Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: Uzushiogakure (https://ninjaworld.es/foro-uzushiogakure) +--- Foro: Jardín de los Cerezos (https://ninjaworld.es/foro-jardin-de-los-cerezos) +--- Tema: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato (/tema-los-juegos-de-uzushiogakure-no-sato) |
RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Inuzuka Nabi - 13/02/2017 La cuenta adelante se hizo eterna, podía ver cada gota de sudor caer por cada frente, cada sobaco que empezaba a producir una cantidad de sustancia maloliente sobrehumana y cada mirada que penetraba como un aguijón de abeja en mi, que estaba el primero de mi equipo frente al equipo enemigo. En verdad no veia todo eso, pero se notaba en el caldeado ambiente de la plaza. Mi idea del tirón inicial no había servido para nada, pero la de pasar la cadena por un lado menos ortodoxo que el normal para agarrarla mejor sí sirvió. La cadena se cerró con fuerza alrededor de mi brazo, al cual había sobreestimado como buen inconsciente que estaba hecho, provocandome un dolor penetrante que me hizo sacarlo de esa encrucijada al instante. No había sonado ningún crack ni nada, pero el momento ya estaba perdido, caí de rodillas al suelo engido de dolor y sufrimiento, aparte del dolor parecía que todo estaba bien, aunque las marcas de la cadena eran bastante chulas. Tenía que buscar una forma de resarcirnos de ese bache que había supuesto mi inteligencia. La única norma impuesta era no infligir ningún daño directo a los contrincantes. No había nadie mencionado nada de... — ¡Ay, uy, ayayayay! Deje de comprobar el brazo izquierdo con el derecho para que este último se centrara en otras cosas más importantes, como sacar de mi portaobjetos todo lo que fuera esferico y lo lanzara tan lejos de nuestro lado y cerca del suyo como fuera posible. Eso me haría ganar tiempo para recuperar la posición. — ¡Tirad! Eso les avisaría de que tiraran. RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Koko - 20/02/2017 El juego era sencillo y las reglas más aún, tirar de una cadena y ya básicamente, pero estábamos hablando de una parda de shinobis así que podrían llegar a tener uno que otro truco bajo la manga y así lo demostró Nabi al enrollarse la cadena al brazo y logrando así distraer un poco a Noemi que por un instante dejó de tirar justamente por lo que estaba viendo de primera mano, que no era muy agradable. Pero al poco rato prefirió comenzar a tirar con todas sus fuerzas a sabiendas que ya lo peor había pasado. Lo peor hubiese sido que los otros siguieran indiferentes al grito pero a final de cuentas el Senju logró quitar el brazo de aquella prisión metálica y acto seguido lanzó un par de canicas cerca suyo. Por un momento pensó que no sería nada grave, pero al acercarse a su posición logró identificarlas como las mismas mierdas que Haskoz le había tirado anteriormente. «Mierda… »Lo malo era que no podía deducir qué tipo de bombas eran por lo que simplemente cerró los ojos y se llenó los pulmones de aire para intentar aguantar lo máximo posible la respiración por si se formaba una nube de humo allí mismo. Así la rubia se salvó de los efectos de dos de las canicas arrojadas por Nabi, la luz cegadora y la nube de humo pero la tercera le afectaría sí o sí y seguramente a los demás integrantes del equipo amarillo o a saber, pero nuevamente la fuerza que Noemi utilizaba para tirar de la cadena se vio afectada, aunque no completamente. «Le tiraría con los tacos… »Pensaba la fémina aunque eso seguramente provocaría algún daño y la descalificarían. RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Uzumaki Eri - 21/02/2017 Cuando Okura pronunció aquel ya que inundó, quizá, todo el Jardín de los Cerezos, Eri ya se encontraba tirando cual posesa de aquella cadena para que los tres integrantes del otro equipo acabasen en su terreno, intentando hacer gala de una superfuerza casi inexistente pero que a su vez existía más que la de otros integrantes, cosa que ella no sabía. Pero la suerte no estaba de su parte, y el Senju que se posicionaba frente a ella en el tira y afloja decidió hacer algo que le iba a pasar factura. — ¡Ay, uy, ayayayay! «¿Qué pasa?» Por un momento la joven dejó de tirar con todas sus fuerzas haciendo que sus venas se relajasen y dejasen de marcarse en su sonrosada piel; para remediar aquel grito de dolor de su compañero, sin embargo, antes de poder mencionar si quiera su nombre, él ya tenía algo en mente. Algo que ella no había previsto. — ¡Tirad! Para su suerte, con el esfuerzo que