25/09/2015, 20:29
Yota le contestó al instante la pregunta que el Uchiha habia formulado, parecia que no era el único que le habia dado vueltas a aquello. Al menos el Raitonero y él coincidian en una cosa, probablemente no fuera uno solo. Finalmente, le devolvió la pregunta, y la verdad es que él sí tenia a alguien en mente.
La verdad es que pensandolo en frio es bastante obvio quienes podrian ser. ¿Recuerdas a los idiotas que suspendieron el examen de gennin y que se pasaban el dia molestando a cualquiera que se les cruzara en la academia? Pues nuestro amigo Kazuma les dio un buen escarmiento cuando nos graduamos. ¿Qué piensas de ellos?
Era la opción más razonable y probable, y si así era, esos no eran más que unos matones que eran incapaces de hacer un simple bunshin, nada de lo que preocuparse. El problema venia de si tenian primos, hermanos, padres, amigos, que compensaban las dos neuronas estropeadas con habilidad en el combate. Aunque... al menos así la cosa tendria algo de emoción.
Estaba pasando por un camino de piedras rodeado de cerezos, con algunos bancos para que la gente se pudiera sentar a contemplar aquel escenario tan propio de Uzushiogakure, cuando un shuriken se cruzó ante él, haciendole un corte en la mejilla cuando se giro para comprobar su trayectoria con sus ojos tiñiendose del carmesi de la sangre que brotaba de su herida. Frenaria en seco y casi como acto reflejo se llevaria la mano al portaobjetos y devolveria un shuriken por donde habia aparecido el primero. Un quejido mal disimulado seguido de un quejido en voz alta romperia el silencio del ambiente.
Hijo de puta, me ha dado así de buenas.
De entre las sombras de los arboles apareció un musculado muchacho que se sacó el shuriken que el rubio habia lanzado a ciegas del antebrazo. Nabi viro su cabeza buscando el rastro de otros por los alrededores y efectivamente aparecieron hasta tres chicos más que probablemente le sacaban varios años al Uchiha.
Yota-chan, creo que los he encontrado, pero ni idea de quienes son.
El más fortachón era el que se habia comido un shuriken así de primeras, aunque parecia algo irrelevante para él, pues se lo habia sacado como si nada y ni siquiera hacia gesto de que le doliera. Despues, uno regordete a la izquierda del rubio, iba armado con una especie de bastón que parecia bastante duro. A la derecha, un enano escualido llevaba un par de kunais oxidados y mugrientos, uno en cada mano, tenia toda la pinta de que si le cortaba con eso le pegaba por lo menos tres enfermedades. Por último, un hombre, porque debia rondar los veintimuchos, que llevaba el pelo por los sobacos y alrededor de esa masa de cabello y mierda se arremolinaban hasta treinta tipos distintos de insectos. Este no llevaba ningún arma ni parecia siquiera que quisiera pelear, pero desde luego, Nabi no iba a dejar que se acercara a él.
La cosa estaba tensa, en cualquier momento aquellos indeseables lanzarian su ataque combinado y el Uchiha debia estar preparado, no perdia de vista a ninguno mientras pensaba en alguna tactica para sacarselos de encima.
En otro lado del Jardín se encontraba Yota, que al mismo tiempo que recibia el aviso de Nabi de que habia encontrado a los culpables veria como, de detras de los arboles, incluso detras de los bancos y de cualquier estructura cercana, aparecian un montón de ninjas, vestidos completamente de negro con todo tipo de armas arrojadizas en sus manos. Estos se acercaban cada vez más al shinobi de forma intimidante.
___________________
Más allá del parque plagado de cerezos se encontraba el trio Erijuruma, que acababan de salir del hospital en dirección a donde sus compañeros estaban teniendo apuros ahora mismo. Sin embargo, algo que ninguno de los tres se esperaba, sucedió. Un kunai, apareció de la nada y se clavó ante Kazuma, que si no se detenia se le clavaria en un pie, quedandose invalido para siempre jamás. Inevitablemente, todos mirarian hacia el origen de aquel arma arrojadiza intentando localizar al culpable, pero solo verian una sombra y una risita aguda salir por patas del lugar.
Pero habia más, antes de que pudieran volver a centrarse en lo qeu tenian delante, el que capitaneaba el trio se llevaria una soberana patada en la cara en cuanto se girara de nuevo. Y un muchacho mazado, se plantaria ante ellos al mismo tiempo que el peliblanco salia disparado por la patada.
Hombre, si es Eri la macizorra y Juro el debilucho. ¿Que tal os trata la vida? Eri, chupame la oreja.
Ambos lo reconocerian, era el pervertido de clase. Era un abuson neutro, iba cuadno le apetecia y basicamente se dedicaba a decirle guarradas a Eri y a las demas kunoichis. Ya se habia llevado más de un escarmiento de Nabi, a quien le sudaban bastante las normas de no pelearse cuando se trataba de este muchacho en cuestión.
