Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
8/08/2018, 23:46 (Última modificación: 17/08/2018, 18:44 por Uchiha Datsue.
Razón: Defensa Capa de Chakra
)
¿Cómo explicar lo que sintió Datsue? ¿Cómo describirlo cuando las palabras impotencia, rabia y dolor se quedan cortas? Imagino que con tan solo una fuerte empatía se podría llegar a comprender.
Para empezar, Datsue sintió que dos zarpas se clavaban en su pecho y se lo abrían de lado a lado. Que esa misma zarpa apresaba un trozo de su corazón y tiraba y tiraba hasta arrancárselo. Y luego otro trozo. Y otro, y otro… Que una uña larga y afilada penetraba por su ventrículo y jugaba con sus vísceras. Tanto como para que desease la muerte. Con la precisión justa como para no matarle.
Un dolor de una precisión quirúrgica.
Envuelto en una burbuja de agua chispeante, el Uchiha sonrió. Precisión. Si algo era Akame, eso era preciso. Y profesional. Un traidor profesional, que sabía apuntar a dónde más dolía.
Un traidor a la Villa, como había descubierto en su última misión.
Un traidor a la Hermandad que les unía, como había descubierto aquel día. Datsue estaba traicionando a la Aldea desde el momento en que no le había inculpado por espía. Lo había hecho por salvarle la vida, sin pedir nada a cambio. Sin embargo, Uchiha Akame se negaba a saltarse las reglas por el amor de su hermano. Oh, pero por la utopía de su maestra… Ah, eso era otra cosa. Por eso hasta traicionaba al emblema que llevaba anudado al hombro.
Qué rabia.
Una rabia que se veía acrecentada por Shukaku. Datsue había vendido su alma al diablo, y ni aún así había sido capaz de vencer. Sus zarpazos iracundos habían sido debidamente contrarrestados con la eficiencia que tanto caracterizaba a Uchiha Akame. Él era el viejo maestro que flagelaba al crío en el culo; Datsue, el niño que no paraba de berrear y patalear ante tremenda injusticia.
Así de impotente se sentía.
Y la brutalidad de estas tres emociones le golpeó con tanta fuerza que su mente colapsó. Se apagó, en un mecanismo de autodefensa para evitar daños mayores. Su cuerpo se hundió junto a su conciencia en el fondo del lago. Qué ironía. Aiko y él compartirían el mismo final.
«Aiko…»
Si tan solo hubiese cumplido su palabra… Había dicho que aquel día mataría a Datsue el Intrépido, pero parecía que seguía siendo el mismo. El que mucho ladraba, y nada mordía. Y solo fue entonces, en ese momento en el que se dio cuenta de cuán débil era, que lo oyó…
Tan claro como un susurro rompiendo el silencio.
Deja de resistirte…
Entrégamelo…
… todo.
Y todo tendrás.
«JIAJIAJIAJIA!»
…
…
La superficie del lago empezó a vibrar.
EstadodeDatsue
25/200
–
-145
–
+10
–
(Datsue)
194/300
–
1 AO nueva
–
2 AOs canceladas
–
—Inventario:
Hitai-ate [cuello]
Portaobjetos básico (10/10)[costado derecho]
Hikaridama x1
Chīsana Hyōrōgan x1
Ōkina Chirōgan x1(2/5 turnos)
Bomba sonora x1
Shuriken x3x2
Hilo shinobi x1
Paquete de 5 senbon x1
Chīsana Makimono x1 (3/3)
Paquete de 15 makabishi x1
Bomba de humo x1
Comunicador avanzado x1
Sellados en el cuerpo (6/6)
Kunai x1[palma derecha]
Sello explosivo de clase B x1 [palma izquierda]
Oto Fuda x1 [dorsal de la mano derecha]
Fuda Kami x1x0[dorsal de la mano izquierda]
A-ranku no Kibakudama x1[antebrazo externo izquierdo]
Shuriken x1[antebrazo externo derecho]
155 - 10PV (Defensa Capa de Chakra)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
La combinación de técnicas de Akame sacudió el Valle del Fin como si de uno de los feroces rayos que caían aquí y allá, producto de la tormenta, se tratase. Producto del violento impacto y del jutsu Suiton, el agua saltó en todas direcciones, fundiéndose con la intensa lluvía y salpicando al jōnin, que se cubrió el rostro con una mano para que ninguna gota traicionera se le colase en los ojos.
Luego, un efímero momento de paz.
«¿Le he dado?»
Akame habría jurado que toda su estrategia había salido a pedir de boca, pero con Datsue nunca se sabía. El joven Uchiha se despegó de la superficie de la estatua y, con un salto, aterrizó en las turbulentas aguas del lago. La tormenta aumentaba en violencia por momentos, y varios rayos hendieron el cielo nocturno, seguidos de sendos truenos que retumbaron en todo el lugar.
Cauto, el Uchiha se acercó a donde sus técnicas habían impactado —supuestamente— al descontrolado Hermano del Desierto. Entonces empezó a notar la superficie del lago vibrando bajo sus pies.
—¿Qué demonios...?
PV:
195/220
– CK:
168/270
–
+10
–
reg. dividida
–
Sharingan activado
–
Inventario
Hitai-ate con el símbolo de Uzushiogakure [en la frente]
16/08/2018, 19:26 (Última modificación: 17/08/2018, 18:45 por Uchiha Datsue.)
La superficie del lago no solo empezó a vibrar, sino a girar sobre sí misma como un remolino sobre la posición donde se encontraba Akame. Entre la blanca espuma y las aguas turbulentas, captó una gran luz violácea brillando desde el fondo y tiñendo las aguas del tono de un viejo moratón.
Y entonces, lo comprendió. Su Hermano, cegado por la derrota, había prestado finalmente su conciencia al Shukaku.
Allí, en el mismo lugar donde antaño los tres grandes Kages habían puesto punto y aparte al terror de los bijuus, Akame estaba a punto de presenciar algo inaudito. La luz que se emitía bajo sus pies ganó de pronto en intensidad. Llovía. Llovía al revés. Gotas y gotas de agua saliendo disparadas desde el remolino formado hacia el cielo. Y, entonces…
Un rugido de otro mundo.
Un puente violeta al Yomi.
Un láser de seis metros de anchura que arrasó con todo lo que se encontró a su paso.
Con Akame.
Con la cabeza de la estatua de Sumizu Kouta.
Y, finalmente, con Raijin, apuñalándole en el pecho y apartando los negros nubarrones a su paso como si de simples volutas de humo se tratasen.
Algunos llamaban a aquello el Destruye Mundos. Otros, el Último Grito. Los más entendidos, simplemente…
… una Bijūdama.