suponía tirar de aquella cadena la joven mantenía los ojos semicerrados, desviando toda su atención a la única acción que era tirar y tirar, tal y como había ordenado el Senju; así que la bomba lumínica no terminó por hacerle mucho efecto, aunque, por otro lado, la bomba sonora sí que le pasó factura. Lanzó un gemido ahogado cuando notó como el sonido penetraba sus oídos, y dejó de tirar con su mano derecha para llevársela al oído, mientras que el izquierdo acababa tapado contra su hombro. RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Uchiha Akame - 23/02/2017 Lo primero que sorprendió al joven Uchiha fue ver como, henchido de orgullo, Senju Nabi se enrollaba un tramo de la cadena alrededor del brazo. Akame no pudo evitar arquear una ceja, confuso. «¿Pero qué hace este chico? ¿No es consciente de que...?» No lo era. La realidad se ocupó de responder esa pregunta con extrema rapidez y eficacia. Apenas el robusto chuunin que oficiaba de juez dió la orden de empezar la prueba, los seis ninjas tiraron con fuerza de la cadena sin mostrar siquiera un ápice de compasión por su camarada Nabi, que justo un instante después soltó un alarido de dolor cuando aquellos férreos anillos se retorcieron y estrujaron su brazo. Incapaz de soportarlo, el muchacho cayó de rodillas mientras se liberaba el brazo herido. «¡Ahora!» Akame no perdió ni un instante en flexionar las rodillas y tirar con todas sus fuerzas. En aquel momento eran tres contra dos; muy fuertes tenían que ser Riko y Eri para no perder una considerable ventaja. Sea como fuere, mientras tiraba con todas sus fuerzas, el Uchiha vio como Nabi se llevaba una mano al portaobjetos. Por puro instinto sus ojos se volvieron de color rojo sangre, y el Sharingan le reveló con algo más de precisión los movimientos que aquel muchaho ejecutó. Akame siguió con la mirada aquellas esferas que su compañero shinobi había arrojado hacia ellos, hasta que se dio cuenta de lo que eran. —¡Al suelo! ¡No soltéis! —gritó con voz imperiosa, mientras cerraba los ojos. Había reconocido al menos una Hikaridama. No sabía qué clase de artimaña había usado Nabi, pero estaba seguro de que no podía ser dañina; de lo contrario, serían descalificados. Así que, simple y llanamente, siguió aferrando la cadena con ambas manos mientras se arrojaba al suelo, cerrando los ojos. Fuera lo que fuese aquello —aparte de una bomba de luz—, a los otros les costaría más tirar de la cadena si Akame y sus compañeros se dejaban caer sobre ella, actuando de pesos muertos. RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Riko - 27/02/2017 Todos los jóvenes estaban preparados para comenzar la prueba, solo faltaba el pitido inicial, que no tardaría en comenzar , en forma de cuenta atrás. Cada número que pasaba hacía que Riko tensara un poco más sus poco desarrollados músculos, deseando de manera inútil que, quizás por acción divina, su fuerza aumentara momentáneamente, lo justo como para poder vencer aquella prueba, y, con la falta de fe en ello, comenzó a pensar, tratando de urdir algún plan que les ayudara a vencer. En cuanto la cuenta atrás terminó, todos los muchachos comenzaron a tirar, sin tener en cuenta la pequeña locura que había cometido Nabi. Se había enrollado la cadena al brazo. ¡Pero cómo se le ocurría! En cuanto comenzaron a tirar, el rubio cayó al suelo de rodillas, con un fuerte dolor en el brazo, pero, aún en esta situación, el muchacho tuvo una pequeña idea, y tres pequeñas canicas salieron disparadas de su mano en dirección al equipo rival. Ellos ya habían perdido una considerable ventaja, Nabi había dejado de tirar a causa del dolor, y Eri, igual, y Riko y su dudosa fuerza poco pudieron hacer contra los tres del equipo rival, pero todavía podían remontar. — ¡Tirad! Éste fue el momento que Riko aprovechó para llevar a cabo su pequeña idea. Se dio la vuelta, antes de que explotasen las canicas que había lanzado su compañero de equipo, y, mientras tiraba con una mano, con la otra realizó un par de sellos, y un chorro de un líquido viscoso salió de su boca, pegando el trozo de cadena que sobraba tras él al suelo. Y de repente un estruendo ensordecedor, que, desafortunadamente, no fue capaz de aguantar, por lo que soltó la cadena, llevándose ambas manos a los oídos, tratando de evitar todo el ruido posible, aún así, tenía que poner en marcha su segunda parte del plan. — ¡Aguantad! ¡Tengo una idea! — Gritó, tratando de que sus dos compañeros le escuchasen. Y antes de que el humo producido por la bomba de Nabi se disipase, el peliblanco