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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
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—Buenos días Kōtetsu-sama ¿Ha dormido bien?

—Buenos días Mizuki. Si ha sido una buena noche de sueño, pero ¿qué haces aquí tan temprano? —pregunto el aun medio dormido joven mientras se desperezaba—. Por lo general me esperas en el comedor.

—He venido a despertarle para que no olvide que hoy en la mañana tiene algo importante que hacer —dijo la joven criada mientras se movía por la habitación recogiendo trapos y abriendo ventanas—. Aunque me ha costado un poco, al parecer estaba teniendo un sueño muy profundo.

—Cierto, estaba soñando que estaba en un bosque, y que mientras transcurría la noche le contaba sobre mi vida a un grupo de extraños… De alguna manera fue un sueño muy extraño.

—Un sueño sin duda interesante, pero ahora que está despierto debe darse prisa y marcharse, después de todo llegar tarde es una mala primera impresión —señalo aquello con cierto tono disciplinario—. Sobre la mesa están sus cosas, alístese y baje a desayunar a la brevedad.

Luego de ducharse y desayunar, el joven peliblanco tomo su bandana y su espada, para marcharse a la academia de las olas.

El compromiso que tenía ese día era bastante importante. Hacía poco tiempo que se había graduado de la academia y había sido nombrado shinobi, eso significaba que tenia la opción de ingresar en un programa de equipos que reunía a tres genin recién graduados y los ponía bajo la supervisión de un jonin experimentado. Según las palabras de su maestro; aquella era una gran oportunidad para aprender y mejorar su habilidad, aunque Kazuma no estaba muy convencido de aquello, mas que todo por que su maestro también decía que era un programa para evitar que los mequetrefes se descarriaran, sin embargo no tenía otra opción además de ir.

Su maestro tenía la costumbre de involucrarlo en toda clase de actividades sin antes pedir su consentimiento, cosa muy molesta pero totalmente inevitable debido a la naturaleza de su relación. Por lo general el anciano escuchaba las quejas del joven, pero una vez que tomaba una decisión no había como oponérsele.

—Bueno ya he llegado. No es que haya querido venir, pero me da mucha curiosidad eso de los equipos, aunque también me preocupa como puedan ir las cosas. Después de todo no tengo ninguna idea de con quienes me vaya a encontrar—a pesar de su pensamientos contradictorios entro en la academia con rumbo al salón donde tenía que ir.

Luego de la ceremonia de graduación la academia se toma dos semanas de descanso, para poner en orden todo lo necesario para el siguiente periodo académico. Por eso en aquella cálida mañana de verano sus pacillos se encontraban vacíos y silenciosos.

—A ver, debe ser aquí en el aula veintidós —Una vez encontrado el lugar indicado solo le quedaba algo por hacer, por lo que giro la perilla y procedió a pasar mientras saludaba—. Con permiso y buenos días —pero sus palabras solo fueron recibidas por el vació que había en el lugar.

El sitio estaba completamente desocupado, y con aquello pareciéndole extraño, reviso el papel que le habían dado para asegurarse de que no se había equivocado de salón. Luego miro el reloj de la pared, pero este marcaba la hora justa en la que se había predeterminado el encuentro. Sin nada más que hacer durante aquella situación; Decidió tomar asiento donde solía hacerlo durante las clases, coloco a un lado su espada cuidando de no ensuciar la cubierta de tela, y procedió a esperar.

—Bueno... Esta no es una buena señal. Así comienzan todas la situaciones en las que me involucra el viejo, primero tengo que esperar y luego termino involucrándome con gente de lo mas chiflada.
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#2
— ¡Venga, espabila de una vez¡

El sol se reflejaba por la ventana, lo que indicaba que el día había vuelto a la villa de Uzushiogakure. Los rayos de luz empezaban a filtrarse por la habitación, después de que su hermana, en un vano intento de despertarle, abriese la persiana. Como era normal en la casa de los Eikyu, Juro estaba dormido. Pero esta vez, tenía que despertarse.

—AAAGH — no pudo evitar gritar, su hermana le había propinado un puñetazo en el estómago, que hizo que se encogiese, sin entender lo que ocurría, hasta darse cuenta de lo que hacía.

— Siempre igual.. .—comentó su hermana, con un suspiró exhasperante, mientras salía del cuarto.

Juro la siguió velozmente hasta la cocina, el lugar hacia donde se dirigía. Katsue empezó a sacar cosas de los armarios, parecía estar preparando algo, pero el marionetista no alcanzó a vislumbrar el que. Tampoco le importó en ese momento.

— ¿A que ha venido eso? ¿Ahora te ha dado por dar puñetazos? — preguntó, más sorprendido por que no le hubiese tirado un vaso de agua encima que por su despertar brusco.

— Hoy te necesito presentable, tienes que ir al programa ese de equipos ¿Recuerdas? — comentó, sin ni si quiera mirarle ni detener su extraña tarea.

— ¿Que? ¿Era hoy? — preguntó, incredulo.

Sin esperar respuesta, se dirigió rapidamente hasta su cuarto, para preparase. No tenía mucho que hacer, se peino, se puso su camiseta de siempre, el pantalon, cogio el pergamino...Y en diez minutos, bajó.