EstadodeDatsue
15/200
–
-20
–
+10
–
(Datsue)
214/300
–
70/250
–
-180
–
*Capa de Chakra (Versión 2)*
—Técnicas usadas:
¤ Capa de Chakra (Versión 2) - Tipo: Apoyo, Ofensivo - Requisitos: Ninguno - Gastos: 27 CK por disparo de arena - Daños:
25 PV por arañazo
40 PV por coletazo
45 PV por disparo de arena
- Efectos adicionales:
Se accede a la reserva de chakra de la Versión 2
+10 a Fuerza, Agilidad, Resistencia, Aguante y Poder
Defensa de 20 PV
-20 PV/turno en caso de no controlar al bijū
- Velocidad: Muy rápida (disparo de arena) - Alcance y dimensiones: -
La capa de arena dura se extiende alrededor de todo el cuerpo del usuario, otorgándole un aspecto completamente bestial. Se incrementa la masa muscular del jinchuuriki. Todavía es posible distinguir cuál de los dos es, puesto que las marcas del sello maldito del Shukaku sólo son visibles en el lado correspondiente: Akame el derecho, y Datsue el izquierdo.
Al entrar en la versión dos de la capa de arena se produce una masiva cantidad de chakra que es capaz de formar cráteres por debajo de su cuerpo y destruyendo en el proceso cualquier tipo de restricción que pudiera haber estado impidiendo sus movimientos previamente. Nuevamente se incrementan sus capacidades y la capa de arena actúa como una especie de protección frente a ataques externos.
Entrar en esta etapa, para un jinchuuriki que no ha controlado a su bijuu, significa terminar por cederle el control de su propio cuerpo. Durante este estado, el jinchuuriki no puede utilizar técnicas de su repertorio. A cambio, puede lanzar ráfagas de arena muy poderosas y acceder a la técnica más destructiva de los bijuu: la bijuudama.
En el momento en el que el jinchūriki le concede el total control de su cuerpo al bijū, su capacidad de distinguir entre amigos y enemigos se desvanece y atacará a cualquier cosa que se interponga en su camino hacia su objetivo. Esta forma acarrea numerosas consecuencias para el mismo jinchūriki también, ya que las propiedades corrosivas del chakra queman su piel. Las habilidades regenerativas garantizan que los daños se vayan curando, pero con el tiempo se va acortando su esperanza de vida por la masiva destrucción y creación de células. En el caso de que el jinchūriki controle a su bijū no sufrirá ninguno de estos daños, y se mantendrá consciente.
Para Akame y Datsue, un uso continuado de esta capa implicaría que el tatuaje de sellado maldito del Shukaku se expandiría poco a poco hasta ocupar la otra parte de su cuerpo también. Si esto ocurre, el jinchuuriki morirá y la mitad de Shukaku sellada en su cuerpo será libre. Si se reúnen las dos partes o el otro usuario muere, se liberará el bijuu completo.
¤ Bijūdama
¤ Esfera de Bestia con Cola - Tipo: Ofensivo - Requisitos: Capa de Chakra versión 2 o Forma Bijū Liberada - Gastos: 0.6*X CK - Daños: X PV - Efectos adicionales: - - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones:
La bomba ocupa X/10 decímetros de diámetro, y la explosión abarca X/3 metros de tamaño.
El láser ocupa de ancho el doble de la esfera y el doble de la explosión hacia delante.
La Bijūdama es la técnica definitiva de un bijū. Para formar el ataque, el usuario concentra chakra positivo negro y chakra negativo blanco, lo reúne en una esfera y lo comprime dentro de su boca. El chakra necesita ser balanceado en una proporción 8:2, respectivamente, o será contraproducente. Para finalizar, puede dispararlo en forma de una enorme explosión de energía hacia delante en proporción a su tamaño (mucho más grande en la forma completa de la bestia) o en forma de bala de color oscuro que provoca igualmente una enorme explosión al impactar contra algo. La bijūdama es increíblemente densa y pesada, y el jinchūriki se puede ver hundido en la tierra en el proceso de creación. Usada cerca de otros bijū, puede ser combinada aumentando drásticamente su tamaño y su poder destructivo.
—Posibles daños:
300 PV
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Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
16/08/2018, 19:42 (Última modificación: 23/08/2018, 16:23 por Uchiha Akame.)
«¿¡Pero qué...!?»
El propio lago, cuya furia había invocado antes Akame para vencer a su rival, parecía ahora revolverse violentamente contra el jōnin. De sus profundidades emergió un destello violáceo que ganó intensidad y amplitud en cuestión de segundos. Un torrente de agua que caía hacia arriba de forma súbitamente antinatural engulló al joven Uchiha antes de que éste pudiera reaccionar. Entonces, ocurrió.
Como si del lecho bajo el lago hubiese surgido una lengua de fuego de los mismísimos infiernos, las aguas se abrieron y una columna de luz cegadora se alzó hacia el cielo cubierto de nubes de tormenta. El lago se evaporaba a su paso, y Akame apenas tuvo tiempo de formar un sello de mano antes de ser tragado por aquella columna de pura energía. Un estruendo ensordecedor sacudió todo el Valle del Fin, presagiando la llegada de tiempos más oscuros...
Akame reposaba, boca arriba y ligeramente erguido, sobre la orilla del lago, a los pies de la estatua decapitada de Sumizu Kouta. Respiraba entrecortadamente mientras veía aquella gigantesca columna de luz disolverse en el aire tan rápido como había aparecido. La cabeza le dolía a horrores, los oídos le pitaban hasta el punto de perjudicar su equilibrio y cientos de gotas de agua caían sobre todo su cuerpo. Sólo la adrenalina del momento, que su corazón bombeaba con fuerza a todo su cuerpo, era capaz de mantenerle consciente.
PV:
195/220
– CK:
154/270
–
-14
–
reg. dividida
–
Sharingan activado
–
Inventario
Hitai-ate con el símbolo de Uzushiogakure [en la frente]
¤ Sunshin no Jutsu ¤ Técnica del Parpadeo Corporal - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos: Ninjutsu 40 - Gastos:
14 CK/20 metros
52 CK para huir de un combate
- Daños: - - Efectos adicionales: Cada uso restará 10 puntos de aguante durante los próximos 5 turnos - Sellos: Carnero/una mano - Velocidad: Instantánea
El Sunshin no Jutsu es una técnica basada en un movimiento ultrarrápido, permitiendo a un ninja moverse de cortas a largas distancias a unas velocidades casi imperceptibles. Para un observador cualquiera, resulta como si el usuario se hubiera teletransportado. En ocasiones, se utiliza una pequeña señal para camuflar los movimientos iniciales del usuario. Esta técnica se basa en el uso del chakra para vitalizar temporalmente el cuerpo y moverlo a velocidades extremas. La cantidad de chakra requerida depende en la distancia total y la elevación entre el usuario y el destino. La técnica puede usarse, además, para escapar del campo de batalla. Las diferentes villas tienen variaciones de esta técnica, e incluyen un elemento extra para distraer al oponente. En Konoha, se utiliza un rastro de hojas.
