27/04/2022, 23:58
Nao sintió alivio al ver que logró destruir a la abominación de nieve y la granizada se detuvo, esperando que luego de eso la batalla pudiera reanudarse en favor de la Alianza. La médica entonces preguntó por el estado de sus compañeras, pero Nao entonces descendió rápidamente mientras hablaban.
—En lugar de preguntarnos por ello, ¡iremos a comprobarlo! — Diría dirigiéndose a la última posición donde vieron a Hakai. El genin ya estaba demasiado harto de todo. —Kobayashi-san, por favor, cuando vea oportuno, salte y únase a Sagisō-san y Zhaoren-san, pues puede que la necesiten mucho más que yo ahora mismo. Además, estoy por hacer una locura y usted correrá peligro si permanece a mi lado — En esos momentos, no había manera en que pudieran continuar protegiéndola a la vez que peleaba. —Sus manos no son para lastimar, ¡sino para cuidar de otros! Nosotros hemos de mancharnos de sangre para que usted no deba hacerlo, así que aún si siente que las cosas están fuera de control, confíe y permanezca firme en lo que usted cree. Debe ser doloroso observar como todos pelean mientras usted observa sus espaldas, ¡pero usted es fuerte por lo mismo! Por que nosotros podemos arriesgarnos de esta forma poniéndonos enfrente, porque sabemos que usted siempre estará ahí. Ahora, ¡por favor préstele su fuerza a ellas! — Bajaría, pero no tanto para llegar al suelo, sino que se mantendría volando a unos metros por encima de las cabezas de los demás.
Una vez que se acercase lo suficiente, tendría que dedicarle unas cuantas palabras a los ninjas de Kurama. Iban a escuchar un sermón, pero no sería de parte de Hakuto la líder del escuadrón ni de la kunoichi demoníaca con voz de oni.
—Un simple muñeco de nieve, ¿con esos juegos infantiles planeaban detener a la Alianza? En las cosas en la que me hacen desperdiciar chakra... — Su mirada no era la del joven pintor que le gustaba ver las hojas caer, sino la de un shinobi que tomó prestada la fama de la furiosa tormenta. —Ahora que los veo, no son más que hombres diminutos que sólo pueden dirigir a un ejército de ninjas aún más inútiles— Apretaría con fuerza el pincel en su boca. —¿El temido Hakai que huyó en cuanto tuvo un agujero dónde esconderse? DEBERÍAN CORRER AHORA DE NUEVO; ANTES DE QUE ME ABURRA DE USTEDES — Diría buscando amedrentar a los ahí presentes.
Sólo había una cosa que se le daba mejor que dibujar, y esa era presumir.
Dentro de su cabeza, sin embargo, la voz en su interior parecía casi la de otra persona completamente a la del shinobi que ahora mismo hablaba con poderío delante de todos. «AHHH, SI, QUÉ BUEN PLAN. Sí si, ser un bocón se te da demasiado bien, Akamatsu. ¡AHHHHH! Por favor, espero que ellas puedan pensar en algo.» Sólo necesitaba perder el tiempo lo suficiente para que pudieran reagruparse. Aunque fuesen solo unos segundos.
- PV:–
- CK:–
- Daños: -
- AO: -
—En lugar de preguntarnos por ello, ¡iremos a comprobarlo! — Diría dirigiéndose a la última posición donde vieron a Hakai. El genin ya estaba demasiado harto de todo. —Kobayashi-san, por favor, cuando vea oportuno, salte y únase a Sagisō-san y Zhaoren-san, pues puede que la necesiten mucho más que yo ahora mismo. Además, estoy por hacer una locura y usted correrá peligro si permanece a mi lado — En esos momentos, no había manera en que pudieran continuar protegiéndola a la vez que peleaba. —Sus manos no son para lastimar, ¡sino para cuidar de otros! Nosotros hemos de mancharnos de sangre para que usted no deba hacerlo, así que aún si siente que las cosas están fuera de control, confíe y permanezca firme en lo que usted cree. Debe ser doloroso observar como todos pelean mientras usted observa sus espaldas, ¡pero usted es fuerte por lo mismo! Por que nosotros podemos arriesgarnos de esta forma poniéndonos enfrente, porque sabemos que usted siempre estará ahí. Ahora, ¡por favor préstele su fuerza a ellas! — Bajaría, pero no tanto para llegar al suelo, sino que se mantendría volando a unos metros por encima de las cabezas de los demás.
Una vez que se acercase lo suficiente, tendría que dedicarle unas cuantas palabras a los ninjas de Kurama. Iban a escuchar un sermón, pero no sería de parte de Hakuto la líder del escuadrón ni de la kunoichi demoníaca con voz de oni.
—Un simple muñeco de nieve, ¿con esos juegos infantiles planeaban detener a la Alianza? En las cosas en la que me hacen desperdiciar chakra... — Su mirada no era la del joven pintor que le gustaba ver las hojas caer, sino la de un shinobi que tomó prestada la fama de la furiosa tormenta. —Ahora que los veo, no son más que hombres diminutos que sólo pueden dirigir a un ejército de ninjas aún más inútiles— Apretaría con fuerza el pincel en su boca. —¿El temido Hakai que huyó en cuanto tuvo un agujero dónde esconderse? DEBERÍAN CORRER AHORA DE NUEVO; ANTES DE QUE ME ABURRA DE USTEDES — Diría buscando amedrentar a los ahí presentes.
Sólo había una cosa que se le daba mejor que dibujar, y esa era presumir.
Dentro de su cabeza, sin embargo, la voz en su interior parecía casi la de otra persona completamente a la del shinobi que ahora mismo hablaba con poderío delante de todos. «AHHH, SI, QUÉ BUEN PLAN. Sí si, ser un bocón se te da demasiado bien, Akamatsu. ¡AHHHHH! Por favor, espero que ellas puedan pensar en algo.» Sólo necesitaba perder el tiempo lo suficiente para que pudieran reagruparse. Aunque fuesen solo unos segundos.
Estado de Nao
- PV:
190/190
- CK:
152/200
+20
–- Daños: -
- AO: -