— De todas formas no se el porque de tu interés con todo esto... — Juro continuó hablando nada más bajar, provocando que su hermana se sobresaltase al no oirle llegar.

— Te vendra bien, así conocerás a más gente, tendrás un sensei mejor que yo para mejorar... así que iras, digas lo que digas — tajante, su hermana dejo mas que clara su opinión la respecto, una vez recuperada.

Juro se resignó, se tragó sus palabras, y se dispuso a irse. Por costumbre, sabía que su hermana era tan o incluso más cabezona que él, y ya que iba a tener que ir, mejor que no llegase tarde. Nada más agarrar el pomo de la puerta, volvio a escuchar la voz de Katsue.

— Juro, Recuerda que si te pasa algo... —comenzó a decir, con un tono de voz cargado de preocupación. El marionetista estuvo a punto de decir la típica frase de: "tendré cuidado", pero no pudo — que sea cerca de tu nuevo sensei, así sera culpa suya...

Salió y dió un portazo, casi avergonzado de haber pensado un segundo otra cosa que no fuese una de las bromas crueles de su hermana. De fondo podía escuchar su risa, pero la ignoró y siguió caminado. Probablemente si se hubiese quedado se habría puesto seria, e incluso le habría explicado el porque de todo esto, pero ya no iba a detenerse, era muy tarde...

...................................................................................................................................................................

Una vez más, recorrió a toda prisa los pasillos de la academia, casi vacíos. Costaba creer que solo hace dos semanas que se habían graduado, y que antes de eso había sido un estudiante más...

Después de tomar el pasillo equivocado, acabo llegando a la puerta de casualidad. El aula veintidós, en el que entró, sin estar seguro de la hora. Nada más entrar, pudo observar el reloj en la pared, solo llegaba tres minutos tarde, había tenido suerte.

Casi dio un respingo al ver que había alguien dentro. Era un joven, que parecía tener una edad similar a Juro, aunque era más alto que él. Tenía el pelo grisáceo, y lo llevaba hasta los hombros, su piel era morena. Su mirada en cierto modo le relajaba, aunque su iris era muy extraño.

Avanzó vergonzosamente, hasta sentarse en una de los pupitres, cercano a él, en la primera fila, para esperar a su sensei y a su tercer compañero, si es que lo tenía.

— Hola... — hizo un intentó de saludarle, aunque su timidez hizo mella en el breve saludo. Aun así le tendió la mano en cuanto pudo mientras se presentaba, para estrecharla — Soy Eikyu Juro, parece que vamos a ser compañeros a partir de ahora. Espero que nos llevemos bien...

No sabía como sería esa persona, le resultaba brevemente familiar, pero no conseguía recordar nada de él. El ejemplo que más recordaba de pelo blanquecino era Kota, pero no recordaba su nombre, ni su comportamiento. Tendría que ver como salía todo....
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#3
Era un dia importante, o más o menos importante, depende para quien, como todo. Bueno, Nabi necesitaba levantarse a la hora en cuestión, no podia permitirse el lujo de quedarse dormido. Pero eran 14 años de dormir como un tronco contra 1 dia que queria levantarse a voluntad, es decir, tendria que hacer trampas o no lo conseguiria. Tenia un despertador, que sonaba de forma estridente a la hora que él designara, para llevarse una hostia y que se calle mientras seguia durmiendo.

Pero él, habia revolucionado el funcionamiento de aquel precario sistema despertatorio. El despertador tenia atado un hilo shinobi que al tirar de él quitaria una pieza de madera que impedia que un cubo que estaba encima suyo cayera. Y todos os preguntareis, ¿un cubo lleno de agua helada? Claramente no. El contenido de dicho recipiente eran ni más ni menos que piedras del tamaño de su cabeza que sobresalian del mismo. No estaba a tanta altura como para que le explotara la cabeza, a lo justo para llevarse una buena hostia.

Y así fue como apareció en la Academia a la hora acordada con un hilillo de sangre cayendole por la parte de atrás de la cabeza.

Probablemente habia llegado muchisimo más pronto que todos los demás, a la academia claro, al aula.

¿Que pasa mediosmierda?

Diria abriendo de par en par la puerta corrediza del aula 22. O eso creia él, se encontró con un aula vacia y de hecho, casi abandonada. Eso no podia ser, si él habia estado en el aula 22 y era casi nueva, con pupitres limpios y casi sin pintadas ni ralladas, algo muy raro por esa academia, siempre hay alguna oculta y un pene debajo del mismo pupitre. Pene que dibujaba él, pero eso vosotros no lo sabeis.

Salió del aula para fijarse mejor en la placa. 55.

Esto no va en serio...

Se fue de nuevo a la aventura, arrastrando los pies. Por suerte, no habia más clases desde AYER que fue la graduación y aún quedaban DOS SEMANAS para que volvieran a haberlas. Así, la academia estaba a total disposición de los alumnos apuntados al sistema de equipos. Al girar una esquina juraria que vio al marionetista de su clase, se llamaba... esto... ¿Kulo? Se acercó para ver que aula era esa. La 22. VEINTIDOOOOOOOOOOS. Por fin. Se plantó bien ante la puerta y la abrió de un solo y gracil movimiento.

Ya podeis empezar a encender los fuegos artificiales.

