4/06/2022, 10:24
No tenía ni la más mínima idea de cómo había terminado aterrizando bien en esa situación. Ya se veía con la cara hundida en el barro y con alguna extremidad rota por la maniobra de ese maldito kusajin. Pero no, parecía que todo había salido bastante bien.
A sus alrededores pudo ver la situación y, debía admitir, que el relato del clon de Nao no era tan extremista como ella pensaba. Realmente no había una buena situación allí, la escena era más que fatídica. La chica con la que estuvieron a punto de chocar, estaba llorando e intentando reanimar a otra chica que estaba tirada en el barro. Su compatriota estaba peleando frente a frente con un chico muy… raro. Raro pero raro para mal, no lo raro que le gusta a Jun. Una rareza que le daba miedo incluso. Por último, en frente tenían a una mujer que reía como loca, que no parecía tener buenas intenciones para con ellos.
Una parte de ella quería ir de cabeza a ayudar al amejin, pero no podía dejar a Toshio solo a la ofensiva, debía combinarse con él. Si podían deshacerse rápido de la mujer de ojos verdes, iban a poder dar una mano con el otro combate.
—Si, seda es lo que usas para fumar lo que fumas cabrón. — Dijo bromeando y más suelta mientras preparaba un sello de mano.
Ni bien el kusajin partió corriendo a atacar, el Kagemane le acompañaría de la forma más rápida que pueda, como si fuera un aliado más en la pelea. Si Ruhara no reaccionaba a tiempo, se iba a tener que quedar paralizada hasta que a Jun le salga del culo. O, bueno, hasta que Toshio le pegue un buen golpe.
«No usa mal las armas, ¿eh?» Se le pudo haber ocurrido algo al ver lo ducho que era su compañero con las armas. Pero debía coordinarse un poco antes de planear nada. De hecho, ese no era su único as.
—¡Nao! ¡No te alejes de nosotros! — Exclamó sin poder mirarle bien, quería prestar atención a la rival que tenían en frente.
Necesitaba al huesudo algo más cerca para poder dejarlo quieto. Podía llegar a hacerlo con los dos, solo necesitaba un poco de suerte con el posicionamiento de todos en el campo.
A sus alrededores pudo ver la situación y, debía admitir, que el relato del clon de Nao no era tan extremista como ella pensaba. Realmente no había una buena situación allí, la escena era más que fatídica. La chica con la que estuvieron a punto de chocar, estaba llorando e intentando reanimar a otra chica que estaba tirada en el barro. Su compatriota estaba peleando frente a frente con un chico muy… raro. Raro pero raro para mal, no lo raro que le gusta a Jun. Una rareza que le daba miedo incluso. Por último, en frente tenían a una mujer que reía como loca, que no parecía tener buenas intenciones para con ellos.
Una parte de ella quería ir de cabeza a ayudar al amejin, pero no podía dejar a Toshio solo a la ofensiva, debía combinarse con él. Si podían deshacerse rápido de la mujer de ojos verdes, iban a poder dar una mano con el otro combate.
—Si, seda es lo que usas para fumar lo que fumas cabrón. — Dijo bromeando y más suelta mientras preparaba un sello de mano.
Ni bien el kusajin partió corriendo a atacar, el Kagemane le acompañaría de la forma más rápida que pueda, como si fuera un aliado más en la pelea. Si Ruhara no reaccionaba a tiempo, se iba a tener que quedar paralizada hasta que a Jun le salga del culo. O, bueno, hasta que Toshio le pegue un buen golpe.
«No usa mal las armas, ¿eh?» Se le pudo haber ocurrido algo al ver lo ducho que era su compañero con las armas. Pero debía coordinarse un poco antes de planear nada. De hecho, ese no era su único as.
—¡Nao! ¡No te alejes de nosotros! — Exclamó sin poder mirarle bien, quería prestar atención a la rival que tenían en frente.
Necesitaba al huesudo algo más cerca para poder dejarlo quieto. Podía llegar a hacerlo con los dos, solo necesitaba un poco de suerte con el posicionamiento de todos en el campo.