1/08/2020, 20:56
Salvo el traqueteo de los pies, por parte de enfermeros y otro personal, la habitación gozaba de un ambiente relajad. Komachi, la madre de Ranko, seguramente no tardaría en dormirse por el cansancio; Etsu y Akane no respondían, pero parecían estar claramente fuera de peligro; Ranko seguía preocupada, pero a la mínima que hiciera alguna locura, Hana saldría tras ella para detenerla. Y Ren... Oh, Ren. No podía despegar los ojos de Hana, y movía con suavidad los dedos sobre la palma de Hana para apreciar y guardar el recuerdo de su tacto, de su suavidad, de su pulso.
Un pulso que la relajaba ¿O tal vez era el agradable calor que desprendía? No, debía de ser su dulce olor a melocotones... O sus ojos ámbares brillantes. Le daba igual; fuera una cosa, o el conjunto de todas eso no importaba, estaba junto a ella, y estaban vivas; que era lo que importaba. Poco después de tumbarse, el cansancio del combate junto a todo lo sucedido, la golpearon casi en el momento y cerró los ojos lentamente sin apartar la mirada de Hana. Necesitaba dormir.
Un pulso que la relajaba ¿O tal vez era el agradable calor que desprendía? No, debía de ser su dulce olor a melocotones... O sus ojos ámbares brillantes. Le daba igual; fuera una cosa, o el conjunto de todas eso no importaba, estaba junto a ella, y estaban vivas; que era lo que importaba. Poco después de tumbarse, el cansancio del combate junto a todo lo sucedido, la golpearon casi en el momento y cerró los ojos lentamente sin apartar la mirada de Hana. Necesitaba dormir.