5/06/2022, 22:29
(Última modificación: 5/06/2022, 22:35 por Nara Jun. Editado 2 veces en total.)
Podía parecer una loca pero para nada era tonta. Sabía que enfrentarse a un 1 contra 2 pleno la ponía en gran desventaja, aún más cuando ella ya estuvo peleando un rato y ellos llegaban intactos al lugar. Lanzo una bomba de humo y retrocedió fuera de esta, cosa que la salvaba de la trampa que podía ser eso para ella. Jun se tapó la cara, pensando que era otra cosa pero era solo humo.
No sabía muy bien lo que estaba pasando allí dentro, por lo que empezó a correr para adelante sin mucho más, teniendo como referencia hacia donde había escapado Ruhara.
Ahora, Jun salían del humo junto a los otros dos Toshio. Mientras estos dos se dividían en derecha e izquierda, la chica iría corriendo por el medio directo hacia su enemiga y, cuando vea que podía llegar a tirarlo, lanzó un shuriken hacia Ruhara, pero no exactamente hacia su cuerpo. Cuando dio su trabajo por terminado, se apartó del camino.
El shuriken imbuido en chakra iba en dirección a la sombra de la de ojos verdes, el cual, si impactaba, la dejaría inmovilizada por completo.
Giró su cabeza a la izquierda y vio algo que nunca iba a querer ver. Nao estaba aún peleando cuerpo a cuerpo con el huesudo cubierto de un manto entre rojo y naranja, el cual parecía que tenía todas las de ganar. Era como si estuviera pasando en cámara lenta para ella.
—¡NAAAO! ¡REACCIONA POR FAVOR! — Gritó desesperada y nerviosa, sintiéndose algo anclada con la pelea que estaban librando contra la mujer.
Había escuchado las advertencias del pelirrojo y posaba su mano en el mango de su kodachi por las dudas, pero no podía ignorar lo que pasaba en la otra disputa.
No sabía muy bien lo que estaba pasando allí dentro, por lo que empezó a correr para adelante sin mucho más, teniendo como referencia hacia donde había escapado Ruhara.
Ahora, Jun salían del humo junto a los otros dos Toshio. Mientras estos dos se dividían en derecha e izquierda, la chica iría corriendo por el medio directo hacia su enemiga y, cuando vea que podía llegar a tirarlo, lanzó un shuriken hacia Ruhara, pero no exactamente hacia su cuerpo. Cuando dio su trabajo por terminado, se apartó del camino.
El shuriken imbuido en chakra iba en dirección a la sombra de la de ojos verdes, el cual, si impactaba, la dejaría inmovilizada por completo.
Giró su cabeza a la izquierda y vio algo que nunca iba a querer ver. Nao estaba aún peleando cuerpo a cuerpo con el huesudo cubierto de un manto entre rojo y naranja, el cual parecía que tenía todas las de ganar. Era como si estuviera pasando en cámara lenta para ella.
—¡NAAAO! ¡REACCIONA POR FAVOR! — Gritó desesperada y nerviosa, sintiéndose algo anclada con la pelea que estaban librando contra la mujer.
Había escuchado las advertencias del pelirrojo y posaba su mano en el mango de su kodachi por las dudas, pero no podía ignorar lo que pasaba en la otra disputa.