se encontraba corriendo en dirección al equipo contrario, con la misma serie de sellos hecha con la mano izquierda, y en cuanto se encontró a una distancia suficiente, el mismo chorro de líquido viscoso salió, justo en donde se supone que se encontraban los integrantes del equipo de Noemi, que, a no ser que fueran capaces de ver a traves del humo, quedarían atrapados en esta sustancia. Tras ésto, el Senju volvió rápidamente a su posición, aportando la poca fuerza que tenía en tirar de aquella dichosa cadena. — Si andáis hacia atrás, concentrar algo de chakra en los pies, no vayáis a quedar atrapados en mi técnica. — Les avisó, tanto a Eri como a Nabi. RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Hanamura Kazuma - 3/03/2017 De manera súbita, comenzó la comparación de fuerzas. Al Hakagurē le basto con el primer tirón para sentir que, aunque fuera por muy poco, su grupo tenía la ventaja en cuanto a potencia se referiría. Su confianza fue en aumento, más un cuando escucho un quejido que parecía provenir de alguno de los integrantes del otro equipo. No alcanzo a ver que había pasado, pues estaba de último y sus compañeros le bloqueaban la visión, pero si sintió como la cadena se desplazaba con mayor facilidad hacia su lado, como si alguien hubiese roto el equilibrio a favor de su bando. «No se qué ha pasado, pero por lo visto parece que es ventajoso para nosotros. Hay que aprovechar la oportunidad.» pensó mientras se mantenía tirando con todas su fuerzas. Puede que fuese debido a que era un poco más fuerte que los demás, pero sus manos comenzaban a arder, como cuando pasaba todo el día practicando con la espada. Sobraba decir que pronto las cosas se harían incomodas; las manos comenzarían a sudarle y los dedos, y otras extremidades, a entumecerse. Aquello convertiría la prueba en algo más de resistencia que de fuerza. «Estos eslabones son demasiado incómodos, son como para retener algún tipo de bestia o algo similar, no para sostenerlos con las manos desnudas —se quejo mentalmente—. Es como las cadenas que usaban para unir a los bueyes mas fuertes con sus respectivos arados.» En aquel instante una idea cruzo por su calmada mente; un recuerdo de la forma en que mantenían a sus temperamentales bestias de tiro sin necesidad de quitarles los férreos grilletes que les mantenía sumisas. Se quedo tirando con un solo brazo, mientras que su mano libre buscaba el mango de su espada para desenvainarla rápidamente. Al mismo tiempo, se mantuvo observando el suelo a traves de uno de los eslabones, como buscando algo que se le hubiese perdido con una calma un tanto preocupante. De pronto, escucho un grito que contradictoriamente le decía que se arrojara al suelo pero que no soltara algo, la cadena suponía él. Ni siquiera se tomo la molestia de prestar atención a la advertencia pues su mente estaba ocupada en algo más: Soltó la cadena por completo, justo a tiempo para no notar que uno de sus adversarios también había hecho los mismo, retrocedió unos pasos, confiando en que la ventaja les pertenecía, y atravesó uno de los enormes eslabones con su katana, la cual fue a enterrarse en el suelo, justo en la parte de tierra blanda que había entre los adoquines, utilizando toda su fuerza para que perforara lo más profundo posible, intentando sumergirla hasta la guarda para que quedase ajustada entre la piedras circundantes. Su intención era mantener una ventaja insalvable, utilizando su espada como una especie de clavija, como la de los escaladores, de manera que, al menos en esa parte, la cadena quedase bien anclada. Con aquello la cadena no podría avanzar hacia el otro lado, y ellos podrían tirar sin temor a que los oponentes pudiesen recuperarse. Claro, someter a un sable a semejante maltrato provocaría que se quebrara inevitablemente, pero con Bohimei aquello era algo que le preocupaba muy poco. «Con esto no ganaremos, pero mantendremos la ventaja y asegurara que no perdamos… creo.» Se permitió sonreír por debajo de la máscara mientras observa los pies de sus compañeros. El enmascarado iba a volver a sujetar la cadena cuando todo se torno en una locura absoluta. Hubo un fuerte brillo que le cegó, seguido de un ruido atronador y de una oscuridad casi absoluta. Todo aquello basto para mandarle al suelo, que por alguna razón se encontraba cubierto por una desagradable sustancia pegajosa que le impedía el moverse con normalidad. RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Uchiha Datsue - 17/03/2017 Pocas personas hubiesen imaginado que los Juegos de