1/06/2022, 22:58
A Jun le hubiera encantado ver el campo de batalla para tener una idea de lo que estaba pasando y de donde se iba a meter, pero no. Ni por... asomo iba a abrir los ojos, no volando en ese pájaro gigante. Solo le quedaba aferrarse a sus otros sentidos y, digamos, que ni siquiera se sentía del todo bien así. Sentir que no estaban en tierra y que iban a una velocidad bastante alta, no le agradaba para nada.
—Vale. — Dijo para nada segura, pero sabía que debía saltar en algún momento.
Sacando las palabras de Toshio, que debía admitir que le estaba teniendo mucha paciencia, lo otro que se oía no era para nada alentador. No sabía bien que era, pero escuchó gritar a una chica. Le inquietaba mucho saber que era lo que se iba a cruzar en los próximos minutos y esos sonidos no le eran para nada alentadores.
A pesar de eso, todo iba bastante correcto en lo que era la aviación. No había muchos movimientos bruscos, su compañero parecía estar tranquilo y no había nada que ella sienta que piense que algo iba a salir mal. Hasta que algo o alguien hizo que el ave ese vaya directo contra el suelo. Debía admitir que se estaba poniendo algo nerviosa, pero tenía entendido que el plan del kusajin era saltar antes de que choque su transporte. Quizás era una estrategia para impactar con eso a los enemigos y que luego ellos dos puedan seguir con la ofensiva.
—¡OSTIA, RANKO, APARTAAPARTAAPARTA!
—¿¡PERO QUÉ HACES PSICÓPATA!?
Fue instantáneamente que abrió los ojos cuando sintió el tirón y no pudo reaccionar a hacer nada. Si hasta el momento solo le podía tirar elogios al muchacho por comportarse tan bien con ella con todos los impedimentos que estaba poniendo, ahora mismo solo quería cagarlo a puteadas. La maniobra que había hecho había sido muy brusca, aunque ella no entendía muy bien porqué.
Si el herrero saltaba, ella iba a seguirle como pudiese para caer bien a tierra y sin inconvenientes. Iba a adaptarse como podía si aterrizaba bien y, sobre todo, localizar bien que era lo que estaba pasando en el campo de batalla.
—Vale. — Dijo para nada segura, pero sabía que debía saltar en algún momento.
Sacando las palabras de Toshio, que debía admitir que le estaba teniendo mucha paciencia, lo otro que se oía no era para nada alentador. No sabía bien que era, pero escuchó gritar a una chica. Le inquietaba mucho saber que era lo que se iba a cruzar en los próximos minutos y esos sonidos no le eran para nada alentadores.
A pesar de eso, todo iba bastante correcto en lo que era la aviación. No había muchos movimientos bruscos, su compañero parecía estar tranquilo y no había nada que ella sienta que piense que algo iba a salir mal. Hasta que algo o alguien hizo que el ave ese vaya directo contra el suelo. Debía admitir que se estaba poniendo algo nerviosa, pero tenía entendido que el plan del kusajin era saltar antes de que choque su transporte. Quizás era una estrategia para impactar con eso a los enemigos y que luego ellos dos puedan seguir con la ofensiva.
—¡OSTIA, RANKO, APARTAAPARTAAPARTA!
—¿¡PERO QUÉ HACES PSICÓPATA!?
Fue instantáneamente que abrió los ojos cuando sintió el tirón y no pudo reaccionar a hacer nada. Si hasta el momento solo le podía tirar elogios al muchacho por comportarse tan bien con ella con todos los impedimentos que estaba poniendo, ahora mismo solo quería cagarlo a puteadas. La maniobra que había hecho había sido muy brusca, aunque ella no entendía muy bien porqué.
Si el herrero saltaba, ella iba a seguirle como pudiese para caer bien a tierra y sin inconvenientes. Iba a adaptarse como podía si aterrizaba bien y, sobre todo, localizar bien que era lo que estaba pasando en el campo de batalla.