4/06/2022, 02:37
(Última modificación: 4/06/2022, 02:38 por Tsukiyama Daigo. Editado 1 vez en total.)
Toshio tiró con todas sus fuerzas, quedándose incluso hasta el último momento en un fútil intento por salvar a Ranko, pero "todas sus fuerzas" no eran suficiente. De hecho, no estaban ni remotamente cerca de ser suficiente, simplemente era demasiado débil.
— ¡Ranko! —Gritó, levantándose desesperado apenas caer.
Empezó a mirar a su alrededor, buscando a aquella maldita mujer, cuando escuchó nuevamente la voz de Ranko, llorándole a Lyndis mientras se disculpaba. Estaba viva.
— ¿Ves, Jun? —Le dijo, mientras desenvainaba su Wakizashi—. Te dije que todo iría como la seda. Bueno, voy allá.
Con la zurda, se echó el pelo hacia atrás, destapándose la cara al completo y sonriendo, justo antes de correr directamente hacia Ruhara, espada en mano. No había ignorado la situación en la que ahora se encontraba Nao, pero no podía permitirse dejar a Ruhara por libre cuando Ranko estaba ocupada intentando reanimar a Lyndis. Tan solo esperaba que el Amejin pudiese aguantar lo suficiente. Todavía tenía que decirle su nombre, joder.
— ¡Jun, haz lo tuyo! —Le pidió a su compañera sin detenerse.
Una vez hubiese llegado a estar cuerpo a cuerpo con Ruhara, lejos de atacarla directamente, Toshio lanzó todos los Makibishi de su paquete frente suyo, haciéndole todo un camino del dolor con la esperanza de que Jun ya la hubiese paralizado como había hecho antes. Entonces, Inmediatamente después y aprovechando la situación, se colocaría detrás de ella y le daría un empujón para que caminase por los Makibishi y cayese al suelo por las múltiples punciones que recibiría (1 PV por Makibishi, 15 en total).
El dolor no duraría demasiado, eso sí, pues en cuanto ella estuviese en el suelo lanzaría inmediatamente una estocada al cuello de la mujer, buscando acabar el combate allí y en aquel preciso momento (30 PV).
— ¡Ranko! —Gritó, levantándose desesperado apenas caer.
Empezó a mirar a su alrededor, buscando a aquella maldita mujer, cuando escuchó nuevamente la voz de Ranko, llorándole a Lyndis mientras se disculpaba. Estaba viva.
— ¿Ves, Jun? —Le dijo, mientras desenvainaba su Wakizashi—. Te dije que todo iría como la seda. Bueno, voy allá.
Con la zurda, se echó el pelo hacia atrás, destapándose la cara al completo y sonriendo, justo antes de correr directamente hacia Ruhara, espada en mano. No había ignorado la situación en la que ahora se encontraba Nao, pero no podía permitirse dejar a Ruhara por libre cuando Ranko estaba ocupada intentando reanimar a Lyndis. Tan solo esperaba que el Amejin pudiese aguantar lo suficiente. Todavía tenía que decirle su nombre, joder.
— ¡Jun, haz lo tuyo! —Le pidió a su compañera sin detenerse.
Una vez hubiese llegado a estar cuerpo a cuerpo con Ruhara, lejos de atacarla directamente, Toshio lanzó todos los Makibishi de su paquete frente suyo, haciéndole todo un camino del dolor con la esperanza de que Jun ya la hubiese paralizado como había hecho antes. Entonces, Inmediatamente después y aprovechando la situación, se colocaría detrás de ella y le daría un empujón para que caminase por los Makibishi y cayese al suelo por las múltiples punciones que recibiría (1 PV por Makibishi, 15 en total).
El dolor no duraría demasiado, eso sí, pues en cuanto ella estuviese en el suelo lanzaría inmediatamente una estocada al cuello de la mujer, buscando acabar el combate allí y en aquel preciso momento (30 PV).