Vio a Kulo-chan y a Kazuma-chan. La sonrisa que ya llevaba se ensanchó. Menos mal, al menos era gente algo conocida, y no del todo desconocida como esperaba. Eso le renovaba su euforia natural.

Hombre, si es el gran Ishimura Kazuma y el marionetista, Kulo.

No se quiso arriesgar al apellido del moreno, a saber como se lo tomaba si se equivocaba. Hay gente que no soporta que digan mal su apellido. Nabi no soporta que digan mal su nombre, pero su apellido le da igual. Oh, espera... Que es el mismo.

Se acercó a la pareja y dandole una palmada en la espalda al marionetista se sentó en su sitio, al lado de Kazuma, como en clase, aunque traia su espada. Bueno, él también traia su bastón, que al sentarse sobresalió por encima de su cabeza. Y el tercer integrante del grupo, traeria su marioneta... en algún sitio... esperaba Nabi.

Alegrad esa cara que hoy es un dia de gozo y alegria. Que ya somos Genins, de aqui a invocar dragones hay un paso

Con su desvergüenza natural empezó a aliviar la tensión del aula.
Nabi
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#4
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Kazuma ya estaba predispuesto a esperar por un largo rato. Pero eso no le suponía ningún problema, después de todo aquel salón era un lugar bastante cómodo. Tenía grandes ventanas que daban paso a mucha luz natural y a una bonita vista del jardín. También tenía los asientos distribuidos en gradas, aquello los hacía más cómodos y prácticos que un anticuado pupitre.

Todas esas cosas hacían que fuera un buen lugar. Sin embargo no tendría mucho tiempo para relajarse con lo que vendría luego.

…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………...................

Mientras aun estaba en su asiento habitual, pudo escuchar como la puerta se deslizaba suavemente, dejando pasar a un chico que parecía está buscando aquella aula. El chico parecía un poco nervioso, quizás fuese así, y por eso camino tímidamente hasta colocarse en uno de los asientos del frente.

El joven no se quedo quieto por mucho tiempo, ya que como si lo hubiera pensado por un rato se giro hacia atrás y le dirigió un saludo al peliblanco.

«Sin duda lo he visto antes en la academia, pero no recuerdo bien… Bueno de todas maneras en un alivio, parece un chico tranquilo y reservado»

—Buenas Eikyu Juro, efectivamente parece que seremos compañeros en el programa de equipos. Yo soy Ishimura Kazuma, y también espero que podamos llevarnos bien todo. —respondió esbozando una leve sonrisa mientras le daba un buen apretón de manos a aquel chico de ojos café.

Luego de las presentaciones, el ambiente se sentía bastante tranquilo. Tanto así que probablemente el pelinegro y peliblanco se hubieran puesto a conversar tranquilamente. Pero aquello no fue posible.

Justo cuando el ojos grises le iba a dirigir la palabra a Juro para comenzar una conversación; Una estridente y animada tormenta llego azotando la puerta y saludando a diestra y siniestra. Resultaba ser Nabi un chico que veía clases con Kazuma. Este último le recordaba por dos cosas; Una era por ser relajado como la brisa y cabezón como una roca, y la segunda era porque le solía llamar por el apodo de Nana, haciendo acorte y referencia de su nombre completo.

«Marionetista eh?» —le había llamado la atención lo que había dicho Nabi—. Esperen…. ¿Nabi será mi compañero? Cielos creo que ya se como resultara esto —pensó mientras se llevaba la mano a la frente y ponía una sonrisa de resignación.

—Buenos días “NANA”, ya te he dicho que solo me digas Kazuma. Además por si no te has dado cuenta de que haces aquí, esa persona a la cual tan descortésmente le dices “Kulo” va ha ser nuestro compañero —dijo a modo de reprimenda, mientras esperaba alguna reacción de Juro.
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#5
Juro sonrió al chico cuando este se presentó y le dió la mano. Se presentó como Ishimura Kazuma. Le dió bastante buena impresión, parecía un chico tranquilo, y reflexivo. En ese momento se alegró de tener a alguien así en su equipo, parecía tener muy buen juicio.

Antes de darles tiempo a más de las presentaciones, irrumpió otra presencia en la puerta, mucho más ruidosa que Kazuma. Era un chico de pelo rubio, que definitivamente parecía mayor que Juro, sin lugar a dudas. Como no, era más alto que él. Empezaba a tener complejo por la altura...

El chico caminó como si nada , a pesar de llegar tarde. Se sentó cerca de Kazuma, no sin antes, en lugar de presentarse asi mismo, se dedicó a presentar a los demás. A Juro le sorprendió el hecho de que supiese que era marionetista, no mucha gente lo sabía. De cualquier manera, iban a ser compañeros de equipo, igual le daba que lo supiese ahora que luego.

El chico le sonaba, pero de la misma forma de Kazuma, no tenía ni idea de su nombre. Y lo que fue peor, se equivoco con el suyo, llamándole: "Kulo". Juro se quedó en tensión, sin saber que decir, por unos momentos., intentando identificar si era una broma, una ofensa, o una equivocación. Por el nombre su mente se decantaba por la ofensa, pero quizás fuese por su desconfianza natural...

Kazuma habló antes que él, mencionadole con el nombre de "Nana".

"Eso no es nombre de chica?" — pensó para sus adentros

Sorprendentemente, le reprendió por llamarle de otra forma. Al menos tenía algo de apoyo en su nuevo equipo. Tenía que agradecérselo más tarde...

