1/04/2020, 17:00
En su rápida exploración reconoció a Reiji, el chico herrero, y un desconocido moreno, de piel y de pelo, y gafas. Igual de rápidamente se volvió a ocultar, intentando procesar lo que había visto. Lo cual se convirtió en algo más complicado de lo que ella pensaba, ¡si es que solo había atisbado a grandes rasgos a los dos interlocutores.
—Creo que tomaré un té verde, si tienes de sobra claro, tampoco quiero dejarte sin existencias.
—Pues marchando té verde para todo el mundo. No te preocupes por las existencias, he traído por lo menos un té distinto para cada día y la cantidad suficiente para hacer té para todos.
— ¡Yo también quiero uno! — le salió impulsivo, a un tono más alto del que esperaba.
Después solo le quedó dar la cara, se volvió a asomar, ahora manteniéndose, arrodillada sobre el sillón y apoyando los codos sobre este.
— Bu-buenos días, chicos.
—Creo que tomaré un té verde, si tienes de sobra claro, tampoco quiero dejarte sin existencias.
—Pues marchando té verde para todo el mundo. No te preocupes por las existencias, he traído por lo menos un té distinto para cada día y la cantidad suficiente para hacer té para todos.
— ¡Yo también quiero uno! — le salió impulsivo, a un tono más alto del que esperaba.
Después solo le quedó dar la cara, se volvió a asomar, ahora manteniéndose, arrodillada sobre el sillón y apoyando los codos sobre este.
— Bu-buenos días, chicos.