5/04/2020, 21:22
—Buenos días Hana-chan, no te preocupes, hay té de sobra para todo el mundo.
— ¡Buenos días, Reiji-san! Gracias, si quieres otro día lo hago yo. No tengo ni idea de hacer té, pero puedo intentarlo. — se ofreció alegremente la rubia.
—Parece que vosotros tampoco os conocéis, ¿Por que nos os sentais y os presentais adecuadamente mientras termino de preparar el té?
— Vale, yo soy Himura Hana, encantada. — saludó al de gafas con un ligero asentimiento de cabeza para después volver a girarse a Reiji. — Reiji, ¿te acuerdas aquello que encargue a la herrería? Pues necesito otro, pero en rojo, a poder ser.
Después se desvanecería tras el sillón, sentándose normalmente y esperando que el desconocido hiciese lo propio en otro de los sillones.
— ¡Buenos días, Reiji-san! Gracias, si quieres otro día lo hago yo. No tengo ni idea de hacer té, pero puedo intentarlo. — se ofreció alegremente la rubia.
—Parece que vosotros tampoco os conocéis, ¿Por que nos os sentais y os presentais adecuadamente mientras termino de preparar el té?
— Vale, yo soy Himura Hana, encantada. — saludó al de gafas con un ligero asentimiento de cabeza para después volver a girarse a Reiji. — Reiji, ¿te acuerdas aquello que encargue a la herrería? Pues necesito otro, pero en rojo, a poder ser.
Después se desvanecería tras el sillón, sentándose normalmente y esperando que el desconocido hiciese lo propio en otro de los sillones.