Apenas le había dado un picotazo. Una suave caricia en el brazo. Un regalito para toda la vida. La poca vida que le quedaba. Sacudió la cola y salió catapultado hacia arriba, como un torpedo. El agua resbaló por su piel de arena, dejando una estela tras de sí. Hubo un destello en el cielo.
Un rayo.
Un trueno eclipsado por un atronador rugido. Su rugido.
La bestia en la que se había convertido Datsue se abalanzó sobre Akame. Había salido disparado en su dirección, con las fauces abiertas, las zarpas estiradas y una sonrisa de oreja a oreja. Era la sonrisa de un depredador famélico que al fin encuentra una presa a la que hincar el diente.
Su cuerpo dio media vuelta en el aire imprimiendo fuerza a su cola, que de arriba abajo quiso aplastar la mala punta que era Akame con un sonoro martillazo. Con un coletazo que pondría punto y final a aquella patética vida que, de forma estúpida y desquiciante, se negaba a morir.
—¡¡¡GRROOOOOOAAAAAAAAAAAAAAARRR!!!
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
16/08/2018, 20:18 (Última modificación: 23/08/2018, 16:23 por Uchiha Akame.)
De estudiante, Akame siempre se había imaginado el día en el que conseguiría un gran poder. Cómo lo usaría para ganar en gloriosa batalla a un poderoso enemigo, cómo aplastaría a sus rivales y se alzaría como el ninja más fuerte de todos. En la Aldea todos le vitorearían y los poetas escribirían grandes obras sobres sus gestas. Así se veía él, un niño introvertido y demasiado centrado en su mundo interior como para prestar mucha atención a lo que había fuera.
Sin embargo, aquel día el joven Uchiha se dio cuenta de que no iba a utilizar ese gran poder contra un enemigo mortal, o un poderoso ninja renegado... Sino contra su propio Hermano.
Porque cuando aquella criatura infernal emergió del lago, emitiendo un rugido que heló la sangre al jōnin del Remolino, Akame supo que era el fin a no ser que utilizase esa técnica. Con la adrenalina sustentando su consciencia, el Uchiha cerró lentamente el ojo derecho mientras se esforzaba por enfocar el izquierdo en el monstruo que se le echaba encima, batiendo su cola como si de un martillo pilón se tratase.
«Lo siento, Datsue.»
Un halo de chakra carmesí rodeó a Akame al mismo tiempo que en su pupila izquierda el Sharingan cambiaba, mutaba para alcanzar una forma más perfecta. Las aspas se alargaron y sus extremos se fundieron, formando una espiral abstracta.
La viva encarnación del Shukaku, actuando a través del cascarón en el que se había convertido Datsue por sus ansias de poder y su amor perdido, saltó hacia Akame, tan cerca que éste pudo sentir el calor abrasador que manaba de aquella capa de chakra.
Un estallido de energía de color rojizo oscuro envolvió a ambos al mismo tiempo que Akame interponía ambos brazos entre la cola del monstruo y su pecho, recibiendo el brutal impacto.
Y entonces, ambos desaparecieron.
—
Hubo un destello y chispas de chakra color sangre saltaron por todas partes. Seguía siendo de noche, pero ya no llovía, porque se encontraban muy lejos del Valle del Fin. Akame notó el tacto de la tierra al aterrizar, y tuvo que contener un gemido. Estaba realmente mareado y el ojo izquierdo le dolía a horrores, de tal modo que apenas era capaz de abrirlo. Entre eso y la oscuridad, el Uchiha no tuvo manera de confirmar que efectivamente estaban donde él había imaginado que estarían.
De modo que, estando al borde del colapso y luchando por mantenerse consciente, gritó...
—¡AYUDA! ¡EL JINCHUURIKI!
... y esperó a que los guardias de la puerta que daba entrada a Uzushiogakure no Sato, que se alzaba a media docena de metros detrás de él, tuvieran esa noche el oído fino.
PV:
195/220
– CK:
104/270
–
-50
–
reg. dividida
–
Sharingan activado
–
Inventario
Hitai-ate con el símbolo de Uzushiogakure [en la frente]
¤ Uzume ¤ Diosa del Amanecer - Tipo: Apoyo - Rango: S - Requisitos: Uchiha 80, Hidari no Mangekyō - Gastos: 50 CK - Daños: - - Efectos adicionales: (ver descripción) - Sellos: - - Velocidad: Rápida (preparación), Instantánea (teletransporte) - Alcance y dimensiones: (ver descripción)
Habilidad del Mangekyō izquierdo de Uchiha Akame, cuya esencia reside en evitar la confrontación y el enfrentamiento. Utilizando este poder, el usuario es capaz de teletransportar su propio cuerpo a otra ubicación en apenas un parpadeo, tras concentrarse durante unos instantes. El ejecutor también puede llevarse consigo objetos inanimados u otras personas (ya sea voluntariamente o no), pagando un extra de 10 CK por persona, mientras sea capaz de establecer contacto físico directo.
El ejecutor debe tener en su mente una idea aceptablemente clara del lugar al que va a "saltar", por lo que es necesario que o bien ya haya estado (para Inteligencia menor a 60 puntos), o lo haya visto previamente (Inteligencia igual o mayor a 80).
Pese a que se trata de una técnica poderosa, presenta varias debilidades. Además de su alto coste de chakra y el daño para el ojo del usuario que supone, el ejecutor se rodea de un aura chisporroteante de su propio chakra unos segundos antes de ejecutarla; lo que implica que debe tenerse cierto margen de tiempo para poder esquivar un ataque con ella. Además, un enemigo que ya la conozca podrá identificarla fácilmente e incluso cortar la canalización hiriendo al usuario antes de que sea capaz de teletransportarse.
19/08/2018, 11:13 (Última modificación: 19/08/2018, 13:18 por Uzumaki Eri.)
La noche se presentaba tranquila en Uzushiogakure, el mar estaba en calma, el viento estaba en calma, todo parecía estar tranquilo como casi todas las noches de verano, básicamente.
En el muro de piedra grisacea que rodeaba la villa había un enorme portón. Las puertas estaban abiertas de par en par a pesar de ser de noche, pues a cada lado de ellas había un shinobi. Uno joven y sentado y otro algo más mayor de pie, el parecido físico entre ellos era más que evidente.
