13/09/2015, 15:10
Después de todo, Kazuma había recibido, al igual que tres más y ella, la carta que convocaba a todos en el estadio. Todos la tenían encima, a excepción del chico-tigre que alegaba habérsela comido, cosa que, obviamente, sonaba a excusa. Sin embargo tal y como lo decía le resultaba tan difícil que fuera él, que dudaba de pensar si el albino era el culpable o no. Negó con la cabeza, intentando pensar sobre el verdadero culpable.
Sin embargo, algo inesperado pasó, y un niño más joven que la chica de cabellos azules entró por la puerta del estadio lleno de golpes y magulladuras por todo su cuerpo, así cayó al suelo y Eri no dudó en ir a socorrerlo mientras Nabi subía por el estadio, seguramente intentando vislumbrar algo desde las alturas, la verdad es que no lo sabía y poco le importaba en ese momento ya que el chico que acababa de aparecer requería más atención de la kunoichi que cualquier otro.
Yota bajó el primero y ella no dudó en seguirlo, sin embargo cuando llegó allí pudo apreciar un kanji en la espalda del pobre chico, al parecer había sido otra nota, pero algo más siniestra.
Hey Yota, puedo llevarle yo si quieres, ya me sé el camino de memoria. - Y menos mal, porque con su pésimo sentido de la orientación lo llevaba claro. Intentó ayudar a coger al niño, pero el rubio platinado se le adelantó de nuevo. El Uchiha había mencionado de llevarlo uno solo mientras los demás se encargaban del machista que había enviado aquellas notas, pero, ¿y si era una trampa para que todos fueran al lugar que él había predijo y pillar a alguno en el hospital?
Voy al hospital con Yota, lo mejor será encargarnos del niño primero. - Pensándolo mejor, era buena idea ir acompañados. - Quizás el culpable quiere que vayamos a donde nos ha dicho, pero puede ser una trampa, así que lo mejor será no separarnos. - Comentó su hipótesis, comenzando a andar al lado de su compañero.
Sin embargo sus pasos eran lentos y pausados, estaba preocupada por el niño, pero miraría hacia atrás para ver qué harían los demás ante esa estúpida situación sacada de una nota escrita por un gilipollas integral.
Sin embargo, algo inesperado pasó, y un niño más joven que la chica de cabellos azules entró por la puerta del estadio lleno de golpes y magulladuras por todo su cuerpo, así cayó al suelo y Eri no dudó en ir a socorrerlo mientras Nabi subía por el estadio, seguramente intentando vislumbrar algo desde las alturas, la verdad es que no lo sabía y poco le importaba en ese momento ya que el chico que acababa de aparecer requería más atención de la kunoichi que cualquier otro.
Yota bajó el primero y ella no dudó en seguirlo, sin embargo cuando llegó allí pudo apreciar un kanji en la espalda del pobre chico, al parecer había sido otra nota, pero algo más siniestra.
Hey Yota, puedo llevarle yo si quieres, ya me sé el camino de memoria. - Y menos mal, porque con su pésimo sentido de la orientación lo llevaba claro. Intentó ayudar a coger al niño, pero el rubio platinado se le adelantó de nuevo. El Uchiha había mencionado de llevarlo uno solo mientras los demás se encargaban del machista que había enviado aquellas notas, pero, ¿y si era una trampa para que todos fueran al lugar que él había predijo y pillar a alguno en el hospital?
Voy al hospital con Yota, lo mejor será encargarnos del niño primero. - Pensándolo mejor, era buena idea ir acompañados. - Quizás el culpable quiere que vayamos a donde nos ha dicho, pero puede ser una trampa, así que lo mejor será no separarnos. - Comentó su hipótesis, comenzando a andar al lado de su compañero.
Sin embargo sus pasos eran lentos y pausados, estaba preocupada por el niño, pero miraría hacia atrás para ver qué harían los demás ante esa estúpida situación sacada de una nota escrita por un gilipollas integral.