1/05/2022, 10:31
Hana asintió a practicamente cada oración que acababa su capitana. Básicamente, iban a ir andando por encima del agua en un mar asalvajado y peligroso con olas más grandes que su edificio para no entrar con el barco y ser demasiado evidentes. Tenía una opinión al respecto, que se guardó en cuanto nació, nadie la conocería nunca.
Pero, ¡claro que no se lo esperaban! ¿Quien iba a jugarsela entrando de noche andando sobre un tsunami tras otro? ¡Pues ellos porque eran todo valentía! Solo que Hana se había puesto ligeramente palida. Sí, los uzujin eran expertos en ese caso especifico. Sin embargo, ningún cocinero profesional cocina con palos, ningún pintor profesional pinta con mierda, hay muros que la habilidad no puede saltar.
Así que cuando Tsuta Neiru preguntó si alguien tenía preguntas, Hana hizo lo que hace toda buena estudiante cuando un profesor pregunta eso, mirar alrededor y hacerse la loca. Miró a cada uno de sus compañeros, a ver quien era el valiente que preguntaba algo.
Su mirada quedó clavada en Umi con la más pura fascinación. Su collar era justo lo que necesitaba. Llevaba tiempo pensando en algún tipo de cambio para resultar más amenazadora, porque por algún motivo, la intimidación no le salía tan natural como el resto de interacciones sociales. ¿Y qué hay mejor que un collar de pinchos? ¡Un hacha gigante! Pero como no podía ni mirar un hacha sin cansarse, tendría que conformarse.
—Ninguna duda.
Oh, sí, la guerra y todo eso. Se giró, apartando la mirada un segundo de Umi.
— Todo claro, sí.
Su mirada iba entre la capitana y su nuevo collar. Necesitaba un plan, una estrategia, rápido y eficaz. De momento, esperaría a que su jefa les dejase descansar y entonces ya se acercaría a Umi. Son compañeras ¿no? Seguro que no le importaba dejarle su collar.
Pero, ¡claro que no se lo esperaban! ¿Quien iba a jugarsela entrando de noche andando sobre un tsunami tras otro? ¡Pues ellos porque eran todo valentía! Solo que Hana se había puesto ligeramente palida. Sí, los uzujin eran expertos en ese caso especifico. Sin embargo, ningún cocinero profesional cocina con palos, ningún pintor profesional pinta con mierda, hay muros que la habilidad no puede saltar.
Así que cuando Tsuta Neiru preguntó si alguien tenía preguntas, Hana hizo lo que hace toda buena estudiante cuando un profesor pregunta eso, mirar alrededor y hacerse la loca. Miró a cada uno de sus compañeros, a ver quien era el valiente que preguntaba algo.
Su mirada quedó clavada en Umi con la más pura fascinación. Su collar era justo lo que necesitaba. Llevaba tiempo pensando en algún tipo de cambio para resultar más amenazadora, porque por algún motivo, la intimidación no le salía tan natural como el resto de interacciones sociales. ¿Y qué hay mejor que un collar de pinchos? ¡Un hacha gigante! Pero como no podía ni mirar un hacha sin cansarse, tendría que conformarse.
—Ninguna duda.
Oh, sí, la guerra y todo eso. Se giró, apartando la mirada un segundo de Umi.
— Todo claro, sí.
Su mirada iba entre la capitana y su nuevo collar. Necesitaba un plan, una estrategia, rápido y eficaz. De momento, esperaría a que su jefa les dejase descansar y entonces ya se acercaría a Umi. Son compañeras ¿no? Seguro que no le importaba dejarle su collar.