El más joven de los dos, de pelo rojo, alborotado y corto, se había tapado con una manta y miraba a su compañero desde el taburete en el que estaba sentado. El mayor, en cambio, se mantenía de pie con la vista clavada en el horizonte que desaparecía delante de la puerta que custodiaban. Llevaba una camiseta negra de manga corta bajo el tradicional chaleco shinobi, además de una capa de un carmesí oscuro por el desgaste abotonada por delante. Pantalones largos y sandalias shinobi a juego con la camiseta.
— Siéntate, abuelo, no va a pasar nada.
— Si tuviéramos la certeza de que no va a suceder nada no tendríamos que estar aquí, ni tendríamos muralla ni estaríamos ocultos. ¿No crees?
El joven murmuró un "haz lo que quieras" mientras se recolocaba su gruesa manta. El anciano se mantuvo allí, de pie, con los brazos cruzados bajo la capa.
— Ya no estamos en guerra, ¿sabes?
— Te he dicho cientos de veces que yo no he vivido ninguna guerra, muchacho.
— Pues lo ocultas muy bien, parece que hayas estado en tres o cuatro.
— No lo entenderías, chico. La paz es mucho más perturbadora y peligrosa que la guerra. Es una cuerda que conecta las tres villas, y cada villa va tirando y tirando, he visto esa cuerda ir deshilachándose con el paso del tiempo, acercándonos al conflicto poco a poco.— hizo una breve pausa — Hasta este último año, este último año nos hemos acercado más a la guerra que en los cien anteriores. Así que harías bien en estar atento a estas puertas, porque puede que no sean suficiente para aguantar lo que sea que está por venir.
Apenas había acabado de hablar cuando un destello rojizo dejó a dos jinchurikis en las puertas de la villa. Así, sin un sonido ni un viento ni siquiera una cortina de humo. Antes no estaban y, de repente, aparecieron ahí, sin más. El aspecto de uno de ellos era el que se esperaba de un jinchuriki descontrolado, en sus ojos se veía más del Ichibi que del shinobi y su cuerpo estaba cubierto por arena y chakra a partes iguales.
El otro jinchuriki estaba tirado en el suelo con un aspecto horrible, aunque Datsue no parecía estar mucho mejor, ya no parecía Datsue, sino un títere movido por los hilos de arena de la bestia.
—¡AYUDA! ¡EL JINCHUURIKI!
Al anciano no le hicieron falta más señales, se acercó a su compañero en un instante, le quitó la manta de un manotazo y el taburete de una patada, después con la otra mano lo puso en pie.
— Chico, avisa a Hanabi-sama de inmediato. Ves usando el Sunshin hasta que estés frente a él o no sientas las piernas.
Tras decir eso le soltó esperando que él solito se mantuviese en pie. La placa dorada que tenía en el chaleco le daba la potestad de dar ordenes a su compañero, que tenía una plateada. Aún así, el chico titubeó.
— Pero, ¿qué...?
— ¡No hay tiempo! ¡Ve, ya!
El joven echó un par de miradas a lo que acababa de aparecer frente a la puerta y a su abuelo para después desaparecer a gran velocidad. Difícilmente la noche podía ir a peor.
El jounin encaró al jinchuriki y empezó a andar hacia él. Se quitó la capa y dejó que el viento se la llevase al mismo tiempo que se cubría de una fina pero brillante capa de chakra Raiton. Su larga cabellera carmesí empezó a volverse loca por la electricidad y el brillo resaltaba las arrugas en su rostro cansado.
— Estoy mayor para tratar con jinchurikis adolescentes. — dijo para sí — Chico, si sigues consciente será mejor que me eches una mano. Solo tendré una oportunidad de detenerlo, si fallo... habrá por lo menos un muerto.
Esta vez se dirigió alto y claro a Akame, desde una distancia razonable sin quitar ojo a la bestia. El hombre tenía una mano en la espalda, en cada dedo de esa mano empezarían a encenderse diminutas llamas de color carmesí con un kanji cada una. La voz del veterano sonaba calmada y serena, y transmitía esa calma y serenidad al shinobi aún cuerdo de la pareja.
— Solo, necesito, una distracción, un titubeo. — hablaba conforme avanzaba intentando no poner nerviosa a la bestia.
Paso a paso se acercaba a ellos, lentamente, sin moverse lateralmente, sabiendo que es lo único que separaba al bijuu de la villa. Si él fallaba, los refuerzos tardarían mínimo cinco minutos. En cinco minutos, esa criatura habría arrasado media villa. Debía probar a detenerle en aquel sitio y momento, y si no podía salvarle la vida al chico, al menos salvaría la villa.
21/08/2018, 16:34 (Última modificación: 23/08/2018, 16:24 por Uchiha Akame.)
«Gracias a los dioses...»
Pese a que estaba a punto de desfallecer, Akame no pudo evitar sentir cierto alivio cuando escuchó la voz de uno de los guardias de la puerta acercándose detrás de él. Todavía tenía a un jinchuuriki descontrolado y enloquecido delante, probablemente confuso pero sin duda sediento de sangre, pero al menos ya no estaba solo. El Uchiha trató de incorporarse mientras el experimentado jōnin se acercaba a la bestia envuelto en una capa de chakra Raiton que Akame pudo reconocer; «es la misma técnica que utilizó ese condenado mercenario...»
Con dificultad, el Uchiha acabó por levantarse. En sus ojos todavía refulgía el Sharingan —las tres aspas habían vuelto a aparecer alrededor de la pupila del ojo izquierdo— y estaban clavados en los del descontrolado Datsue... O lo que quedaba de él.
«Datsue-kun, dije que iba a salvarte... Y eso es lo que pienso hacer.»
Akame sabía que había demasiadas cosas que podían salir mal en ese momento. Nunca había intentado meter en un Genjutsu a un jinchuuriki, pero intuía que el chakra del Shukaku lo haría todo más difícil. Sin embargo, pocas otras opciones tenía en su estado actual. Tenía que jugarse el todo por el todo.
Haciendo acopio de valor, mientras le temblaban las piernas, fijó su Sharingan en los ojos del jinchuuriki y trató de invadir su sistema con chakra. La ilusión reflejaría la realidad, con una sencilla diferencia; en lugar de ser Akame quien se encontraba frente al enloquecido Datsue...
Estaba Watasashi Aiko.