Uzushiogakure no Sato iban a empezar con tanta fuerza y emoción. Incluso entre los más optimistas, ver como al primer segundo del Juego un concursante casi se partía el brazo era demasiado bonito para ser verdad. Pero sí, aquello estaba sucediendo, y era tan solo el principio. Nabi chilló de dolor, provocando en ambas kunoichis la confusión e incertidumbre, la suficiente duda como para que dejasen de tirar en tan crítico momento. Los varones, sin embargo, en lugar de apiadarse de su compañero o contrincante, tiraron todavía con más ahínco y mala saña, como si el grito de desesperación, lejos de despertar su lado más compasivo, hubiese sacado a relucir su lado más oscuro, como un tiburón al oler la sangre. En tan lucha desigual, la cadena resbaló por las manos de Riko, que por un momento era el único tirando de su equipo, abrasando sus palmas y haciendo que él mismo exclamase un aullido de dolor. Quizá aquello fue el sonido de alarma que activó a Eri, consternada y confusa hasta el momento, al igual que Noemi, provocando que ambas tirasen para su respectivo lado. Los pies de Eri y Riko derraparon hacia adelante, sin ser capaces de contener la inexorable fuerza de los contrarios, que se aprovechaban de ser uno más. Para el Equipo Rojo, era como tratar de detener con una cuerda a un toro en celo. ¿imposible? Nada lo era para un ninja de Uzushiogakure no Sato. Pero decididamente no era algo que se pudiese contener por mucho tiempo… El eslabón rojo estaba peligrosamente cerca del límite que Sobokuna había marcado. La ventaja que habían perdido por culpa de la estrepitosa argucia planteada por Nabi parecía ya insalvable, pero entonces, cuando todo parecía perdido, fue el propio Nabi quien se sacó un conejo de la chistera. Un conejo en forma de tres bolas de papel, cada una con su función particular que volaron en dirección al equipo contrario, dibujando una parábola en el aire que acabaría por caer al lado de Akame, cuyo Sharingan predijo instantes antes que aquello no podía traer nada bueno. —¡Al suelo! ¡No soltéis! —ordenó Akame, tirándose él mismo al suelo. El mejor líder no era aquel que mandaba a sus hombres lanzarse de cabeza sobre el enemigo, sino el que, tras hacerlo, encabezaba él mismo la embestida. Sin embargo, estaba a punto de descubrir que en aquella ocasión se había lanzado contra el enemigo… solo. Al menos, a Kotetsu aquella demostración de liderazgo no le bastó para convencerle, quien parecía tener sus propios planes. Previamente, había desenvainado su katana y ahora trataba de sacarle provecho a su manera. ¿Su objetivo? Atravesar un eslabón con la punta de la hoja y clavarla hasta el fondo… Pero más le valía seguir practicando. La hoja apenas había atravesado unos pocos centímetros cuando un estruendo que amenazó con partir Oonindo en dos le interrumpió, tirándole al suelo y obligándole a llevarse las manos a los oídos, cegado y con los pulmones inundados por un humo gris. Noemi y Akame tampoco pudieron seguir tirando, llevándose ambos las manos a los oídos, pero al menos éste último logró tirarse encima de la cadena para dificultar el contraataque de los contrarios, que en aquellos momentos se reducía a una Eri estoica y tenaz que tiraba con una sola mano de la cadena, mientras que con la otra taponaba un oído y el hombro opuesto hacía la misma función con el otro. Riko, por su parte, consideró que aquello de la fuerza bruta no iba con él. No, él estaba hecho de otra pasta. Ya momentos antes, cuando Nabi había tirado las tres bombas, el Senju había lanzado un escupitajo en forma de agua viscosa al extremo de su cadena. Había errado el tiro, eso sí. La mano que había usado, todavía escocida por la fricción producida por la cadena, había tardado más de la cuenta en formular los sellos, y cuando estaba lanzando el chorro de agua el estallido de la bomba sonora le sorprendió, haciendo que cambiase lo justo de dirección para no dar en el blanco. Pero téngase una cosa clara de Senju Riko: es un chico con las ideas claras. Había traicionado a una generación entera de shinobis recién graduados sin temblarle el pulso y a pecho descubierto, sin temer a las consecuencias. Cosas mucho peores tendrían que sucederle para hacerle cambiar de idea. Por eso, tras recuperarse como buenamente pudo del efecto de la bomba sonora, avanzó unos pasos hacia el Equipo Amarillo y… Eri seguía tirando y tirando. Al principio, sintió como algo se lo impedía. Como si de pronto hubiesen clavado la cadena en el suelo. Pero ella era fuego y pasión. ¿Su mayor debilidad? Considerarse