Kazuma parecía esperar que dijese algo, se recuperó de la sorpresa inicial y comenzó a hablar.

— No...Te has confundido , mi nombre es Juro. Eikyu Juro para ser más exactos — comenzó a hablar, intentando hacerse oír , a pesar de su bajo tono — Encantado, esto...¿Nana? ¿Era así?

Su voz indicaba lo que era, que no tenía idea del nombre, y justamente por que el chico se había confundido con el suyo, le parecía que un tono de duda sería mejor que el tono serio que había adquirido el rubiales.

— Ya estamos casi todos, solo falta el sensei...— comentó, mirando hacia la puerta mientras el último de los presentes se sentaba en su lugar — ¿Invocar dragones?

No pudo evitar fruncir el ceño, con escepticismo. ¿Quien iba a querer invocar dragones? Eran malos, daban miedo y destrozaban ciudades enteras. Ni si quiera deberían existir, o eso le había dicho su hermana...
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#6
El moreno procedió a tomar asiento como ya habian hecho los otros dos, y sentados empezaron a hablar comodamente sobre la vida y otros temas de clara trascendencia universal. Aprovechó para examinar a los que serian sus compañeros, un marionetista y un espadachín. Pelinegro y peliblanco, de ojos de un marron bastante más claro que el de Nabi y de ojos gris claro que recordaba a aquellas acumulaciones gaseosas del cielo en tempesad.

Como era de esperar, Kulo era el más escualido y el más bajito de ellos, aunque fuera por poco, pero vamos, era un ejemplo del estereotipo de marionetista. Seguramente fuera agil y con un control del chakra sin igual. Kazuma, por su lado, era el más fuerte y alto de ahí, a pesar de ser el de menor edad. Con su fiel espada al lado, seguramente en un combate de Kenjutsu no tendria rivales entre los novatos. Y despues estaba Nabi, que era el mediocre del grupo, más fuerte que el moreno y menos que el peliblanco, en cuanto a altura, casi alcanzaba al Ishimura, pero este le ganaba por milimetros.

Volviendo de nuevo a las conversaciones, lo primero que salió de la boca de su querido amigo peliblanco fue "Buenos dias, Nana". A veces pensaba que no lo odiaba, pero entonces soltaba esas cosas crueles y se le pasaba. Despues se refirió a su descortesia con Kulo. Ahí ya fue cuando el rubio se perdio. ¿Era por qué no se habia presentado?

Pero ¿por que me llamas así? Me dejas en evidencia delante de nuestro niño.

Con todo el dramatismo que era capaz de poner en una oración. Entonces Kulo comentó fugazmente que en realidad se llamaba Juro, Eikyu Juro.

Oh... A eso se referia Kazuma con lo de descortesia. Perdona, por algún motivo estaba convencido de que te llamabas Kulo. Y no, no me llamo Nana. Eso es una invención del gran y magnanimo Ishimaru Kazuma para vacilarme y hacerme sentir inferior.

Pero que el muchacho seguia sin presentarse. O tal vez, estaba esperando el momento adecuado. No, en realidad no se habia dado cuenta de que Juro no sabia como se llamaba. Es decir, ¿quien podia ir a la academia durante varios años y no saber quien es Nabi Nabi, el magnifico? No era algo comprensible.

Desde lo más profundo de mi corazón os voy a decir algo. Yo si fuera a ser sensei de un equipo de novatos como nosotros me ocultaria en el aula para ver como se comportan esos simios en su habitat natural antes de presentarme oficialmente. Así que vamos al grano. ¿Creeis que nuestro sensei sera Takomato-sensei? O peor, ¿Shimoru-sensei? Espero que directamente no sea ninguno de la academia.

Habia nombrado a su maestro de clase, que era un Jonin que algo tenia que haber hecho para acabar de tutor y al profesor de Taijutsu, que no tenia ni idea de su rango, porque todo en él, era un misterio. Realmente esperaba no tener que volver a verlos. El marionetista tuvo la osadia de fruncir el ceño ante lo de invocar dragones.

¿No te gustan los dragones, Jurete? Siempre te quedaran los unicornios.

El tono esta vez era uno más alegre sin mala intención ni bromista. Eso le desconcertaria aún más.
Nabi
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#7
—¡¿Ishimaru?!— dijo Kazuma levantando su tono de voz.

—Si así quieres jugar, que así sea, te llamare “NANI”… No, no, no. Si le haces caso, solo alimentaras su ego.

El ojosgrises logro calmarse un poco, mientras repasaba mentalmente como molestaría a Nabi la próxima vez que tuviera la oportunidad. Pero cuando ya casi había olvidado lo que paso, el chico rubio dijo una cosa que le causo bastante gracia.

—Si tú fueras nuestro sensei… Pfff, jejeje —Rió el peliblanco. Cosa muy rara en el, pero que solía pasar cuando estaba con Nabi—. Joer lo siento es que el que te pusieras en lugar de un sensei ha resultado muy hilarante… La verdad es que si nuestro sensei pensara como tú… Bueno eso sería algo aterrador.

—Sin embargo debo admitir que la idea base está bien, aunque si se le encargo ser nuestro sensei , seguramente ya tiene nuestros perfiles psicológicos a su disposición. También se que si no está haciendo eso que dices, entonces es que viene tarde, y por tanto es un impuntual.

