Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#8
Todo acabaría avanzando muy rápido, demasiado quizás. El rubio no tardó en mostrar hostilidad y ante mis insultos sus ojos se cubrieron de sangre y dibujaron dos aspas al rededor de su iris, ambas negras como el carbón, llevó su mano hacia su portaobjetos, con lo que le imité. El Uchiha lanzó un shuriken hacia mi cabeza. Gilipollas. No necesité siquiera sacar mi kunai para interceptarlo, un simple movimiento de cabeza hacia mi izquierda me sirvió para que el arma pasase por mi lado derecho y siguiese volando.

Antes de poder articular palabra alguna, una voz femenina nos interrumpió. Bueno, esa voz y el golpe de su caída. Era Mizumi Eri, la chica de cabellos azules con la que pocos días antes había formado equipo.

*Mierda.. ¿Qué hace Eri-chan aquí?

Me acerqué hasta ella rápidamente y la ayudé a reincorporarse.


-¿Estás bien?- antes que nada me interesé por el estado de la joven -El gilipollas del Uchiha me ha citado aquí para demostrarme lo hombre que es y lo débil que soy. Eso es lo que estoy haciendo-

Mientras contestaba a la pregunta de Eri apareció Juro, alarmado como la muchacha, buscando respuestas. Pero entonces recapitulé. Nabi estaba allí por el mismo motivo. Agité la cabeza.

*No puede ser..*

El Uchiha no era el emisor de aquella nota burlesca. O eso actuaba de forma magistral. Debía sacar conclusiones, rápidamente y además debía estar en lo cierto y mi facilidad para cabrearme iba a pasarme factura. Pero aún quedaba lo mejor. Pronto apareció un muchacho más. Me resultó familiar, sabía que lo había conocido en la academia, pero apenas unas pocas palabras, era un tipo epculiar y podía dar cierta grima. Precisamente por lo que acababa de hacer. De su mano yacía su victima, repleta de plumas y agonizando después de que le hincase el diente y le diese un buen bocado. Nekozuka Reiji, el niño tigre.

Por un momento pensé que estaba delirando o quizás que aquello era una pesadilla de mal gustó. Pero no, todo era demasiado real. ¿Un Genjutsu entonces? No era descartable.

Me encaré al Uchiha de nuevo.


-¿De qué puta carta hablas? ¡Aquí el que me ha citado aquí eres tu! Así que si tanto deseas demostrarme lo débil que soy, ven y bailemos-

*¡Cojones!*

Se me pusieron como escarpias. todos y cada uno de los pequeños pelos que cubrían mi piel se enrramparon ante el crujir del kunai del chico de pelo blanco con la valla metálica del anfiteatro. Hice caso omiso ante el papanatas ese. Simplemente me separé un poco de Eri y esperé la respuesta de Nabi, ya fuese de forma verbal o en forma de hostias. No podría conmigo, iba a superarle con lo que tenía, es decir, mi katana, mis kunais y mis huesos, por supuesto.
[Imagen: K1lxG4r.png]

[Imagen: dlinHLO.png]

Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa
Responder


Mensajes en este tema
Un remolino muy enremolinado - por Inuzuka Nabi - 19/08/2015, 18:41
RE: Un remolino muy enremolinado - por Sasagani Yota - 26/08/2015, 00:19


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.