28/08/2015, 18:28
En tan solo unos instantes la situación había pasado de confusa a demencial.
Lo único que había quedado claro para el Ishimura es que a todos les había molestado bastante el ruido que había hecho. Cosa que hizo para tratar de interrumpir y que alguien le pudiera dar una explicación medianamente sensata de lo que estaba pasando.
Cosa que no ocurrió.
Nabi parecía bastante enojado, por lo que solo se limito a lanzarle una mirada reprobatoria al peliblanco, para luego volver a fijarse en la persona que tenía enfrente. Por otro lado, el sujeto que estaba discutiendo con su compañero parecía bastante enojado. Aun así, Juro se estaba esforzando para aminorar la intensidad de la discusión.
Lo más inesperado fue la reacción de la única señorita presente. Fue inesperado por el hecho de que Kazuma ya la había visto en la academia muchas veces, y en siempre dio la impresión de ser una persona calmada y reflexiva. Pero esa impresión cambio bastante, cuando de la nada aquella chica se lanzo en la dirección del joven de piel morena, con total y plena de intención de darle un puñetazo.
Los reflejos no le ayudaron mucho, puesto que para el momento en que reacciono aquella femenina mano ya estaba empotrada en su cara. Y tal vez fuera por su falta de resistencia, pero el golpe le afecto bastante, pues alcanzo como para hacer que callera sentado en el asiento que estaba atrás.
Justo después de un instante de silencio, Juro salto tras la chica. Probablemente para evitar que esta siguiera proyectando su ira. En otro momento el ojos grises quizás hubiera considerado la situación graciosa, pero el sentir como su mejilla se empezaba a inflamar le quitaba las ganas de reír.
Como si no fuera ya bastante extraña la situación, un chico de aspecto felino se acerco hacia él. En un principio no lo reconoció, pero al escucharlo hablar supo de quien se trataba.
Era aquel chico gato de la academia, el que la señora de la reacción decía que hablaba muy tiernamente. Cosa que nuestro joven genin no entendía puesto que cuando menos le parecía confuso y perturbador.
Ese mismo chico parecía estar enojado, al igual que aquel pequeño tigre que siempre le acompañaba. A esas alturas era lo normal, ya que lo acontecido habría sido raro que alguien en aquel sitio no estuviera molesto.
—Eso —dijo un poco confuso, pues su forma de hablar le era difícil de entender—, lamento lo de tu almuerzo o desayuno o lo que fuese —aseguro, mientras se acomodaba en el asiento.
Aunque difícilmente, alcanzo a entender la parte donde el chico gato mencionaba algo de rajar una garganta. Pero rápidamente le resto importancia, pues no creía que alguien fuera capaz de hacer algo así por un poco de ruido.
Aunque con lo caldeados que estaban los ánimos, en aquel lugar podría pasar cualquier cosa. Por lo que nuestro joven shinobi decidió que lo mejor sería estar en guardia.
Lo único que había quedado claro para el Ishimura es que a todos les había molestado bastante el ruido que había hecho. Cosa que hizo para tratar de interrumpir y que alguien le pudiera dar una explicación medianamente sensata de lo que estaba pasando.
Cosa que no ocurrió.
Nabi parecía bastante enojado, por lo que solo se limito a lanzarle una mirada reprobatoria al peliblanco, para luego volver a fijarse en la persona que tenía enfrente. Por otro lado, el sujeto que estaba discutiendo con su compañero parecía bastante enojado. Aun así, Juro se estaba esforzando para aminorar la intensidad de la discusión.
Lo más inesperado fue la reacción de la única señorita presente. Fue inesperado por el hecho de que Kazuma ya la había visto en la academia muchas veces, y en siempre dio la impresión de ser una persona calmada y reflexiva. Pero esa impresión cambio bastante, cuando de la nada aquella chica se lanzo en la dirección del joven de piel morena, con total y plena de intención de darle un puñetazo.
Los reflejos no le ayudaron mucho, puesto que para el momento en que reacciono aquella femenina mano ya estaba empotrada en su cara. Y tal vez fuera por su falta de resistencia, pero el golpe le afecto bastante, pues alcanzo como para hacer que callera sentado en el asiento que estaba atrás.
Justo después de un instante de silencio, Juro salto tras la chica. Probablemente para evitar que esta siguiera proyectando su ira. En otro momento el ojos grises quizás hubiera considerado la situación graciosa, pero el sentir como su mejilla se empezaba a inflamar le quitaba las ganas de reír.
Como si no fuera ya bastante extraña la situación, un chico de aspecto felino se acerco hacia él. En un principio no lo reconoció, pero al escucharlo hablar supo de quien se trataba.
Era aquel chico gato de la academia, el que la señora de la reacción decía que hablaba muy tiernamente. Cosa que nuestro joven genin no entendía puesto que cuando menos le parecía confuso y perturbador.
Ese mismo chico parecía estar enojado, al igual que aquel pequeño tigre que siempre le acompañaba. A esas alturas era lo normal, ya que lo acontecido habría sido raro que alguien en aquel sitio no estuviera molesto.
—Eso —dijo un poco confuso, pues su forma de hablar le era difícil de entender—, lamento lo de tu almuerzo o desayuno o lo que fuese —aseguro, mientras se acomodaba en el asiento.
Aunque difícilmente, alcanzo a entender la parte donde el chico gato mencionaba algo de rajar una garganta. Pero rápidamente le resto importancia, pues no creía que alguien fuera capaz de hacer algo así por un poco de ruido.
Aunque con lo caldeados que estaban los ánimos, en aquel lugar podría pasar cualquier cosa. Por lo que nuestro joven shinobi decidió que lo mejor sería estar en guardia.