11/01/2021, 00:22
(Última modificación: 11/01/2021, 01:07 por Uzumaki Eri. Editado 1 vez en total.)
Eri no se encontraba cómoda allí, no eran bien recibidos y se notaba a leguas. ¡Y ya comenzaba a hablar con terminologías de barcos! El caso era que Gondu les guió a una sala que ni en sueños Eri se hubiera imaginado allí sentada mientras se discutía con el Uzukage. Se rascó el cuello y tomó asiento cuando Hanabi lo hizo, sin dejar de mirarle.
Gracias a aquello, pudo encontrar con su mirada las cámaras de seguridad que él mismo les había señalado con la suya. Apretó ligeramente los labios, ni cómoda ni feliz.
«Esperar y encima evitar que nos pillen hablando...» No podía evitar sentirse nerviosa ante tal situación.
—¿Con quién está reunido Shiden? ¿De qué hablan? Si hallamos una manera discreta de averiguarlo mientras esperamos, mucho mejor. —Hizo una pausa—. Lamentablemente no tengo recursos para esto, y hay mucha vigilancia. Tendría que ser en un momento...
«Escuchar conversaciones ajenas...»
—El sello espía.
Le dio un vuelco al corazón al escuchar como su compañero proponía una de sus técnicas. ¡Pues claro! Se removió en su asiento, intentando acomodarse lo máximo posible y se llevó una mano a la boca para carraspear, luego, dijo a través del sello:
—Haré lo que pueda.
Nada más entrar Gondu a la sala, Eri echó una ojeada rápida al shinobi. ¿En la ropa? No, demasiado vistoso seguramente... «¡Piensa, Eri, piensa!» Solo veía lo que había: un shinobi y una bandeja con té.
...
¡La bandeja!
Hablaba con Hanabi sobre el té cuando ella comenzaba a preparar la técnica, solo necesitaba la oportunidad perfecta. «Cuando me de el té podría ser una buena oportunidad...» Entonces, como si Datsue pudiera leerle el pensamiento, alargó su mano y, como si de un accidente se tratase, derramó el contenido de uno de los vasos encima del shinobi.
—¡Uy, qué torpe!
Eri se levantó como si tratara de socorrer al shinobi sujetándole, con el dedo índice y corazón, la bandeja por su parte baja mirando con el ceño fruncido a Datsue. Con su otra mano, sujetaba uno de los vasos que llevaba encima.
—Discúlpale, señor, es un poco torpe, madre mía, Datsue, nunca vas a aprender... —miró la bandeja—. No se preocupe, yo esperaré sin té, sé que mi compañero es bastante aficionado a él y no quiero que se quede sin probar un sorbo.
Tomó el vaso y se lo dio a Reiji, intentando disimular. Luego se sentó y se apoyó sobre su mano, reposándola detrás de su oreja, poniendo el sello para poder escuchar.
Gracias a aquello, pudo encontrar con su mirada las cámaras de seguridad que él mismo les había señalado con la suya. Apretó ligeramente los labios, ni cómoda ni feliz.
«Esperar y encima evitar que nos pillen hablando...» No podía evitar sentirse nerviosa ante tal situación.
—¿Con quién está reunido Shiden? ¿De qué hablan? Si hallamos una manera discreta de averiguarlo mientras esperamos, mucho mejor. —Hizo una pausa—. Lamentablemente no tengo recursos para esto, y hay mucha vigilancia. Tendría que ser en un momento...
«Escuchar conversaciones ajenas...»
—El sello espía.
Le dio un vuelco al corazón al escuchar como su compañero proponía una de sus técnicas. ¡Pues claro! Se removió en su asiento, intentando acomodarse lo máximo posible y se llevó una mano a la boca para carraspear, luego, dijo a través del sello:
—Haré lo que pueda.
Nada más entrar Gondu a la sala, Eri echó una ojeada rápida al shinobi. ¿En la ropa? No, demasiado vistoso seguramente... «¡Piensa, Eri, piensa!» Solo veía lo que había: un shinobi y una bandeja con té.
...
¡La bandeja!
Hablaba con Hanabi sobre el té cuando ella comenzaba a preparar la técnica, solo necesitaba la oportunidad perfecta. «Cuando me de el té podría ser una buena oportunidad...» Entonces, como si Datsue pudiera leerle el pensamiento, alargó su mano y, como si de un accidente se tratase, derramó el contenido de uno de los vasos encima del shinobi.
—¡Uy, qué torpe!
Eri se levantó como si tratara de socorrer al shinobi sujetándole, con el dedo índice y corazón, la bandeja por su parte baja mirando con el ceño fruncido a Datsue. Con su otra mano, sujetaba uno de los vasos que llevaba encima.
—Discúlpale, señor, es un poco torpe, madre mía, Datsue, nunca vas a aprender... —miró la bandeja—. No se preocupe, yo esperaré sin té, sé que mi compañero es bastante aficionado a él y no quiero que se quede sin probar un sorbo.
Tomó el vaso y se lo dio a Reiji, intentando disimular. Luego se sentó y se apoyó sobre su mano, reposándola detrás de su oreja, poniendo el sello para poder escuchar.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)