2/11/2020, 19:26
Kintsugi aguardó un tiempo prudente mientras los pensamientos se agolpaban en su cabeza. Trataba de encajarlos, para ver si encontraba una fisura, alguna posibilidad que se le hubiera pasado. Se agachó para abrir el cajón de su escritorio y entregó un papel a Ranko. Era una misión, de rango D. Se requería de dos ninjas con algo de experiencia para hacer una demostración práctica en la clase de Taijutsu para un grupo de alumnos asignados a diferentes Dojos de Instrucción. Debían de ir al dojo de la Tortuga Ciega, al norte de la villa, a las tres en punto del siguiente mizuyōbi.
—Una tapadera por haber venido a hablar conmigo. Cumpliréis esta misión. Es una misión real, así que tratadla como tal —explicó—. Tendréis que llamar la atención de la Guerrilla. No puedo daros más consejos. Estamos, simplemente, tratando de que crezca algo en suelo fértil. Sólo nos queda esperar.
»Partid. Quedáis libres hasta el siguiente mizuyōbi, así que preparáos bien para lo que pudiera pasar y discutid los detalles mientras tanto. Mucho cuidado y, por favor: que no os sorprendan hablando de esto. Cualquiera podría ser enemigo. Hacedlo solo cuando estéis realmente a solas.
—Una tapadera por haber venido a hablar conmigo. Cumpliréis esta misión. Es una misión real, así que tratadla como tal —explicó—. Tendréis que llamar la atención de la Guerrilla. No puedo daros más consejos. Estamos, simplemente, tratando de que crezca algo en suelo fértil. Sólo nos queda esperar.
»Partid. Quedáis libres hasta el siguiente mizuyōbi, así que preparáos bien para lo que pudiera pasar y discutid los detalles mientras tanto. Mucho cuidado y, por favor: que no os sorprendan hablando de esto. Cualquiera podría ser enemigo. Hacedlo solo cuando estéis realmente a solas.