me hubiese gustado combatir con los genins de otras villas… Al menos espero recuperarme para venir a ver los siguientes combates.»

Su colega de la espiral se acercó hasta quedar de pie a su lado, bloqueando el sol y dibujándose como una silueta oscura. Sin extender más aún el combate dio un último golpe y con ello el Ishimura perdió la conciencia.

Aquello fue todo para él, solo esperaba que el público no le arrojará comida mientras estaba inconsciente. Sería pésimo despertar y encontrar que le costaron el cabello solo porque un melón podrido le golpeó. También esperaba que Eri continuará ganando, así al menos podría jactarse de que perdió con la ganadora del torneo. Eran esperanzas pequeñas, pero esperanzas al fin.

-Se acabó. - Murmuró mientras se arrodillaba frente a un inerte Kazuma que yacía sobre el pilar. Oyó chillidos y gritos de alegría, muchos más de decepción, pero solo eran palabras junto otras palabras que carecían de sentido al sentido auditivo de la kunoichi de Uzushiogakure. Su cuerpo se heló, haciendo que el dolor que no había sentido con anterioridad se instalase en su cuerpo mientras renunciaba a irse por una temporada.

Pero no lo demostró, su rostro se mostraba impasible, como en trance. ¿Ganar? ¿Había ganado? Eso había anunciado el juez, o el anunciador, o esa persona que había chillado los nombres. No lo sabía. Se levantó con lentitud y viró su cuerpo hacia el lugar donde se encontraban los tres kage, donde dio una reverencia como símbolo de su gran educación recibida en su villa natal, pero no sonrió ni mostró un ápice de felicidad al ser proclamada vencedora.

¿Qué era ganar? ¿Qué era perder? No se sentía dichosa, no se sentía animada ni con ánimos de celebrar nada. Pasaría a la siguiente ronda, donde se pelearía con alguien que también habría superado la primera ronda, y por consiguiente, alguien que ha demostrado que es capaz de controlar sus habilidades a la perfección. Echó un último vistazo a Kazuma y comenzó a caminar hacia las puertas por donde había llegado a la arena.

''Lo siento, Kazuma.'' Abandonaba a su compañero, a aquel que le había prometido curar cuando estuviese herido. Una lágrima surcó su mejilla, llegando hasta sus labios donde se mezcló con la sangre seca que ahí residía.

La victoria le había parecido agridulce.