31/05/2022, 21:23
La voz de Nao retumbó en Ranko como si ella estuviera en un tonel gigantesco y él estuviese fuera, golpeando con insistencia. El tiempo volvía lentamente, y la realidad se asentó milímetro a milímetro.
”Wai… chan…”
¿Y si…? ¿Y si podía salvarla?
Ruhara… Ruhara… Ruhara…
Sintiendo sus energías dando un último aliento, y habiéndose recuperado del desajuste de chakra que el Shunjukkyaku le había dejado, Ranko sacó velozmente su sai y bloqueó ambos proyectiles con dos veloces movimientos mientras tanteaba el cuerpo de Lyndis rápidamente en busca de algo que ya sabía que estaba allí. Miró a Ruhara con una furia con la que no había mirado a nadie.
Empapada, manchada de lodo y sangre, Ranko avanzó. Queriendo aplastar a su enemiga a como nunca había deseado antes, ni siquiera a Dragón Rojo aquél fatídico día, Ranko avanzó. Con la trenza, previamente chamuscada por la explosión, ahora quebrándose y deshaciéndose como un aura de cenizas y humo, Ranko avanzó. No diría palabra alguna, ni gritaría, ni insultaría, ni juraría venganza. Todo eso se vería en los ardientes ojos color miel de la Kusajin.
Ranko se acercaría tan velozmente como fuese posible a su enemiga. Si ésta intentaba hacer sellos, Ranko intentaría detener su mano usando las curvas de la sai, que eran precisamente para detener armas. Buscaría estar cerca de ella y darle una potente patada en la rodilla, justo en la rótula [-35PV+ posible rotura], para luego darle un rodillazo en la cara [-21PV].
No usaría su arma de manera ofensiva, y la reservaría para bloquear o desviar. Su otra mano, por mientras, mantenía sujeto el sello explosivo que había quedado en Lyndis al desaparecer su clon hacía ya varios minutos. Lo usaría, muy pronto, en el momento justo. Por mientras, no se separaría de Ruhara.
”Wai… chan…”
¿Y si…? ¿Y si podía salvarla?
Ruhara… Ruhara… Ruhara…
CALMA
Sintiendo sus energías dando un último aliento, y habiéndose recuperado del desajuste de chakra que el Shunjukkyaku le había dejado, Ranko sacó velozmente su sai y bloqueó ambos proyectiles con dos veloces movimientos mientras tanteaba el cuerpo de Lyndis rápidamente en busca de algo que ya sabía que estaba allí. Miró a Ruhara con una furia con la que no había mirado a nadie.
Empapada, manchada de lodo y sangre, Ranko avanzó. Queriendo aplastar a su enemiga a como nunca había deseado antes, ni siquiera a Dragón Rojo aquél fatídico día, Ranko avanzó. Con la trenza, previamente chamuscada por la explosión, ahora quebrándose y deshaciéndose como un aura de cenizas y humo, Ranko avanzó. No diría palabra alguna, ni gritaría, ni insultaría, ni juraría venganza. Todo eso se vería en los ardientes ojos color miel de la Kusajin.
Ranko se acercaría tan velozmente como fuese posible a su enemiga. Si ésta intentaba hacer sellos, Ranko intentaría detener su mano usando las curvas de la sai, que eran precisamente para detener armas. Buscaría estar cerca de ella y darle una potente patada en la rodilla, justo en la rótula [-35PV+ posible rotura], para luego darle un rodillazo en la cara [-21PV].
No usaría su arma de manera ofensiva, y la reservaría para bloquear o desviar. Su otra mano, por mientras, mantenía sujeto el sello explosivo que había quedado en Lyndis al desaparecer su clon hacía ya varios minutos. Lo usaría, muy pronto, en el momento justo. Por mientras, no se separaría de Ruhara.
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