débil. Pero aquello era a la vez su mayor fortaleza: le hacía esforzarse más que el resto, y estaba descubriendo que, en aquel equipo que le había tocado, ella era sin duda la que más méritos estaba haciendo. Por eso, quizá ni tan siquiera le sorprendió cuando notó que la cadena se aflojaba, doblegándose a su fuerza. La katana de Kotetsu, mal clavada en la tierra, acababa de caer en el suelo, y ahora tan solo el peso muerto de Akame impedía que la cadena se deslizase con soltura. Un peso que Eri bien podía sobrellevar. Cada vez la cadena se deslizaba más y más. Estaba recuperando el terreno perdido. Si seguía así, las cosas podían pintar muy bien para ella. Lo notaba. Lo saboreaba. Entonces Riko pasó a su lado como una centella. —¡Aguantad! ¡Tengo una idea! ... y Riko repitió técnica contra el Equipo Amarillo. Al contrario de lo que hubiese podido pensar, la bomba de humo ya se había disipado en buena parte, y tanto Noemi, Akame como Kotetsu pudieron ver como un chorro viscoso se abalanzaba sobre ellos… El plan, sin embargo, parecía haber funcionado a las mil maravillas… Aunque no para Eri, quien notó como de pronto la cadena se volvía a negar a seguir avanzando. No, no era por culpa de ninguno de sus oponentes, recién recuperados de la bomba sonora. Era más bien por culpa de un líquido viscoso que parecía haber atrapado a parte del Equipo Amarillo —o quizá al equipo al completo—, pero también, como consecuencia, a la parte de la cadena sobre la que Akame se había tirado encima, a ras del suelo. Riko volvió a su posición entre vítores y aplausos por parte de un pequeño grupo de kunoichis preadolescentes, y el eslabón rojo, que había estado muy cerca del límite, ahora se encontraba a casi dos metros y medio. Dos metros y medio que separaban al Equipo Amarillo de la victoria... RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Inuzuka Nabi - 20/03/2017 Mi plan había sido dos exitos, o puede que incluso tres, sino fuera por ese maldito crio entrometido. Lo peor era que el que me chafó brutalmente el plan no fue otro que mi primo segundo por parte de tia abuela de mi cuñada, Senju Riko. Yo hay cosas que creo que nunca voy a entender y en este momento la cosa que menos entiendo es en que puta cabeza cabe que pegar a los rivales al suelo y a la cadena con ellos, sirva de algo. De verdad, si ya lo teniamos hecho, ellos explotan, nosotros tiramos y gracias por participar nos veremos en Nabidad. Total, que se lió la de Kami-sama. Espadas volando, escupitajos en el viento, Akame tirado por el suelo, todos pegados, unas locas vitoreando a un loco. La cadena se había ido moviendo sustanciosamente hacia nosotros gracias al esfuerzo incansable de Eri-hime. Sin embargo, se paró de golpe, pues estaba totalmente pegada al otro equipo y no se movía ni sin querer. Bueno, llegados a este punto solo quedaba tirar, y llorar, pero sobretodo llorar. Solo tenía que tirar de la cadena mientras ellos se retorcian en el suelo... Agarré la cadena con la mano que no tenía muerta y tiraría con toda mi fuerza, el otro brazo aún no me atrevía a moverlo porque tenía esa infame seguridad de que en cuanto lo moviese, dolería como su Amaterasu madre. Con los ojos clavados en los tres que tenía delante y arrepintiendome de no tener uno en el cogote para vigilar a Riko seguiría tirando hasta que se me rompiera este brazo tambien. RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Koko - 21/03/2017 Ruido, humo, luces raras, solo faltaba que volaran los zapatos y ya estaría todo pero por suerte eso no ocurrió, aunque seguramente sería catalogado como una especie de daño por lo que seguramente Okura intervendría de alguna manera. De todas formas, Noemi no conocía ningún jutsu ni nada por el estilo que le pudiera resultar útil para ayudar a su equipo y las únicas herramientas que tenía eran en realidad espadas y las tenía una de sus sirvientas entre la multitud así que menos que menos, lo único que ella podía hacer era seguir tirando con todas sus fuerzas y así lo hizo ni bien el ruido de la bomba de Nabi dejó de molestar, pero para cuando lo hizo y aún temerosa de abrir los ojos, una sustancia pegajosa le mojó los pies. «Dime que no se meó nadie. »Fue lo único que se le ocurrió a la kunoichi antes de abrir los ojos y llevarse la sorpresa de que sus pies estaban pegados a la tierra. —¿¡Algo más!? —Bramó la rubia bastante fastidiada por todo lo que el equipo contrario había hecho ya. Puesto que no podía moverse de su lugar y tampoco tenía ningún truco bajo la manga —y siquiera