Luego de decir aquello el Ishimura noto lo paródica de la situación.

«Bien ya estamos, el sol, el viento y las nubes… No quiero imaginar cómo será cuando nos vemos bajo el cielo, es decir me imagino que sabrían que pasaría si nos colocaban juntos. No sé qué clase de jonin sea que el pueda manejar algo como nosotros»

—Oh cierto, pasando de este pequeño circo. Dime Yuro ¿tú qué opinas? —Le pregunto al chico de cabellos negros.
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#8
La llegada del tío rubio había causado un antes y un después en el equipo. No era normal que antes los dos solos estuvieran tan bien y que ahora estuviesen echándose pullas los unos a los otros.

"¿Nuestro niño?"

Cada vez estaba mas confundido con el chico nuevo que había aparecido. No pudo ni preguntar, este siguió hablando, esta vez demostró tener algo de amabilidad. Se disculpo con Juro alegando que de verdad creía que su nombre era Kulo, y confirmo que su nombre no era Nana. Pero tampoco le dijo el suyo...

Y otra vez, tuvo que callarse. Kazuma, que había estado tranquilo, se lanzo metafóricamente a la yugular del rubio, por haber dicho mal su apellido. El pequeño marionerista apunto mentalmente que eso le fastidiaba...De verdad lo parecía, hasta se puso a hablar consigo mismo.

Pero no quedo ahí. El tercer miembro hablo sobre que si fuera el sensei, seguramente se dedicaría a espiar a sus alumnos. Un escalofrío recorrio su espina dorsal, mientras giraba la cabeza y su mirada recorría toda la sala.

- ¿Que? ¿Donde? - pregunto, sorprendido, pensando que su compañero había visto algo, pero no, solo eran suposiciones. Aun así aun tenía ese sentimiento de inquietud, sobre el nuevo sensei, y quedo callado, mientras hablaban de quien podría ser, hasta que decidió hacer un pequeño apunte - Quizá solo nos este poniendo a prueba...

Era mejor idea que pensar que eras impuntual...

Y como siempre había primera vez para todo, el rubio pareció disfrutar burlándose con el sobre lo del dragón. Aun así, no mostró mucho sus sentimientos, parecía maneter su tono alegre. Esto le desconcertó, pero no se achanto.

- Se nota que no me conoces - comentó, sonriendole con la misma autosuficiencia - Ya sabes mi nombre, pero no recuerdo el tuyo. Sino te importase refrescarme la memoria...

Kazuma también le hablo, preguntandole acerca de que opinaba.

- No hay mucho que opinar, creo que es bastante probable que ses algun profesor de la academia. De todas formas, no creo que tarde mucho en aparecer - comento, mientras se encogías de hombros, ignorando que hubiese pronunciado mal su nombre.
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#9
A veces sus descuidos le jugaban malas pasadas, y como su personalidad era tan... especial, pues la gente se pensaba que lo hacia queriendo. Uno de los casos más documentados hasta el momento era el conflicto Ishimura/Ishimaru. Estaba seguro que despues de tantas veces que le habia pasado Kazuma seguia pensando que era a proposito. Pero la verdad es que una única vez habia sido para hacerle rabiar, las demas pura dislexia oral.

Ishimura, Ishimura, lo siento. Ha sido un inocente descuido.

Junto las manos en forma de disculpa pero ya era tarde, Ishimaru-san se habia picado. Cuando Nabi comentó que el sensei podria estar oculto vigilandoles Juro fue el primero en girarse y comprobar el aula. Ahí, pensó que se daria cuenta, pues era algo bastante disonante en el aula. Pero no, concluyó que solo habia sido un comentario inocente y abandonó su busqueda.

A continuación, Kazuma se empezó a reir ante la idea de que yo fuera sensei. Y alegando que si el sensei fuera como él, seria demasiado terrorifico.

Kazuma, por favor, no seas ridiculo. Si el sensei fuera como yo, vosotros dos no aguantabais ni dos dias. Solo conmigo ya os doy solo una semana. Pero bueno, ¿de verdad no os habeis dado cuenta?

Juro le comentó por fin que no se acordaba de su nombre.

Oh, que descuido. Mi nombre es... Nabi, Nabi Nabi.

Habia contestado a esa cuestión porque era algo importante. Porque él era importante y por ende su nombre también. Pero de verdad no podia creer que esos dos siguieran con esas sucias conversaciones vanales mientras el sensei estaba ahí escuchando tranquilamente.

Veras, Ishimura-chan, una cosa es tener el perfil psicologico de un alumno. Un montón de datos en un papel. Pero para de verdad conocer a alguien, sus rasgos buenos, sus defectos, su personalidad, su forma de actuar. Para eso hay que estar en persona y verle interactuar con el entorno. ¿Y que mejor oportunidad que cuando se juntan los tres alumnos que te interesan por primera vez? Puedes ver quien es más vergonzoso, quien es más suelto, etcetera etcetera.

Ahora, mirad fijamente el aula. Me ha costado un rato darme cuenta, porque sabia que algo no encajaba pero me ha costado percatarme de qué era. Estamos sentados en bancos, como todas las demas mesas del alumnado, sin embargo, la mesa alta del profesor tiene un taburete. Una silla igual de alta para que se apoye si tenemos que hacer un examen o si lo necesita. Un único taburete.