PV:
195/220
– CK:
86/270
–
-18
–
reg. impedida
–
Sharingan activado
–
Inventario
Hitai-ate con el símbolo de Uzushiogakure [en la frente]
¤ Saimingan ¤ Ojo Hipnótico - Tipo: Apoyo (Genjutsu visual) - Rango: A - Requisitos: Uchiha 60, Sharingan de Tres Aspas activo - Gastos: 18 CK, impide regen. de chakra - Daños: - - Efectos adicionales: Distracción, control, ataque sorpresa, engaño - Sellos: - - Velocidad: Instantánea - Alcance y dimensiones: -
Mediante su Sharingan, el usuario es capaz de hacer entrar en un Genjutsu a su oponente con mero contacto visual. Cuando el oponente entre en su ilusión, podrá mostrarle lo que desee, emulando visión, sonido, e incluso sensaciones como el dolor o el placer. Mientras se realiza el Genjutsu, el usuario no puede atacar a la victima, pues cualquier daño externo anularía el engaño, y durante el transcurso del mismo, tanto usuario como oponente estarán paralizados en el sitio. El ejecutor será capaz de modificar el entorno por completo durante el transcurso de la ilusión, y de hacer que la ilusión dure todo el tiempo que haga falta, hasta un máximo de diez turnos. Si dispone de menos de 40 de Inteligencia, no será capaz de mantener ninguna técnica activa mientras la utiliza.
(Uchiha 70) Por 32 CK adicionales al gasto base, si la Inteligencia del usuario es mayor que la Voluntad del oponente en más de 30 puntos o en más de 10 si el PV del oponente ha descendido por debajo de su 60%, si la víctima está completamente inmovilizada, o si se trata de un civil, el usuario puede utilizar la técnica para crear un estado de sueño profundo mediante hipnosis. Luego podrá interrogar al afectado libremente si así lo desea o dejarlo caer inconsciente. Si sufre daños, o pasan tres turnos, despertará. Mediante este uso de la técnica también se puede inducir una parálisis en lugar de un sueño profundo.
(Uchiha 100) Con el Tres Aspas muy desarrollado y mucho entrenamiento, la técnica es increíblemente poderosa, pues el usuario será capaz de moverse mientras se ejecuta —muy lentamente con Inteligencia < 40, lentamente con Inteligencia de 40 a 80, y con total normalidad con Inteligencia > 80, aunque no podrá ejecutar técnicas adicionales a las que ya mantiene si no supera los 100 puntos de Inteligencia—. Recordamos que cualquier daño al oponente lo sacará de la ilusión. En este caso, el oponente se moverá con normalidad fuera de la ilusión, pero estará encarcelado en ella y podrá ser engañado mientras el usuario controla sus cinco sentidos.
Un destello carmesí. Chispas de chakra color sangre. El mundo se dobló en dos. Mutó. Se transformó.
Ya no se encontraba en aquel fatídico valle, sino a las puertas de una aldea que conocía muy bien. Demasiado bien. Se relamió los labios, excitado. Aquella noche se iba a divertir. Dos insectos discutían frente a él. Un tercero le miró a los ojos mostrándole una nueva realidad.
A una chica… A Aiko.
La conocía. Le debía tantas cosas… Por ella, había vuelto a renacer. Tenía que agradecérselo. Demostrarle toda su gratitud en un gran abrazo. Sus brazos la atrajeron hacia él con la ternura de una madre. Sus garras le acariciaron la piel. La desgarró. Se clavó hasta sus músculos y tiró de ellos para arrancárselos de los huesos.
Dos brazos más surgieron de su espalda para abrazarla con más ímpetu. Ella se merecía todo aquel amor y mucho más. Se clavaron en sus brazos y tiraron de ellos como si quisiese descoyuntarlos. Como si fuesen malas raíces que debían ser arrancadas.
Rugió, y un huracán salió de su boca arrasando con las pobres telas de arañas que era el Genjutsu de Akame.
A él también le debía un abrazo. Uno mortal. Así que repitió el proceso con él, solo para luego darle un beso. Un beso en forma de chorro de arena, que lo catapultó hacia atrás y pretendió sepultarlo para siempre.
—¡¡¡GRROOOOOOAAAAAAAAAAAAAAARRR!!!
Estado de Datsue
-5/200
–
-20
–
+10
–
(Datsue)
234/300
–
23/250
–
-20
–
-20
–
-27
–
*Capa de Chakra (Versión 2)*
—Técnicas usadas:
¤ Suna no Ude ¤ Brazos de Arena - Tipo: Apoyo, Ofensivo - Requisitos: Capa de Chakra (Versión 1 ó 2) - Gastos:
20 CK
10 CK por metro adicional
10 CK por división
- Daños:
25 PV por arañazo
25 PV por golpe
- Efectos adicionales: - - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: Los brazos pueden llegar hasta los cinco metros de longitud
Utilizando el chakra de Shukaku, un jinchuuriki puede extender el brazo del lado en el que tenga la capa de arena activada para golpear a un oponente o para usarlo como soporte. También pueden generar brazos desde cualquier punto de la capa. Estos brazos no tienen articulaciones y pueden crecer en cualquier dirección, incluso dividirse para formar más apéndices.
¤ Capa de Chakra (Versión 2) - Tipo: Apoyo, Ofensivo - Requisitos: Ninguno - Gastos: 27 CK por disparo de arena - Daños:
25 PV por arañazo
40 PV por coletazo
45 PV por disparo de arena
- Efectos adicionales:
Se accede a la reserva de chakra de la Versión 2
+10 a Fuerza, Agilidad, Resistencia, Aguante y Poder
Defensa de 20 PV
-20 PV/turno en caso de no controlar al bijū
- Velocidad: Muy rápida (disparo de arena) - Alcance y dimensiones: -
La capa de arena dura se extiende alrededor de todo el cuerpo del usuario, otorgándole un aspecto completamente bestial. Se incrementa la masa muscular del jinchuuriki. Todavía es posible distinguir cuál de los dos es, puesto que las marcas del sello maldito del Shukaku sólo son visibles en el lado correspondiente: Akame el derecho, y Datsue el izquierdo.
Al entrar en la versión dos de la capa de arena se produce una masiva cantidad de chakra que es capaz de formar cráteres por debajo de su cuerpo y destruyendo en el proceso cualquier tipo de restricción que pudiera haber estado impidiendo sus movimientos previamente. Nuevamente se incrementan sus capacidades y la capa de arena actúa como una especie de protección frente a ataques externos.
Entrar en esta etapa, para un jinchuuriki que no ha controlado a su bijuu, significa terminar por cederle el control de su propio cuerpo. Durante este estado, el jinchuuriki no puede utilizar técnicas de su repertorio. A cambio, puede lanzar ráfagas de arena muy poderosas y acceder a la técnica más destructiva de los bijuu: la bijuudama.
