27/01/2021, 13:38
Eri escuchó atentamente la explicación de Hanabi mientras volvía sobre sus dos piernas. ¿Garadea era una traidora que debería estar muerta? Alguna razón tendría pues para querer ser Uzukage pero... ¿Cuál? ¿Acaso se sentiría traicionada por algo? ¿Venganza? Demasiadas preguntas sin respuesta.
El Daimyō era otro cantar, claro, porque ella había escuchado directamente lo que había sucedido allí. Hanabi, Datsue y Reiji lo habían escuchado de sus labios y dos de los supuestamente presentes en esa reunión ahora estaban muertos. «Mal asunto, sí.» Por suerte, Katsudon estaba yendo hacia su posición con las pruebas esclarecedoras de la traición. «Por eso te juré ser fiel, Hanabi-sama.»
Eri asintió a sus pensamientos.
Aunque lo de pelear con excompañeros de villa no le hacía tanta gracia. Y menos el intento —en vano— del ataque a Reiji que terminó por ser uno a una silla. La Uzumaki se puso en guardia al escuchar como uno de los guardias que Hanabi había dejado fuera de combate ahora gimoteaba sobre la traición.
—¿Acaso nosotros no somos los traicionados? —preguntó Eri, envolviéndose en rayos mientras sacaba la Naginata que dormía en una de sus palmas. Reiji la podría reconocer rápidamente—. ¿Qué es lo que tenemos que hacer con ellos, Hanabi-sama? —preguntó mientras apuntaba con el filo al que se estaba levantando.
El Daimyō era otro cantar, claro, porque ella había escuchado directamente lo que había sucedido allí. Hanabi, Datsue y Reiji lo habían escuchado de sus labios y dos de los supuestamente presentes en esa reunión ahora estaban muertos. «Mal asunto, sí.» Por suerte, Katsudon estaba yendo hacia su posición con las pruebas esclarecedoras de la traición. «Por eso te juré ser fiel, Hanabi-sama.»
Eri asintió a sus pensamientos.
Aunque lo de pelear con excompañeros de villa no le hacía tanta gracia. Y menos el intento —en vano— del ataque a Reiji que terminó por ser uno a una silla. La Uzumaki se puso en guardia al escuchar como uno de los guardias que Hanabi había dejado fuera de combate ahora gimoteaba sobre la traición.
—¿Acaso nosotros no somos los traicionados? —preguntó Eri, envolviéndose en rayos mientras sacaba la Naginata que dormía en una de sus palmas. Reiji la podría reconocer rápidamente—. ¿Qué es lo que tenemos que hacer con ellos, Hanabi-sama? —preguntó mientras apuntaba con el filo al que se estaba levantando.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)