Pero en esta aula, hay dos.


Precisamente, detras de dicha mesa se asomaba un taburete mientras el otro quedaba oculto por la misma mesa. Nabi se quedó sentado esperando la reacción de sus compañeros.
Nabi
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#10
Luego del desorden que significo la llegada de Nabi, las cosas empezaban a calmarse un poco. Aunque con aquel chico rubio las cosas jamás estaba calmada por mucho tiempo.

—Vale, vale. Déjalo así —respondió Kazuma a las palabras y disculpas del chico del bastón.

El y Juro se presentaron, no de la mejor manera pero lo hicieron y por un instante parecieron entenderse.

Luego de aquello Nabi aseguro que el sensei estaba escondido en el salón, y que la clave para encontrarlo era poner atención en algo que no estaba bien o que desencajaba. Dicho esto el rubio empezó a sacar conclusiones, como si de una novela de homicidios se tratara. Asegurando que un sensei no necesitaba papeles para saber como éramos. Y que todo lo que hacía falta era mirar un taburete que estaba sobrando en la habitación.

Ante aquel súbito torbellino de conclusiones y sospechas; Lo único que pudo hacer el Ishimura fue mirar hacia donde estaba juro, para luego levantarse y empezar a aplaudir lentamente con un nivel de sarcasmo de proporciones épicas.

—Wow, que brillante trabajo deductivo “Nabi Holmes”… ¿Qué será lo siguiente que nos digas? ¿Que tú palo es en realidad un bastón, pero que antes era escoba y se opero para convertirse en rasca espaldas? —Pregunto con cierto tono hilarante.

—Amigo no quiero ponerte en evidencia otra vez, pero creo que esa novela detectivesca de “Quien se comió a Skuarry” te está haciendo ver cosas, es decir ¿qué tan loco tendría que estar un sensei como para quedarse viendo todo esto sin hacer o decir nada?

—Es más, te daré el beneficio de la duda.

—Si vas y le pegas una buena patada al taburete extra y no pasa nada, resultara que estás loco y por tanto te haré mas bullying. Ahora, si por el contrario se destransforma y te da una patada, admitiré que tienes razón y me quedare callado.

—¿Que te parece?
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#11
Juro trato de ignorar las bravuconadas del rubio. Le parecían vomitivos e innecesarios. Dejando eso aun lado, por fin se digno a presentarse, como Nabi. Buenos como Nabí, Nabí, Nabí. Al parecer era tan importante que lo repetía tres veces. En fin, no tenia ni idea de su apellido, pero al menos sabía como llamarle...

La tensión que había empezado a sentir al llegar se vio incrementada con las palabras de Nabí, mencionando que había una banqueta de sobra, y que el sensei podría ser esa. Después de todo, ¿Que mejor forma de observar a sus futuros alumnos?

"Que estupidez. Si fuese verdad, ya habría desecho la técnica ¿No?"

Ya no sabia que creer. Dirigió la mirada a la banqueta extra, y un escalofrío le recorrió, mucho mas fuerte que el anterior. Kazuma, mientras, se mostró totalmente contrariado. Incluso miro a Juro, buscando ayuda. Este dio un paso hacia atrás, algo asustado, incluso con la mirada serena de Kazuma.

- ¿Que? - pregunto, asombrado de la respuesta de Kazuma - ¿Como le va a dar una patada al sense...al tabure...¡a lo que quiera que sea!

Deseo luego es como si se les hubiese ido la pinza. No entendía a ninguno. Uno dejaban caer la informacion haciéndose el listo prepotente que desde luego no parecía, y otro que parecía tranquilo respondía así. Suspiro, y intento dejarse de chiquilladas.

- Si el sensei estuviese escondido seguramente saldría ahora que lo hemos pillado y que no va a sacarnos mas informacion - lo comento en un tono de voz mas alto, por si acaso, mirando a Nabi, luego a Kazuma y luego a la banqueta, a ver si había suerte...
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  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
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#12
Ante la soberbia explicación de Nabi, sus compañeros no hicieron más que disentir, aunque Juro se lo estaba planteando seriamente. Kazuma sacó su lado Nabi, poniendose sarcastico y soltandole una pregunta estupidamente sarcastica como si tal cosa.

Hablemos de mi palo. Vereis, era una noche fria por allá el 2005 antes de la alianza. Estaba yo paseando por la calle con mi amada cuando vi un cacho de madera con forma de palo. Entonces me acerqué, y cual fue mi sorpresa al descubrir que ese cacho de madera con forma de palo era nada más y nada menos, que un palo normal y corriente. Así que lo deje ahí y me fui a casa.

Como no decir nada, sin decir nada.

Volviendo al tema del sensei, zi onvre, pase lo que pase si voy a pegarle una patada yo pierdo. Tus intentos de hacerme quedar mal son graciosos así que tampoco me molestan tanto, eres un buen aprendiz algún dia estaras a mi altura. Mas no te precipites o la caida podria ser muy dolorosa

Habia puesto tono magnanimo acorde a lo que decia. Ahora empezaba la interesante, cuando Juro dijo que si ya le habiamos pillado, deberia haber salido. Que muchacho más inocente, que bien se lo iba a pasar con él.