En el momento en el que el jinchūriki le concede el total control de su cuerpo al bijū, su capacidad de distinguir entre amigos y enemigos se desvanece y atacará a cualquier cosa que se interponga en su camino hacia su objetivo. Esta forma acarrea numerosas consecuencias para el mismo jinchūriki también, ya que las propiedades corrosivas del chakra queman su piel. Las habilidades regenerativas garantizan que los daños se vayan curando, pero con el tiempo se va acortando su esperanza de vida por la masiva destrucción y creación de células. En el caso de que el jinchūriki controle a su bijū no sufrirá ninguno de estos daños, y se mantendrá consciente.
Para Akame y Datsue, un uso continuado de esta capa implicaría que el tatuaje de sellado maldito del Shukaku se expandiría poco a poco hasta ocupar la otra parte de su cuerpo también. Si esto ocurre, el jinchuuriki morirá y la mitad de Shukaku sellada en su cuerpo será libre. Si se reúnen las dos partes o el otro usuario muere, se liberará el bijuu completo.
—Posibles daños:
Arañazo x4: 25*4 = 100PV Disparo de arena: 45PV
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Era obvio que aquel pobre hombre encargado de la vigilancia no tenía ni idea de qué estaba haciendo Akame ni de qué pretendía que pasase. Él solo sería testigo de como la bestia se lanzaba a por el jounin y lo abrazaba de la forma más brutal y salvaje que a uno se le pueda imaginar.
Se mantuvo a una distancia prudencial observando la escena pero sin interceder. Tenía más que suficiente con mantener activa la capa de chakra eléctrico y las llamas en sus dedos que le permitirían sellar de nuevo a la bestia.
Datsue, de forma consciente o inconsciente, se había tapado el pecho con su victima, haciendo imposible que le detuviera mientras despedazaba la espalda de Akame. Concentró todos sus esfuerzos en mantenerse a la espera y saltar cuando llegase el momento preciso.
Por suerte, el bijuu parecía tener tantas ganas de dar carpetazo al asunto como el vigilante y tras un par de abrazos bestiales lanzó a Akame propulsado por un chorro de arena que lo sepultaría, por el momento. Entonces, en menos de un parpadeo, el hombre se colocó al lado de Datsue y estampó sus cinco dedos sobre el pecho del chico.
Tras el movimiento ultrarrápido, la armadura de Raiton se disolvió fruto del cansancio del hombre y el chakra emponzoñado que rodeaba a Datsue hizo mella en todo el brazo con el que había tocado al muchacho. Aún así, el sellado atravesó la armadura de arena que rodeaba al joven y se implantó alrededor del sello de su estomago, cortando cualquier transmisión de chakra con la bestia y dejando al chico inconsciente.
Se detuvo un instante para comprobar que Datsue aún tuviese signos vitales con el brazo bueno, después fue a sacar a Akame del charco de arena en el que el Shukaku le había hundido.
Justo cuando se pasaba uno de los brazos del jounin por el cuello para cargar su peso apareció Hanabi acompañado de media docena de shinobis, dos de ellos llevaban indumentaria de médico y se dividieron de inmediato para atender cada uno a un Hermano del Desierto.
— ¿Pero qué cojo...?
Su querido Uzukage se había quedado paralizado en el sitio para contabilizar todos los daños que estaban en su rango de visión, la espalda de Akame totalmente despedazada, el brazo de Atsushi con mucha menos piel de la que es recomendable y Datsue con todavía menos piel que el brazo de Atsushi. Eso junto al suelo, que era básicamente tierra y arena rojas por toda la sangre derramada, daba un aspecto terrible al lugar.
El médico que se acercó a Akame empezó a hablarle, pero no entendía nada, no oía nada, todo se volvió confuso, no podía pensar, su cuerpo no respondía. El tiempo empezó a tintinear. Parpadeó y se vio en una camilla, boca abajo, sintió calor, pinchazos, frio metal atravesando su piel en varios sitios, pero sobretodo sintió dolor, mucho dolor, constante y penetrante.
Hasta que finalmente, durmió.
...
Luz. Intensa, penetrante y caliente como solo la luz solar sabe ser. Eso fue lo primero que golpeó a Datsue en toda la cara. Si intentaba moverse, un dolor de tres pares de cojones lo detendría. Como si todas las borracheras y agujetas que había tenido en su miserable e inexplicablemente larga vida se hubiesen juntado para dejarlo totalmente invalido en una cama. Sin embargo, aquello no era fruto de un ser omnisciente que se dedica a castigar a los malvados, sino de daño autoinfligido.
Al abrir los ojos y acostumbrarse a la luz que entraba por la enorme ventana que había a su derecha, vería que estaba en una habitación de hospital. Estaba vendado de pies a cabeza con ambos brazos sostenidos en alto inmovilizados, como el resto de su cuerpo, aunque seguramente era para que no se cayese porque no podía mover ni el meñique. Tenía la boca más seca que el sobaco del Shukaku, y aún se le secó más cuando vio quien estaba con él en la habitación. Quien había subido las persianas y ahora abría la ventana. El Uzukage en persona.
Se giró para encararle, apoyándose en el marco de la ventana. Tenía unas ojeras que parecía que el bijuu lo llevase él y no Datsue, además de una expresión cansada como si se hubiese pasado días enteros intentando resolver un problema irresoluble.
— Explicate, Uchiha Datsue. Y explicate lo mejor que puedas. Explicate como si tus huevos dependiesen de ello, porque es muy probable que así sea.
Si miraba al lado contrario de la habitación, vería a su hermano, a su compañero, a Uchiha Akame, palido como un muerto, con varias vías conectadas al cuerpo y con todo el pecho cubiertos de vendas. No parecía notar la luz ni reaccionar al ruido, de hecho parecía que no iba a volver a despertar.
Solo postea Datsue, de momento. Id revisando vuestra cronologia y limpiad todo lo que tengáis en Flama, Verano.
Datsue trataba de hacer lo que mejor se le daba: huir. Huir como alma que llevaba el diablo, de todo y de todos. El problema era que no sabía hacia dónde. Por un lado, tenía a Shukaku. El control sobre sus pesadillas, siempre de sobresaliente, rompían en aquella ocasión la barrera del diez y le enseñaba nuevas maneras enrevesadas en las que uno podía torturar a alguien. Por el otro lado, el refugio de su conciencia, a la que acudía para evadirse del Ichibi, no le esperaba de brazos abiertos como venía siendo habitual. En su lugar le recibía con una puñalada por la espalda. Y en el hígado. Y en los pulmones. Y en cada parte de su ser. Y algo peor, mucho peor, escondido bajo el dolor físico…
Una certeza mortal. Una verdad que su mente trataba de ocultársela a sí misma, para protegerse de un daño mucho mayor. «No pienses en ello. No pienses, no pienses, no pienses… No…»
La luz le atravesó los párpados como aguijones de abeja, inclemente. Era la hora. Por mucho que tratase de retrasarlo, era la hora.
