8/10/2015, 21:32
Yota negó en redondo que pudieran ser los pardillos inutiles abusones que no habian logrado pasar el examen de gennin en casi un lustro. Sí, eran inutiles, pero una habilidad oculta que tienen los estupidos es que se atraen entre ellos, y de un estupido pueden aparecer cinco más, y de esos cinco otros cinco por cada estupido. Hasta llegar a un ejercito de estupidos que nadie sabe de donde ha salido.
Y así fue, pues ahora Nabi se encontraba en la precaria situación de uno contra cuatro. La prometida ayuda de Yota se vio denegada por el mismo, afirmo que él tambien tenia visita. Antes de que el Uchiha le pudiera replicar nada, el locuelo de los huesos apagó el aparato sin pararse a pensar en que era su único medio de comunicación.
Joder, Yota, joder.
Su cabeza analizaba las posibles soluciones a aquella situación demasiado deprisa, habia multitud de opciones pero ninguna de ellas parecia lo suficiente buena, así que apagó el cerebro y dejo actuar al instinto. Al menos, haria algo en vez de dejarles tomar la iniciativa. Sus ojos carmesies dejaron claro que se habian acabado los preambulos, sacó su kunai oculto y rapidamente concentró chakra en este para mandar un destello cegador al montón de musculos que tenia en frente y al que llevaba aquel especie de bastón que tenia toda la pinta de poder abrirle la cabeza sin tener siquiera que proponerselo. Esos dos eran los que más le preocupaban.
Cogedle, joder. Maldito criajo.
Acto seguido, lanzó el kunai al enano con los kunais oxidados, directo a la cabeza. Reaccionó rapido y lo paró con sus kunais, pero para entonces el Uchiha ya habia cumplido su objetivo, salir de aquella encerrona. Corrió entre el fortachon cegado y el enano distraido por el kunai, escapando de allí. Rapidamente hizo sellos y se volteó para volver a encarar el cuarteto de matones que habian mandado tras él. Un chorro de llamas saldria de su boca directo a ellos, sin embargo, para cuando el rubio se diera cuenta, no eran cuatro, sino tres los que estaban ante él. Faltaba el maloliente.
Un par de shurikens se dirigian hacia él desde su espalda, y para cuando se volteó ya era tarde. Uno impactó en su hombro izquierdo y otro en su muslo derecho, y no solo eso, sino que dichas armas estaban cubiertas de una sustancia extraña y maloliente como el mismo lanzador. Si no era veneno, desde luego, bueno no iba a ser.
____________________________________
Mientras tanto, a unos cuantos metros de allí, en el mismo jardín, Yota se encontraba más que rodeado, sobrerodeado. Tenia que andarse con mil ojos, pues habia hombres extraños por cada uno de sus flancos y todos armados. De repente, uno de delante suyo lanzó un shuriken. Parecia bastante sencillo, alguna trampa tendria, mas notoria seria su sorpresa, cuando de la dirección contraria, aparecerian una docena más de shurikens, la mitad no iban hacia él, sino que simplemente, habian sido lanzados, unos pasarian por su izquierda, otros por su derecha, si no se movia, claro.
La cuestión es que antes de que esas armas arrojadizas impactaran, los cientos de ninjas desaparecerian, pero el crudo metal en forma de estrella seguiria, pues era real como la vida misma.
¿¡ES QUE ERES IMBECIL!? ¡¿PARA QUE COJONES LOS LANZAS TODOS DE GOLPE?! ¡Habia que sincronizar la ilusión con los shurikens joder!
Pero... tú me has dicho que los lanzara, y los he lanzado.
Un chico escualido y palido se encontraba medio oculto en unos arbustos con un mastodonte, que parecia tener menos luces que Ame cuando se va la luz, pero cuya complexión no tenia nada que envidiarle a los rinocerontes. El chico se quedaria a cuadros cuando se diera cuenta de que Yota les podia ver.
Encima me has jodido el Genjutsu, ¡con lo que me cuesta ejecutarlos! A tomar por culo todo el plan.
Pues vuelvelo a usar.
No tengo tanto chakra...
¿Entonces?
¡¿ A ti que te parece ?! Ves a por él, aplastalo.
Y sin cruzar otra palabra, aquel ogro con menos seso que una hormiga avanzó a pasos torpes y que parecia que se iba a caer en cualquier momento hasta donde se encontraba el Kaguya y lanzó un manotazo hacia el cuerpo del muchacho, sin buscar ningún punto en concreto. Simplemente, balanceó la mano con fuerza hacia él.
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En una calle poco transitada de Uzu, nuestro trio EriJurUma se enfrentan a Pervertido-chan, que al parecer, nadie se acuerda de como se llama, o no se quieren acordar. Estos habian lanzado acusaciones graves hacia el pobrecillo que solo se habia pasado a saludar.
Hey, hey, parad el carro. ¿Qué niño? Yo solo estoy aqui porque Kazuma-kun me ha mandado una nota citandome para pelear.
Dicho eso, el chico sacaria una hoja de papel identica a la que habian recibido ellos, sin embargo, esta sí estaba firmada, por ni más ni menos que Kazuma, el espadachin sospechoso. Obviamente, no era su firma, pero era más que suficiente para pensar que a lo mejor el peliblanco solo estaba jugando con ellos y que él era el misterioso mandador de notas.
Así que venga, saca las pocas agallas que tengas, Ishimaru.
