13/06/2022, 23:07
(Última modificación: 13/06/2022, 23:08 por Kurogane Toshio. Editado 1 vez en total.)
Toshio volvió a levantarse, malherido. No por voluntad propia, no por voluntad propia, sino porque cada músculo de su cuerpo tenía un único objetivo: Destrozarse por completo hasta que no quedase nada de él, pero la muy perra no quería que lo hiciese rápidamente, no. Quería verlo sufrir cada maldito segundo.
Sus manos fueron hasta la Uchigatana que todavía tenía envainada sin que él pudiese hacer nada para evitarlo, mientras veía cómo Jun era perforada por múltiples balas de hueso que impactaron directamente en su pecho. Ranko había caído, igual que Lyndis y ahora Jun... Él era el último que quedaba en pie y ni siquiera tenía el derecho de morir rápida u honorablemente. El filo de su Uchigatana apuntaba hacia abajo, mientras él tomaba el arma en agarre invertido con ambas manos. Ruhara pretendía que se cortase los dedos de los pies solo para hacerlo sufrir. Luego, probablemente, lo obligaría a cortarse las manos, luego las orejas, y luego... quién sabe.
Alzó el arma con ambas manos, tembloroso y... ¡Chas! (50 PV) Se apuñaló a sí mismo en la boca del estómago, obligándolo a caer de rodillas. No tenía ninguna intención de permitir que se siguiesen divirtiendo con él.
— Vaya... —Dijo, con las manos en el suelo, y tosió antes de sonreír con la boca ensangrentada—. Parece... que fallé.
Sus manos fueron hasta la Uchigatana que todavía tenía envainada sin que él pudiese hacer nada para evitarlo, mientras veía cómo Jun era perforada por múltiples balas de hueso que impactaron directamente en su pecho. Ranko había caído, igual que Lyndis y ahora Jun... Él era el último que quedaba en pie y ni siquiera tenía el derecho de morir rápida u honorablemente. El filo de su Uchigatana apuntaba hacia abajo, mientras él tomaba el arma en agarre invertido con ambas manos. Ruhara pretendía que se cortase los dedos de los pies solo para hacerlo sufrir. Luego, probablemente, lo obligaría a cortarse las manos, luego las orejas, y luego... quién sabe.
Alzó el arma con ambas manos, tembloroso y... ¡Chas! (50 PV) Se apuñaló a sí mismo en la boca del estómago, obligándolo a caer de rodillas. No tenía ninguna intención de permitir que se siguiesen divirtiendo con él.
— Vaya... —Dijo, con las manos en el suelo, y tosió antes de sonreír con la boca ensangrentada—. Parece... que fallé.