13/06/2022, 21:20
Cuando fue retrocediendo se dio cuenta de un pequeño detalle, que su arma estaba en dirección contraria dónde estaba yendo ella. Entre eso y ver a Toshio golpearse así mismo, no le quedó más que reír. Era como si fuera una broma de mal gusto, justamente las que le gustan a ella.
Sin embargo, seguía retrocediendo a su ritmo. Ir para dónde estaba Marrow era una muerte segura.
Lo que decía este último era verdad. Su lado lógico también concordaba con él, nunca tuvo oportunidad de hacer nada. Era una shinobi de apoyo peleando mano a mano contra un tipo que parecía tocado por los dioses para que pueda pelear contra todo lo que le venga. Lo más razonable era dejar de sufrir.
Por el otro lado, el pelirrojo le planteaba lo contrario. Si no huía, debía aguantar como pueda. Le escuchó pero no le respondió. Sinceramente no podía hacer mucho más. No era fuerte, ni poseía de un gran poder, ni podía huir... Sus oportunidades eran nulas.
—Si. Tienes razón. — Le dijo con una sonrisa. —Pero simplemente no puedo.
De la nada, se plantó en el piso y comenzó a hacer una secuencia de sellos. A priori, su adversario no notaría nada raro en ese momento.
—Puedo estar media muerta ya, pero si muero, voy a morir peleando. — Uno o dos pasos más adelante del huesudo, el barro se movería bruscamente, delatando que algo había ahí abajo. —Es fácil rendirse. Voy a pelear hasta el final. Porque lo último que muere es el orgullo.
Una sanguijuela de un absurdo tamaño gigante saldría por debajo del barro, con una especie de boca grande y abierta en "O", y saltaría abruptamente a la cabeza de Marrow, yendo directo a por su sangre.
No sabía si eso era del todo eficaz, pero una diversión final de ver a un tipo con una sanguijuela tapándole la cabeza era impagable.
Lo que sí, estaba atenta al peliblanco por si retrocedía o cedía un espacio. Quería lanzarle su última senbon a Ruhara. Si Marrow le daba ángulo, ella lo tiraría.
Sin embargo, seguía retrocediendo a su ritmo. Ir para dónde estaba Marrow era una muerte segura.
Lo que decía este último era verdad. Su lado lógico también concordaba con él, nunca tuvo oportunidad de hacer nada. Era una shinobi de apoyo peleando mano a mano contra un tipo que parecía tocado por los dioses para que pueda pelear contra todo lo que le venga. Lo más razonable era dejar de sufrir.
Por el otro lado, el pelirrojo le planteaba lo contrario. Si no huía, debía aguantar como pueda. Le escuchó pero no le respondió. Sinceramente no podía hacer mucho más. No era fuerte, ni poseía de un gran poder, ni podía huir... Sus oportunidades eran nulas.
—Si. Tienes razón. — Le dijo con una sonrisa. —Pero simplemente no puedo.
De la nada, se plantó en el piso y comenzó a hacer una secuencia de sellos. A priori, su adversario no notaría nada raro en ese momento.
—Puedo estar media muerta ya, pero si muero, voy a morir peleando. — Uno o dos pasos más adelante del huesudo, el barro se movería bruscamente, delatando que algo había ahí abajo. —Es fácil rendirse. Voy a pelear hasta el final. Porque lo último que muere es el orgullo.
Una sanguijuela de un absurdo tamaño gigante saldría por debajo del barro, con una especie de boca grande y abierta en "O", y saltaría abruptamente a la cabeza de Marrow, yendo directo a por su sangre.
No sabía si eso era del todo eficaz, pero una diversión final de ver a un tipo con una sanguijuela tapándole la cabeza era impagable.
Lo que sí, estaba atenta al peliblanco por si retrocedía o cedía un espacio. Quería lanzarle su última senbon a Ruhara. Si Marrow le daba ángulo, ella lo tiraría.