17/04/2022, 21:56
Ranko ordenó proteger sin pestañear a Lyndis cuando pudo ver algo entre su ciega furia de venganza. Giró la cabeza en su dirección, y antes de que pudiera acercarse, una nube de humo apareció de golpe, finalmente ver un ave con el joven encima de este salir volando de allí. El cielo pareció oscurecerse momentáneamente, y la voz del amejin redirigió otra vez su atención, para poder ver el por qué de ese momentáneo anochecer.
Una gigantesca piedra se dirigía hacia ellos, y apenas había margen de error. Visto que Nao parecía a salvo, Lyndis cogió carrerilla y comenzar a saltar sobre unas piedras que sobresalían intentando alcanzar la mayor altura posible. Con el último salto, flexionó por completo las rodillas, y ejerció toda la fuerza que podía en estas para saltar contra la roca.
— ¡Konoha Daisenpū! — Gritó
Golpeó varias veces la piedra con sus piernas, hasta el punto de buscar quebrarla por completo en los pedazos que hicieran falta. Aquello ralentizaría brevemente su caída, cosa que aprovecharía para golpear una última vez uno de los escombros en los que se partió, en dirección a la nube de humo que se había formado segundos antes. Lyndis caería finamente con todos los escombros, los más pesados y grandes tocarían el suelo antes que ella, y luego pequeñas piedras caerían sobre su cuerpo junto a una nube de arena y polvo que formaría todos los escombros, y de entre ellos, solo se pudo escuchar un fuerte grito que pedía un nuevo contrincante.
Una gigantesca piedra se dirigía hacia ellos, y apenas había margen de error. Visto que Nao parecía a salvo, Lyndis cogió carrerilla y comenzar a saltar sobre unas piedras que sobresalían intentando alcanzar la mayor altura posible. Con el último salto, flexionó por completo las rodillas, y ejerció toda la fuerza que podía en estas para saltar contra la roca.
— ¡Konoha Daisenpū! — Gritó
Golpeó varias veces la piedra con sus piernas, hasta el punto de buscar quebrarla por completo en los pedazos que hicieran falta. Aquello ralentizaría brevemente su caída, cosa que aprovecharía para golpear una última vez uno de los escombros en los que se partió, en dirección a la nube de humo que se había formado segundos antes. Lyndis caería finamente con todos los escombros, los más pesados y grandes tocarían el suelo antes que ella, y luego pequeñas piedras caerían sobre su cuerpo junto a una nube de arena y polvo que formaría todos los escombros, y de entre ellos, solo se pudo escuchar un fuerte grito que pedía un nuevo contrincante.
¡Gracias a Ranko por el avatar!