2/11/2020, 19:19
—¿Alergias? ¡No, ninguna! Jo, ¡qué rico todo! Menuda comilona nos vamos a dar, chicos. —A medida que todos iban hablando el Uzuakage se animaba. Sus ojeras, pronunciadas, no pasaron desapercibidas a ninguno de los otros tres. Pero parecía feliz de estar, por una vez, en una reunión extra-oficial con tres buenos amigos. El comportamiento del líder no hacía evidente su rango: quizás lo que deseaba era eso. Distraerse un rato. Olvidarse de la responsabilidad que tenía que mantener. Cogió un takoyaki y se lo metió entero en la boca mientras veía cómo Datsue sacaba una de las pizzas.
De la calidad de los ingredientes no había duda. Que la masa estaba bien hecha tampoco. Pero el horneado... ahí quizás Datsue no escuchó del todo bien la conversación de su compinche. O quizás fuera su compinche el que no había escuchado que Datsue estaba horneándolas en un horno de leña. Los bordes estaban un poco tostados de más. Sea como fuere, la expresión de Hanabi parecía hambrienta. Y es que si uno no es un sibarita, es difícil que la pizza le sepa mal.
Incluso si tiene piña.
De la calidad de los ingredientes no había duda. Que la masa estaba bien hecha tampoco. Pero el horneado... ahí quizás Datsue no escuchó del todo bien la conversación de su compinche. O quizás fuera su compinche el que no había escuchado que Datsue estaba horneándolas en un horno de leña. Los bordes estaban un poco tostados de más. Sea como fuere, la expresión de Hanabi parecía hambrienta. Y es que si uno no es un sibarita, es difícil que la pizza le sepa mal.
Incluso si tiene piña.