Vereis, queridos compañeros, si eres un sensei y te ocultas de forma evidente en un aula no es para salir en cuanto alguno de los alumnos sospeche, sino para ver como reaccionan cuando te vean, sino se hubiera ocultado haciendose invisible o convirtiendose en un gato o algo más discreto que un taburete en todo el medio del aula.

Además, cabe añadir que tambien es posible que efectivamente se haya ocultado de una forma menos obvia y haya puesto el taburete extra para confundirnos. Incluso podia haberse transformado en uno de nosotros, en ese caso el que hubiera llegado antes seria el más sospechoso.


Se fue apartando lentamente de los otros dos genins, por dramatizar más que nada, porque eso si que era una soberana estupidez, pero él siguió argumentadola para ver como reaccionaban Pincho y Pancho. Así es como se hacian las cosas interesantes, debatiendo interesantes temas con sus dignas argumentaciones que recogen toda la logica del mundo.

Si lo que quieres el sensei es hacernos dudar y ver como nos manejamos en una situación tensa, nada mejor que estar aqui los tres, presentarnos, conocernos y entonces aparece otro de nosotros y no dice, "Ese no soy yo, es un impostor" y ya se ha liado parda.
Nabi
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#13
Algunas veces se nos toma por sorpresa, cuando pasan cosas mas allá de lo que uno considera posible. Esa cálida mañana de verano, era uno de esos días, en los que sucede algo tan inverosímil que te deja con la boca abierta. Cayendo en sucesos realmente paradójicos y extravagantes.

Aquel primer día en el programa de equipos, Nabi era ese suceso. Viendo que ya estaba en su sórdido mundo de ilusiones mundanas, Kazuma decidió que sería mejor seguir ese consejo que le habían dado años atrás; “No le lleves la contraria a un loco, y si quieres librarte de él, síguele la corriente”. Bueno al menos trataría de seguirlo.

—Cielos Nabi, que historia tan conmovedora, pensar que luego de ver un palo, seguramente abandonaste a tu amada en medio de la fría y solitaria noche —dijo mostrando toda la aflicción posible.

Luego de aquello, el chico pelirrubio empezó a sacar conclusiones acerca de que táctica podría aplicar el sensei para confundirlos. Algo así como si estuvieran en una guerra psicológica donde la demencia es ley, y Nabi es el comandante, una batalla donde la normalidad de Juro y Kazuma era fuertemente asediada por oleadas de incongruencias deductivas. Era como el libro que el Ishimura había leído hace poco; “La dimensión desconocida” donde la locura era la regla y el más deschavetado era rey. Rey que hacia inquisición a los cuerdos.

—¡Por todos los cielos¡ —dijo un poco exaltado—, Nabi tiene razón. Definidamente lo más seguro es que se haya transformado en uno de nosotros y este tratando de jugar con nuestras mentes.

Después de decir aquello el Peliblanco se levanto de su asiento y camino hasta acercarse al pelinegro, estando ya al lado de este, procedió a hablar con un tono de voz suficientemente alto como para que se escuchara en todo el salón.

—Juro-san, se que nos conocemos de poco, y que tal vez no tengamos confianza suficiente como para andar aliándonos o haciéndonos favores, pero creo que esta es una buena oportunidad para poner a prueba nuestro trabajo en equipo.

—Por lo que te propongo que le peguemos a Nabi entre los dos, al menos hasta estar seguros de que es quien dice ser, claro si es una transformación nivel jonin, podría llevarse un buen rato, pero al menos será un rato en que este callado.

—Así Qué ¿qué dices?... Por cierto empiezo a creer que por su comportamiento anómalo; Te llamo Kulo de forma adrede.

Parecía que el plan de seguirle la corriente no estaba funcionando.
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#14
Juro estaba, como poco, sorprendido. Su mente no estaba preparado para tanta paranoia, y es lo que ahora mismo estaba sucediendo en la sala.

Nabi siguió con sus chorradas. No se que de un palo, y alguna otra tonteria que ignoró. La reacción de Nabi también fue chistosa en cuanto a lo dicho por Kazuma, aunque no podía decir que no fuera algo normal. No tenía porque ir él, aunque por bocazas le iba a acabar tocando.

Y ya, como summun de las estupideces, comentó que podría no ser el taburete, que podría ser para despistarlos, y que el verdadero quizas fuese uno de ellos. También mencionó que podría ser el que hubiera llegado más pronto. Aunque no quiso admitirlo, esas palabras calaron en Juro...

"Kazuma ya estaba cuando llegue..."

Un sentimiento acusatorio empezaba a recorrerle, poco a poco. Mientras Kazuma tomó una actitud también sospechosa. Indico que tenía razón y que lo mejor sería atacar a Nabi, porque según él, él era el impostor.

— ¿Que...? — su voz parecía casi un susurro y casi no podía contener su asombro — ¿Y como se que no eres tu el sensei intentando convencerme para pegar a otro compañero del equipo? ¿O que lo eres tu, volviendonos paranoicos para pelearemos entre nosotros?

La cabeza empezaba a dolerse, se estaba sobrecalentando. No sabía si era una prueba, una estupidez, o las dos cosas. Puso una mesa de distancia entre sus compañeros.

