17/11/2020, 22:30
Con sus más y sus menos, todos disfrutaron de la fiesta. Ya habría tiempo para desvelar misterios y para enfrentarse a peligros, para cambiar el curso de la historia, o para que la historia cambiase a todos sus cursos. Ya habría tiempo.
Pero antes de que se dieran cuenta, el día señalado llegó. Y no hubo marcha atrás.
Hanabi, intranquilo, se encontraba apoyado en una de las grandes puertas de la aldea, a la espera de que Reiji, Eri y Datsue hicieran acto de presencia. Charlaba sombríamente con un ANBU.
—Haz llegar esta orden a Katsudon en el plazo estipulado. No quiero que escatiméis en recursos para esto.
El ANBU tragó saliva y le dedicó a su kage una reverencia.
—Se hará.
Hanabi asintió, y el soldado desapareció dejando tras de sí unas cuantas flores de cerezo. El Sarutobi se sintió de pronto mucho más viejo. Se miró el dorso de la mano. ¿Esa arruga era nueva?
«Rasen, viejo amigo, has dejado una pesada carga sobre mis hombros...»
Pero antes de que se dieran cuenta, el día señalado llegó. Y no hubo marcha atrás.
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Hanabi, intranquilo, se encontraba apoyado en una de las grandes puertas de la aldea, a la espera de que Reiji, Eri y Datsue hicieran acto de presencia. Charlaba sombríamente con un ANBU.
—Haz llegar esta orden a Katsudon en el plazo estipulado. No quiero que escatiméis en recursos para esto.
El ANBU tragó saliva y le dedicó a su kage una reverencia.
—Se hará.
Hanabi asintió, y el soldado desapareció dejando tras de sí unas cuantas flores de cerezo. El Sarutobi se sintió de pronto mucho más viejo. Se miró el dorso de la mano. ¿Esa arruga era nueva?
«Rasen, viejo amigo, has dejado una pesada carga sobre mis hombros...»
