20/05/2022, 20:05
La respuesta se le hizo amarga, muy amarga. De alguna manera, le reconoció y lo despreció al mismo tiempo, y se le hizo extremadamente amargo. «Nunca quise estar en esta posición.» Nunca quiso estar al frente de todos, porque ser un líder implicaba tomar decisiones dolorosas, decisiones que quizá él no podía tomar. «Pero no hay nadie más que pueda hacerlo.» Tomó su paraguas y lo usó como bastón para levantarse.
Se giró se inmediato al escuchar una explosión, sabiendo que tanto Lyndis como Ranko estaban mil veces mucho más malheridas que él, y ahí se nuevo, se maldijo por tener las ropas tan limpias. «...» Se giró de nuevo a ver a Marrow que estaba parado de brazos cruzados, cuando algo de información de su clon llegó a él, mostrando que la retaguardia probablemente también estaba comprometida. Suspiró, y soltó una lágrima, pero tratando de mantener su rostro en seriedad. Con chakra, quizá hubiera intentado algo, pero ahora mismo estaba tan indefenso como un chico común y corriente.
—So, ¿sólo les queda acabar con nuestros rezagados, eh? — En aquel punto, Nao simplemente trataba de razonar todo, quizá para intentar buscar una salida, o quizá, como un mecanismo de defensa para asimilar que estaban condenados. —Marrow-dono, ¿verdad? — Se dirigiría a él. —¿Existe algo, con lo que pueda negociar...?
En ese punto, ya no quería más dolor. No quería perder a Lyndis ni a Ranko. Joder, nunca tuvo amigos, pero de pronto las kunoichis de ese equipo eran lo más cercano a una persona apreciada que tenía. Pero se sabía débil, se sabía que llevaban las de perder.
—Yo no tengo autoridad para hablar en nombre de la Alianza así que no ofrezco ninguna concesión, pero, al menos por todas las personas aquí. ¿Existe algo que pueda haber a cambio de cesar la batalla? — Junto ambas manos y las colocó en el mango del paraguas que estaba apoyado en el piso. No estaba rogando, estaba erguido de frente mirando al general de Kurama. Quizá con el corazón hecho pedazos, pero de pie. —Ciertamente no sería lógico, siendo a nosotros se nos había ordenado perseguirlos a ustedes sin descanso y no hubiéramos tenido clemencia. Esperaría lo mismo de ustedes, realmente, más sabiendo que eliminar a todos aquí sería una gran ventaja táctica— Respiró hondo. —Pero, ya que al menos soy el que se quedó a cargo aquí por descarte, es por ello que me dirijo a usted —. Le miró directamente a los ojos. —¿Existe algo que yo pueda hacer?
No esperaba una respuesta favorable, pero al menos, al menos quería intentarlo. Quizá era demasiado optimista el siquiera pensar que les darían una oportunidad. No podía apelar a la bondad u honor de alguien en medio de una guerra. Pero era eso, antes que dejar atrás a sus compañeras. Por que podría hacerlo; podría tirar un shunshin y huir lejos mientras coordinaba al resto de las tropas, siendo que Lyndis y Ranko ya no daban más de sí. Pero ese no era él. Ese joven que quizá había sido pragmático e insensible hasta que se vio acorralado, al final no podía simplemente darse la vuelta.
Si iban a salvarse, si iban a morir, sería juntos.
- PV:–
- CK:–
- Nao Clon:–
- Daños: -
- AO: -
Se giró se inmediato al escuchar una explosión, sabiendo que tanto Lyndis como Ranko estaban mil veces mucho más malheridas que él, y ahí se nuevo, se maldijo por tener las ropas tan limpias. «...» Se giró de nuevo a ver a Marrow que estaba parado de brazos cruzados, cuando algo de información de su clon llegó a él, mostrando que la retaguardia probablemente también estaba comprometida. Suspiró, y soltó una lágrima, pero tratando de mantener su rostro en seriedad. Con chakra, quizá hubiera intentado algo, pero ahora mismo estaba tan indefenso como un chico común y corriente.
—So, ¿sólo les queda acabar con nuestros rezagados, eh? — En aquel punto, Nao simplemente trataba de razonar todo, quizá para intentar buscar una salida, o quizá, como un mecanismo de defensa para asimilar que estaban condenados. —Marrow-dono, ¿verdad? — Se dirigiría a él. —¿Existe algo, con lo que pueda negociar...?
En ese punto, ya no quería más dolor. No quería perder a Lyndis ni a Ranko. Joder, nunca tuvo amigos, pero de pronto las kunoichis de ese equipo eran lo más cercano a una persona apreciada que tenía. Pero se sabía débil, se sabía que llevaban las de perder.
—Yo no tengo autoridad para hablar en nombre de la Alianza así que no ofrezco ninguna concesión, pero, al menos por todas las personas aquí. ¿Existe algo que pueda haber a cambio de cesar la batalla? — Junto ambas manos y las colocó en el mango del paraguas que estaba apoyado en el piso. No estaba rogando, estaba erguido de frente mirando al general de Kurama. Quizá con el corazón hecho pedazos, pero de pie. —Ciertamente no sería lógico, siendo a nosotros se nos había ordenado perseguirlos a ustedes sin descanso y no hubiéramos tenido clemencia. Esperaría lo mismo de ustedes, realmente, más sabiendo que eliminar a todos aquí sería una gran ventaja táctica— Respiró hondo. —Pero, ya que al menos soy el que se quedó a cargo aquí por descarte, es por ello que me dirijo a usted —. Le miró directamente a los ojos. —¿Existe algo que yo pueda hacer?
No esperaba una respuesta favorable, pero al menos, al menos quería intentarlo. Quizá era demasiado optimista el siquiera pensar que les darían una oportunidad. No podía apelar a la bondad u honor de alguien en medio de una guerra. Pero era eso, antes que dejar atrás a sus compañeras. Por que podría hacerlo; podría tirar un shunshin y huir lejos mientras coordinaba al resto de las tropas, siendo que Lyndis y Ranko ya no daban más de sí. Pero ese no era él. Ese joven que quizá había sido pragmático e insensible hasta que se vio acorralado, al final no podía simplemente darse la vuelta.
Si iban a salvarse, si iban a morir, sería juntos.
Estado de Nao
- PV:
190/190
- CK:
41/200
+20
–- Nao Clon:
9/9
- Daños: -
- AO: -