9/07/2018, 16:40
Con gesto serio pero tranquilo y ojos profundos, Akame observó cómo se desarrollaba la escena. A aquellas alturas él pensaba que ninguno de los ninjas de la Lluvia representaba una amenaza, o estaba dispuesto a hacer alguna tontería, de modo que la situación no era tan peliaguda como podría haber pensado. «Esta ha debido ser la peor emboscada de la historia, por Susanoo...» Aun así, debía tener cuidado por si alguno de ellos volvía a provocar a Datsue.
Al fin y al cabo, para eso había venido él. Se sentía tremendamente responsable de su Hermano en esos momentos y no podía, por nada del mundo, permitir que perdiese el control otra vez. La sola imagen de Datsue cubierto por aquellas escamas de arena, con la boca repleta de afilados dientes y una mirada de locura visceral, le provocó un escalofrío. «No puedo dejar que nada parecido vuelva a ocurrir».
Akame estuvo a punto de saltar en medio de la escena y cerrar la fiesta por las malas cuando Datsue metió a Kaido en uno de sus Genjutsu. El amejin reaccionó unos momentos después, visiblemente compungido, y sus compañeros confrontaron al Uchiha. «Y Daruu ha identificado perfectamente lo que acaba de ocurrir... ¿Alguien ha estado tomando clases?», se preguntó el jōnin. Sea como fuere, parecía que la sangre no iba a llegar al río. El de la Lluvia y su Hermano empezaron a cuchichear como viejas en un patio de vecinos, a lo que Akame respondió sacando un cigarrillo de uno de los bolsillos de su chaleco militar y encendiéndoselo con ayuda de un mechero zippo plateado.
Le dio un par de hondas caladas sin apartar la vista del dúo, sujetando el pitillo con las yemas de sus dedos índice y pulgar.
Al fin y al cabo, para eso había venido él. Se sentía tremendamente responsable de su Hermano en esos momentos y no podía, por nada del mundo, permitir que perdiese el control otra vez. La sola imagen de Datsue cubierto por aquellas escamas de arena, con la boca repleta de afilados dientes y una mirada de locura visceral, le provocó un escalofrío. «No puedo dejar que nada parecido vuelva a ocurrir».
Akame estuvo a punto de saltar en medio de la escena y cerrar la fiesta por las malas cuando Datsue metió a Kaido en uno de sus Genjutsu. El amejin reaccionó unos momentos después, visiblemente compungido, y sus compañeros confrontaron al Uchiha. «Y Daruu ha identificado perfectamente lo que acaba de ocurrir... ¿Alguien ha estado tomando clases?», se preguntó el jōnin. Sea como fuere, parecía que la sangre no iba a llegar al río. El de la Lluvia y su Hermano empezaron a cuchichear como viejas en un patio de vecinos, a lo que Akame respondió sacando un cigarrillo de uno de los bolsillos de su chaleco militar y encendiéndoselo con ayuda de un mechero zippo plateado.
Le dio un par de hondas caladas sin apartar la vista del dúo, sujetando el pitillo con las yemas de sus dedos índice y pulgar.