mangas— la chica simplemente se dedicó a tirar con todas sus fuerzas de la cadena, con ambas manos ahora que podía. RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Uzumaki Eri - 24/03/2017 Se notaba a leguas que el otro equipo les superaba en fuerza, y eso que Eri estaba proporcionando todo lo que podía y más a la competición aun con el sabotaje que Nabi les había hecho. Con suerte se las vio para manejarse bien y cuando el odioso ruido dejó de resonar por sus tímpanos, subió la cabeza para volver a tirar. Pero, oh, claro, era imposible que su equipo no tuviera más brillantes ideas, así que Riko, presa seguramente de los piropos y las buenas palabras que el público mayormente femenino le dedicaba, se subió, lanzando una técnica de agua para hacer que el equipo contrario se pegase contra el suelo. «¿Pero qué demonios...?» Su fuerza pareció mermar, pero no porque ella se estuviese quedando sin ella, no; era porque Riko había pegado al equipo contrario al suelo y éstos ya no solo ejercían fuerza con las manos, ¡sino con todo su cuerpo! Juró y perjuró matarlo, o enviarlo a Kusagakure de un cabezazo. Oh, sí, pero primero le congelaría los dedos de los pies y se los pisaría una y otra vez. También lo sumergiría en una piscina y congelaría la superficie... Entre pensamientos de como torturar al idiota que estaba de su lado, siguió tirando, y tiraba, y tiraba, hasta que alguien diese por concluida aquella prueba en la que sin lugar a dudas iban a perder, ¡pero al menos ella había hecho algo, no como los cazurros Senju que tenía por compañeros! RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Uchiha Akame - 28/03/2017 La arena de juego se convirtió de repente en un auténtico caos. Destellos, estruendos, nubes de humo y técnicas volaban de un lado para otro. Akame, con su Sharingan activado, trató de capear el temporal lo mejor que pudo mientras se mantenía siempre agarrado a la cadena, como un marinero al mástil de su barco en plena tormenta. Cuando vio cómo Riko se acercaba, haciendo sellos, el Uchiha se puso en pie y flexionó las rodillas, preparado para lo peor. Sus ojos leyeron la técnica y el Uchiha corrió hacia delante, pero aun así no fue capaz de evitarla. Una sustancia viscosa y azulada se expandió por el suelo, pegando sus pies y la cadena. Por suerte, el segmento de cadena que Akame tenía agarrado —más adelantado— había quedado libre. El gennin observó la situación. Nabi estaba malherido, Riko corría para volver a su puesto, y Eri parecía ser la única con verdaderas intenciones de ganar. «Pobre Eri-san, ha tenido mala suerte con los equipos...», pensó el Uchiha mientras valoraba que, además, parte del tramo de cadena que correspondía a su equipo estaba adherido al suelo gracias a aquella sustancia pegajosa. Tenían todo de cara. Aun con los pies atrapados, Akame disponía de ambas manos libres. Y las usó. Las usó sin dudar, para tirar de aquel trozo de hierro con cuanta fuerza fuese capaz de reunir. Ya casi tenían la victoria a su alcance. RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Riko - 4/04/2017 Su plan, a pesar del gran contratiempo que había supuesto que el humo se desvaneciera antes de lo previsto, había salido a las mil maravillas, o, al menos, eso era lo que el peliblanco pensaba mientras volvía con sus compañeros, sonriente por el trabajo bien hecho, pues, una vez sus oponentes había quedado atrapados por su técnica, tirar de la cadena se convertiría en un juego de niños. Riko se aferró con todas sus fuerzas a la cadena y... Su sonrisa se borró inmediatamente, se dedicó a dar fuertes tirones de la cadena, todo lo fuerte que podía, por lo menos, y, como él, sus compañeros, pero la cadena no cedía ni un solo milímetro. ¿Qué pasa? ¿Por qué no avanza la cadena? Su idea, como ya había visto, había funcionado a las mil maravillas, había atrapado al equipo contrario, pero, desafortunadamente, no era lo único que había atrapado, y parte de la cadena situada en el lado contrario también había quedado atrapada. — No me lo puedo creer... ¡Era un plan perfecto! — Maldijo el joven Senju, mirando a sus compañeros con cara de arrepentido, aunque éstos no lo vieran a él. Sólo quedaba tirar, tirar con todas las fuerzas que la naturaleza le había dado, y esperar que, por cualquier motivo, la cadena empezara a moverse en su dirección. RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Hanamura Kazuma - 8/04/2017 El plan del joven peliblanco no había resultado como quería, quizás por que otros planes se concretaron primero y chocaron