16/01/2021, 16:30
A Hanabi se le cayó el té sobre las piernas. Se había quedado blanco como la leche. Sus ojos, de pupilas dilatadas, miraban más allá de Gondu. Más allá de la puerta cerrada del fondo del pasillo.
—Gara... de... a... —balbuceó, temblando.
Y entonces, con un grito de guerra más parecido al chillido de un jabalí enfurecido, Gondu se abalanzó sobre el Uzukage, empuñando un kunai escondido en la manga de su muñeca derecha. Derrumbó a Hanabi sobre el sofá, que se volcó y cayó al suelo. Con firmeza, trató de hundir el cuchillo en la garganta del Sarutobi.
—Gara... de... a... —balbuceó, temblando.
Y entonces, con un grito de guerra más parecido al chillido de un jabalí enfurecido, Gondu se abalanzó sobre el Uzukage, empuñando un kunai escondido en la manga de su muñeca derecha. Derrumbó a Hanabi sobre el sofá, que se volcó y cayó al suelo. Con firmeza, trató de hundir el cuchillo en la garganta del Sarutobi.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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