13/06/2022, 08:59
Era la tercera vez que intentaba paralizar a sus adversarios, no fue suficiente con las otras veces. Quizás ya era tomarles el pelo y Marrow no tardó mucho en demostrarlo. Jun ni a miró a sus espaldas, pues fue casi de inmediato que el peliblanco frente suya se zafó de su técnica.
Cada segundo era valioso en ese enfrentamiento y ella siempre se adaptó mejor a los combates con el paso del tiempo. Ni siquiera llegó a decir nada sobre lo que acababa de pasar, era evidente que ya había descubierto su truco. Tuvo que deshacer el sello inmediatamente— haciendo que su sombra vuelva a la normalidad y, obviamente, no llegara a impactar a Ruhara— y pegar un salto hacia atrás cuando el huesudo hizo lo propio, alejándose como pueda de él. Justo en el momento que había deshecho el sello, su kodachi, que estaba sosteniendo con la axila, cayó en el suelo.
Pero el chico no solo había saltado hacía ella sin más, sino que con una mano tenía dos dedos juntando chakra. Sabía que nada bueno podía salir de ahí. Ella no llegó ni a erguir su cuerpo cuando aterrizó del primer salto, sino que flexionó las rodillas para tomar impulso y nuevamente saltó pero hacia uno de sus laterales, esta vez con los brazos totalmente estirados y por encima de la cabeza, cosa de rodar por el suelo cuando aterrizase.
Si el roll le salía bien, el único problema que iba a tener era estar más llena de barro aún y sin su principal fuente de ataque.
En algún momento de toda esa secuencia, un Shuriken de tamaño anormal se había dirigido hacia su rival. Ella no tenía ni la más mínima idea de quien fue ni como fue, pero quizás eso le pudo haber ayudado un poco en todo.
Giró rápida su cabeza hacia la mujer de ojos verdes y le lanzó un senbon a su sombra, buscando su cuarto intento. Si acertaba, sabía que no le quedaban muchas oportunidades más, pues su chakra escaseaba, cosa que su cuerpo lo estaba sintiendo, y había perdido su arma principal.
Cada segundo era valioso en ese enfrentamiento y ella siempre se adaptó mejor a los combates con el paso del tiempo. Ni siquiera llegó a decir nada sobre lo que acababa de pasar, era evidente que ya había descubierto su truco. Tuvo que deshacer el sello inmediatamente— haciendo que su sombra vuelva a la normalidad y, obviamente, no llegara a impactar a Ruhara— y pegar un salto hacia atrás cuando el huesudo hizo lo propio, alejándose como pueda de él. Justo en el momento que había deshecho el sello, su kodachi, que estaba sosteniendo con la axila, cayó en el suelo.
Pero el chico no solo había saltado hacía ella sin más, sino que con una mano tenía dos dedos juntando chakra. Sabía que nada bueno podía salir de ahí. Ella no llegó ni a erguir su cuerpo cuando aterrizó del primer salto, sino que flexionó las rodillas para tomar impulso y nuevamente saltó pero hacia uno de sus laterales, esta vez con los brazos totalmente estirados y por encima de la cabeza, cosa de rodar por el suelo cuando aterrizase.
Si el roll le salía bien, el único problema que iba a tener era estar más llena de barro aún y sin su principal fuente de ataque.
En algún momento de toda esa secuencia, un Shuriken de tamaño anormal se había dirigido hacia su rival. Ella no tenía ni la más mínima idea de quien fue ni como fue, pero quizás eso le pudo haber ayudado un poco en todo.
Giró rápida su cabeza hacia la mujer de ojos verdes y le lanzó un senbon a su sombra, buscando su cuarto intento. Si acertaba, sabía que no le quedaban muchas oportunidades más, pues su chakra escaseaba, cosa que su cuerpo lo estaba sintiendo, y había perdido su arma principal.