con el suyo, que yacía en pleno desarrollo. Una luz cegadora, un estruendo ensordecedor y un humo asfixiante bastaron para mandarlo al suelo antes de completar su cometido. Su espada, que había quedado mal clavada, salió despedida hacia un costado. “Debo reponerme pronto; levantarme y tirar de la cadena.” Sabía que aquello era obra del equipo rival, y que por tanto aprovecharían cualquier abertura que les dejaran. Trato de erguirse, pero apenas si logro arrodillarse con sus temblorosas piernas. La nube de humo ya se estaba disipando cuando logro tomar una gran bocanada de aire que debía de llenarle de vigor. Sin embargo fue en aquel momento que los oponentes continuaron su ataque, una especie de lluvia viscosa cayó sobre su equipo, dejandolos a ellos y a la cadena parcialmente pegados al suelo. En un acto reflejo, el Hakagurē trato de levantarse pero sus piernas yacían adheridas a los adoquines hasta el nivel de las rodillas. “No puedo dejar que me ganen sin haber ofrecido toda la pelea que me sea posible.” Motivado por aquel valeroso pensamiento, tomo con sus manos el tramo de cadena que estaba cerca de él y comenzó a halarlo con todas su fuerza, tirando hacia atrás y haciendo uso de su peso mientras los músculos de sus brazos se tensaban. Ni siquiera era consciente de si la cadena se movía o no, pues solo sabía que debía tirar de ella hasta que consiguiese la victoria. RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Uchiha Datsue - 22/04/2017 —¿Te has fijado en ese chico? —preguntó Sobokuna, en voz baja, a Okura, mientras no perdía ni por un instante la atención de lo que estaba ocurriendo con su único ojo. —¿El que casi se parte el brazo? —Okura trató de susurrar, pero aquello estaba muy lejos de ser un simple susurro—. Joder, y tanto. ¡Menudo pal…! —Genio —le interrumpió—. Sí, estoy contigo. Yo también lo creo. —¿¡C-cómo!? —Por un momento, Okura perdió de vista la cuerda. No así Sobokuna, cuya concentración parecía inalterable. —¿Recuerdas la única regla que pusiste? —explicó—. Queda terminantemente prohibido dañar al equipo contrario… ¿No ves lo que ha hecho? A provocado que, de manera indirecta, el Equipo Amarillo le dañase al tirar de la cadena, y por tanto… Okura abrió tanto los ojos que parecía fuera de sí. —¡Pero cómo voy a dar por válido semejante…! —Okura clavó la mirada en Nabi, esta vez con los ojos muy abiertos, como desencajados. ¿Y si de verdad lo había calculado todo desde el principio? ¿Y si de verdad…?—. ¡Menuda locura! —Quizá —corroboró Sobokuna, en voz baja, contrastando con el vozarrón de su compañero—. ¿Pero acaso no tienen algo de locura todos los genios? Y fíjate en las tres bombas de después. Alguien poco avispado podría creer que lo hizo sin pensar o a la desesperada… —negó con la cabeza—. Nada más lejos de la realidad. Estoy convencido que, en milésimas de segundo, analizó la situación, la fuerza de cada uno de sus compañeros y adversarios y, viendo que el eslabón rojo iba a sobrepasar el límite, lanzó una bomba de luz y de humo no para el equipo contrario, sino para mí. Para que no pudiese ver como el eslabón rojo sobrepasaba la línea por unos instantes y, aprovechando el efecto de la bomba sonora, recuperar esos centímetros que le permitiesen seguir luchando por unos segundos más. Okura miraba a Sobokuna incrédulo, con la boca entreabierta como un bobo que no hubiese entendido un carajo. Tras unos segundos, en el que pareció rebobinar y repasar mentalmente cada frase que había soltado su compañero, sus ojos emitieron el brillo de la comprensión. Entonces, emitió un silbido prolongado, como de admiración. —Así que tenemos un verdadero genio compitiendo en los Juegos —dijo, y, por primera vez en su vida, casi no le salía la voz. —Eso creo, Okura. Eso creo. Un verdadeeero genio. Parte del público, sin embargo, no estaba tan entusiasmado como estos veteranos Chunnins. La masa viscosa de Riko impedía que la cadena se moviese a favor de su equipo, y el Equipo Amarillo, con pies o cuerpo adheridos a la técnica de su compatriota, era incapaces de imprimir la suficiente fuerza a la cadena como para que se desplazase hacia su lado. No al menos en aquella mala postura. En definitiva, la gente veía desde hacía un rato como la cadena se mantenía inmóvil y no ocurría nada. Absolutamente nada. —Okura, creo que la gente está empezando a marcharse… —comentó, aun sin quitar el ojo de la disputa de los Gennins. —¿Ehm? —Okura miró hacia atrás y comprobó, consternado, que era cierto. Varios grupitos, especialmente los formados por