Parecia que tantos años compartiendo aula e intercambiando hostias no eran suficiente para él, estaba dispuesto a pelearse con el peliblanco así de buenas, a pesar de que este llevaba su espada consigo y el pervertido iba a pelo. A pelo, Kenjutsualmente hablando, por no tener, no tenia ni kunais. Pero eso, el trio magnifico no lo sabia.
Y así fue, pues ahora Nabi se encontraba en la precaria situación de uno contra cuatro. La prometida ayuda de Yota se vio denegada por el mismo, afirmo que él tambien tenia visita. Antes de que el Uchiha le pudiera replicar nada, el locuelo de los huesos apagó el aparato sin pararse a pensar en que era su único medio de comunicación.
Joder, Yota, joder.
Su cabeza analizaba las posibles soluciones a aquella situación demasiado deprisa, habia multitud de opciones pero ninguna de ellas parecia lo suficiente buena, así que apagó el cerebro y dejo actuar al instinto. Al menos, haria algo en vez de dejarles tomar la iniciativa. Sus ojos carmesies dejaron claro que se habian acabado los preambulos, sacó su kunai oculto y rapidamente concentró chakra en este para mandar un destello cegador al montón de musculos que tenia en frente y al que llevaba aquel especie de bastón que tenia toda la pinta de poder abrirle la cabeza sin tener siquiera que proponerselo. Esos dos eran los que más le preocupaban.
Cogedle, joder. Maldito criajo.
Acto seguido, lanzó el kunai al enano con los kunais oxidados, directo a la cabeza. Reaccionó rapido y lo paró con sus kunais, pero para entonces el Uchiha ya habia cumplido su objetivo, salir de aquella encerrona. Corrió entre el fortachon cegado y el enano distraido por el kunai, escapando de allí. Rapidamente hizo sellos y se volteó para volver a encarar el cuarteto de matones que habian mandado tras él. Un chorro de llamas saldria de su boca directo a ellos, sin embargo, para cuando el rubio se diera cuenta, no eran cuatro, sino tres los que estaban ante él. Faltaba el maloliente.
Un par de shurikens se dirigian hacia él desde su espalda, y para cuando se volteó ya era tarde. Uno impactó en su hombro izquierdo y otro en su muslo derecho, y no solo eso, sino que dichas armas estaban cubiertas de una sustancia extraña y maloliente como el mismo lanzador. Si no era veneno, desde luego, bueno no iba a ser.
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Mientras tanto, a unos cuantos metros de allí, en el mismo jardín, Yota se encontraba más que rodeado, sobrerodeado. Tenia que andarse con mil ojos, pues habia hombres extraños por cada uno de sus flancos y todos armados. De repente, uno de delante suyo lanzó un shuriken. Parecia bastante sencillo, alguna trampa tendria, mas notoria seria su sorpresa, cuando de la dirección contraria, aparecerian una docena más de shurikens, la mitad no iban hacia él, sino que simplemente, habian sido lanzados, unos pasarian por su izquierda, otros por su derecha, si no se movia, claro.
La cuestión es que antes de que esas armas arrojadizas impactaran, los cientos de ninjas desaparecerian, pero el crudo metal en forma de estrella seguiria, pues era real como la vida misma.
¿¡ES QUE ERES IMBECIL!? ¡¿PARA QUE COJONES LOS LANZAS TODOS DE GOLPE?! ¡Habia que sincronizar la ilusión con los shurikens joder!
Pero... tú me has dicho que los lanzara, y los he lanzado.
Un chico escualido y palido se encontraba medio oculto en unos arbustos con un mastodonte, que parecia tener menos luces que Ame cuando se va la luz, pero cuya complexión no tenia nada que envidiarle a los rinocerontes. El chico se quedaria a cuadros cuando se diera cuenta de que Yota les podia ver.
Encima me has jodido el Genjutsu, ¡con lo que me cuesta ejecutarlos! A tomar por culo todo el plan.
Pues vuelvelo a usar.
No tengo tanto chakra...
¿Entonces?
¡¿ A ti que te parece ?! Ves a por él, aplastalo.
Y sin cruzar otra palabra, aquel ogro con menos seso que una hormiga avanzó a pasos torpes y que parecia que se iba a caer en cualquier momento hasta donde se encontraba el Kaguya y lanzó un manotazo hacia el cuerpo del muchacho, sin buscar ningún punto en concreto. Simplemente, balanceó la mano con fuerza hacia él.
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En una calle poco transitada de Uzu, nuestro trio EriJurUma se enfrentan a Pervertido-chan, que al parecer, nadie se acuerda de como se llama, o no se quieren acordar. Estos habian lanzado acusaciones graves hacia el pobrecillo que solo se habia pasado a saludar.
Hey, hey, parad el carro. ¿Qué niño? Yo solo estoy aqui porque Kazuma-kun me ha mandado una nota citandome para pelear.
Dicho eso, el chico sacaria una hoja de papel identica a la que habian recibido ellos, sin embargo, esta sí estaba firmada, por ni más ni menos que Kazuma, el espadachin sospechoso. Obviamente, no era su firma, pero era más que suficiente para pensar que a lo mejor el peliblanco solo estaba jugando con ellos y que él era el misterioso mandador de notas.
Así que venga, saca las pocas agallas que tengas, Ishimaru.
Parecia que tantos años compartiendo aula e intercambiando hostias no eran suficiente para él, estaba dispuesto a pelearse con el peliblanco así de buenas, a pesar de que este llevaba su espada consigo y el pervertido iba a pelo. A pelo, Kenjutsualmente hablando, por no tener, no tenia ni kunais. Pero eso, el trio magnifico no lo sabia.
—Nabi—