La verdad es que pensandolo en frio es bastante obvio quienes podrian ser. ¿Recuerdas a los idiotas que suspendieron el examen de gennin y que se pasaban el dia molestando a cualquiera que se les cruzara en la academia? Pues nuestro amigo Kazuma les dio un buen escarmiento cuando nos graduamos. ¿Qué piensas de ellos?
Era la opción más razonable y probable, y si así era, esos no eran más que unos matones que eran incapaces de hacer un simple bunshin, nada de lo que preocuparse. El problema venia de si tenian primos, hermanos, padres, amigos, que compensaban las dos neuronas estropeadas con habilidad en el combate. Aunque... al menos así la cosa tendria algo de emoción.
Estaba pasando por un camino de piedras rodeado de cerezos, con algunos bancos para que la gente se pudiera sentar a contemplar aquel escenario tan propio de Uzushiogakure, cuando un shuriken se cruzó ante él, haciendole un corte en la mejilla cuando se giro para comprobar su trayectoria con sus ojos tiñiendose del carmesi de la sangre que brotaba de su herida. Frenaria en seco y casi como acto reflejo se llevaria la mano al portaobjetos y devolveria un shuriken por donde habia aparecido el primero. Un quejido mal disimulado seguido de un quejido en voz alta romperia el silencio del ambiente.
Hijo de puta, me ha dado así de buenas.
De entre las sombras de los arboles apareció un musculado muchacho que se sacó el shuriken que el rubio habia lanzado a ciegas del antebrazo. Nabi viro su cabeza buscando el rastro de otros por los alrededores y efectivamente aparecieron hasta tres chicos más que probablemente le sacaban varios años al Uchiha.
Yota-chan, creo que los he encontrado, pero ni idea de quienes son.
El más fortachón era el que se habia comido un shuriken así de primeras, aunque parecia algo irrelevante para él, pues se lo habia sacado como si nada y ni siquiera hacia gesto de que le doliera. Despues, uno regordete a la izquierda del rubio, iba armado con una especie de bastón que parecia bastante duro. A la derecha, un enano escualido llevaba un par de kunais oxidados y mugrientos, uno en cada mano, tenia toda la pinta de que si le cortaba con eso le pegaba por lo menos tres enfermedades. Por último, un hombre, porque debia rondar los veintimuchos, que llevaba el pelo por los sobacos y alrededor de esa masa de cabello y mierda se arremolinaban hasta treinta tipos distintos de insectos. Este no llevaba ningún arma ni parecia siquiera que quisiera pelear, pero desde luego, Nabi no iba a dejar que se acercara a él.
La cosa estaba tensa, en cualquier momento aquellos indeseables lanzarian su ataque combinado y el Uchiha debia estar preparado, no perdia de vista a ninguno mientras pensaba en alguna tactica para sacarselos de encima.
En otro lado del Jardín se encontraba Yota, que al mismo tiempo que recibia el aviso de Nabi de que habia encontrado a los culpables veria como, de detras de los arboles, incluso detras de los bancos y de cualquier estructura cercana, aparecian un montón de ninjas, vestidos completamente de negro con todo tipo de armas arrojadizas en sus manos. Estos se acercaban cada vez más al shinobi de forma intimidante.
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Más allá del parque plagado de cerezos se encontraba el trio Erijuruma, que acababan de salir del hospital en dirección a donde sus compañeros estaban teniendo apuros ahora mismo. Sin embargo, algo que ninguno de los tres se esperaba, sucedió. Un kunai, apareció de la nada y se clavó ante Kazuma, que si no se detenia se le clavaria en un pie, quedandose invalido para siempre jamás. Inevitablemente, todos mirarian hacia el origen de aquel arma arrojadiza intentando localizar al culpable, pero solo verian una sombra y una risita aguda salir por patas del lugar.
Pero habia más, antes de que pudieran volver a centrarse en lo qeu tenian delante, el que capitaneaba el trio se llevaria una soberana patada en la cara en cuanto se girara de nuevo. Y un muchacho mazado, se plantaria ante ellos al mismo tiempo que el peliblanco salia disparado por la patada.
Hombre, si es Eri la macizorra y Juro el debilucho. ¿Que tal os trata la vida? Eri, chupame la oreja.
Ambos lo reconocerian, era el pervertido de clase. Era un abuson neutro, iba cuadno le apetecia y basicamente se dedicaba a decirle guarradas a Eri y a las demas kunoichis. Ya se habia llevado más de un escarmiento de Nabi, a quien le sudaban bastante las normas de no pelearse cuando se trataba de este muchacho en cuestión.
—Nabi—