7/07/2020, 23:04
Lo sentía. Sentía sus chakras al otro del muro. Su presencia. Mosquitos arremolinados que pasaban de derecha a izquierda. Tenía que esperar a que pasasen todos y…
Modo Sabio: Por cada 10 de Percepción, el usuario puede sentir el chakra y el estado de otras personas en un radio de 4 metros, la dirección y la proximidad.
Percepción 50: 20 metros
… y completar el plan. Estrelló la Dai Tsuchi contra la pared, que se vino abajo como un castillo de arena. Quedó un boquete enorme abierto que conectaba con un pasillo paralelo. Un túnel especial, para personas especiales. Dejó que lo primero que viesen fuese una bomba de luz. Cerró los ojos, se encaramó y lanzó una segunda bomba, al techo, lo suficientemente lejana como para que no le afectase.
¡¡¡BAAAAMMM!!!
Para cuando la bomba sonora estalló, él ya se encontraba en medio del pasillo, acabando la secuencia de sellos. Se oían gritos. Gente con los ojos cegados y las manos en los oídos. Distinguió sombreros con símbolos en las cabezas de algunos pobres diablos.
Fuego.
Viento.
Rayo.
Tierra.
Ellos habían depositado su confianza en la gente equivocada. Oh, si tan solo aquellos ninjas del cruce le hubiesen hecho frente, aunque fuese por un instante para retrasar su avance. Si tan solo alguien le hubiese hecho algo más allá de gritarle un simple: ¡alto! Quizá hubiesen tenido una oportunidad. Quizá hubiesen escapado a tiempo.
En su lugar, descubrieron por qué a Ryūnosuke se le conocía como el Heraldo del Dragón.
¡¡¡BAAAAAAAAAAAMMMMMM!!!
Fue un tornado de viento gigantesco. Cuarenta metros de ancho, que destrozó pasillo, camerinos, pilares, muros y techos como si no fuesen más que paja. No quedaron ni escombros. Menos cuerpos reconocibles. Caos, destrucción, muerte. Eso era lo que traía el Heraldo del Dragón.
Eso era él. El último hombre en pie.
Hacer historia y matarlos a todos.