la gente mayor, se estaba disgregando—. ¡Me cago en...! ¿Cómo es posible? —Deberíamos haber puesto un tiempo límite, como sugería en los pergaminos Dat… —¡No menciones su maldito nombre! —le interrumpió, súbitamente rojo por la cólera. Se rascó el sarpullido del cuello y, ceñudo, volvió a exclamar:—. ¡Lo haremos a mi modo y se acabó! Pero al ritmo en que la gente se iba, pronto el gran tumulto que conformaba el público apenas serían cuatro gatos mal contados. Y eso era algo que no podía permitirse… Alzó las manos para llamar la atención del público y dio la espalda a los Gennins. Entonces, con voz atronadora, anunció: —¡¡¡DAMAS Y CABALLEROS, VISTO QUE LA CADENA NO PARECE MOVERSE MÁS DE SU SITIO, DECLARO VENCEDOR AL EQUIPO QUE HA LOGRADO ACERCARLO MÁS A SU LÍNEA!!! ¡DECLARO VENCEDOR AL EQUIPO…! ¡¡¡AMARILLO!!! La reacción del público no se hizo esperar. Una mezcla de vítores, sorpresa, desaprobación y alguna que otra palabra malsonante. —¡Pero si Riko ya los tenía! —gritó una muchachita con pecas. —¡Ánimo Eri, la próxima será la vencida! —gritó otro, pelirrojo y de cabellos rizados. El hecho de que estuviese animando no parecía impedirle de sacar cuantiosas fotos con su vieja cámara que tenía colgada al cuello. —¡ESTO ES UN TONGO! ¡ES INJUSTO! Okura hizo caso omiso a los comentarios y se dirigió a su grupo de participantes: —La vida ninja es injusta y cambiante, y como tal debe estar preparado para todo. Hoy habéis aprendido una valiosa lección. No lo olvidéis. —y se quedó más pancho que un Kusareño tras plantar un huerto entero de hortalizas. ···
Cinco minutos más tarde, los preparativos para la segunda prueba ya estaban listos. Sobokuna había extraído seis mesas de un pergamino con el Kanji “Inteligencia” escrito en él, junto con una pila de folios. Colocó un folio y un lápiz sobre cada mesa, repartidas en dos filas y tres columnas, separadas a tres metros entre cada una. En la carilla visible de cada folio, tan solo se veía una letra escrita en grande: “A”, “B”, o “C”. Los Gennins, ya liberados de la trampa de Riko y que habían tenido un ratillo para descansar o intercambiar opiniones, ya estaban listos para seguir las instrucciones del nuevo juego. —¡DAMAS Y CABALLEROS, la segunda prueba de los Juegos de Uzushiogakure no sato está a punto de comenzar! ¡Un juego que pondrá a prueba la inteligencia de nuestros concursantes y llevará su mente al límite! Equipo Amarillo, colocaos en estas mesas de aquí —Okura señaló la fila derecha—. Equipo Rojo, vosotros en las otras. La prueba es de lo más sencilla: cuando diga YA, podréis darle la vuelta a la hoja y empezar a responder las complicadas preguntas de lógica que están escritas. Ganará el equipo que más respuestas correctas haya dado. En caso de empate, gana el que lo hizo en menos tiempo. Por eso es importante que si termináis antes del tiempo límite, volváis a darle la vuelta a la hoja para que sepamos que habéis finalizado. »Y por si se os ocurre hacer trampas, como copiar, he de deciros que se os descontará una respuesta buena por cada vez que se os pille, ¡así que mejor no probéis esa suerte! Ah, y el tiempo límite es de… ¡Quince minutos! ¡Que nadie siga escribiendo después de que dé el alto o no se le tendrá por válida ninguna respuesta! Sobokuna, en frente de ellos, extrajo un cronómetro de su bolsillo y colocó un pulgar sobre el botón. —¡YA! RE: Los Juegos de Uzushiogakure no Sato - Uchiha Akame - 22/04/2017 Akame tomó asiento en una de las mesas sobre las cuales descansaba una hoja de papel con la letra "A" impresa. Todavía le dolían los brazos, y en menor medida la cabeza —«Maldito Nabi...»—; además, no estaba seguro de si debía sentirse satisfecho con su trabajo en la ronda anterior. El resultado final había sido más la suma de muchas caóticas acciones por parte del equipo contrario que proactividad por parte del suyo. Tampoco es que él fuese extremadamente competitivo. Sin embargo, aquella prueba sí le parecía mucho más interesante. Ahí no cabrían jugarretas, harakiris ni gaitas. Sería un uno contra uno, el cerebro del Uchiha contra el ingenio de quien quiera que hubiese redactado las preguntas. Akame tomó el lápiz con la mano diestra y notó un leve pinchazo en la muñeca, todavía cargada. No le dio importancia. Alzó la vista un momento y vio que el menos ruidoso de los dos jueces había sacado un cronómetro y su pulgar deambulaba sobre el botón de inicio. Oyó cómo sus compañeros tomaban asiento uno a uno, y entonces... —¡YA! El Uchiha volteó la hoja, agarró firme el lápiz, y comenzó a leer. |