19/07/2020, 09:59
(Última modificación: 19/07/2020, 09:59 por Himura Ren.)
Muerte; hacia la izquierda, hacia la derecha, al frente y atrás. Es lo único que había a sus alrededores. Almas siendo sembradas en decenas, tal vez a centenares o incluso miles; solo los pocos arboles, la propia hierba y algunas otras plantas eran los únicos que transmitían algo de vida con sus colores a aquel sombrío paisaje, aunque fuera con unos tonos completamente apagados debido al oscuro cielo que se formó cuando aquel gigantesco trueno, la maleza parecía completamente ajena a lo que se acontecía.
Diversos cuerpos cubrían las calles, muchos de ellos agonizantes; la visión de la joven morena se nublaba en ocasiones ante aquel horrible escenario. Pero por algún motivo, se sentía incapaz de apartar la mirada. Ella siempre había tenido miedo a la Muerte, tal vez fuera uno de sus mayores miedos; que irónico pensaba continuamente, no solo en aquel momento, aquellos a los que admiraba no le tenían ningún pavor y un espadachín, que trae aparte de a aquella sombría presencia. Solo más muerte. Si tanto respeto le tenía, tal vez debería haberse especializado en medicina, además de esa forma, ahora sería realmente útil; y podría hacer algo más que quedarse impasible, viendo como cientos de vidas se escapaban ante sus ojos.
Por un instante se detuvieron, pero ella no lo notó, porque sus ojos se quedaron clavados sobre dos cuerpos; dos cuerpos que yacían sin vida bajo varios escombros. Cogidos de las manos. Y su respiración, comenzó a agitarse; una fuerte sacudida, la sacó de sus pensamientos.
— ¿Cómo estás? ¿Te duele? ¿Puedes seguir? ¿Paramos?
— E-Estoy bien, p-puedo caminar — se deshizo con delicadeza de su apoyo, la rubia para dar un par de pasos y dibujar una sonrisa quebradiza que le dirigió tanto a Hana como a Ranko. — ¿V-Ves? P-Puedo c-caminar
Sus piernas tal vez no se hubieran recuperado del todo y salvo algo de dolor, podría caminar sin retrasarlos más.
Diversos cuerpos cubrían las calles, muchos de ellos agonizantes; la visión de la joven morena se nublaba en ocasiones ante aquel horrible escenario. Pero por algún motivo, se sentía incapaz de apartar la mirada. Ella siempre había tenido miedo a la Muerte, tal vez fuera uno de sus mayores miedos; que irónico pensaba continuamente, no solo en aquel momento, aquellos a los que admiraba no le tenían ningún pavor y un espadachín, que trae aparte de a aquella sombría presencia. Solo más muerte. Si tanto respeto le tenía, tal vez debería haberse especializado en medicina, además de esa forma, ahora sería realmente útil; y podría hacer algo más que quedarse impasible, viendo como cientos de vidas se escapaban ante sus ojos.
Por un instante se detuvieron, pero ella no lo notó, porque sus ojos se quedaron clavados sobre dos cuerpos; dos cuerpos que yacían sin vida bajo varios escombros. Cogidos de las manos. Y su respiración, comenzó a agitarse; una fuerte sacudida, la sacó de sus pensamientos.
— ¿Cómo estás? ¿Te duele? ¿Puedes seguir? ¿Paramos?
— E-Estoy bien, p-puedo caminar — se deshizo con delicadeza de su apoyo, la rubia para dar un par de pasos y dibujar una sonrisa quebradiza que le dirigió tanto a Hana como a Ranko. — ¿V-Ves? P-Puedo c-caminar
Sus piernas tal vez no se hubieran recuperado del todo y salvo algo de dolor, podría caminar sin retrasarlos más.