—Explicate, Uchiha Datsue. Y explicate lo mejor que puedas. Explicate como si tus huevos dependiesen de ello, porque es muy probable que así sea.
¿Ni cinco minutos de misericordia? ¿No le dejaban ni tomarse un respiro antes de dejar caer la hoja de la guillotina sobre su cuello?
Abrió la boca, y notó el paladar extremadamente seco. Tanto que le daban ganas de vomitar.
—Yo… —le rascaba la garganta en cada murmullo—. Estábamos… luchando. —Sí, estaban combatiendo. De eso se acordaba—. Y… entonces… —Y entonces Datsue era alcanzado por un Suiton y Raiton combinado. Y entonces Datsue caía en las profundidades del lago. Y entonces Shukaku le tendía una mano, inquietantemente amable—. Perdí… el… control… Yo… —Los ojos se le humedecieron. ¿Y Akame? ¿¡Y su Hermano!?—. Dónde… —trató de moverse, pero era como si le hubiesen clavado miles de agujas por todo el cuerpo y el mero hecho de deslizarse un centímetro agudizase un dolor ya de por sí intenso. Con el rabillo del ojo, no obstante, creyó distinguirlo en la cama de al lado—. ¿Mi Hermano? ¿Está… bien?
Por los Dioses. ¿Qué había hecho?
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Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Ahí estaba, lo que había estado esperando. No necesitaba escuchar más, pero no interrumpió al herido por respeto y porque estaba ocupado masajeandose con fuerza los ojos, intentando no reventar ahí mismo.
Hanabi se tomó unos segundos para contestar, unos largos y tensos segundos. No estaba seguro de cómo reaccionar, tenía a sus dos jinchurikis, seguramente dos de las personas más peligrosas que actualmente estaban bajo su mando, hospitalizados con heridas graves, con más vendas que piel en el cuerpo.
Volvió a mirar a Datsue, el intrépido.
— Te creía más listo, Datsue. Creía que tras esa fachada de maleante y liante, realmente había un chico capaz de madurar. Me equivoqué, te sobrestimé. En el fondo, cuando llegó la carta de la Arashikage, lo supe. Supe que no estabas preparado, ya no para ser Jounin, sino para la enorme responsabilidad que supone ser jinchuriki. Te dejé cierta libertad porque esperaba que, a pesar de tus jugarretas, supieses, fueras mínimamente consciente, del enorme peligro que suponía el bijuu en tu interior. Cuanto me he equivocado contigo, Datsue.
Tristeza y una inmensa decepción, eso es lo que transmitía con aquel discurso. Se había pasado días lidiando con aquella situación, lo único que sabían eran que habían aparecido ambos en la puerta de la villa, uno descontrolado y el otro agotado. Ambos habían estado al borde de la muerte y les habían dejado sin una explicación, ni una pista, de qué había sucedido. De la escasa gente que estaba al corriente, la mitad pensaba que se trataba de una jugarreta de otra villa, que habían descubierto sus identidades y habían intentado algo, pero Hanabi tenía otra versión en mente. Una versión que esperaba que no fuese cierta. Ojalá hubiese sido una jugarreta de otra villa. Ojalá Datsue le hubiese desmentido sus sospechas, en lugar de confirmarlas.
— ¿Tu hermano, Datsue? ¿Al que casi partes en dos? ¡Está en la camilla de al lado! ¡Le han inducido un coma hasta que sepan si será capaz de soportar el dolor! ¡¡No saben si podrá andar siquiera!! Y todo esto, ¿por qué, Datsue? ¿¡Por qué!? Ambos sabemos que Akame no empezó esa pelea.
El tono fue subiendo a la vez que señalaba a Datsue y a la camilla de al lado conforme hablaba, claramente exasperado.
¿Alguna vez han visto a un matón pegando una paliza a un moribundo? La impotencia que transmite la víctima. La total indefensión. Los simples quejidos de dolor como única respuesta. Pues eso sucedía allí. Datsue era el chico que agonizaba en el suelo lamiéndose las heridas; Hanabi, el matón que llegaba y, por diversión, empezaba a sacudirle a patadas. En las costillas. En el hígado. En pleno rostro. Y Datsue no podía hacer nada por evitarlo. Había demasiada diferencia de estatus. De físico. De salud.
En su lugar, el dolor que sentía su cuerpo se agudizaba. Tanto que creyó que iba a colapsar. Tanto que una chispa de rebeldía se prendió para evitar que pensamientos suicidas acudiesen a su mente, en un mecanismo de autodefensa.
—¿Sabe… usted… por qué Akame y yo tenemos siempre estas ojeras? —Lo dudaba. Ninguno de los dos había dicho nunca a Hanabi que el Shukaku invadía sus sueños para convertirlos en auténticas torturas. Ni a él, ni a nadie que quedase con vida. La única que lo había llegado a saber era Koko, en paz descanse—. Es por Shukaku. Cada vez que nos dormimos, invade nuestros sueños —masculló lentamente, con la boca seca—. Nos hace ver cosas horribles. Nos hace ver cómo matamos a nuestros seres queridos. También a Shiona. A Gouna. A… —le tembló la voz—. A demasiados. Y el pueblo nos acusa. Con usted a la cabeza. Nos apresáis en masa y nos dais una paliza. Nos claváis katanas, shurikens, kunais… Nos sacáis los intestinos con las manos mientras permanecemos todavía con vida. Y, para rematar, nos arrancáis los ojos. Uno… a… uno… —Y Datsue se quedaba en la superficie. La tortura de Shukaku era mucho más que física. Era psicológica. Era ponzoñosa, inyectando desconfianza, miedos e inquietudes que antes no tenían—. Y entonces nos despertamos, empapados en sudor como si hubiésemos corrido un maratón. Y cuando nos volvemos a dormir, vuelve a suceder. Y otra, y otra, y otra. Y al final de la noche habremos dormido, quizá, dos horas, siendo generosos.
»Tiene usted razón, no estaba preparado para ser jinchūriki —tuvo que hacer un esfuerzo titánico para no desgarrarse por completo la garganta y no elevar su voz—. Pero asumí la carga sin quejarme ni un solo día. Sin esperar nada a cambio. Sin esperar que alguien, aunque fuese un solo día, viniese a preguntarnos qué tal lo llevábamos. Sin esperar que nadie se tomase la molestia de tratar de perfeccionar la chapuza de sello que nos puso Zoku. —Sí, Datsue había fallado a la Villa, pero Hanabi había estado fallando a los Hermanos del Desierto desde hacía casi un año. ¿Qué le había dado libertad? No, ¡lo que había hecho era abandonarlo a su suerte! ¿Era ese un pensamiento que nacía de su corazón, o de los susurros ácidos de Shukaku? No lo sabía. A aquellas alturas, ya no era capaz de diferenciarlos—. Me tuve que rehacer a mí mismo, con el solo apoyo de mi Hermano, para soportar esta carga. Y hoy... hoy he fallado. Y si le pasa algo a mi Hermano, yo... Yo... —parpadeó varias veces, tratando de contener las lágrimas. No podía derrumbarse. No ahora—. Solo le pido... Solo le pido que me juzgue no solo por el día en que le fallé, sino también por los 239 días y sus noches que mantuve al demonio a raya.
