20/06/2022, 00:28
(Última modificación: 20/06/2022, 00:53 por Kurogane Toshio. Editado 1 vez en total.)
Ruhara consiguió evitar la aguja por poco. Por muy, muy poco. Podría perfectamente haber continuado con su ataque y haber escupido incluso más agujas, pero algo... una presencia, más bien, lo hizo detenerse por completo.
Llegó a girarse, sí, pero a quien vio no fue a Marrow, o mejor dicho no se trataba del todo de él. Toshio se paralizó, dejando incluso de forcejear con Ruhara mientras escuchaba el discurso de Kurama. Seguía siendo el cuerpo de Marrow, el de un chico más o menos de su altura, pero que de alguna manera ahora parecía enorme. Imponente como una jodida montaña. Parecía... más.
Comprendió entonces que nada de lo que estaba haciendo tenía sentido. Quizás podría matar a Ruhara ¿pero qué conseguiría con eso? Incluso si mataba a Ruhara y a Marrow, o a Ruhara, Marrow y todo el ejército. No conseguiría nada entonces, pues tras ellos no había un estratega ni un líder. Había un dios.
Toshio levantó las manos lentamente y clavó las rodillas en el suelo con la cabeza agachada. Casi se sintió aliviado al hacerlo. ¡No tenía por qué pelear más! Y así, quizás, le perdonaban la vida. O al menos eso había dicho Kurama. Sí. Eso era lo mejor. Aunque se sintiese como un trozo de mierda por rendirse y no ser capaz de cumplir sus promesas de salvarlos a todos, al menos podría estar vivo para sentirse mal... ¿verdad? Esto era lo mejor que podía hacer. No había otra solución ¿verdad?
Esta era la única forma que tenía de volver a casa ¿verdad?
Eso es lo que creía, pero si era así... ¿por qué no podía dejar de llorar?
Llegó a girarse, sí, pero a quien vio no fue a Marrow, o mejor dicho no se trataba del todo de él. Toshio se paralizó, dejando incluso de forcejear con Ruhara mientras escuchaba el discurso de Kurama. Seguía siendo el cuerpo de Marrow, el de un chico más o menos de su altura, pero que de alguna manera ahora parecía enorme. Imponente como una jodida montaña. Parecía... más.
Comprendió entonces que nada de lo que estaba haciendo tenía sentido. Quizás podría matar a Ruhara ¿pero qué conseguiría con eso? Incluso si mataba a Ruhara y a Marrow, o a Ruhara, Marrow y todo el ejército. No conseguiría nada entonces, pues tras ellos no había un estratega ni un líder. Había un dios.
Toshio levantó las manos lentamente y clavó las rodillas en el suelo con la cabeza agachada. Casi se sintió aliviado al hacerlo. ¡No tenía por qué pelear más! Y así, quizás, le perdonaban la vida. O al menos eso había dicho Kurama. Sí. Eso era lo mejor. Aunque se sintiese como un trozo de mierda por rendirse y no ser capaz de cumplir sus promesas de salvarlos a todos, al menos podría estar vivo para sentirse mal... ¿verdad? Esto era lo mejor que podía hacer. No había otra solución ¿verdad?
Esta era la única forma que tenía de volver a casa ¿verdad?
Eso es lo que creía, pero si era así... ¿por qué no podía dejar de llorar?