6/10/2015, 22:55
Mientras el grupo de tres avanzaba, un arma surgió de la nada. Un Kunai que aterrizó junto a Kazuma. Eri retrocedió instintivamente por el lanzamiento, y el chico, que estaba detrás suyo, retrocedió también, llevándose un pisoton de propina, que no tuvo más remedio que aguantar.
Antes de poder hacer nada, Kazuma se llevó una patada en la cara, que lo derribo al suelo. Sintió pena por el, siempre se llevaba todas las hostias.
Juro esperó que se levantase. Aun así, eran dos contra uno, no debería haber problemas... Sin embargo, parecía habilidoso con el taijutsu. Se tenso en cuanto Eri habló. Parecía realmente enfadada, cosa que tenía sentido tratándose de ese tío. No podía caerle peor. Si no fuera por su látigo, habría sido presa fácil para muchos abusones... En realidad, siempre pasaba desapercibido. Al meno, hasta hoy.
- No pensé que un estudiante podría ser tan despreciable como para atacar a un niño.. .- escupió Juro, sin poder evitarlo. No podía creer que de verdad era todo una broma de aquel ser tan despreciable. ¿Pero que, sino? ¿Como sabía que irían por aquel camino? No era casualidad.
Se llevó una mano a la cintura y arrancó el látigo de ella. Si había que luchar, pues lucharía. Seguía manteniendo su arma secreta en la muñeca, sólo por seguridad. Tenía que cubrir a Eri como fuese... Miró a los arbustos mientras contestaba, sólo para asegurarse.
Antes de poder hacer nada, Kazuma se llevó una patada en la cara, que lo derribo al suelo. Sintió pena por el, siempre se llevaba todas las hostias.
Juro esperó que se levantase. Aun así, eran dos contra uno, no debería haber problemas... Sin embargo, parecía habilidoso con el taijutsu. Se tenso en cuanto Eri habló. Parecía realmente enfadada, cosa que tenía sentido tratándose de ese tío. No podía caerle peor. Si no fuera por su látigo, habría sido presa fácil para muchos abusones... En realidad, siempre pasaba desapercibido. Al meno, hasta hoy.
- No pensé que un estudiante podría ser tan despreciable como para atacar a un niño.. .- escupió Juro, sin poder evitarlo. No podía creer que de verdad era todo una broma de aquel ser tan despreciable. ¿Pero que, sino? ¿Como sabía que irían por aquel camino? No era casualidad.
Se llevó una mano a la cintura y arrancó el látigo de ella. Si había que luchar, pues lucharía. Seguía manteniendo su arma secreta en la muñeca, sólo por seguridad. Tenía que cubrir a Eri como fuese... Miró a los arbustos mientras contestaba, sólo para asegurarse.