— Calmaos de una vez los dos — su tono de voz era casi autoritario — tu deja de decir estupideces y tu no te pongas violento. Si hay un impostor el verdadero terminara por venir.

Quedarse sentado no era un buen plan, pero era mejor que matarse entre ellos...
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

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#15
Kazuma empezó a seguirle la corriente de la forma más falsa que Nabi habia visto en su vida, incluso le sonaba a actuación cutre de un teatro de barrio de Amegakure. Primero con la estupidez del palo que no habia tenido ni pies ni cabeza y despues con lo del sensei transformandose en uno de ellos. Pero, ojo, que habia más. Tras esa actuación llena de vericidad y talento, se acercó a Juro y le propuso una alianza para darle una paliza al rubio. Este, por su parte, habia permanecido en silencio durante todo el rato pero ahí no aguantó más y empezó a reirse a carcajada limpia.

El marionetista estaba muy muy rallado. La inverosimilitud del momento y de todo el rato que habian estado hablando le estaba superando. La paranoia sobre que cualquiera podria ser el sensei, lo del taburete, todo. Podia ver en su cara que iba a explotar, y explotó. Mando a su pareja de equipo a la mierda y se separó de ellos. Por su parte, el Nabi se reia observando la escena, de como habia llegado hasta ese punto gracias a sus comentarios y a su delicado plan de sacarles de sus casillas. Hacía tiempo que no le salia tan bien algo así.

Poco le duro el jubilo, pues unos segundos despues, cuando ya lo único que se oia era el extraño silencio que habia quedado en el aire entró una mujer pelirroja de veintitantos años. Con el pelo recogido en una trenza y vestida con el chaleco oficial de ninjas de elite encima de una camiseta negra. Las vendas que llevaba en manos y pies así como la expresión de enfado que llevaba no le daban buenas vibraciones a Nabi, quien habia borrado la sonrisa burlesca que habia tenido todo el rato en el rostro.

La mujer se fue directa a la mesa del profesor y se plantó detras de esta. Paso la mirada por cada uno de sus alumnos que habian acabado cada uno en una mesa diferente de la misma hilera. Sin inmutar el rostro chasqueó los dedos y unos pequeños papeles salieron disparados hasta pararse justo en frente de cada genin encima de sus respectivas mesas. Nabi cogió el suyo y lo levantó lentamente. F-. Lo mismo ponia en el de Kazuma, en el de Juro ponia F+.

La sensei plantó su mirada en el moreno. En ese momento, Nabi se percató de que llevaba bastantes papeles encima.

Me han dado vuestros datos y el perfil psicotecnico de cada uno de vosotros, pero yo os he evaluado como equipo. Y dais pena.

Procedió a leer uno de los tres montones de papeles que habia dejado en la mesa.

Eikyu Juro, trece años, marionetista, huerfano de padres, vive con su hermana. Un control del chakra excelente, incapaz de sostener una espada de forma decente, ni siquiera una de madera. Y demás palabreria. En el rato que has estado aquí, has demostrado que eres un cobarde y que tu miedo a decidir podria costarnos la vida. Has visto y has sido consciente de que los otros componentes del equipo estaban enfrentandose y has preferido no tomar parte. Sabias que lo que estaban haciendo estaba mal, que esto era algo serio y ellos estaban tomandoselo a broma y que no deberia ser así. Pero les has dejado hacer y has dejado que te arrastraran en su vortice de paranoia. Tienes mejor nota porque al menos no has participado activamente en destruir el espiritu de equipo.

Ishimura Kazuma, trece años, especializado en Kenjutsu, huerfano, vive con su tutor y maestro. Un dominio sin igual de la espada, tremenda dificultad para entender y aprender el arte del Genjutsu. Tú al comienzo parecias el más sensato. Pero has tardado muy poco en caer en las estupideces y en el sinsentido que ha tenido lugar aqui. Te has convertido en un participe principal de ello. Pero es más, has instado a un compañero de equipo de hacer una alianza para pegarle al tercero. Eso ha sido la gota que ha colmado el vaso.

Nabi Nabi, catorce años, del clan Nabi, huerfano, vives solo en la mansión de tu abuelo. Un manejo de dos elementos a pesar de ser apenas un Gennin, incapaz de llevar a cabo el sellado más simple a pesar de vivir en la villa emblematica de los Uzumaki. Tú... TÚ. No tengo palabras para describir lo que has hecho aqui. El buen rollo acaba donde empieza mi autoridad y te advierto que mi autoridad es muy grande. Y no te pienso pasar ni una. Te has salvado porque tenias razón, yo queria que dudarais, de ahí el taburete, pero tú fuiste más allá y lo tergiversaste para tu propia diversión.

Todos y cada uno de vosotros habeis fallado, habeis suspendido esta prueba como equipo. No toleraré ninguna replica ni ninguna estupidez en mi presencia y en cuanto estamos reunidos, aunque yo no haya llegado consideradlo ya como mi presencia.


Escribió algo en unos papeles y los volvió a recoger y se dirigió a la puerta.

Seguidme.

Y se fue. Sin siquiera esperar a que la siguieran y sin intención de hacerlo. Nabi fue el primero en seguirla. Con una pequeña sonrisa que habia pintado en su rostro en cuanto la sensei se habia dado la vuelta. El dia no paraba de ir a mejor.
Nabi
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