4/11/2017, 21:12
Ante sus extraños movimientos de manos, Koori no pudo sino ladear la cabeza, como un perro que aún no entiende del todo bien las órdenes de su amo. No porque no fuese lo suficientemente inteligente como para comprender el lenguaje de signos, sino que era Kaido el que probablemente no supiera como comunicar sus ideas a través de los signos correctos. Sin embargo, la apropiada aparición de Zetsuo y su capacidad de entender lo que Kaido intentaba comunicarles —a través de un método que sólo él y unos pocos privilegiados conocían— terminó por zanjar el asunto, con una severa negación suya. No, probablemente no fuese buena idea tomar rumbos separados, no estando tan cerca de la guarida y existiendo la posibilidad de que más Hōzuki enemigos se encontrasen merodeando a sus alrededores.
El médico, no obstante, tenía mayores problemas que atender. Volvió a garabatear palabras con las manos y luego se dirigió hacia la burbuja que envolvía a Daruu, y a su madre. La golpeteó tratando de llamar la atención del derruido Hyūga y le levantó la moral con una simple mirada.
Concluida la terapia familiar, tanto Zetsuo como Kori empezaron a avanzar. Kaido, sin entender aún sus intenciones, no le quedó de otra que seguirles. De confiar, aún y cuando era la primera vez que se embarcaba en una misión con ellos, y probablemente; también la última.
Entonces, liderados por el renuente padre de Ayame, el grupo comenzó a avanzar a través del oscuro umbral de agua que se ceñía frente a ellos. Avanzando compactos, unidos como un numeroso cardumen, viéndose claramente en desventaja ante un depredador mucho más rápido y hábil que ellos dentro de las profundidades del océano. No obstante, Kaido tenía la ligera certeza de que los Kajitsu no volverían a usar la misma estratagema, o bien sus perseguidores podrían pensar que ellos eran los que se encontraban contra la espada y la pared. ¿Por qué habrían de transmitir aquello, si aún estaban en su territorio?
Probablemente, aún guardaban más sorpresas para sus invitados. O eso es lo que habría diseñado Kaido, de tener que lidiar con un puñado de huéspedes indeseados.
Poco después, ya el equipo se encontraba frente al agujero excavado. La burbuja protectora de los Amedama se rompió, y fue Daruu el primero que nadó al interior del mismo. Luego Mogura, siguiendo las estelas de burbujas de aire dejadas por Daruu, y a continuación el propio gyojin, quien no habría tenido problemas de llegar hasta la superficie, si es que en efecto, había una.
El médico, no obstante, tenía mayores problemas que atender. Volvió a garabatear palabras con las manos y luego se dirigió hacia la burbuja que envolvía a Daruu, y a su madre. La golpeteó tratando de llamar la atención del derruido Hyūga y le levantó la moral con una simple mirada.
Concluida la terapia familiar, tanto Zetsuo como Kori empezaron a avanzar. Kaido, sin entender aún sus intenciones, no le quedó de otra que seguirles. De confiar, aún y cuando era la primera vez que se embarcaba en una misión con ellos, y probablemente; también la última.
Entonces, liderados por el renuente padre de Ayame, el grupo comenzó a avanzar a través del oscuro umbral de agua que se ceñía frente a ellos. Avanzando compactos, unidos como un numeroso cardumen, viéndose claramente en desventaja ante un depredador mucho más rápido y hábil que ellos dentro de las profundidades del océano. No obstante, Kaido tenía la ligera certeza de que los Kajitsu no volverían a usar la misma estratagema, o bien sus perseguidores podrían pensar que ellos eran los que se encontraban contra la espada y la pared. ¿Por qué habrían de transmitir aquello, si aún estaban en su territorio?
Probablemente, aún guardaban más sorpresas para sus invitados. O eso es lo que habría diseñado Kaido, de tener que lidiar con un puñado de huéspedes indeseados.
Poco después, ya el equipo se encontraba frente al agujero excavado. La burbuja protectora de los Amedama se rompió, y fue Daruu el primero que nadó al interior del mismo. Luego Mogura, siguiendo las estelas de burbujas de aire dejadas por Daruu, y a continuación el propio gyojin, quien no habría tenido problemas de llegar hasta la superficie, si es que en efecto, había una.