18/07/2020, 21:12
Ya lo habían visto al salir del pasillo, el caos. Conforme se alejaban del estadio, el caos ni crecía ni disminuía, solo se transformaba. Diferentes personas, diferentes dolores, pero la misma cantidad de gritos y desesperación. Padres sin sus hijos, niños sin sus padres y todo tipo de perdidas. Los médicos y enfermeros iban con todavía más desesperación por llegar a todos los heridos, que se contaban por decenas solo en lo que alcanzaba la vista de Hana.
Por suerte o por desgracia, el cerebro de Hana había desconectado. Las lágrimas ahora fluían como un rio en plena montaña, sin pausa y con prisa, pero su cuerpo únicamente andaba hacia delante, tras Ranko, ayudando a Ren a hacer lo mismo. Cualquier cosa que fuese ajena a salvar a su hermana se había desconectado. La arrastraría tan lejos como fuese posible y después seguiría alejandola hasta que estuviese segura que estaba a salvo.
Entonces Ranko sembró la duda.
—¿E-está Hana-san herida? ¿Y ella?
Abrió los ojos como platos. Era cierto. Ren estaba herida. ¿Qué estaba haciendo? ¡Tenía que curarla! ¡Ella no sabía de medicina! ¡Tenía que encontrar un médico para ella! Pero solo con un breve vistazo encontró a un par de personas más graves que Ren. No, no podía parar a ningún profesional. Bueno, la amejin parecía estar bastante bien así que no era urgente, solo tendría que esperar y no forzarla a hacer demasiados esfuerzos.
— Ren-neechan está herida. — informó a Ranko para después girarse a su hermana. — ¿Cómo estás? ¿Te duele? ¿Puedes seguir? ¿Paramos?
Seguir andando para alejarse del peligro o parar a que Ren descansase, era una decisión que se la hacia abismal ahora mismo. No podía decidir, no debía decidir, su última decisión había acabado con medio estadio muerto. ¡Tendría que haber parado a ese lunatico! Miró a Ren con autentica desesperación en su mirada.
Por suerte o por desgracia, el cerebro de Hana había desconectado. Las lágrimas ahora fluían como un rio en plena montaña, sin pausa y con prisa, pero su cuerpo únicamente andaba hacia delante, tras Ranko, ayudando a Ren a hacer lo mismo. Cualquier cosa que fuese ajena a salvar a su hermana se había desconectado. La arrastraría tan lejos como fuese posible y después seguiría alejandola hasta que estuviese segura que estaba a salvo.
Entonces Ranko sembró la duda.
—¿E-está Hana-san herida? ¿Y ella?
Abrió los ojos como platos. Era cierto. Ren estaba herida. ¿Qué estaba haciendo? ¡Tenía que curarla! ¡Ella no sabía de medicina! ¡Tenía que encontrar un médico para ella! Pero solo con un breve vistazo encontró a un par de personas más graves que Ren. No, no podía parar a ningún profesional. Bueno, la amejin parecía estar bastante bien así que no era urgente, solo tendría que esperar y no forzarla a hacer demasiados esfuerzos.
— Ren-neechan está herida. — informó a Ranko para después girarse a su hermana. — ¿Cómo estás? ¿Te duele? ¿Puedes seguir? ¿Paramos?
Seguir andando para alejarse del peligro o parar a que Ren descansase, era una decisión que se la hacia abismal ahora mismo. No podía decidir, no debía decidir, su última decisión había acabado con medio estadio muerto. ¡Tendría que haber parado a ese lunatico! Miró a Ren con autentica desesperación en su mirada.