8/01/2016, 20:41
La estrategia funciono perfectamente. Kazuma hizo exactamente lo que Juro pensó, en caso de estrategia numérica, se quedo quieto, para esperar a sus rivales, y estos cayeron frente a la combinación. No tuvo ni un solo remordimiento al ver sus cuerpos en el suelo, estaban vivos, no podían quejarse. Su compañero estaba peor.
Corrió rapidamente para ver como se encontraba Nabi, cruzándose con Kazuma, al que casi olvida por un momento.
- ¿Estas bien? - le preguntaría, rápidamente - Ayudame, tenemos que llevar a Nabi al hospital...
Ni si quiera tuvo tiempo de decirle que otro de sus compañeros estaba en la misma situación y de que Eri le había llevado al hospital. Dos hombres llegaron velozmente a la escena. Juro no se fijo mucho en su aspecto, pero estaba claro algo, eran superiores. Uno de ellos se acerco en un segundo a ambos, y empezó a gritarles.
¡VOSOTROS! Quiero vuestros nombres y los de vuestros amiguitos ahora mismo. ¿¡Quien demonios pensáis que sois para iros peleandoos entre vosotros por toda la villa sin ton ni son!?. Ya hay un gennin en el hospital y el que teneis detras no parece mucho mejor.
Otra vez, no tuvo tiempo ni de defenderse ante aquella grave acusación, cuando el otro - con más calma que el anterior - también dio su opinión del asunto.
Por las pintas parecen de la banda de Bātosuwāru, pero normalmente no salen de los barrios bajos y menos para ir a por shinobis. ¿Qué les habéis hecho chicos?
¿Una banda de bandidos sin dos dedos de frente han salido de sus cloacas para atacaros? La única vez que hicieron algo así fue para saldar una deuda de juego hace años, ¿que habeis estado haciendo?
Definitivamente, le caía mejor el segundo. Juro se fijo en los cuerpos, y vio el de su compañero. Pensó en todos los que habían perdido por el camino, y se armó de valor para hablar.
- Disculpenos, sentimos el desastre que ha ocurrido, pero ... Nosotros no les hemos hecho nada - Juro los trató con todo el respeto que pudo, después de todo eran superiores. Trató de hacer una pequeña reverencia, pero los nervios le jugaron una mala pasada, y no pudo moverse - Por favor, les ruego que nos dejéis contar nuestra historia, entonces lo entenderán...
Si no recibía queja alguna, se dispondría a contarla. Tenía que hacerlo rápido. No podía dejarse nada.
- Ayer, tanto yo como mis compañeros presentes, y algunos otros que no han podido llegar aquí, recibimos una nota, en la cual se nos citaba en el estadio de forma provocativa, individualmente - Juro sacó la nota del bolsillo, lentamente y teniendo cuidado de alejarla de su portaobjetos, para no provocar ningún movimiento sospechoso, y se la mostró - Allí nos reunimos todos, confusos. En ese momento, encontramos a un chico malherido, una nota humana. Después de llevarlo al hospital, esa nota nos condujo aquí. Al llegar, acabamos separándonos y nos cruzamos con estos tipos. Otro compañero nuestro fue herido en el camino, y llevado al hospital por otro.
» Lo que quiero decir es que ninguno hizo nada. Entramos buscando al culpable que hizo todo, y ellos nos atacaron. Tuvimos que acabar así para defendernos...
Juro tomó aire y se aclaró la garganta. No había titubeado, ni se había detenido. Su vida y la de sus compañeros podía estar en juego. Esperó no dejarse nada - y si lo hubiese hecho, que Kazuma lo completase - y que no se lo tomaran mal.
Corrió rapidamente para ver como se encontraba Nabi, cruzándose con Kazuma, al que casi olvida por un momento.
- ¿Estas bien? - le preguntaría, rápidamente - Ayudame, tenemos que llevar a Nabi al hospital...
Ni si quiera tuvo tiempo de decirle que otro de sus compañeros estaba en la misma situación y de que Eri le había llevado al hospital. Dos hombres llegaron velozmente a la escena. Juro no se fijo mucho en su aspecto, pero estaba claro algo, eran superiores. Uno de ellos se acerco en un segundo a ambos, y empezó a gritarles.
¡VOSOTROS! Quiero vuestros nombres y los de vuestros amiguitos ahora mismo. ¿¡Quien demonios pensáis que sois para iros peleandoos entre vosotros por toda la villa sin ton ni son!?. Ya hay un gennin en el hospital y el que teneis detras no parece mucho mejor.
Otra vez, no tuvo tiempo ni de defenderse ante aquella grave acusación, cuando el otro - con más calma que el anterior - también dio su opinión del asunto.
Por las pintas parecen de la banda de Bātosuwāru, pero normalmente no salen de los barrios bajos y menos para ir a por shinobis. ¿Qué les habéis hecho chicos?
¿Una banda de bandidos sin dos dedos de frente han salido de sus cloacas para atacaros? La única vez que hicieron algo así fue para saldar una deuda de juego hace años, ¿que habeis estado haciendo?
Definitivamente, le caía mejor el segundo. Juro se fijo en los cuerpos, y vio el de su compañero. Pensó en todos los que habían perdido por el camino, y se armó de valor para hablar.
- Disculpenos, sentimos el desastre que ha ocurrido, pero ... Nosotros no les hemos hecho nada - Juro los trató con todo el respeto que pudo, después de todo eran superiores. Trató de hacer una pequeña reverencia, pero los nervios le jugaron una mala pasada, y no pudo moverse - Por favor, les ruego que nos dejéis contar nuestra historia, entonces lo entenderán...
Si no recibía queja alguna, se dispondría a contarla. Tenía que hacerlo rápido. No podía dejarse nada.
- Ayer, tanto yo como mis compañeros presentes, y algunos otros que no han podido llegar aquí, recibimos una nota, en la cual se nos citaba en el estadio de forma provocativa, individualmente - Juro sacó la nota del bolsillo, lentamente y teniendo cuidado de alejarla de su portaobjetos, para no provocar ningún movimiento sospechoso, y se la mostró - Allí nos reunimos todos, confusos. En ese momento, encontramos a un chico malherido, una nota humana. Después de llevarlo al hospital, esa nota nos condujo aquí. Al llegar, acabamos separándonos y nos cruzamos con estos tipos. Otro compañero nuestro fue herido en el camino, y llevado al hospital por otro.
» Lo que quiero decir es que ninguno hizo nada. Entramos buscando al culpable que hizo todo, y ellos nos atacaron. Tuvimos que acabar así para defendernos...
Juro tomó aire y se aclaró la garganta. No había titubeado, ni se había detenido. Su vida y la de sus compañeros podía estar en juego. Esperó no dejarse nada - y si lo hubiese hecho, que Kazuma lo completase - y que no se lo tomaran mal.