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Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
30/08/2018, 18:15 (Última modificación: 30/08/2018, 18:16 por Inuzuka Nabi. Editado 1 vez en total.)
Hanabi estaba al borde de necesitar una tercera camilla en aquella habitación, eso o un ataúd para el Uchiha. Dejó que el chico se desahogara y, entonces, y solo entonces, hablaría. Tras tomar un par de largas y profundas bocanadas de aire.
— Datsue, ¿ves eso? — subió la persiana por completo y la luz cegó al jinchuriki, cuando se acostumbrara a la intensidad adicional podría ver unos cuantos edificios y el cielo, desde su posición no veía mucho más — Bueno, eso es una pequeña parte de la villa. Edificios con gente dentro, gente a mi cargo, como tú y como Akame. ¿Qué crees que hace una de esas personas cuando necesita algo de mi? ¿Espera que yo me entere por telepatía o por adivinación?
Esperó un momento para que Datsue atara cabos de lo que le estaba diciendo y volvió a dejar la persiana más baja.
— Ni un año, Datsue, ¡ni un año has aguantado! ¿Sabes que he estado haciendo yo este tiempo? Intentar que esto no se cayese a pedazos, que a muy poco estuvisteis de conseguirlo, y, por supuesto, ir detrás tuyo intentando que tus desventuras no llegasen a guerra. La muerte de Shiona, la muerte de Gouna y la muerte de Zoku. ¿Te puedes imaginar como estaba la villa cuando acabamos con Zoku? Esto era un hervidero de problemas, arreglabas uno y aparecían cinco más. Y ya no hablemos de la imagen que quedó de la villa a escala mundial. Llevo todo este tiempo intentando arreglarlo todo, gota a gota, hilo a hilo. Y aún así, aún así, cuando me llegó una carta hace unos días diciéndome que uno de mis JOUNIN, ¡JOUNIN!, Datsue, j-o-u-n-i-n, el más alto cargo por debajo de mi mismo, que uno de ellos se había dedicado a atosigar a genins de otra villa... — hizo una pausa para masajearse el puente de la nariz, más exasperado y cabreado de lo que había estado en toda su vida — Pero eso no es lo peor, lo peor es que en vez de reflexionar sobre lo que has hecho, me dices, con dos cojones, que yo os abandoné a ti y a Akame. ¿Cuando os negué ayuda? ¿Viniste a mi a pedirme algo y yo no te escuché? ¿Cuando, Datsue? ¿¡Cuando!?
Dejó la ventana y empezó a andar lentamente por la habitación intentando buscar una manera de expresarse sin perder los pocos nervios que le quedaban. Se paró de golpe, como si acabase de atar todos los cabos sueltos.
— Lo tuyo es de novela. Vienes con toda la felicidad a mi despacho, te regaño y te desciendo ante tu descaro y tu irresponsabilidad, además de tu falta de respeto y de altitud moral a la hora de interactuar con ninjas de otra villa, días después te enzarzas en una absurda pelea con tu hermano, dejas libre a tu bijuu y, encima, te haces la victima. Mira, da igual, hasta aquí hemos llegado. Esta es la linea, Datsue.
Entonces el tono cambió radicalmente, ya no había ni rastro de enfado, era un tono serio, mortalmente serio. Como si estuviese anunciando un funeral.
— Irás al examen de Chunin, pero cada noche vendrás aquí a dormir, Akame podrá hacer lo mismo, aquí os darán somníferos y podremos intentar controlar esas pesadillas e intentar erradicarlas. Para Akame será opcional, pero para ti no, tendrás que venir aquí a dormir cada día, si sales de la villa, tendrás que decirlo y decir a donde vas y cuanto vas a tardar. Te trataré como lo que me has demostrado ser, un niño pequeño, sin control ni responsabilidad. Cuando acabe el examen, volveremos a hablar de ello y si tienes alguna idea en mente o algún problema, me lo dirás. ¿Algo que añadir?
Parecía increíblemente cansado, pero le cansaba más lo que estaba por venir que lo que estaba ya hecho, porque tocaba anunciar que, como él había previsto, aquello no era un atentado ni un ataque de ningún tipo, nadie había atacado a Datsue ni a Akame más que ellos mismos. Con suerte conseguirían que el resto de villas no supieran nada y que ambos se recuperasen, con mucha suerte.
Encajó la contrarréplica como mejor pudo. Sí, era cierto, ninguno de los dos había contado nunca a Hanabi sus problemas. Pero, ¿acaso no eran los jinchūrikis? ¿No se merecían una pequeña visita de vez en cuando para ver cómo iban las cosas? ¿A nadie le había extrañado que de pronto ambos tuviesen más ojeras que un mapache? Si Shiona estuviese con vida… «Ella lo hubiese sabido».
Luego, llegó el momento del desahogo. Hanabi también había aguantado sus cositas, y el destino quiso que las descargase en un Datsue que no podía mover ni un dedo. Literalmente. El Uchiha quiso decirle que aquello de lo que le acusaba —sus desafortunadas venganzas a Ayame—, había sido cometido cuando él todavía era Gennin e inmaduro. Que desde el momento en que había tomado la placa dorada, y hasta que la había tenido, había tratado de actuar con la mayor responsabilidad que podía.
Pero sabía que había momentos para dejar salir la rebeldía y momentos para los que no. Él ya había tenido su momento, y ese momento había terminado.
—Mira, da igual, hasta aquí hemos llegado. Esta es la linea, Datsue.
Datsue tragó saliva mientras sus pupilas temblaban de temor. ¿Qué quería decir con…? ¿Acaso iba a…?
… No pudo evitar emitir un suspiro de alivio cuando oyó el castigo. Terrible, sí. Todavía no se daba cuenta de lo malo que era. De lo mucho que podría complicarle un hipotético rescate a Aiko. Pero al menos era un problema del que podría preocuparse al día siguiente.
— ¿Algo que añadir?
¡Cualquiera le decía algo ahora!
—N-nada… —Entonces recordó sus modales—. Nada, Uzukage-sama…
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
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Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80