13/04/2020, 18:52
—Todas las fiestas que hemos hecho han salido mal, por excrementos voladores o comida en mal estado, haciendo que esas fiestas fuesen un desastre . Aunque nos lo pasábamos bien, a nuestra manera.
La confusión de Hana hubiera tocado techo si se hubiese cuantificado en techos a tocar. ¿Cómo tenía que interpretar la confesión de su sensei? En todas sus fiestas había excrementos volado y comida en mal estado pero se lo pasaban bien. Es que no podía pensar en nada que no fuese "¿Qué?". Dos de los jounin más respetados de la villa haciendo peleas de heces y de comida cuando se juntan a celebrar algo era sencillamente increíble, y no en el buen sentido de la palabra.
La rubia hizo una mueca de asco para pasar después a intentar olvidar todo lo escuchado e imaginado en los últimos minutos.
—Bueno, sí, me conoce todo el mundo. Pero conocen más mi nombre que mi rostro. Si me presento como Rōn Conkola, por ejemplo, la mayoría de ciudadanos de por ahí se lo tragará.
— No me preocupan los ciudadanos, sino otros ninjas. ¿Hay algún ninja o señor feudal que no te haya visto?
Además de que ahora hasta el tato sabía que era el jinchuriki de Uzushiogakure, nunca había visto un secreto peor guardado que el de los bijuus.
—En fin, ¡basta de cháchara! ¡A seguir entrenando, leñe! Por cierto, Eri, ¿tienes pensado sellarte alguna técnica para el torneo? Yo creo que voy a llevarme algún jutsu bien potente sellado en un pergamino, ¿eh? Y quizá un segundo en la palma de la mano o algo así, por si las moscas. ¡Hay que aprovechar tantas horas de estudio en fūinjutsu!
— ¿¡Cómo que os vais a sellar técnicas!? — "Eso no puede ser legal" — ¡Eso no puede ser legal! ¿Cómo lo hacéis? ¿Qué os vais a sellar? — Datsue era un demonio con piel de humano, le dice que entrene y le suelta esa bomba.
La confusión de Hana hubiera tocado techo si se hubiese cuantificado en techos a tocar. ¿Cómo tenía que interpretar la confesión de su sensei? En todas sus fiestas había excrementos volado y comida en mal estado pero se lo pasaban bien. Es que no podía pensar en nada que no fuese "¿Qué?". Dos de los jounin más respetados de la villa haciendo peleas de heces y de comida cuando se juntan a celebrar algo era sencillamente increíble, y no en el buen sentido de la palabra.
La rubia hizo una mueca de asco para pasar después a intentar olvidar todo lo escuchado e imaginado en los últimos minutos.
—Bueno, sí, me conoce todo el mundo. Pero conocen más mi nombre que mi rostro. Si me presento como Rōn Conkola, por ejemplo, la mayoría de ciudadanos de por ahí se lo tragará.
— No me preocupan los ciudadanos, sino otros ninjas. ¿Hay algún ninja o señor feudal que no te haya visto?
Además de que ahora hasta el tato sabía que era el jinchuriki de Uzushiogakure, nunca había visto un secreto peor guardado que el de los bijuus.
—En fin, ¡basta de cháchara! ¡A seguir entrenando, leñe! Por cierto, Eri, ¿tienes pensado sellarte alguna técnica para el torneo? Yo creo que voy a llevarme algún jutsu bien potente sellado en un pergamino, ¿eh? Y quizá un segundo en la palma de la mano o algo así, por si las moscas. ¡Hay que aprovechar tantas horas de estudio en fūinjutsu!
— ¿¡Cómo que os vais a sellar técnicas!? — "Eso no puede ser legal" — ¡Eso no puede ser legal! ¿Cómo lo hacéis? ¿Qué os vais a sellar? — Datsue era un demonio con piel de humano, le dice que entrene y le suelta esa bomba.