20/08/2015, 15:09
Eres débil. Te voy a enseñar lo débil que eres si es que tienes huevos, que con lo flojo que eres dudaría mucho que los tuvieras. Te espero en el Estadio de Uzushiogakure mañana a primera hora, ven solo o no vengas. Cobarde.
''¿Cómo que si tienes huevos? Creo que se han olvidado de que soy mujer''
Eri había hecho una bola la nota que había llegado volando por su ventana y la había tirado a la papelera, furiosa. No importaba que dijese que era floja o que si era débil, lo que le importaba más es que esa carta iba dirigido para el público masculino, y eso le cabreaba. ¿Generalizar? ¡Los cojines del sofá generalizar! ¡Esa carta era machista y se iba a encargar de partirle la cara de la persona que había escrito esa carta a Okasho limpio!
Se pasó toda la tarde de ese día dándole vueltas a la notita, mirando la caligrafía, observando si había algo en el papel que delatase al culpable, pero no encontró nada. Por la noche quedó dormida en la ventana, esperando por si aparecía otra nota de disculpa o al menos correcta para una mujer, pero el día amaneció y los rayos del sol la despertaron sin nada nuevo en su apartamento, así que se puso sus botas ninja, se colocó en la cintura su porta-objetos y con bandana en la frente, salió en dirección al estadio de su villa.
No tardó ni cinco minutos en llegar, y una vez allí lo que se encontró fue algo que la dejó desconcertada.
''Nabi-kun y Yota-nii, uno frente al otro, en posición amenazante, como si fueran a...''
Eri no terminó su pensamiento y rápidamente subió las gradas donde ambos se encontraban, pero tuvo tan mala suerte, o quizá estaba tan nerviosa porque dos personas importantes para ella estuviesen a punto de reventarse la cara a hostias, que cuando apoyó el pie derecho después de saltar, tropezó y se comió el suelo, pero pudo mitigar un poco de daño cayendo sobre sus brazos cubiertos con sus ropas.
-Auch...- Dijo sobándose los codos, y poniéndose de nuevo en pie, se acercó a ambos chicos, con una expresión de cabreo en el rostro.
-¿Qué narices estáis haciendo? - Preguntó una vez estuvo lo suficientemente cerca de ambos shinobis.
''¿Cómo que si tienes huevos? Creo que se han olvidado de que soy mujer''
Eri había hecho una bola la nota que había llegado volando por su ventana y la había tirado a la papelera, furiosa. No importaba que dijese que era floja o que si era débil, lo que le importaba más es que esa carta iba dirigido para el público masculino, y eso le cabreaba. ¿Generalizar? ¡Los cojines del sofá generalizar! ¡Esa carta era machista y se iba a encargar de partirle la cara de la persona que había escrito esa carta a Okasho limpio!
Se pasó toda la tarde de ese día dándole vueltas a la notita, mirando la caligrafía, observando si había algo en el papel que delatase al culpable, pero no encontró nada. Por la noche quedó dormida en la ventana, esperando por si aparecía otra nota de disculpa o al menos correcta para una mujer, pero el día amaneció y los rayos del sol la despertaron sin nada nuevo en su apartamento, así que se puso sus botas ninja, se colocó en la cintura su porta-objetos y con bandana en la frente, salió en dirección al estadio de su villa.
No tardó ni cinco minutos en llegar, y una vez allí lo que se encontró fue algo que la dejó desconcertada.
''Nabi-kun y Yota-nii, uno frente al otro, en posición amenazante, como si fueran a...''
Eri no terminó su pensamiento y rápidamente subió las gradas donde ambos se encontraban, pero tuvo tan mala suerte, o quizá estaba tan nerviosa porque dos personas importantes para ella estuviesen a punto de reventarse la cara a hostias, que cuando apoyó el pie derecho después de saltar, tropezó y se comió el suelo, pero pudo mitigar un poco de daño cayendo sobre sus brazos cubiertos con sus ropas.
-Auch...- Dijo sobándose los codos, y poniéndose de nuevo en pie, se acercó a ambos chicos, con una expresión de cabreo en el rostro.
-¿Qué narices estáis haciendo? - Preguntó una vez estuvo lo suficientemente cerca de ambos shinobis.