21/09/2015, 16:02
No sabría decir si el que llevaba la razón era yo, pero logré despertar el lado humano de los demás. Incluso el del peliblanco que parecía que le gustaba lamerle el culo a Juro. Eri tampoco dudó en seguirme, asegurando que se sabía el camino de memoria. Sus hipótesis junto con la de Juro parecían estar cargadas de lógica tenían demasiado sentido ¿Pero era cierto? No sabría decirlo. Lo que no me gustaba un solo pelo era que el rubio hubiese optado ir solo hasta el jardín de los cerezos. Habíamos recibido aquella carta todos pero en ningún momento decía que se trataba de un único emisor y a juzgar por el tono y por las intenciones, recopiladas entre la carta y el niño hecho trizas, era la típica conducta del típico grupito machito. En resumen, era un error que Nabi se fuese en solitario en su búsqueda.
Chasquee la lengua mientras veía como se largaba no sin antes dar un último juicio rápido.
-Cógelo, Eri-chan. Nabi se está metiendo en una ratonera. Iré con él, vosotros llevad a este niño al hospital y nos reencontraremos en el jardín de los cerezos. Trataré de ganar tiempo pero este gilipollas está demasiado ciego ¡Daós prisa! ¿Vale?-
Tras aquellas palabras, dejé en manos de la peliazul al pobre chaval magullado y salí por patas siguiendo el mismo camino que había tomado el Uchiha, tan rápido como pude. Subiendo aquella escalinata en forma de gradas y volando de tejado en tejado con la vista puesta en el joven de cabellos dorados hasta que se detuvo en la entrada del lugar citado. Entre bufidos producto de aquel sprint me puse a su lado.
-Maldito gilipollas, vas a conseguir que te maten. Ni siquiera sabemos cuantos son- explicaba a media que trataba de recobrar el aliento -Lo mejor será que nos separemos, así podremos explorar el lugar el doble de rápido. ¿Tienes un comunicador?-
De mi portaobjetos saqué mi comunicador. No aguantaría mucho rato encendido pero para aquella pequeña escaramuza sería suficiente.
Chasquee la lengua mientras veía como se largaba no sin antes dar un último juicio rápido.
-Cógelo, Eri-chan. Nabi se está metiendo en una ratonera. Iré con él, vosotros llevad a este niño al hospital y nos reencontraremos en el jardín de los cerezos. Trataré de ganar tiempo pero este gilipollas está demasiado ciego ¡Daós prisa! ¿Vale?-
Tras aquellas palabras, dejé en manos de la peliazul al pobre chaval magullado y salí por patas siguiendo el mismo camino que había tomado el Uchiha, tan rápido como pude. Subiendo aquella escalinata en forma de gradas y volando de tejado en tejado con la vista puesta en el joven de cabellos dorados hasta que se detuvo en la entrada del lugar citado. Entre bufidos producto de aquel sprint me puse a su lado.
-Maldito gilipollas, vas a conseguir que te maten. Ni siquiera sabemos cuantos son- explicaba a media que trataba de recobrar el aliento -Lo mejor será que nos separemos, así podremos explorar el lugar el doble de rápido. ¿Tienes un comunicador?-
De mi portaobjetos saqué mi comunicador. No aguantaría mucho rato encendido pero para aquella pequeña escaramuza sería suficiente.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa