9/04/2022, 18:23
Hace menos de un año, el joven estaba pensando en lo aburrida que era pasarse haciendo misiones de rango D. Hoy estaba en pleno campo de batalla encargado de la logística de un escuadrón. «No me puedo quejar.» Sí, alguna vez se imaginaba que iba a atestiguar un conflicto de escala mundial, pero no esperaba que fuese TAN pronto. No lo podía negar, tenía una sensación extraña en el pecho que se asemejaba a la incertidumbre, pero su confianza era mucho mayor a eso. Debía reportar directamente a la general de división, por lo que le colocaron un muy práctico sello en la nuca, cerca de la oreja derecha. «Cielos, las técnicas de fūinjutsu de Uzushiogakure realmente demuestran lo versátiles que son.» Le gustaría aprender un truco o dos de ellos.
También cabía destacar que estaba con al menos un par de caras conocidas, aunque no por ello eso influía en su confianza. «Sagisō-san es la líder.» De lo que él recordaba, pensaba que a ella quizá le faltaba un poco de decisión. Pero esa impresión venía de una kunoichi que conoció hace muchísimos meses, no la persona con placa de chūnin que estaba ahí enfrente de él. Si cambió para bien, el aceptaría y obedecería sin chistar.
Por otro lado, estaba Lyndis. «No veo mejor escenario que este.» Sabía que ella era muy interesada en proteger a las personas débiles, incluso en cosas pequeñas. Quizá sus métodos fuesen agresivos, pero en plena guerra sería muy difícil decir que eso era una desventaja. Estaba tranquilo en ese sentido, aunque le preocupaban los otros dos desconocidos. No saber nada era preocupante; no tanto por sus habilidades, sino por su forma de actuar.
Pero el tiempo de las dudas de había acabado, así que sería el primero en romper silencio para presentar una propuesta antes de que la líder diera su discurso de combate, ignorando cualquier murmullo previo. Tomó su pergamino y su pincel mientras los demás hacían lo que tuvieran que hacer y dibujó un león que rápidamente cobró vida, montándose encima. Sabía de su propia lentitud, así que era la única manera en la que iba a poder mantener el ritmo. ¿Llamativo? No es como si no estuvieran ya todos dispuestos a cargar ahí mismo de frente al ritmo de los tambores.
—Sagisō-san — Se dirigió a la líder de escuadrón, pues en aquel punto la opinión del resto del grupo no sería importante a menos que ella misma lo considerase. Seré breve. Se me ordenó servirle para informar en cualquier caso que usted considere necesario. Además de la comunicación directa con la general Sarutobi, dispongo de herramientas para enviar mensajes a otros sin el uso del canal principal de comunicación del ejército — Su mirada se posó entonces sobre Sakumi. —También me ofrezco a permanecer cerca de Kobayashi-san. Sé que los médicos tienen órdenes de no combatir, así que si usted me lo autoriza yo me aseguraré de mantenerla a salvo — Dijo con tono de voz firme.
Realmente, por mucho que Nao quisiera hacer las cosas a su manera, las decisiones no las tomaba él. Esperaba respuesta de inmediato, pues según sus estimaciones, no tenían más de cinco minutos.
- PV:–
- CK:–
(regeneración dividida)
- Daños: -
- AO: -
También cabía destacar que estaba con al menos un par de caras conocidas, aunque no por ello eso influía en su confianza. «Sagisō-san es la líder.» De lo que él recordaba, pensaba que a ella quizá le faltaba un poco de decisión. Pero esa impresión venía de una kunoichi que conoció hace muchísimos meses, no la persona con placa de chūnin que estaba ahí enfrente de él. Si cambió para bien, el aceptaría y obedecería sin chistar.
Por otro lado, estaba Lyndis. «No veo mejor escenario que este.» Sabía que ella era muy interesada en proteger a las personas débiles, incluso en cosas pequeñas. Quizá sus métodos fuesen agresivos, pero en plena guerra sería muy difícil decir que eso era una desventaja. Estaba tranquilo en ese sentido, aunque le preocupaban los otros dos desconocidos. No saber nada era preocupante; no tanto por sus habilidades, sino por su forma de actuar.
Pero el tiempo de las dudas de había acabado, así que sería el primero en romper silencio para presentar una propuesta antes de que la líder diera su discurso de combate, ignorando cualquier murmullo previo. Tomó su pergamino y su pincel mientras los demás hacían lo que tuvieran que hacer y dibujó un león que rápidamente cobró vida, montándose encima. Sabía de su propia lentitud, así que era la única manera en la que iba a poder mantener el ritmo. ¿Llamativo? No es como si no estuvieran ya todos dispuestos a cargar ahí mismo de frente al ritmo de los tambores.
—Sagisō-san — Se dirigió a la líder de escuadrón, pues en aquel punto la opinión del resto del grupo no sería importante a menos que ella misma lo considerase. Seré breve. Se me ordenó servirle para informar en cualquier caso que usted considere necesario. Además de la comunicación directa con la general Sarutobi, dispongo de herramientas para enviar mensajes a otros sin el uso del canal principal de comunicación del ejército — Su mirada se posó entonces sobre Sakumi. —También me ofrezco a permanecer cerca de Kobayashi-san. Sé que los médicos tienen órdenes de no combatir, así que si usted me lo autoriza yo me aseguraré de mantenerla a salvo — Dijo con tono de voz firme.
Realmente, por mucho que Nao quisiera hacer las cosas a su manera, las decisiones no las tomaba él. Esperaba respuesta de inmediato, pues según sus estimaciones, no tenían más de cinco minutos.
Estado de Nao
- PV:
190/190
- CK:
164/200
-36
–(regeneración dividida)
- Daños: -
- AO: -