9/02/2021, 11:31
Su enfrentamiento a Hanabi; su combate contra un General; el torneo en el Valle de los Dojos. Victorias y derrotas. Aciertos y fallos. Toda aquella experiencia confluyó en él en aquel preciso momento, recordándole que tomar la mejor decisión era importante, pero que tomar una —la que fuese—, rápido y a tiempo, pesaba incluso más en la balanza de una contienda.
Por eso, cuando vio una corriente eléctrica capaz de tumbar a un elefante recorriendo la pared, no se lo pensó. Uchiha Datsue dio un rápido salto hacia atrás, alejándose de la ventana y resguardándose en el interior. Sus pies se deslizaron por el suelo, derrapando, y frenó justo a tiempo para ver al segundo ninja atravesando la ventana con la mano al frente.
Reconoció en seguida aquel brillo en los dedos, y sintió miedo. Un miedo que liberó adrenalina en su cuerpo y espoleó su corazón, que palpitó en el carmesí de sus ojos. No supo si fue dicha adrenalina o el propio Sharingan, pero Uchiha Datsue vio aquella mano a cámara lenta: los dedos estirándose; la palma elevándose; el brazo atravesando el aire como un cuchillo directo a su estómago.
Datsue agarró aquel antebrazo con sus propias manos en el último momento, deteniendo su avance a escasos centímetros de su estómago, que lo había hundido. Dicen que los músculos tienen memoria, y cuando los tendones de los antebrazos de Uchiha Datsue se tensaron, solo recordaron una cosa:
Los más de quinientos días que llevaban arrastrando troncos únicamente tirando de una cuerda con las manos desnudas.
¿Aquel jodido brazo quería pasar? Entonces que apretase, y que apretase fuerte. Porque Uchiha Datsue se había desollado las manos antes de dejar que aquella maldita cuerda le venciese.
—¡Raitonero en la ventana! ¡Cuidado! —avisó a sus compañeros.
Acto seguido, estiró una pierna hacia un lado y lanzó una patada baja, lateral, a la pantorrilla de aquel fūinjutsero.
—¡Konoha Reppū! —exclamó, girando sobre el talón de la otra pierna mientras completaba el movimiento y soltaba el brazo de su oponente.
Luego formó el sello del Carnero y activó el Sello de Maldición Propia que acababa de ponerle cuando le agarró del brazo.
Por eso, cuando vio una corriente eléctrica capaz de tumbar a un elefante recorriendo la pared, no se lo pensó. Uchiha Datsue dio un rápido salto hacia atrás, alejándose de la ventana y resguardándose en el interior. Sus pies se deslizaron por el suelo, derrapando, y frenó justo a tiempo para ver al segundo ninja atravesando la ventana con la mano al frente.
Reconoció en seguida aquel brillo en los dedos, y sintió miedo. Un miedo que liberó adrenalina en su cuerpo y espoleó su corazón, que palpitó en el carmesí de sus ojos. No supo si fue dicha adrenalina o el propio Sharingan, pero Uchiha Datsue vio aquella mano a cámara lenta: los dedos estirándose; la palma elevándose; el brazo atravesando el aire como un cuchillo directo a su estómago.
Datsue agarró aquel antebrazo con sus propias manos en el último momento, deteniendo su avance a escasos centímetros de su estómago, que lo había hundido. Dicen que los músculos tienen memoria, y cuando los tendones de los antebrazos de Uchiha Datsue se tensaron, solo recordaron una cosa:
Los más de quinientos días que llevaban arrastrando troncos únicamente tirando de una cuerda con las manos desnudas.
¿Aquel jodido brazo quería pasar? Entonces que apretase, y que apretase fuerte. Porque Uchiha Datsue se había desollado las manos antes de dejar que aquella maldita cuerda le venciese.
—¡Raitonero en la ventana! ¡Cuidado! —avisó a sus compañeros.
Acto seguido, estiró una pierna hacia un lado y lanzó una patada baja, lateral, a la pantorrilla de aquel fūinjutsero.
—¡Konoha Reppū! —exclamó, girando sobre el talón de la otra pierna mientras completaba el movimiento y soltaba el brazo de su oponente.
Luego formó el sello del Carnero y activó el Sello de Maldición Propia que acababa de ponerle cuando le agarró del brazo.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado